Fuego en el sur: la primera gran prueba para La Moneda
Los incendios en la zona centro-sur del país -que ha arrasado con más de 3000 mil hectáreas y dejado 24 personas muertas- puso al Presidente Gabriel Boric y su gabinete frente a su primera emergencia a nivel nacional. Esta es la historia de cómo se ha vivido la crisis al interior de La Moneda.
Eran las 12.45 horas del lunes cuando en La Moneda el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, les daba la bienvenida a los exministros del gobierno de Sebastián Piñera. Las exautoridades habían llegado a una reunión para aportar con sus experiencias sobre la forma cómo habían enfrentado los incendios forestales de 2017 y 2019.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, se sumó unos minutos después, y se mantuvo en silencio, anotando en su libreta todo lo que ahí se sugería. Entre esas recomendaciones, la que hizo el exministro de Agricultura Antonio Walker llamó la atención:
-Hay personas muy importantes que han estado a cargo de los equipos, comandando la emergencia de los incendios, que no han sido consideradas y deberían reintegrarlas a la toma de decisiones- planteó el exministro de Agricultura.
Walker hablaba de Aída Baldini, una ingeniera forestal que entre el 2018 y 2022 había sido gerenta de Incendios en Conaf, pero que en abril, y a propósito del cambio de gobierno, había sido removida de su cargo y destinada al área de plagas forestales, lejos del fuego.
Los exministros ya habían sugerido en privado que la reintegraran, pero un día después de la reunión en La Moneda, ya estaba colaborando dentro del equipo de la cartera y participando en las reuniones.
La escena es una más de la serie de gestiones que el gobierno ha puesto en marcha ante la gravedad de la situación que hasta ahora ha dejado 24 personas fallecidas, consumido 370 mil hectáreas y afectado a 1.250 viviendas.
Conscientes de que esto significa la primera gran prueba de su gestión al mando del país, en La Moneda -después de un año cargado de problemas y crisis políticas- saben que tienen que demostrar que son capaces de lidiar con esta emergencia y estar a la altura de las exigencias.
De ahí entonces -comentan en el gobierno- la disposición a escuchar a la oposición, así como a actuar en forma colaborativa con organizaciones civiles y con el mundo empresarial. De hecho, el domingo, el Presidente -quien interrumpió sus vacaciones el viernes antepasado- se reunió con los representantes de las empresas de la zona en peligro, acompañado de la ministra Camila Vallejo. Y mientras el primero dijo por Twitter que el mundo público y privado se necesitan para salir “juntos adelante”, la vocera señaló a la prensa -flanqueada por los empresarios- que “el mundo privado ha sido clave en la logística, en la gestión de movilización de maquinaria pesada para cortafuegos, para labores de limpieza”, entre otras declaraciones.
El Mandatario, quien al decidir volver a sus labores se encontraba en Coyhaique, coordinó su regreso con la Fach. Viajó en helicóptero hasta el aeropuerto de Balmaceda y desde ahí en avión a Concepción.
Al llegar, se encontraba solo con un periodista, pero sin su equipo completo, quienes lo esperaban en Santiago. Su pareja, Irina Karamanos, en tanto, se quedó unos días más en el sur del país y volvió a Santiago.
Se viene
Las primeras alertas de que lo que venía era grave comenzaron las últimas semanas de enero. Por esos días, el debutante Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) ya había declarado alerta roja para Quillón y Chillán Viejo, en Ñuble, por la presencia de incendios en ambos lugares.
A fines de noviembre se habían realizado las primeras reuniones interministeriales en Interior para enfrentar la inminente emergencia en un verano que los expertos advertían batiría varios récords de temperatura. Se adoptaron medidas especiales, como incrementar el presupuesto para incendios a $ 83.816 millones, un 22% más que el destinado para la temporada pasada. El nuevo Senapred (ex Onemi), que inició sus funciones el 1 de enero, también era una carta que daba tranquilidad a las nuevas autoridades.
Sin embargo, nadie predijo lo que vino el jueves 2 de febrero en la zona centro-sur del país. Ese mismo día, el Presidente Gabriel Boric iniciaba sus vacaciones en vuelo comercial con destino a la Patagonia y la discusión de las listas electorales para el Consejo Constitucional -en especial la disputa entre el PS y el PPD de ir en lista conjunta o separada- se tomaba la agenda política.
Pero mientras eso ocurría, los incendios se ampliaron a 12, con foco en Ñuble, los cuales obligaron a cerrar una autopista, suspender faenas y evacuar un hospital. A partir de ahí, el fuego solo creció.
“El megaincendio de Santa Juana, donde se concentró el mayor número de fallecidos, equivale a tener un incendio continuo entre Santiago y Rancagua”, señala el presidente de Corma (gremio que reúne a las empresas forestales), Juan José Ugarte, para explicar la magnitud de lo acontecido.
Cuatro días después -es decir, el lunes 6 de febrero-, la ministra Tohá entregaría otra cruda comparación. “Lo que se suele quemar en dos años se ha quemado en sólo cinco días”, dijo.
Efecto comunicacional
Tohá, en conjunto con Monsalve y la ministra de Defensa, Maya Fernández, han estado al centro de la coordinación de la emergencia, y el mundo del Socialismo Democrático se ha encargado de hacerlo saber.
Mantienen línea directa con Boric, quien personalmente se ha hecho cargo de gestionar la ayuda internacional, además de mantenerse muy activo con los ministros en terreno, a quienes llama permanentemente o les envía mensajes a través de Signal.
El subsecretario socialista ha estado al mando de la operatividad, mientras que Fernández coordina con las Fuerzas Armadas presentes en las zonas de catástrofe, la titular de Interior se ha encargado –junto al Mandatario- de la distribución de autoridades en terreno y del aspecto comunicacional, un tema clave en una crisis como esta. Porque pese al dramatismo que significa un incendio de estas dimensiones, La Moneda vio tempranamente una oportunidad para dar una señal de unidad en el país, en momentos en que la popularidad del gobierno es muy baja.
La rutina por estos días ha sido así: todas las mañanas la ministra del Interior en conjunto con el subsecretario asisten a la reunión con el Comité de Riesgo de Desastres (Cogrid). Luego de eso, ambas autoridades le reportan la información al Presidente, a quien le ha importado especialmente cumplir con el protocolo y que la institucionalidad esté operando correctamente.
En el gobierno señalan, además, que los incendios han tenido un efecto de unidad en el gabinete, que hasta ahora no se había percibido en otros temas. “El cambio de gabinete dejó de ser tema”, señala una fuente de Palacio.
Y eso también apunta al área comunicacional. La Secom -cuyo director, Pablo Paredes, también aparecía en la lista de los posibles “salientes” en marzo- ha tenido una buena evaluación entre las distintas carteras en esta pasada. Los ministerios celebran que ahora reciben constantemente sus minutas con las bajadas comunicacionales.
El llamado a la unión de los chilenos y chilenas ha estado presente en todas las intervenciones diarias de Boric. Otra de las bajadas comunicacionales es que primero hay que apagar el fuego, preocuparse de la gente y después preocuparse de perseguir responsabilidades.
La tarde del martes, Tohá convocó a La Moneda a los jefes de Comunicaciones de todos los ministerios. En la reunión, en la que también estuvo presente Pablo Paredes, la ministra les instruyó que transmitieran a sus ministros y a sus equipos que había que destacar la nueva institucionalidad de emergencia, Senapred, ley que promulgó el expresidente Sebastián Piñera en julio de 2021.
A eso se le sumó la instrucción de destacar los avances, esfuerzos y aprendizajes del sector público y privado para enfrentar los incendios forestales en el país, luego de la llamada “tormenta de fuego” en 2017.
Relevar el apoyo de los empresarios y de las Fuerzas Armadas -sectores que Apruebo Dignidad criticó duramente antes de llegar al gobierno, especialmente durante el estallido social- fue otra de las decisiones estratégicas empujadas por Tohá, Monsalve y Fernández.
En La Moneda señalan que Fernández fue clave en la decisión del Presidente de decretar toques de queda y restricciones en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía, una solicitud hecha tempranamente por los empresarios al gobierno y que tenía detractores en el Segundo Piso.
Boric se reunió el martes en forma privada con los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, a quienes agradeció la movilización de más de dos mil militares, nueve aeronaves, cuatro embarcaciones marítimas y más de 100 vehículos.
Chaquetas azules
La idea de los llamados “ministros de enlace” es otra de las estrategias que ha marcado la gestión gubernamental y fue una de las primeras decisiones que se tomaron. Esta fue propuesta en el comité político, donde se decidió que las carteras más relevantes en materia de incendios se desplegarían en terreno para destrabar la burocracia en decisiones y ayudas urgentes, además de cooperar con las autoridades regionales.
Con chaquetas azules sin mangas, las autoridades se fueron designando en base a los reportes de la Senapred y Conaf, quienes advirtieron, en un principio, de las altas temperaturas en Ñuble y Biobío.
Por eso, los primeros ministros de enlace fueron el jefe de Agricultura, Esteban Valenzuela, y Juan Carlos García, de Obras Públicas. Más tarde se sumó la Región de Los Ríos con la ministra de Bienes Nacionales, Javiera Toro; la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, en el Maule; el jefe de la cartera de Energía, Diego Pardow, en O’Higgins, y finalmente y de manera preventiva, a la ministra de Salud, Ximena Aguilera, en la RM.
El modelo, advierten autoridades regionales, tiene un arma de doble filo.
Aunque ya se había implementado antes -para los incendios de 2017, en el gobierno de Michelle Bachelet-, en ese momento no existían los delegados presidenciales y son ellos los que hoy representan el liderazgo en las regiones. Algo que podía ser un problema a la hora de coordinarse con los ministros designados, pero, además, con los gobernadores.
La ministra Tohá hizo el punto en el comité político, pero de todas formas se decidió implementar este diseño, y tanto la jefa de gabinete como el propio Presidente se contactaron con autoridades regionales para aclarar que el objetivo de los ministros de enlace no iba a superponer las facultades de los delegados. El tema es que algunas autoridades regionales ya han resentido la decisión, pues consideran que la oportunidad para tener vitrina propia les ha sido arrebatada desde Santiago.
En La Moneda responden que su tiempo será cuando se encarguen de todo lo que venga después para volver a levantar sus territorios.
Por otra parte, el despliegue del gabinete ha puesto al descubierto otra autocrítica: que la capacidad de oficio del Ejecutivo en las regiones no ha estado a la altura. Eso han transmitido algunos ministros de enlace a sus cercanos. De hecho, el diputado Diego Schalper (RN) consultó en el comité político ampliado si acaso esta decisión se debía a que tenían gente con experiencia en esos territorios.
Jackson protagónico
En el modelo de los delegados, cuentan en La Moneda que hubo una instrucción expresa del Presidente: relevar el rol de Giorgio Jackson.
El hoy titular de la cartera de Desarrollo Social ha sido uno de los ministros peor evaluados de La Moneda, viene saliendo de una acusación constitucional de la que se salvó y asomaba para salir de su cargo en un eventual cambio de gabinete. Por eso, esta era una oportunidad para volver a posicionarlo, transmiten desde Palacio. Prueba de ello es que se le haya asignado una de las regiones más políticamente importantes.
Su trabajo en La Araucanía ha estado marcado por la coordinación conjunta con el delegado presidencial José Montalva. Es a través de este último que Jackson se ha coordinado con el gobernador de oposición Luciano Rivas, ya que -según transmiten- no ha existido comunicación directa entre ambos. Sin embargo, quienes conocen al ministro aseguran que estar en terreno le ha hecho bien.
“Tenerlo tan enclaustrado en lo político no era bueno. Él tiene buena capacidad de despliegue y organización, solo le hacía falta estar ahí”, dice un cercano a Jackson.
No ha pasado desapercibida tampoco su presencia en redes sociales, donde el ministro ha realizado videos informativos, se ha mostrado trasladando estanques de agua y trabajando en terreno con voluntarios.
Lo mismo ha ocurrido también con el resto de los ministros en las regiones, quienes han usado las redes sociales como principal herramienta de comunicación. Fue también por las redes -y más encima del ministerio de Jackson- donde Boric tuvo su primer traspié: en el afán de capitalizar la crisis, el viernes publicó un afiche anunciando que a partir de mañana se paga el bono de recuperación para las familias afectadas. El problema no era ese, sino la imagen: el sentido abrazo de Boric con un señor de edad fue criticado de populismo y descriterio.
Llegó marzo
La vocera Camila Vallejo -quien tuvo que suspender su fiesta de matrimonio agendada desde hace meses para ayer sábado- ha estado a cargo de la coordinación de la ayuda de las organizaciones de la sociedad civil, entre ellas, la Cruz Roja, Techo y Desafío Levantemos Chile. Esta última, pese a ciertas diferencias ideológicas con el gobierno, ha hecho una rápida labor que los ministros han salido a valorar.
También ha descolocado al gobierno. El lunes, en un despacho en directo con el matinal de TVN, el gobernador regional de La Araucanía, Luciano Rivas, anunció un acuerdo con Desafío Levantemos Chile para reconstruir 70 viviendas definitivas y amobladas en menos de siete meses en las comunas de Vilcún y Purén. La rapidez del anuncio y los plazos comprometidos llamaron la atención en Palacio y agilizaron la gestión interna de las ayudas. La versión que tienen en la gobernación es otra: que Desafío ofreció ayuda al gobierno, pero ante la demora, prefirieron entregarla a la gobernación.
Al igual que Vallejo, la mayoría de los ministros del gabinete ha interrumpido sus vacaciones para sumarse a la emergencia. La tarde del jueves, la canciller Antonia Urrejola, que hasta el viernes se encontraba de vacaciones en Costa Rica, tuvo que volver tras ser un flanco de críticas por su ausencia. Sobre todo porque, a juicio de varios, debió haber sido ella y no el Presidente y el subsecretario de Relaciones Económicas, José Miguel Ahumada, quienes estuvieran gestionando la ayuda internacional.
Hasta el viernes, quienes aún se encontraban haciendo uso de su descanso legal eran cinco ministros: Mario Marcel (Hacienda), Ana Lya Uriarte (Segpres), Jeannette Jara (Trabajo), Carlos Montes (Vivienda) y Marcela Hernando (Minería). En La Moneda transmiten que no ha existido una instrucción explícita del Presidente para que su gabinete se encuentre en pleno, sino que se ha privilegiado que los ministros sectoriales e “incumbentes” en la emergencia estén desplegados.
Durante la próxima semana, Boric continuará recorriendo las regiones afectadas liderando ahora un plan de recuperación.
Quienes han conversado con el Mandatario cuentan que si bien se ha mostrado activo ante la emergencia, ha reconocido en privado que se ha impresionado con las historias de las familias damnificadas. Así lo resume una persona que ha conversado con él:
-Nos ha dicho que esto es una tragedia.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.