Javier Macaya: “El gobierno terminó regalándole a la oposición una unidad de propósito”
El presidente de la UDI afirma que la caída del pacto administrativo del Senado dejó a las fuerzas de Chile Vamos y Demócratas con “una capacidad de actuar con más articulación” desde la Cámara Alta. En ese sentido, llama a “enfrentar al gobierno con la máxima unidad posible”, desde instancias como el Congreso hasta la negociación municipal.
No ha sido una semana tranquila para la oposición ni para el presidente de la UDI, Javier Macaya. La disputa por la presidencia del Senado -que terminó con el RN José García en la testera y el PPD Pedro Araya fuera de carrera- sigue generando recriminaciones cruzadas. Pero -también- suspicacias sobre cuán duradera será la alianza de Chile Vamos con Demócratas en la etapa política que se abre.
¿Valió la pena ganar la mesa del Senado?
Es fundamental contextualizar que la izquierda actuó de manera muy torpe e incoherente en toda la negociación de la mesa del Senado, porque se entramparon en un conflicto interno. La Moneda demostró, una vez más, una incapacidad política para liderar a su propia coalición. Y, en ese sentido, el gobierno tiene que asumir que perdió la mayoría en el Senado y que no puede pretender negociar las reformas solo desde su visión. Para construir acuerdos, no basta con la amenaza o la manera agresiva con la que se ha movido esta semana, particularmente con la situación del Senado.
Para ustedes también hay costos. Políticos y de imagen, por no cumplir la palabra empeñada.
Es que nosotros estamos seguros de que no hemos incumplido la palabra. Fue el oficialismo el que la incumplió y debe asumir su responsabilidad en la derrota. En los días previos a la votación se sabía que el acuerdo estaba en riesgo por la incapacidad que hubo en esa coalición para proponer un nombre para la presidencia del Senado y por querer bloquear la llegada de Ximena Rincón a la Comisión de Hacienda. Ellos generaron las condiciones para romper el acuerdo. El oficialismo tiene que asumir esa responsabilidad. En esa lógica, lo sucedido es que el gobierno terminó regalándole a la oposición un triunfo accidental en el Senado.
¿Qué efectos políticos tiene ese regalo accidental?
Que unió a la oposición de una manera relevante. En definitiva, el gobierno terminó regalándole a la oposición una unidad de propósito, una capacidad de actuar con más articulación desde el Senado. Pero también hay que consignar que a la ciudadanía no le merece tanta relevancia este tema, y que si ellos quieren emporcar el ambiente y generar una tensión permanente, diciendo que no hay posibilidades de llegar a acuerdos, tienen que asumir su responsabilidad.
¿Y tienen disposición?
Tenemos disposición, mientras esos acuerdos sean buenos para los chilenos.
Desde el regreso de la democracia que no se rompía un acuerdo administrativo en la Cámara Alta.
Y, en esto, ha habido una hipocresía tremenda de parte de la izquierda, porque apunta a la UDI, pero en reserva reconoce que hay responsabilidad del gobierno y de un partido, por no haber puesto los nombres a disposición en el tiempo oportuno. Aquí hay actores políticos muy relevantes del oficialismo que estaban notificados de lo que iba a ocurrir y no hicieron nada. Por eso creo que el gobierno tiene que asumir que perdió la mayoría en el Senado, lo que significa que tampoco puede pretender hacer las reformas solamente desde su mirada ideológica, sino que tiene que ser capaz de conversar y construir acuerdos con una oposición que hoy es mayoría en el Senado.
El oficialismo culpa a la UDI del clima de tensión que quedó tras la elección de la mesa del Senado.
Uno de los principales responsables en el tema legislativo de construir un ambiente adecuado es el gobierno. La Moneda no puede jugar a atacar a la oposición, como lo hizo evidentemente esta semana y, al día siguiente, llamar a los acuerdos.
¿Qué responsabilidad asumen ustedes?
La asumimos y, por eso, a propósito de las declaraciones de estos días, de la ministra Vallejo y del Presidente, la oposición no ha pisado el palito. Desde 2022 que Ximena Rincón y Matías Walker vienen trabajando en la oposición, por lo tanto, si hubiésemos querido romper compromisos, lo habríamos hecho hace un año y medio, no hoy día.
¿Cuánto vale hoy la palabra de la UDI?
Yo creo que con la evidencia de dónde están las responsabilidades vale lo mismo o más. Nosotros íbamos a cumplir la palabra empeñada y, para eso, estábamos dispuestos incluso a tensionar nuestra relación con nuestros aliados naturales.
¿Estuvo en riesgo la relación con RN?
Lo que estaba en juego para nosotros era el cumplimiento de un compromiso. Pero también hicimos la advertencia de que si la izquierda no apoyaba una parte de ese acuerdo, nosotros nos declarábamos en libertad de acción. Y, desde ese punto de vista, creo que la izquierda, el gobierno, nos regaló una unidad de propósito a la oposición para trabajar con mayor articulación desde el Senado a partir de ahora.
El Presidente Boric sostuvo que cuando se rompen las confianzas las instituciones se debilitan. ¿Cómo se recomponen esas confianzas?
Hay una responsabilidad muy importante del gobierno en esa recomposición y no veo que la asuma con la urgencia que tiene el actual momento de Chile. Decir que el país hoy día está mejor que hace dos años muestra una desconexión grave, a mi juicio, con la realidad, que irrita a la inmensa mayoría del país. Y, ahora, trató de aprovecharse de los derechos y no cumplir con sus obligaciones en este convenio.
Ud. tenía una buena relación con el Presidente. Al parecer ya no es así, ¿qué pasó?
He tenido menos conversación y eso es una realidad. Pero mi respeto a una persona que fue electa democráticamente, para que pueda conducir de mejor manera los destinos del país, sigue intacto. Lo que es importante acá es que el Presidente sea capaz de cambiar el rumbo y de entender que Chile atraviesa por una situación muy delicada. Y, en ese sentido, es preocupante que celebre, por ejemplo, una cifra de crecimiento, con una conformidad abismante; que inaugure una comisaría en Longaví, con bombos y platillos, y 10 días después del acto siga cerrada, sin carabineros y sin funcionarios, o que sigamos sin saber qué ocurrió con el teniente Ojeda. El gobierno no ha estado a la altura. Está desconectado respecto a lo que está ocurriendo en Chile.
En ese escenario, ¿cuál es la proyección de los 27 votos contra 23 en el Senado?
Es una proyección de unidad de propósito importante, que hay que aprovechar. Tenemos que ser capaces de enfrentar al gobierno con la máxima unidad posible. Estamos en un año donde se está negociando la elección municipal más difícil de toda la historia de la oposición o de las fuerzas de centroderecha. Antes, cuando era entre los partidos tradicionales de oposición, Renovación Nacional y la UDI, eran negociaciones muy difíciles, enconadas. Hoy, con una oposición que es representada desde el Partido Republicano hasta el PDG, Demócratas y Amarillos, estamos ante una diversidad de actores que hace más importante esa exigencia de unidad. Y es por eso que el legado del Presidente Piñera es una buena guía orientadora, en generosidad y estrategia.
¿Qué van a hacer frente a reformas emblemáticas de La Moneda, como la previsional, el pacto fiscal?
Nuestra disposición es acordar y sacar adelante buenas reformas para Chile, que cumplan con dos requisitos. El primero, que haya evidencia técnica de que son buenas reformas. Y, el segundo, es que tengan sintonía con lo que está pensando la ciudadanía, que no solo tengan una carga ideológica estatista. Y en eso, el mejor reflejo quizá está dado por la reforma de pensiones. La evidencia técnica indica que los sistemas de reparto están en retirada. Y por eso hemos defendido que el 100% de los ahorros de los chilenos deben ir a una cuenta individual.
¿Este entendimiento político con Demócratas debiera proyectarse para lograr la presidencia de la Cámara de Diputados?
Hay una gran diferencia entre la mesa de la Cámara de Diputados y la mesa del Senado, porque ahí no hay un acuerdo suscrito. El llamado que hacemos es que todos los que se sientan de oposición tienen que unirse en un amplio espectro, que va desde Demócratas hasta el Partido Republicano. Y hay que ser generosos en el nombramiento. Quizás, le puede corresponder la presidencia a un partido que no es mayoritario y eso es lo que se tiene que hacer para conseguir unidad de cara a los desafíos que vienen para este año.
Y más a largo plazo, ¿estamos frente al nacimiento de un nuevo pacto electoral con lo sucedido con Demócratas?
Ya sea por la vía del pacto o de la omisión, por la vía de la estrategia -generando primarias en algunos casos- esperamos que la oposición sea capaz de llevar un solo candidato las elecciones uninominales. Ahí esperamos máxima unidad, porque al frente van a estar unidos desde la DC hasta el PC. Y hay vocación de poder. La derecha muchas veces tiene más vocación de división. Por lo tanto, este momento tiene que aprovecharse. Tenemos que generar unidad de propósito y una disciplina mayor de cara a las reformas más importantes de este gobierno. Desde la UDI vamos a ser los principales promotores de ese esfuerzo.
¿Qué implica una disciplina mayor?
Implica no llevar candidaturas en lugares donde legítimamente podrías aspirar llevarlas. Implica no ventilar temas que pueden ser complejos. Estrategia para ver quiénes son los mejores candidatos, más allá del partido al que pertenezcan. Implica desplazar el ejercicio de posicionamiento o de identidad de un partido político en el actual momento que vive Chile. El partido que trate de jugar a quién es el más grande o el más importante o influyente de la oposición, le hace un flaco favor a la unidad de propósito que debe tener la oposición.
¿Cómo se administran estas dos derechas?
Con esfuerzos unitarios. Y esas conversaciones se están dando en el ámbito privado. Más allá de cualquier consideración, acá todos compartimos ese objetivo.
¿También Amarillos y Demócratas? ¿Están dispuestos a un pacto con el Partido Republicano?
Esperamos que sí. Sabemos que es complejo hablar de coaliciones o pactos formales, pero sí con estrategia, generosidad y pactos por omisión en algunos casos creemos que se puede lograr.
Viendo el próximo año, ¿visualiza una primaria Matthei-Rincón?
No la descarto. Cualquier persona que aspire a llegar a la Presidencia tiene que estar disponible para medirse con las personas que tienen relativa afinidad y un proyecto común de país.
¿Matthei va a la reelección por Providencia? ¿De qué depende?
Depende de la decisión que está tomando y comunicará en las próximas semanas.
En la municipal de Chile Vamos hay zonas rojas. Una es Las Condes. Hay quienes lo critican a usted por no haber sido lo suficientemente enfático en respaldar a Daniela Peñaloza. ¿Cuál es su mea culpa?
Todas las personas que tienen liderazgo deben ponerlo a disposición de un proyecto país, teniendo especial preocupación por la unidad del sector. Daniela Peñaloza ha sido una extraordinaria alcaldesa para el tiempo difícil que le ha tocado. Ella tiene el legítimo derecho y la aspiración de ser reelecta en Las Condes. Y, por otro lado, está Marcela Cubillos, quien se planteó como una alternativa. Conversaremos con ambas cual es la mejor definición para nuestro sector.
Vienen dos años electorales. Teniendo en cuenta que hay un factor inesperado, que es el voto obligatorio, ¿qué implicaría una derrota en octubre?
Están dadas todas las condiciones para obtener un triunfo en octubre. Si eso no ocurre va a ser porque nos farreamos la unidad. Y hago la advertencia: para evitar un escenario adverso hay que actuar con unidad de propósito, estrategia y máxima generosidad.
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