El día que se hizo esta entrevista, Esteban Valencia (49) miraba atentamente el triunfo de Colo Colo sobre O’Higgins de Rancagua. Y si bien en un primer momento asegura que falta mucho para el Superclásico (se juega el domingo 26 de septiembre, a las 16:30 horas), luego confiesa cómo enfrentará ese compromiso.

“Para nosotros es un lindo desafío, tremendo, porque entendemos que tenemos la responsabilidad de estar a la altura de lo que es ese partido. Lo vamos a jugar con la mayor ilusión posible, con el objetivo de ganar, porque uno no puede entrar a la cancha con la carga de la historia o la estadística, porque eso está para romperse”, asegura el entrenador de Universidad de Chile al iniciar la entrevista con El Deportivo.

El estratega habla de todo. Hace un recorrido por su vida familiar, por la interna del equipo laico y por los sueños que tiene. Deseos que revela con cautela, pues antes que cualquier cosa, está su amor por el Romántico Viajero.

¿Sufre su familia cuando la U lo pasa mal en la cancha?

Por supuesto, porque son tus seres queridos los que están siempre apoyándote y lo pasan mal cuando las cosas no están bien. Y son los mismos que se alegran cuando hay buenos resultados. Por lo mismo, tratamos de mantener el equilibrio en todo orden de cosas y trato de no dramatizar ni irme a los extremos cuando se gana o se pierde.

Difícil mantener ese equilibrio cuando en todos lados lo reconocen por su pasado como futbolista y ahora DT azul...

Somos bien caseros, pero tratamos de hacernos el tiempo para hacer nuestras cosas. Por supuesto, la gente de la U te reconoce y te felicita, pero no nos molesta... Tratamos de llevar una vida relativamente normal y aprovechar cada momento que uno tiene con la familia.

¿Cómo es un domingo sin fútbol en su casa?

Intentamos estar todos juntos y compartir en familia. Además, cuando viene el hijo mayor que juega en Calera (Esteban), tratamos de aprovechar ese tiempo libre que nos da el trabajo para conversar todo lo que nos ha pasado.

Cuándo viene su hijo, ¿se cocina el plato preferido del regalón o se mantiene el suyo?

Se hace lo que la mamá disponga... Uno conoce los gustos de todos los chicos y más allá de que tiene los cuidados propios de ser deportista, están acostumbrados a comer de todo y no se prepara algo especial porque viene uno u otro. El hecho de tenerlo aquí ya nos permite regalonearlo.

¿Cómo deja de ser técnico para ser papá?

Hay que saber separar las cosas. Él tiene un entrenador que lo exige y le pide ciertas cosas para el equipo. Después, uno va fortaleciendo las formas, mantiene la motivación de entrenar al máximo y lo va aconsejando para que aproveche las oportunidades que se le van dando.

¿Y cómo deja de ser papá para ser técnico?

Lo más importante siempre es ser lo más transparente y los más claro posible en el manejo del grupo. Y por supuesto se van presentando diversas situaciones individuales que uno debe ir resolviendo, pero siempre con mucho respeto. Cuando hay que aclarar o conversar las cosas, hay que hacerlo. Y eso los jugadores lo van entendiendo.

¿Encontró a los futbolistas muy golpeados tras el proceso de Rafael Dudamel?

Los resultados marcan mucho los estados de ánimo de los planteles y uno puede entender que el equipo, seguramente, venía tratando de colocar todas sus capacidades en pos de ellos. Pero, lamentablemente, no pudieron darse bajo el mando de Rafael y vino la decisión de su salida.

¿Cuál era el estado físico del grupo?

Uno cree que porque el equipo no gana, tiene un déficit en todo nivel. Pero muchas veces se gana por la confianza que tienen los jugadores y no tenga dudas que ellos corrían mucho bajo la era de Rafael. De hecho, hacían doble esfuerzo para revertir la situación. No estaban mal físicamente, porque siempre se esmeran por estar a tope.

¿No le incomodó tener que agarrar nuevamente el equipo en una situación complicada?

No. Entendiendo que estas cosas han ido pasando en el club, soy un agradecido de la oportunidad que se me da. La U me ha permitido desarrollarme, capacitarme y prepararme como entrenador. Ellos entienden que uno tiene el conocimiento, la experiencia, que fue jugador y que hay una historia en el club, por lo que uno siempre va a estar dispuesto a ponerse al servicio de la institución.

¿No le desagrada ser el “técnico interino”?

No me molesta este puesto, porque mientras uno trabaje en el club, debe enfrentar los desafíos de la manera más profesional posible. Además, estas situaciones pasan y van a seguir pasando y si uno sigue estando en el club, siempre va a tener la disposición. Pero no porque uno lo busque, sino por que el club te lo pide. Después, quizás, uno va a tener las ganas de ser entrenador de un primer equipo y estas experiencias me van a servir.

¿No le molesta que sigan sin confirmarlo en el cargo?

No, no me molesta. La diferencia que hay con el otro interinato es que el club está en un cambio institucional que no es menor y hay tiempos que aún no calzan para que se pueda concretar la nueva estructura. Tenemos que esperar a que se complete el cambio y ahí veremos cómo se avanza este nuevo camino institucional.

Pero le gustaría ser el técnico oficial...

Soy una persona que no desconoce de dónde vengo y estas situaciones se dan por una necesidad del club. No porque las busque. Por supuesto, al igual que los chicos que van completando su formación, he ido -paso a paso- concretando este proceso y he tenido un aprendizaje importante. Luego, seguro en el futuro, miraremos más allá en lo profesional.

¿Su objetivo es ser el entrenador de un primer equipo?

Mi primer objetivo será regresar al lugar donde yo estaba y ojalá estar a cargo de una de las categorías competitivas de la etapa formativa. Después veré para dónde va mi camino, pero -tras esta experiencia- va a estar el ánimo y las ganas de estar en un equipo profesional. Claro que para ello, hay que esperar oportunidades y escuchar proyectos.

¿Ha conversado con el nuevo gerente deportivo de Azul Azul, Luis Roggiero?

No, no hemos conversado con él. Pero estamos deseosos de su llegada, porque entendemos que el club lo trae con objetivos positivos y estamos dispuestos a trabajar en conjunto, para lograrlos. Ya se dará el momento para conversar, por ahora debemos ser capaces de que sienta cómodo.

¿Siente que le debe algo a la U?

No, no le debo nada a la U. Solo hay un agradecimiento mutuo por todo lo que la U me entrega y todo lo que yo hago por ella. La U me permitió desarrollarme como entrenador y como jugador.

¿La U quedará en deuda si no lo nombra su técnico?

No, uno entiende la circunstancia y es consciente de ellas. Pude haber estado una semana o lo que llevo ahora, dos meses y medio, pero uno entiende que es circunstancial. La institución te necesita y uno siempre estará dispuesto colaborar con el club que ama. Sólo tendré palabras de agradecimiento para este club si algún día me voy.

Las campañas del Bulla en los últimos años están lejos de ser las más gloriosas de su historia...

Lo más importante aquí es que se saquen lecciones de todo lo que pasó. No hay que ser ciegos para dejar de ver que en los últimos años no se han hechos cosas bien a todo a nivel y debe venir la autocrítica de todos para que se pueda dar un salto de calidad en todo nivel.

¿El primer gran objetivo es ganar tres partidos seguidos?

Tenemos que ser capaces de hacerlo, no es algo inalcanzable. Uno debe ser capaz de sostener una regularidad y en base a esa forma, conseguir resultados. Pero hay que validarlo partido a partido.

¿Cuáles serían esos?

Como objetivo uno siempre aspira a llegar a torneos internacionales y para eso, mínimo debes estar entre los ocho primeros. Pero queremos aspirar a la Libertadores, que es un objetivo no menor, y el equipo nos ha dado esa respuestas para saber que se puede.

¿Por qué no dice ser campeón?

Nadie dice que no, pero debemos aspirar a una regularidad para pelear el campeonato. Hoy con todo lo que hemos hecho, estamos posicionados cerca de los que están peleando arriba. Pero más que prometerlo, debemos ser capaces de pensar que podemos ser campeones, siendo profesionales, humildes y entregándonos día a día. No nos sobra nada para pelear el campeonato.

Existe la sensación de que su esquema y sus oncenas ya están demasiado estudiadas por sus rivales, ¿lo cree usted?

Uno va analizando y viendo cómo están los jugadores y que sistema se acomoda más a lo que tenemos como idea, para ir encontrando esa regularidad en el rendimiento. Hoy no nos cerramos a nada y vamos a ir recuperando jugadores que nos darán variantes e incluso, nos harán modificar el sistema de juego.

¿Cómo se recupera a Marcelo Cañete?

Lo más importante siempre es seguir fortaleciendo la confianza en cada uno de los jugadores y aquí, no hay nadie descartable. El desafío es que todos los jugadores estén convencidos de lo que queremos para ellos y lo del Chelo es injusto, pues le cargan una mochila muy grande.

Es cierto, Walter Montillo salió en diciembre...

Respetando y valorando lo que es Walter en la U, pues nadie desconoce lo que hizo y fue valorable que viniera a dar una mano a la institución cuando no lo estaba pasando bien, no es responsabilidad de Cañete su partida. Fue decisión del club en su momento y él no debe cargar con eso.

¿Y cómo lleva la incertidumbre contractual que vive su mejor jugador, Joaquín Larrivey?

Esas conversaciones y esos acercamientos han existido y uno debe entender que muchas veces se tergiversan ciertas cosas. Aquí lo que menos se puede colocar es una fecha ‘x’ para negociar, pues te puede demandar varios días.

¿Deberían haber jugadores de su plantel en la Roja?

Creo que deberían haber un par de jugadores. Pablo (Aránguiz) tiene nivel de Selección, pero tiene que estar bien, en forma y con la cabeza puesta en el fútbol y tratar de enfocarse en eso. Yonathan (Andía) es seleccionable en el último tiempo y siempre ha habido jugadores de la U. Después está el criterio del entrenador de turno, en lo que nadie se puede meter, pero hay muchos jugadores que pueden ser considerados en la Selección.

Sigue en El Deportivo