Graham Allison: “Trump y Xi entienden que una guerra entre EE.UU. y China sería catastrófica”

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Exsubsecretario de Defensa de Bill Clinton y autor de numerosos libros, Allison -de 85 años- plantea que el mundo “está en un período de cambios más rápidos, tanto en el plano tecnológico como en el geopolítico”.


Es un veterano de la ciencia política y también de Davos. Varios panelistas de este año han sido alumnos o discípulos, y fue presentado como “el más prominente experto en asuntos internacionales y seguridad nacional”.

Graham Allison lleva décadas analizando el mundo, además de haber participado en el gobierno, como subsecretario de Defensa en la primera administración de Bill Clinton. Allison recibió entonces el mayor galardón civil del Departamento de Defensa, la Medalla de Defensa al Servicio Público Distinguido, por “remodelar las relaciones con Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán para reducir el antiguo arsenal nuclear soviético”.

El resultado, según la información de Harvard, fue la devolución segura de más de 12.000 armas nucleares tácticas de las antiguas repúblicas soviéticas y la eliminación completa de más de 4.000 cabezas nucleares estratégicas dirigidas anteriormente contra Estados Unidos y abandonadas en Ucrania, Kazajistán y Bielorrusia cuando desapareció la Unión Soviética.

La relación de Estados Unidos y China es una de sus áreas de mayor expertise e interés. El último libro de Allison, Destinados a la guerra: ¿Pueden Estados Unidos y China escapar de la trampa de Tucídides? (2017), fue un bestseller nacional e internacional. Su libro de 2013, Lee Kuan Yew: The Grand Master’s Insights on China, the United States and the World, fue un éxito de ventas en Estados Unidos y en el extranjero. Nuclear Terrorism: The Ultimate Preventable Catastrophe, ya en su tercera edición, fue seleccionado por The New York Times como uno de los “100 libros más notables de 2004″.

El primer libro de Allison, Essence of Decision: Explaining the Cuban Missile Crisisa (1971), figura entre los libros más vendidos de todos los tiempos, con más de 500.000 ejemplares impresos.

Además de ser subsecretario de Defensa con Clinton, fue asesor especial del secretario de Defensa con el Presidente Reagan, y ha sido miembro del consejo asesor del secretario de Defensa para todos los secretarios desde Weinberger hasta Mattis. Tiene la exclusiva distinción de haber sido galardonado dos veces con la Medalla al Servicio Público Distinguido, la primera por el secretario Cap Weinberger y la segunda por el secretario Bill Perry. Ha formado parte de los consejos asesores del secretario de Estado, del secretario de Defensa y del director de la CIA.

FILE PHOTO: 54th WEF annual meeting in Davos
FILE PHOTO: A view of a logo during the 54th annual meeting of the World Economic Forum, in Davos, Switzerland, January 19, 2024. REUTERS/Denis Balibouse/File Photo

Entusiasta y energético a sus 85 años, se sienta a las 8.00 en el panel “47th US Presidency, Early Thoughts”, al día siguiente de la inauguración. Vestido de café y con botas semivaqueras, debate con Ian Bremmer sobre algunas ideas de lo que vendrá, mientras muchos se le acercan para saludarlo y agradecerle. Al final de su charla, busca un par de sillas vacías en el Congress Center de Davos, atestado de líderes de negocios y política, para conversar con La Tercera sobre los cambio geopolíticos y sus consecuencias.

¿Cree que nos encontramos, como se afirma aquí en Davos -en términos de revolución tecnológica-, en una nueva era o fase de nuestra historia?

Sí, creo que nos encontramos en un período de cambios más rápidos, tanto en el plano tecnológico como en el geopolítico, que los que hemos visto ciertamente en toda nuestra vida. Y la combinación de la inteligencia artificial, más sus aplicaciones de ella en la ciencia, más los avances biomédicos, más el potencial para máquinas más inteligentes que los seres humanos, es materia de ciencia ficción, y todo está sucediendo en tiempo real. Y en el plano geopolítico, lo que estábamos acostumbrados a considerar como el orden posterior a la Segunda Guerra Mundial y luego el orden posterior a la Guerra Fría se ha ido erosionando, pero creo que lo que ahora vemos es que los parámetros de eso se han transformado. Y luego, políticamente, dentro de los países, sin duda en Estados Unidos, hemos tenido un cambio básicamente revolucionario, en el que un individuo ha diseñado y logrado el mayor regreso político en 249 años de democracia estadounidense.

¿Cuán preocupado está?

Si la pregunta es si esto te marea, o hace que las cosas se vean un poco borrosas, o te parece confuso, creo que sí, lo es. ¿Y es aterrador? Sí, lo es. ¿Y es emocionante desde el punto de vista positivo? Sí, lo es.

¿Qué debería hacer el Partido Demócrata, pero también los partidos progresistas en todas partes, que están conmocionados por lo que ha sucedido con Trump? ¿Cuál debería ser una manera inteligente de pensar sobre esto y salir de un estado de ánimo de confusión?

Creo que estaremos (de aquí en adelante) en esta fase de hipershock del futuro. Hay un libro que escribió Alvin Toffler hace 25 años, llamado Future Shock, que básicamente decía que cuando las cosas cambian tan rápidamente en tu entorno personal, en tu vida, en lo que sea, simplemente te quedas, ya sabes, patas arriba. Y es impactante y, por lo tanto, hace que las personas se sientan inseguras, incómodas y confundidas. Bueno, yo diría que eso multiplicado por 10 es lo que le pasa a la gente todos los días. Y esto los hace pensar, a ellos, a ti, a mí, ¿qué está pasando? ¿Puedo pensar en las desventajas y las ventajas? Todo esto está sucediendo. Ahora bien, creo que, por desgracia, en el Partido Demócrata de Estados Unidos y en los partidos progresistas en general ha habido una arrogancia.

¿Cuál?

La de imaginar que los dirigentes de los partidos progresistas o demócratas y los expertos que los rodean saben cómo funcionan las cosas. Y que ellos mismos las gestionarán, que otras personas diferirán y que todo irá bien. Y creo que eso ha sido una ilusión. Creo que, en realidad, si se observa lo que ha sucedido con los ingresos y la calidad de vida de, digamos, la mitad de la gente, esto no ha estado funcionando para ellos. Y si no funciona para ellos, entonces tienen que encontrar una manera de responder a los llamamientos de alguien como Trump y al populismo que se ve en otros lugares. La otra parte es que, creo, los progresistas, al menos en la historia estadounidense, han añadido muchas cosas que ellos creen que son importantes.

¿Se refiere a lo que se llama “wokismo”?

Sí, y otras cosas similares que, en mi opinión personal, no tienen sentido. Cuando, por ejemplo, hacer que la gente use palabras como “ellos”, “nosotros”, lo que sea, en vez de hablar de ella o él. La mayoría de la gente, el 90% de la gente, considerará que esto es una imposición de sus puntos de vista sobre uno. Pero, por otro lado, creo que el crecimiento de una especie de liberalismo, casi libertarianismo, es significativo, incluso, ciertamente, en la cultura estadounidense. La mayoría de la gente está dispuesta a vivir y dejar vivir. Así que no es como si quisieran ir y tomar a las personas trans y obligarlas a algo…

¿Porque usted tampoco está hablando de limitar los derechos de las personas LGBT o retroceder en sus derechos?

Claro, creo que la idea, o la simple idea liberal, de que las personas deben ser tan libres como sea posible hasta que su libertad se imponga a la libertad de alguien más, es una idea que comparto, y creo que ha habido un gran avance en ese sentido. Hubo una época en que los negros no podían ser ciudadanos. Y respecto de las mujeres, por ejemplo, ni siquiera podían votar…, no podían tener un trabajo, tantas otras cosas. Hubo un tiempo en que una persona, si era gay, era acosada. Claro, eso no puede ser. Pero, por otro lado, si una persona que es gay quiere hacer proselitismo para que más personas sean gays, y tal vez incluso ir a la escuela a la que van sus hijos y decirles que ser gay es un estilo de vida alternativo que deberían considerar tener, etcétera, creo que el 80% de la gente dice que no, que no estamos de acuerdo con eso. Y lo que te gustaría hacer en tu vida privada, en tu tiempo privado, lo que sea, eso es asunto tuyo. Pero lo que se intenta promover es que el público esté de acuerdo con las cosas. Creo que los progresistas se apuraron al pensar que la gente había aceptado su agenda. Por eso, el Partido Demócrata ahora va a estar en un período de agitación, porque está formado por grupos muy diferentes. La clase trabajadora, que ha sido el núcleo del electorado, ha votado por Trump, y la población negra, que ha sido otro núcleo, ahora se está fragmentando.

Incluso los latinos están votando por Trump...

Incluidos los latinos, claro. Lo más interesante es observar los distritos clave de Texas, que son de mayoría latina y votan por los republicanos. Por eso, yo diría que si ese es nuestro partido -y yo soy demócrata-, tenemos mucho trabajo por hacer para reconstruir una propuesta política que sea competitiva.

En su destacada trayectoria, con tantos años pensando, reflexionando, también trabajando en el gobierno, viendo políticos y la política en el mundo, ¿qué cree que define el momento especial que estamos viviendo? ¿Y cuáles son sus principales preocupaciones?

Básicamente, me preocupan la geopolítica, la guerra y la paz. Y creo que lo peor que puede suceder es la guerra. Porque si tú o yo estuviéramos hoy en el Donbass, o en Gaza, o en Sudán, o en Yemen, o en muchos otros lugares, lo único que nos preocuparía sería no morir a causa de una bomba, tratando de encontrar dónde está nuestra familia, si están buscando comida, básicamente. Si el problema central para los seres humanos y su progreso en el mundo es evitar la guerra, entonces la principal amenaza para ello a nivel global es la relación entre Estados Unidos y China. Ese es el tema sobre el que escribí en mi libro de 2017, Destined for War.

¿Es pesimista?

Por un lado, soy pesimista y creo que, en la mayoría de los casos, cuando una potencia en ascenso intenta desplazar a una potencia gobernante, el resultado es una guerra. Por eso, si tuviera que apostar, durante la próxima década, o dos o tres, lamentablemente tendremos una guerra catastrófica entre Estados Unidos y China. Eso sería lo más probable. Pero, por otro lado, si se trata de una guerra entre EE.UU. y China, perturbará a todo el mundo.

¿Está hablando de una guerra real, no una guerra comercial, no?

No, una guerra real, una guerra realmente. Pero, por otro lado, la razón para el optimismo en este momento es que creo que tanto Trump como Xi se consideran a sí mismos grandes líderes, que entienden que la guerra sería catastrófica para su propio país, que están comprometidos con hacer que su propio país tenga éxito. Y tengo la esperanza de que encontrarán una manera de llegar a un acuerdo entre ellos. Por eso soy optimista para el año que viene en lugar de pesimista.

¿Cree que Davos está sorprendido por Trump y su inauguración? Porque Trump es anti-Davos, es antiglobalista… ¿Están en shock?

En Davos, la mayoría de la gente está en estado de negación. Ya sabes, las siete etapas del duelo. La primera etapa es la negación -dice sonriendo, mientras un grupo lo espera para seguir la conversación y el debate en los pasillos de Davos-.

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