"Estamos atendiendo", dicen los carteles pegados en las puertas de vidrio y madera de la Fuente Alemana, el tradicional restaurante de sándwiches que se ubica a metros de Plaza Italia, epicentro de las manifestaciones sociales. Un trabajador apostado detrás del ingreso principal oficia de "centinela" ante el latente riesgo de sufrir robos y saqueos por parte de delincuentes.
Como medida de protección, la cajera del recinto mantiene, a pocos centímetros, una katana de madera. Los frecuentes incidentes que se registran en el sector entre encapuchados y Carabineros, además del uso de gases lacrimógenos, alejaron a los clientes de este histórico recinto del centro de Santiago. Dentro del local, la baja de clientes preocupa a sus trabajadores: "Hoy atendemos a casi el 10% de lo que atendíamos un día normal", se lamenta una funcionaria de este local, que se resiste a bajar sus cortinas y rendirse ante el incontrolable vandalismo del sector.