Gil Artzyeli, embajador de Israel: “Espero que no vayamos hacia una diplomacia de megáfono, sino que mantengamos el diálogo”
El embajador de Israel en Chile presentó finalmente sus cartas credenciales al Presidente Gabriel Boric el viernes pasado. Un encuentro que, asegura, fue “agradable y muy positivo”.
El viernes pasado, el embajador de Israel en Chile, Gil Artzyeli, presentó finalmente sus cartas credenciales ante el Presidente Gabriel Boric. Un episodio que habitualmente tiene escasa o nula cobertura, esta vez concentró la atención de los medios. ¿La razón? El inédito incidente del 15 de septiembre pasado, cuando el Mandatario a último minuto no recibió al representante israelí, argumentando la muerte de un joven palestino a manos de fuerzas israelíes en Cisjordania. El hecho no sólo causó amplia repercusión internacional, sino que tensionó las relaciones entre ambos países.
Luego del incidente, la cita finalmente se reagendó para el 30 de septiembre y se llevó a cabo con normalidad, o casi. Está vez fue el diplomático israelí quien rompió el protocolo, porque luego de la entrega de sus credenciales y cuando ya salía del salón, vio que aún tenía en su poder un libro que le llevaba de regalo al Mandatario. Se tuvo que devolver y, antes de que el Presidente recibiera a la embajadora de Finlandia, logró entregárselo. El libro era Una historia de amor y oscuridad, del escritor israelí Amos Oz, una novela autobiográfico que aborda la complejidad del conflicto palestino-israelí.
¿Cómo estuvo la ceremonia de entrega de cartas credenciales? ¿Qué conversó con el Presidente y la canciller Antonia Urrejola?
Fue una reunión agradable y muy positiva. No voy a entrar en detalles, porque fue una reunión privada, pero puedo decir que los temas que se mencionaron fueron Israel, Chile, las relaciones bilaterales y hablamos de derechos humanos. Escuché al Presidente y el Presidente me ha escuchado. Yo creo que el tema principal son los derechos humanos y entiendo y aprecio la postura del Presidente y del pueblo chileno en ese tema. Compartimos los mismos valores y para Israel es igual de importante como para todas las democracias. Hay como 40 países democráticos de verdad que aprecian el respeto a los derechos humanos, Chile e Israel están entre ellos. Ese fue el tono del diálogo.
¿Con qué percepción se quedó luego del encuentro sobre la visión que tiene el Presidente de Israel y del conflicto en Medio Oriente?
No puedo entrar en los detalles, pero sí le puedo decir que hemos hablado de derechos humanos. Y como he dicho en las últimas semanas, el tema de los derechos humanos es tan importante para Israel como lo es para Chile, no más, pero tampoco menos. Estamos en permanente diálogo con otros países, que también hacen preguntas sobre algunos acontecimientos, pero en una zona de conflicto mueren también civiles. Nosotros hacemos todo lo que está a nuestro alcance para evitar que mueran civiles, palestinos e israelíes, y estamos invirtiendo miles de millones de dólares en la protección de la sociedad civil. Cada casa en Israel tiene una habitación blindada, que cuesta un montón. También tenemos la tecnología que nos protege de misiles, la cúpula de hierro. Y cada israelí, el 99,9%, cuando escucha de una víctima palestina civil, le duele. No es algo que queremos, es algo malo, pero es lo que ocurre en cualquier conflicto.
El Presidente y la canciller dieron por superado el incidente generado por la suspensión de la entrega de sus cartas credenciales, ¿para Israel el incidente está superado?
Sí, yo entregué las cartas y estamos mirando para el futuro, más que nada para el bien de los dos pueblos. Hay tanto potencial y las embajadas de Israel en Chile y de Chile en Israel ya han hecho tanto que yo veo mi deber, mi tarea, profundizar y ampliar esa relación en otras áreas. El tema principal que le señalé al Presidente es el de la salud. Vi con mucho interés la presentación del presupuesto, en la que el Presidente explicó las prioridades y vi el tema de salud. Israel tiene un sistema de salud estatal, universal, muy eficiente y de altísima calidad, en el cual el más rico y el más pobre, árabe, judío, cristiano, joven, empleado o no empleado, tiene acceso a él. Es un sistema que estamos perfeccionando desde hace décadas y creo que no solo para Chile, sino para este gobierno, con su compromiso en el tema, el modelo de Israel puede ser interesante. Son dos países Ocde, dos países con economías de mercado y también en una economía de mercado se puede tener un sistema de salud universal y eficiente.
Más allá de que el incidente se dé por superado, estos hechos dejan heridas. ¿Quedaron heridas?
Yo, en lo personal, siempre digo que cuando se rompe un hilo hay que volver a hacer un nudo, y ese nudo es un tipo de cicatriz. Pero al mismo tiempo el hilo es más corto, entonces los lados se acercan. Hicimos un nudo y ahora estamos más cerca.
Y ¿el nudo está firme?
El nudo es muy firme. Espero que no vayamos hacia una diplomacia del megáfono, sino que mantengamos el diálogo. Apreciamos mucho la posición de Chile, porque es un país democrático, donde los derechos humanos son verdaderamente apreciados y es algo del credo de Chile y de su historia. Cuando una dictadura nos critica en materia de derechos humanos lo descartamos, pero cuando un país como Chile habla, lo escuchamos. Y queremos que Chile nos escuche a nosotros y mantengamos un diálogo respetuoso que refleje unas relaciones que ya llevan siete décadas.
¿Cómo recibió Israel el discurso del Presidente en la ONU donde llamó “a no naturalizar las permanentes violaciones a los DD.HH. contra el pueblo palestino”?
También escuché la otra parte de lo que dijo el Presidente, reconociendo el derecho de Israel a existir en fronteras seguras, que es algo obvio, pero es obvio para este gobierno, pero no para todos. Hay aquí en Chile extremistas fanáticos que critican a Israel sin ninguna justificación… No critican a Israel, lo demonizan con acusaciones de apartheid. Alguien que haya estado en Israel sabe que los árabes israelíes son parte importante de la población, parte integral de la sociedad israelí. Están en el gobierno, están en el Parlamento. Si en el apartheid de Sudáfrica las personas de color no podían sentarse en un banco del parque, en Israel, los árabes que supuestamente sufren de apartheid, no sólo se pueden sentar en el banco del parque, sino también en el de la corte de justicia, en el del Parlamento, en bancos, en todo.
Y ¿en el caso de Cisjordania?
Cisjordania no es parte de Israel, es una zona de conflicto que está bajo la Autoridad Nacional Palestina, no son ciudadanos de Israel. Entonces hemos intentado en las últimas décadas llegar a una solución digna. Los palestinos merecen tener una vida digna, próspera, como cualquier otro ciudadano del mundo, pero para esto se necesita a las dos partes, y cuando el liderazgo palestino ni siquiera mantiene elecciones democráticas y no se respetan de ninguna forma los derechos ni de sus mujeres ni de los grupos LGTB ni de nada y sólo utiliza el término de derechos humanos para atacar a Israel, no hay ningún respeto a los derechos humanos de sus ciudadanos.
El actual gobierno y figuras del oficialismo han sido muy críticas con Israel. El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, es miembro de la comunidad palestina y duro crítico de Israel. ¿En qué medida eso puede afectar las relaciones entre ambos países?
Yo veo que la polarización en Chile respecto del conflicto israelí-palestino es mayor de lo que sucede en Medio Oriente. Aquí no se critica, se demoniza. No es algo constructivo, no es nada que beneficie realmente a los palestinos. Sus intereses son diferentes, no sé cuáles son, pero son ajenos a lo que sucede en Medio Oriente. La situación allá es tensa, pero hay una nueva realidad. Israel está cooperando en una forma amplia en todos los ámbitos con Egipto, con Jordania… En el caso de Jordania, incluso, nosotros les damos agua y ellos nos dan energía, porque Israel es tan pequeño –es poquito más grande que Los Ríos- que no tenemos espacio para poner paneles solares. Jordania sí lo tiene. Nosotros les damos agua y ¿de dónde tenemos agua? No tenemos agua, la producimos, a través de tecnología, de desalinización, de buen manejo, de ahorro. Cooperamos con Egipto con gas natural, y con los Emiratos con innovación, y con Bahrein y con Marruecos en tantos ámbitos. Ojalá pudiéramos trabajar con los palestinos. Los líderes tienen una responsabilidad. La gente quiere vivir dignamente y ojalá Chile pueda ser un puente, un actor constructivo por su privilegiada relación con los palestinos y con Israel, en bien de los palestinos, de Chile y de Israel.
¿Cree que el gobierno chileno está mal informado sobre lo que pasa en Israel?
Hay muy pocas voces, pero muy extremas y muy vociferantes, pero la mayoría son gente que sí quiere el bien, el bien de todos los pueblos, israelí, chileno, palestino, del mundo entero. Hay algunos que, por razones personales, políticas u otras, no sé cuáles son, toman un camino de demonización, repito, y aluden a lo que parecen calumnias de la Europa del siglo XV. Pareciera que los israelíes se levantan por la mañana para matar a niños palestinos.
¿Quiénes son esas personas?
Yo apenas presenté las cartas, no llevo ni tres meses aquí. Sé que hay algunos aquí, sé que son muy pocos, pero vociferantes, y creo y veo en estos casi tres meses que llevo aquí tanta gente de buena voluntad, de buenos intereses. Es muy importante también tener claro que este no es un juego de suma cero. Si alguien está a favor de un Estado palestino no significa que esté en contra de Israel. Hasta el primer ministro de Israel dice en la ONU que está a favor de un Estado palestino, siempre que no perjudique la existencia de Israel.
Algunos vincularon la decisión de no aceptar sus cartas credenciales en la primera ocasión con antisemitismo. ¿Cree que hay antisemitismo en Chile?
Me imagino que estás también en las redes sociales y ves los comentarios y acusaciones de que Israel es un país de genocidas y de apartheid. No es una crítica aislada, es una demonización de una cosa que no existe, que no es verdad. Y eso viene de un odio, y como hoy no es cool ser antisemita, convierten el antisemitismo en “anti Israel”, que es más legítimo supuestamente. Es legítimo criticar a Israel como lo es criticar a Chile, a Estados Unidos a cualquier país. Cualquier país en el mundo puede ser criticado, no hay país perfecto. Dicho esto, demonizar y ponerle a un país otros estándares que no se aplican a otros países, ponerle a Israel otro estándar y levantar acusaciones falsas sí es antisemitismo.
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