Joaquín Niemann (Santiago, 7 de noviembre de 1998) pasa en Barcelona los momentos previos a su debut en Tokio. El martes llegará a la capital nipona para participar en la competencia. Mientras, se relaja en Catalunya con su otra gran pasión: los autos. “Justo después del golf, están los autos. Están en la pelea, pero soy mejor para el golf que para lo otro. Hay gente que ve un auto como un lujo; a mí lo que me mata es sentir el escape, el freno, ir rápido, pero al límite. Yo lo disfruto”, confiesa. “Desde que nací, siempre me han encantado. No es que mi papá haya sido un fanático o alguien de mi familia. Yo era el que siempre pedía auto a control remoto o jugaba juegos de autos”, agrega, entusiasmado.
Y hablando de golf, ¿cómo evalúa esta temporada?
En cada temporada uno se encuentra cosas distintas y así ha sido en esta. Me he encontrado con cosas increíbles, estuve en playoff... Ha sido buena.
¿Por qué le cuesta más en los majors?
No sé si me cueste más, solo que son semanas en las que no he estado tan cerca. Para ganar un major, hay que estar jugando el mejor golf que uno tiene y todavía no he tenido mi mejor golf en una de esas semanas. No es algo que uno pueda elegir, diciendo “esta va a ser mi mejor semana”, sino que el golf es así. Es injusto, a veces.
¿Qué siente que debe mejorar?
Tengo juego suficiente para ganar en donde quiera. Sé que si estoy en mi mejor momento esa semana, voy a ganar. Yo creo que es estar lo más cerca posible de eso la mayor cantidad de veces que uno pueda. Pienso que ahí está la clave para tener una temporada muy buena. Es difícil estar ganando todos los torneos, yo creo que nadie lo hace. El golf es una carrera más a largo plazo y una temporada no se define por un torneo, sino que a lo largo de todo el año.
¿Cómo proyecta lo que viene?
Ahora lo que queda son los Juegos Olímpicos. Ojalá poder ganar una medalla ahí; después vienen los Playoffs, que es lo más importante, porque definen todo lo que uno ha hecho durante el año y, jugar bien estas tres semanas, influye mucho.
Con 22 años y siendo 26 del mundo, ¿es muy descabellado pensar en el número uno?
Nooo, creo que el golf se pega unos saltos muy grandes y uno nunca sabe cuándo van a llegar. Pero uno sí sabe que tienen que llegar, y uno siempre está en busca de que el golf te premie de esa forma. Sé cómo trabajar para ser número uno del mundo y es cosa de tiempo que se dé, cosa de que se me dé en el año, cosa de ganar torneos. Sé que el juego lo tengo, así que en cualquier momento puede salir y puedo estar allá arriba.
¿Cuánto le debe de su éxito a su entrenador, Eduardo Miquel?
Un montón. El Edo ha estado conmigo desde donde está el escalón de los 13-14 años, que es cuando se marca la gran diferencia en todos los golfistas. Nadie puede decir que va a estar en el PGA a los 8 años, ese proceso hasta los 13-14 es muy difícil de predecir y desde ahí en adelante el trabajo que hay que hacer es muy intenso y profesional. Y tuve la suerte de que Edo estuvo ahí conmigo; siempre me llevó por una buena línea; de cómo practicar, de cómo sentir mi swing, de agarrar sensaciones. Fue clave en eso, ha sido un gran influyente de mi carrera y siempre va a estar a mi lado.
¿Qué le pareció la llegada de Mito Pereira al PGA?
Era muy esperado. Sabía que iba a llegar, era cosa de tiempo. El Covid se lo cagó de alguna forma, pero sabía que iba a llegar. Le costó un poco, porque estaba jugando bien y tuvo una lesión, que le pasó un poco a llevar el año que estaba teniendo. Le costó un poco, pero es parte del aprendizaje, y yo creo que se nota que está preparado. Todos saben que tiene el juego. Es más cosa de llegar preparado, y él lo demostró en los primeros tres torneos que jugó en el PGA Tour.
¿Cuánto ayuda que él esté en el tour?
Más que todo, ayuda a hacer más entretenido y más dinámico el estar tantas semanas encerrado. Ayuda tener un amigo en la cancha y poder conversar de cualquier otra cosa. En Detroit, donde fue el primer torneo que jugamos juntos, vimos alguna película, nos cagamos de la risa y eso hace que la semana se pase más liviana, el golf pase a segundo plano y se haga todo más ligero.
Marcelo Ríos contaba que le impresionaba el relajo suyo para enfrentar a los mejores del mundo. ¿Qué le parece?
Desde esa vez que me fue a ver en Tampa, hemos estado en contacto. Nos agarramos pa’l hueveo el uno al otro todo el rato. Lo empiezo a molestar... Muy buena onda el Chino. Yo no lo conocía, todos hablaban de la imagen que tenía, de que era pesado, pero la verdad es que yo lo encuentro un crack. No hay otra definición que tenga para él. Lo encuentro un ejemplo de deportista. Al haber estado sentado con él y ver la forma en que habla, uno se da cuenta y dice “ahí está por qué llegó a ser número uno del mundo”. La personalidad y la mentalidad que tiene para enfrentar las cosas es increíble. Me ayudó mucho y aprendí mucho de él. Seguimos hablando y nos hueveamos con que cuál auto es más rápido, si el del uno o el del otro. Y el de él es más lento, ja,ja,ja,ja.
El aspecto psicológico pareciera ser que lo tiene bastante resuelto.
Ojalá lo tuviera resuelto. Si lo tuviera resuelto, no estaría trabajando en eso. Sé que es algo que me va a servir para toda la vida y lo voy a trabajar siempre. No solo me sirve para el golf, sino para mi vida en general. Me gusta lo que hablamos con mi psicólogo y con el Edo. Cada día voy mejorando de a poco y cada torneo depende de eso. Yo creo que nunca voy a dejar de aprender.
Con respecto a Tokio, ¿tiene alguna referencia de cómo va a ser la cancha?
Todavía no he visto cómo es la cancha. Vamos a tener un día de práctica. La verdad que ha sido un parto poder estar ahí. Hay que hacer cuatro PCR para poder entrar a los Juegos, después hay que hacer un test estando allá. Es estresante, pero ojalá llegar luego y preocuparse de todas las cosas que hay que hacer. Sí va a estar entretenido y el ambiente va a estar bueno; poder conocer la Villa Olímpica va a ser una experiencia inolvidable.
¿Admira a algunos de los deportistas que van a estar en los Juegos?
Me encanta el deporte. No soy de ver mucho en la tele, pero en los Juegos Olímpicos, desde afuera, siempre uno ve la natación y el atletismo, que son mis favoritos. Me hubiera encantado ver a los deportistas, pero por el Covid no se puede ver ningún deporte y es una pena.
¿Le costó mucho decidir estar en Tokio?
No. Siempre supe que quería ir. Obviamente, para mí representar a Chile es una de las cosas que me encanta desde que partí jugando golf. Nosotros no crecimos soñando ni con la ilusión de ganar una medalla, porque el golf nunca estuvo en los Juegos, y esta va a ser la segunda vez. Es algo que vino de la nada y, tener la chance de ir a participar por una medalla, para mí es un sueño. Pero sí, es raro para los golfistas que no nacen con esa ilusión y tienen toda su carrera armada. Eso ahora va a cambiar, porque los niños van a crecer con esa ilusión.
A Christian Garin lo criticaron mucho por no ir. ¿Qué le pareció esa decisión?
Es un caso complicado. Hay que ponerse muy en su lugar. Él está pensando en su carrera. Yo sé que es difícil y sé que le hubiera encantado ir a los Juegos, pero está en una situación en que necesita jugar los torneos grandes del tenis. En Wimbledon jugó increíble. Para los chilenos, representar al país es algo que todos quieren. Uno lo puede ver en los futbolistas que están en equipos grandes y disfrutan jugando por Chile, pero en la situación de Garin veo que está en lo correcto. Es difícil, teniendo torneos tan importantes, que le dan la opción de seguir creciendo, y sabiendo que es joven y que va a tener la posibilidad de participar en otros Juegos... Es su decisión. A Garin se lo chaquetearon harto por las redes sociales, pero es su carrera y hay que apoyarlo. Él sabe qué es lo mejor para él y obviamente se muere por representar a Chile, pero estaba en una situación complicada.
¿Cómo fue su experiencia con el Covid?
Soy joven, por suerte no tuve nada grave. Solo estuve tres días en cama en que no me sentí muy bien. Estaba con un típico resfrío, con fiebre, pero no fue nada grave. Traté de vacunarme lo antes posible, y con la vacuna todo es mucho más fácil y menos peligroso. En Chile mucha gente se ha vacunado y eso me pone feliz. Yo encuentro que hay que ir a vacunarse por el bien de todos. Por mi parte, no me han puesto ningún chip (ríe).
No son pocos los que creen eso.
En todo caso, teniendo un teléfono es como tener un chip puesto en el cuerpo, porque saben todo lo tuyo.
¿Y qué piensa de las opiniones que lo sitúan como el futuro mejor deportista chileno de la historia?
Quiero terminar mi carrera y decir “hice lo mejor que pude”. Y si llego a ser número uno o lo que sea, es porque siempre di mi cien por cierto para estar lo más arriba posible. Siempre con la bandera de Chile. A mí me encanta tener el apoyo de los chilenos. A lo mejor en algún momento va a haber un chaqueteo, capaz que alguna vez me van a tirar para abajo o me van a tirar para arriba, pero es parte de... y yo lo disfruto.
Me quedé pensando en su claridad para expresar sus metas, como ser número uno. No es tan común en los deportistas chilenos, sobre todo mirando hacia atrás.
Ahora los deportistas se han ido preparando y van a seguir saliendo deportistas mejores en Chile. Siempre me acuerdo del Chino, que decía que los todos los chilenos eran cagones, y se cagaba de la risa (ríe).
¿Qué lo llevó a impulsar el circuito Elite Tour para los nuevos talentos?
Es una iniciativa que sacó el Edo. A él le encanta apoyar al golf chileno y siempre ha dado lo mejor para sus alumnos. A mí me gustó la idea de crear este circuito, obviamente sin quitarle el protagonismo al Golf Action, que es donde crecimos muchos. El Elite Junior es un tour más pequeño, pero más competitivo. Vamos a tratar de poner a los mejores jugadores de cada una de las categorías de Golf Action y, para entrar al Elite Junior, hay que pasar por Golf Action. La idea es hacer algo competitivo, con buenos premios y consiguiendo invitaciones a torneos afuera. Pinta muy entretenido. Hay un buen grupo detrás, con ganas de hacerlo crecer y de que sea una parte más del golf chileno y de que quede en la historia.
¿Con qué cosas simples disfruta?
Estar con los amigos. No creo que nadie disfruta más que yo el llegar a mi casa después de los torneos e invitar a los amigos y hacer un asado. Todos le pegamos a la parrilla, pero el que se mueve es el Mito, porque es del campo y sabe más.
¿Qué sueños tiene para su vida?
Todavía me queda demasiado por vivir. No hay nada especial, solo quiero vivir el momento.