John Bolton: “Trump quiere que las guerras desaparezcan, pero eso no significa que sepa cómo hacerlo”
Quien fuera asesor de Seguridad Nacional durante el gobierno del Presidente republicano, entre abril de 2018 y septiembre de 2019, plantea en esta entrevista con La Tercera que Donald Trump no quiere que los conflictos en Ucrania y Medio Oriente interfieran en su nuevo mandato. Además, critica las nominaciones del futuro gabinete: “Estar en el gobierno es muy diferente a sentarse junto a la piscina en Mar-a-Lago”, advierte.
Cuando el martes 10 de septiembre de 2019 el entonces Presidente Donald Trump anunció la renuncia del asesor de Seguridad Nacional John Bolton tras 17 meses en el cargo, no sorprendió a nadie en Washington. Los desacuerdos que ambos habían tenido en diversas materias de política exterior eran conocidos.
El diplomático se había convertido en una voz disidente del círculo íntimo del mandatario republicano. No solo expresó su escepticismo sobre el rápido acercamiento a Corea del Norte, sino que criticó las eventuales conversaciones de Trump con los líderes de Irán y los talibanes de Afganistán.
Bolton, un veterano del gobierno de George H. Bush , defendió posturas de política exterior agresivas de la era Reagan y se hizo conocido por su enérgico apoyo a la guerra de Irak como embajador de Estados Unidos ante la ONU durante la gestión de George W. Bush.
En 2020, Bolton lanzó sus memorias, que tituló La habitación donde sucedió, en las que dio cuenta de asuntos clave sobre la administración Trump. Entre las revelaciones figuraba que el entonces mandatario le pidió ayuda a su par chino, Xi Jinping, para ganar la reelección en 2020.
A poco más de una semana de que Trump asuma un segundo mandato -el próximo 20 de enero-, Bolton conversó con La Tercera vía Zoom sobre ese hito y la política exterior que se avecina.
En una columna publicada en The New York Times usted escribió que la lealtad ha sido el rasgo distintivo en los nominados de Trump para los diferentes cargos de este mandato. ¿Qué le preocupa de estas nominaciones?
La lealtad para la mayoría de las personas es una virtud. La cuestión es ¿a quién o a qué se le debe lealtad? Y, en nuestro sistema, los altos funcionarios del gobierno y todos los militares hacen un juramento de proteger la Constitución. A eso es a lo que se debe lealtad. Se les debe a las instituciones del país, no a la persona del Presidente. Pero más allá de eso, lo que Trump realmente quiere no es lealtad; quiere el concepto medieval de lealtad. Quiere gente que se someta a él. Obviamente, el Presidente toma la decisión final. Lo que Trump quiere es que la gente haga lo que él le dice que hagan. Descubriremos que eso no le servirá al país. Irónicamente, tampoco le servirá a Trump.
En el último tiempo también se ha visto a Elon Musk acompañando a Trump. El empresario, además, opina sobre distintos temas e incluso ahora dice que el premier británico debe renunciar. ¿Cómo evalúa usted el rol que ha jugado?
Ciertamente no es algo con lo que hayamos tenido experiencia antes. Quiero decir, todos los presidentes tienen asesores y amigos cercanos, no hay duda al respecto. Sin embargo, una vez que Trump preste juramento al cargo el 20 de enero, espero que muchas cosas cambien. Estar en el gobierno es muy diferente a sentarse junto a la piscina en Mar -a- Lago. Entonces, cuál será el papel de Elon Musk además de asesor es muy cuestionable. Creo que mucha gente, ni el propio Trump ni muchas de las personas como Musk que lo rodean realmente han descubierto lo que sucede cuando Trump se convierte en Presidente. Ellos mismos son inexpertos en el gobierno. Nunca habían pasado por eso antes. Y aunque Trump sí, nunca lo entendió muy bien. Así que no hay garantía de que esto cambie. Pero creo que es muy probable que así sea.
¿Cuáles son sus expectativas de cara a este nuevo mandato de Trump? ¿Habrá aprendido algunas lecciones del pasado?
Creo que ciertamente en el área de personal, quiere gente que haga lo que él dice, sin importar las consecuencias. No está eligiendo a la gente en función de su competencia o de alguna filosofía consistente. Él mismo no tiene una filosofía. Está eligiendo a gente que cree que simplemente se someterá a él. Y como dije antes, eso no va a terminar beneficiándolo. Creo que el mundo en sí es un lugar mucho más peligroso ahora que cuando dejó el cargo hace cuatro años. Y su idea de qué hacer al respecto aún no está bien formada, porque no piensa en términos estratégicos o incluso en términos de política. Hay una guerra en Ucrania. Hay una guerra en Medio Oriente. Creo que lo que Trump quiere básicamente es que esas guerras desaparezcan. Eso no significa que sepa cómo hacerlo, y probablemente significa que no le importa cómo terminen. Simplemente no quiere molestarse con ellas en su segundo mandato. Ahora veremos si es capaz de hacerlo o no y con qué rapidez. Los problemas en el mundo real son mucho más difíciles de lo que Trump cree. Así que cuando se enfrente a esa realidad, no sabemos realmente cuál será su reacción.
Durante la campaña Trump dijo que iba a terminar con la guerra de Rusia en Ucrania en 24 horas, ¿qué expectativas tiene sobre las negociaciones que el futuro mandatario pueda llevar a cabo?
Sí, creo que desde la elección Trump ha reconocido que no va a suceder en 24 horas. Pero pensó que podría obtener una ventaja. Y la persona que eligió para ser su negociador, Keith Kellogg, originalmente tenía previsto viajar a Kiev y otras capitales de Europa para consultas iniciales durante esta semana que pasó. Ese viaje se canceló sin ninguna indicación de cuándo se llevaría a cabo. Ahora será después de la investidura. Francamente, así es como debería ser. Trump no es Presidente ahora. Quiero decir, Biden puede haber desaparecido casi por completo, pero al menos solíamos decir que solo hay un Presidente a la vez. Y ese sigue siendo Biden hasta el mediodía del día 20. Pero podría ser que Kellogg cancelara el viaje porque simplemente no había ninguna posibilidad de avanzar. Creo que si hay una posibilidad de algún tipo de avance diplomático tendrá que hacerse en privado, en silencio y no a través de viajes públicos visibles.
En la misma línea, ¿cómo evalúa la política de Biden en este conflicto?
Fue correcto resistir la agresión rusa, de eso no hay duda. La seguridad de Ucrania es fundamental para la OTAN y para los intereses estadounidenses en el Atlántico Norte. Pero el enfoque de Biden hacia la guerra nunca ha sido estratégico. No hizo ningún esfuerzo serio para disuadir a Moscú antes de que invadiera. La forma en que se ha brindado la ayuda, tanto por parte de Estados Unidos como de otros países de la OTAN, nunca se ha hecho de manera coherente. Tenemos una larga discusión sobre cada sistema de armas propuesto. ¿Deberíamos proporcionar misiles ATACMS? ¿Deberíamos proporcionar tanques Abrams? ¿Deberíamos proporcionar F-16? ¿Deberíamos hacer esto? ¿Deberíamos hacer lo otro? Y luego, después de este largo debate público, los sistemas finalmente se implementaron, pero nunca se aplicaron estratégicamente. Esa es una razón fundamental por la que ahora hay guerras y estancamientos, y no hemos visto que Biden realmente intente presionar a la economía rusa. Las sanciones, por ejemplo, sobre el petróleo, tenían tanto que ver con no aumentar excesivamente los precios del mercado internacional para evitar aumentos de la gasolina en las gasolineras de Estados Unidos como con dañar a Rusia. Y el resultado fue que Rusia pudo encontrar muchas formas de evitar las sanciones, seguir ganando dinero, tal vez no tanto como le hubiera gustado, pero seguir obteniendo ganancias sustanciales de la venta de su petróleo para financiar la guerra. Creo que ahora es poco probable que Ucrania sea capaz de prevalecer militarmente, porque Trump no tiene paciencia para continuar la asistencia a largo plazo.
En Medio Oriente existen conflictos en Gaza, Líbano y ahora también hay cambios en Siria, ¿cómo observa esa región?
Como dije, a Trump también le gustaría ver esa guerra que termine. Pero lo que ha sucedido realmente es un gran cambio en Medio Oriente. Los israelíes han destruido en gran medida a Hamas, no totalmente, pero le han causado graves daños. Han causado graves daños a Hezbolá. En este momento, Estados Unidos e Israel están causando un daño severo a los hutíes en Yemen, y la caída del régimen de Assad es un golpe enorme para Irán. Por lo tanto, el poder de Irán en la región ahora se ha reducido severamente. Su programa de misiles balísticos se ha visto gravemente afectado por los bombardeos israelíes. Sus sofisticadas defensas aéreas suministradas por Rusia han sido eliminadas, y los israelíes incluso han destruido una instalación importante en el programa de armas nucleares de Irán. Por lo tanto, creo que es posible que después del día 20, cuando termine la administración Biden, Israel pueda tomar más medidas, sin duda (como) una oportunidad para atacar el programa de armas nucleares de Irán, que es lejos la mayor amenaza de todas. El apoyo de Irán al terrorismo en Siria obviamente es muy peligroso en Medio Oriente y más allá. Pero son las armas nucleares las que constituyen la amenaza existencial para Israel y la amenaza de proliferación que plantea para todos nosotros. Así que esta puede ser la oportunidad. Creo que el propio régimen en Teherán es muy débil. Creo que el descontento popular es alto. El líder supremo, el ayatolá Jamenei, tiene 85 años, más o menos. No goza de buena salud. Y creo que en un momento de transición el régimen sería más vulnerable.
¿Cuáles cree que son las mayores amenazas a las que se enfrenta Estados Unidos en la actualidad? Considerando, por ejemplo, el ataque terrorista en Nueva Orleans...
Creo que la amenaza del terrorismo continúa y creo que la amenaza de la proliferación de armas de destrucción masiva, nucleares, químicas y biológicas sigue siendo grave, pero la mayor amenaza estratégica a nivel mundial es la aparición continua de un eje chino-ruso, que no está perfectamente formado todavía, ni mucho menos, pero que, debido a la guerra en Ucrania, ha colocado a China en una posición aún más dominante. Parece la alianza chino-soviética de la Guerra Fría, pero las posiciones de Rusia y China están invertidas. Es China la que está impulsando esto. Pero el eje tiene excepciones, como Corea del Norte, Irán, Siria -hasta hace unas semanas-, Bielorrusia, Cuba, Nicaragua, Venezuela y el hemisferio occidental. Y muchas crisis que al principio parecen desconectadas, en realidad creo que están cada vez más relacionadas. Por lo tanto, la amenaza es muy significativa en varias áreas diferentes. Y creo que adaptarse a lo nuevo o a una nueva configuración en el mundo será fundamental para Occidente en su conjunto.
En su primer mandato, Trump sorprendió al reunirse con el líder norcoreano Kim Jong Un, ¿puede haber sorpresas de este tipo en este mandato?
Corea del Norte, a lo largo de sucesivas rondas de negociación con Estados Unidos a partir de la administración Clinton, nunca ha demostrado una verdadera decisión estratégica de renunciar a las armas nucleares. Siempre ha querido lo mejor de ambos mundos. Quiere mantener su programa de armas nucleares, pero aún así obtener un alivio de las sanciones estadounidenses, obtener beneficios económicos tangibles, como en el marco acordado al que se llegó en la administración Clinton. Por lo tanto, obtiene los beneficios económicos por adelantado, pero nunca parece llegar a desmantelar su programa nuclear. No veo que eso cambie. No estoy seguro de que Trump realmente tenga un plan de juego allí. Él pensaba que tenía una gran relación con Kim Jong Un. Tal vez recuerden que dijo públicamente que se habían enamorado el uno del otro. Bueno, está bien. Pero no se llegó a un acuerdo. Y no creo que vaya a producirse un acuerdo en un futuro próximo. Pero el deseo de Trump de ser el centro de atención se demostró en la primera reunión en Singapur y la segunda en Hanoi. Y luego, cuando fue a la zona desmilitarizada, su próximo viaje podría ser a Pyongyang. No lo descartaría.
La inmigración es un tema de gran preocupación para los estadounidenses, ¿qué se puede esperar en esta administración?
Creo que los estadounidenses están muy, muy preocupados por la inmigración ilegal, en particular en la frontera sur con México. Hay una pregunta más importante: si nuestro sistema de inmigración legal todavía tiene algún sentido. Mi opinión es que deberíamos tener mucha más inmigración legal en Estados Unidos, pero depende de nosotros decidir quién entra y quién no. El enfoque de Trump inmediatamente después de ser juramentado será tratar de implementar su promesa de expulsar a todos los inmigrantes ilegales. Ahora bien, como sucede con muchas cosas con Trump, dice una cosa, pero nadie sabe qué es lo que realmente va a hacer.
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