El nerviosismo se instaló en La Moneda pasadas las 16.00 de este viernes. Asesores de los ministerios alojados en Palacio corrían y se hacían la misma pregunta al ver que integrantes del equipo de producción instalaban una gran tarima en medio del Patio de los Cañones: “¿Es ahora el cambio?”, se decían unos a otros.
La expectación sobre ese despliegue -que en realidad no tenía nada que ver con el ajuste ministerial que prepara el Presidente Gabriel Boric, como él mismo aclaró- graficaba, sin embargo, lo que ya es un hecho en La Moneda: el reordenamiento de piezas es cosa de días y eso ha generado mucha incertidumbre entre los ministros, lo que se reflejaba en las quejas que expresaban a sus equipos: “Así es imposible programarse para la próxima semana”.
En el comité político dicen que la maquinaria para concretar el reajuste ya se activó. “El gobierno siempre está listo”, dijo desde el balcón del Segundo Piso el propio Jefe de Estado en una conversación con la prensa el mismo viernes, al ser consultado por la misteriosa tarima que se instaló para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.
El Mandatario, tras volver de sus vacaciones, asumió esta semana un rol protagónico en las conversaciones para el nuevo diseño con el que pretende darle un nuevo aire a su administración, a solo días de cumplir un año en la máxima magistratura del país. Los presidentes de los partidos -que han conversado con Boric y su jefe de gabinete, Carlos Durán- ya han hecho llegar sus nombres para los reemplazos y algunos ministros han llamado al Jefe de Estado para respaldar a distintas autoridades.
Quien también ha asumido un papel relevante en el proceso es la ministra Carolina Tohá (Interior), quien se reunió con Boric y sus equipos varias veces esta semana y también con la presidenta de su partido, el PPD, Natalia Piergentili.
Tohá ha insistido en que es momento de reequilibrar las fuerzas del gobierno y actualizar el rumbo. “Tenemos que ver cómo pasamos de la versión original a un gobierno que ahora tiene dos coaliciones bastante equivalentes en su peso político y electoral”, dijo la jefa de gabinete en enero.
A diferencia del anterior, que fue un giro político al rumbo de su gobierno tras la amplia derrota en el plebiscito constitucional del 4 de septiembre -que le costó la salida de Izkia Siches y la reubicación de Giorgio Jackson y lo forzó a incorporar al Socialismo Democrático al corazón de La Moneda-, el Presidente espera que este ajuste resuelva -además de equilibrios a nivel de subsecretarías- un diagnóstico que le preocupa de cara a su segundo año: los problemas de gestión y de ejecución que marcaron los primeros 12 meses. Por eso, las autoridades salientes son -precisamente- quienes han encarnado esa debilidad.
Forma: el movimiento de piezas
Que el Presidente deja hacer a sus ministros y no es desconfiado -como lo era Michelle Bachelet- ni tampoco un jefe que esté encima de sus colaboradores, como lo hacía Sebastián Piñera, es una cualidad que le reconocen en el comité político. Pero, por lo mismo, tanto Boric como sus equipos han llegado a una conclusión: quienes después de un año no han estado a la altura del desafío que les encargó, deben partir. Y la capacidad de ejecución será una de las prioridades en la toma de esa decisión.
Un ejemplo de aquello es la ministra del Deporte, Alexandra Benado. La exfutbolista no ha logrado tomar la batuta de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos de 2023, uno de los eventos más importantes en la historia deportiva del país, que se realizarán en octubre. Esta crisis de gestión ha generado la preocupación en La Moneda y la motivación de realizar un cambio en la cartera, ya que el diagnóstico es que el hito puede ser un activo para el gobierno. Su salida está prácticamente asegurada.
En los equipos de La Moneda están al tanto de los problemas que enfrenta un gran grupo de ministros y en la Secom han intentado realizar apoyos a los jefes de cartera de menor conocimiento. Pero también en el gobierno confiesan que “no se pueden hacer milagros”. Es decir, si no hay ejecución, no hay mucho que comunicar. En ese listado está también la ministra de Cultura, Julieta Brodsky (Convergencia Social), quien tiene pésimos números en las encuestas y también una mala evaluación desde la División de Coordinación Interministerial (DCI), que lidera Rodrigo Echecopar (RD). En el entorno de la antropóloga -que ya estuvo cerca de salir el 6 de septiembre- aseguran que está consciente de que le quedan pocos días en el cargo.
Una situación similar enfrenta la ministra de Minería, Marcela Hernando (PR). La radical también estuvo entre los nombres que el Mandatario evaluó para remover el año pasado. Problemas de gestión, poca relación con el mundo privado y sus errores comunicacionales son parte de la mala evaluación que existe en Palacio respecto de la secretaria de Estado. Además, no le perdonan que luego del anuncio del cierre de la Fundición Ventanas, asegurara que le habría gustado enterarse antes de la decisión que tomó Codelco.
En la Cancillería, por otro lado, aún no está claro si el Presidente optará por mantener a Antonia Urrejola a la cabeza del Ministerio de Relaciones Exteriores, tras las polémicas que ha enfrentado durante su gestión. Según fuentes de Palacio, al Jefe de Estado le ha parecido injusto que ella concentre críticas por situaciones que no necesariamente han sido su responsabilidad. De todas formas, los partidos del Socialismo Democrático ya han propuesto cartas para reemplazarla.
Y hay otros que -si no salen del gabinete- tendrán una última chance de aumentar su conocimiento y cumplir el desafío de mejorar su gestión. Tal es el caso de Marco Antonio Ávila (Educación), Silvia Díaz (Ciencias), Esteban Valenzuela (Agricultura), Juan Carlos García (MOP) y Nicolás Grau (Economía).
En el caso de la subsecretarías, el cambio será más profundo. Ahí es donde se buscará equiparar las fuerzas políticas del Socialismo Democrático y de Apruebo Dignidad, por lo que se espera sean varios los que dejen sus funciones. En ese listado es muy probable que figuren principalmente autoridades independientes y de la coalición del Presidente, como Gabriel Bosque (PC), de Educación; José Miguel Ahumada (independiente cercano al Frente Amplio), de Relaciones Económicas Internacionales; Haydée Oberreuter (cupo de Comunes), de Derechos Humanos; Cristóbal Cuadrado (RD), de Salud Pública; José Andrés Herrera (independiente), de Obras Públicas, y José Guajardo (FRVS), de Agricultura.
En el proceso de búsqueda de reemplazos, además, hasta ahora, la posibilidad de que exconvencionales asuman alguna subsecretaría no está descartada de plano. Por ejemplo, los nombres del actual jefe de gabinete de Interior, Ricardo Montero (PS), o la asesora del mismo ministerio, Constanza Schonhaut (CS), han figurado en los listados. Un criterio que -hasta ahora primaría-, eso sí, es no sacar a parlamentarios del Congreso.
Otro de los filtros para el reajuste -dicen en La Moneda- es que los reemplazos, sobre todo a nivel ministerial, sean figuras de tonelaje y trayectoria, que no impliquen esfuerzos adicionales para su posicionamiento.
Fondo: una nueva ruta
El próximo 11 de marzo será un punto de inflexión para el gobierno. En su primer aniversario, el equipo del Mandatario trabaja para que ese día La Moneda estrene -de manera explícita- un nuevo relato. Para eso se organizó una extensa jornada de trabajo que liderará Boric con todos los jefes de cartera y subsecretarios, incluidos sus nuevos colaboradores.
“Es el aniversario del primer año del gobierno y me interesa que todos los colaboradores puedan dar una cuenta y que estemos trabajando en terreno como corresponde”, dijo esta semana el Jefe de Estado.
El objetivo de esa instancia -como afirmó el Presidente- es hacer un balance de lo realizado en los últimos meses, analizar diagnósticos y proyectar lo que viene. En ese sentido, quienes han conocido de los ejes del nuevo relato aseguran que este buscará poner énfasis en un gabinete con más gestión, más ejecutivo y que sea capaz de trazar objetivos y cumplirlos.
En La Moneda también sostienen que el Presidente va a pedir a sus colaboradores, como lo hace siempre, que estén más en terreno. Para dar una señal en ese sentido, La Moneda, de hecho, baraja distintos lugares fuera de Santiago para realizar la actividad, aunque podría terminar inclinándose por algo más tradicional, como el mismo Palacio de La Moneda. Lo que tampoco es casual es que en la misma semana que se espera un nuevo ajuste ministerial el Jefe de Estado tenga previsto visitar la única región que tiene pendiente, la de Tarapacá, con una amplia comitiva de ministros, entre ellos Tohá, Jackson y el ministro de Vivienda, Carlos Montes.
Otro de los énfasis que tendrá la jornada será revisar la estrategia comunicacional y política para el nuevo ciclo. “¿Qué gobierno queremos ser?”, es una de las preguntas que se deben resolver el 11 de marzo. El objetivo, dicen, es volver a tomar el “sartén por el mango”, luego de perder el control de la agenda por varios meses tras la victoria del Rechazo y la crisis de los indultos.
En el gobierno son optimistas con los últimos resultados. Sus encuestas internas coinciden con el alza en los sondeos públicos y los análisis de los equipos de estudios dicen que La Moneda ha logrado tener un relato comunicacional positivo por sobre los flancos que mantiene abiertos. Los incendios en la zona centro-sur de Chile, coinciden todos, le dieron un respiro y mostraron un camino que servirá de guía para este nuevo ciclo. En ese sentido, se ha valorado el trabajo del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson (RD), quien cuenta con el respaldo del Presidente para seguir en su lugar.
Otro diagnóstico que buscará asentarse y resolver es la necesidad de reforzar la conducción estratégica y política. Por eso mismo, el Presidente prepara un reforzamiento del Segundo Piso, liderado por Miguel Crispi. Uno de los nombres que interesan al Mandatario -y que ya ha sido conversado en el comité político- es el del sociólogo Sebastián Kraljevic, quien fue uno de los principales estrategas de la campaña presidencial. Al no ser amigo del Mandatario, le aportaría diversidad a un equipo que ha sido criticado por tener a muchos excolaboradores de Boric e integrantes de Convergencia Social (“es una diputación de Boric”, acusan).
Por el mismo motivo, también en el Socialismo Democrático han pedido un lugar en el Segundo Piso. Esos cambios, en todo caso, vendrán después del anuncio de los nuevos ministros y subsecretarios, para analizar en qué pie quedan los partidos después del nuevo reajuste ministerial.
En la Secom, en tanto, el Presidente está inclinado por mantener al cineasta Pablo Paredes en el cargo.