Jorge Barrera: “No ha existido consenso no por falta de voluntad política nuestra, sino que por falta de apertura de la izquierda para discutir los temas que son sensibles para nosotros”

JORGE BARRERA
FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Ni consejero ni comisionado, pero aún así el jefe de asesores de la bancada republicana es uno de los personeros clave del nuevo proceso constitucional. “Se dañaron mucho las confianzas”, dice por la sorpresiva jugada de Chile Vamos en el primer pleno que echó por tierra la cláusula de que “todo ser humano es persona”.


El 17 de diciembre -el día del plebiscito-, el abogado Jorge Barrera votará en Estados Unidos si está a favor o en contra del texto de nueva Constitución. Será un viaje de regreso a su vida académica. Allá es docente de la Universidad de Notre Dame y en Chile, de la San Sebastián. En junio tuvo que dejar en pausa algunas de esas labores para asumir como el jefe de asesores y coordinador constitucional de la bancada de consejeros republicanos, la más numerosa del actual proceso. Y que -por esa condición mayoritaria- conduce y ha liderado el proceso.

¿Cómo recibe el sorpresivo golpe blanco que dio Chile Vamos que, con cuatro consejeros, hicieron caer la cláusula de que “todo ser humano es persona”?

Lamento que se haya rechazado una disposición de sentido común, que viene desde el origen del derecho internacional de los derechos humanos. Fue precisamente el reconocimiento de que todo ser humano es persona la respuesta que tuvo el mundo al holocausto. Lo lamento, porque dicha norma había sido elaborada en conjunto con las bancadas de Chile Vamos y su aprobación era parte de un compromiso que teníamos. Los que tienen que explicar las razones que los motivaron a rechazar son ellos. De nuestra parte, haremos todo lo posible por reponer una disposición tan significativa como esa.

¿Se quiebran las relaciones con Chile Vamos?

No me corresponde a mí tomar las definiciones políticas de la bancada. Evidentemente, el rechazo de la disposición “todo ser humano es persona” daña mucho las confianzas.

Hasta ahora el peso de la prueba del proceso constituyente ha estado sobre los consejeros republicanos. ¿Cuál es su evaluación del cierre de la etapa de las comisiones?

La mayoría, que son los consejeros de la bancada republicana, ha intentado construir, de manera seria y responsable, un texto que sea representativo de la mayoría del país que termine entregando una alternativa para poder cerrar el capítulo constitucional de nuestro país.

¿Cómo definiría la manera en que los republicanos han usado su mayoría?

Hemos mantenido las líneas gruesas del anteproyecto. Cuando se inició el proceso tuvimos claro que el anteproyecto tenía silencios profundos, donde los expertos no se habían podido poner de acuerdo, cuestión que en ningún caso la veo como dramática, porque este es un proceso de muchas etapas. Hoy día estamos en una nueva etapa, que es la discusión del pleno, en donde todavía existen espacios para poder hacer mejoras a un texto que va a seguir siendo revisado y modificado. Luego de lo que haga el Consejo Constitucional, va a venir la etapa de los expertos, donde ellos van a poder observar, puede incluso producirse una comisión mixta antes de entregarle un texto definitivo a la ciudadanía.

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14/09/2023 JORGE BARRERA FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

¿Cómo se hace cargo de las críticas sobre un comportamiento “identitario” de los republicanos?

Si hubiésemos querido hacer algo partisano o identitario hubiésemos presentado enmiendas del tono “se prohíbe el aborto en toda su forma” o “la familia es la formada en un matrimonio entre un hombre y una mujer”, o hubiésemos mantenido una reforma constitucional de dos tercios. Hemos dado señales en hechos, no palabras, respecto de que este es un proceso, donde la presentación de enmiendas tenía por finalidad poner ciertos temas ciudadanos en discusión, presentar y preparar propuestas que fueran de cara a la ciudadanía con un alcance mayoritario y evitar que esto fuera capturado o fuera visto como una Constitución sectorial, sino que más bien una Constitución que fuera lo más transversal posible, manteniendo las convicciones y la identidad que tiene cada uno de los grupos, no solamente el Partido Republicano.

Hay asuntos que no son materias constitucionales, como, por ejemplo, lo de las contribuciones...

Difiero de esa afirmación. Con la constitucionalización del derecho a la vivienda garantizada, que es distinto al derecho de propiedad, surge una arista respecto de la protección de este derecho sobre impuestos cuyo no pago puede llevar a la pérdida de esa vivienda. Resultaba lógico para nosotros que la primera vivienda familiar esté exenta de ese peligro de poder perderla. Cada Constitución es hija de su tiempo y, además, las constituciones escritas en democracia y por órganos electos, con ciudadanos electos, tienen un cariz distinto a la que pudiese escribir un constitucionalista o la que pudiese escribir un profesor de Derecho.

Imaginamos que hay propuestas que son parte del ADN de republicanos, ¿Cuáles son los intransables del proceso?

Hay un concepto que a mí me parece malo de partida, este famoso concepto de “líneas rojas” que terminó a tal mal nivel que la noche del miércoles, en la última mesa de negociación, la izquierda pone 17 líneas rojas intransables sin poder discutir. Eso nos parece malo para la democracia, para la discusión constitucional y malo para el proceso serio, transparente y responsable que estamos haciendo para proponer un texto constitucional para Chile. El primer intransable es tener una buena Constitución para el país y ojalá una Constitución mejor que la que tenemos. Dentro de eso, hay elementos donde hemos ido matizando nuestras propias convicciones y principios en la medida de hacerlo compatible con el resto de las fuerzas que están en el Consejo y con la inmensa mayoría de los chilenos. Lo que sí hemos hecho, por ejemplo, en el caso del derecho a la vida, fue armonizar y equilibrar una protección más robusta, sin poner en peligro el aborto en tres causas. En ningún caso hemos querido dar una pelea que democráticamente y legislativamente se zanjó en el Congreso y volver a revivir fantasmas de algo que no existe.

Las líneas rojas van y vienen. Las contribuciones, todo ser humano es persona, la libertad de elección en salud y seguridad social son líneas rojas de los republicanos…

Yo distinguiría. Cuando uno habla de una línea, significa que es un blanco o negro, que no hay espacio para el gris. Cuando fue la discusión en la mesa de negociación con la izquierda, la última que tuvimos, la primera pregunta que nos hicieron respecto a estos temas como objeción de conciencia o contribuciones fue: “¿Ustedes están abiertos a considerar estos temas el día de mañana?” Sí. “¿Ustedes están dispuestos, incluso, a retirarlos, a modificar las redacciones?” Sí. Ellos creían que para nosotros era un intransable. Para nada. Es parte de la discusión, es parte del debate. Vamos a ver qué es lo que pasa con huelga, salud, educación, con la protección del derecho a la vida, con la provisión de servicios que se hace a las personas por parte de este Estado social y democrático de derecho.

Entonces, ¿podría afirmar que los republicanos están abiertos a eliminar el fin del pago de las contribuciones?

Los republicanos siempre van a estar abiertos a discutir todos y cada uno de los textos propuestos.

Usted comentaba lo que pasó en la madrugada del jueves, en la última mesa de negociación. ¿Cómo interpreta la postura del oficialismo?

Primero fue sorpresa. En ningún momento esperábamos que iba a haber un nivel de intransigencia tal que, para sentarse a la mesa, pusiesen en discusión lo que ya estaba votado, lo que ya estaba discutido. Hasta el momento, bajo ninguna circunstancia queda un manto de duda de que ha sido un proceso serio, transparente, que ha sido llevado de una manera muy distinta a lo que fue la antigua Convención. Así que nos quedó una sensación de sorpresa ante la intransigencia. Me quiero quedar con que existe la posibilidad a través de los consejeros, quienes han sido más abiertos a discutir los textos, a llegar a algún acuerdo. Recordemos que el texto va a volver después a los expertos, pero luego vuelve a nosotros y va a existir cierta apertura también para que los consejeros puedan influir sobre los comisionados, que en muchos casos, quizás, están muy enamorados del anteproyecto para poder alcanzar acuerdos que sean de cara al país y que puedan beneficiarlo para que sea una mejor propuesta para Chile.

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14/09/2023 JORGE BARRERA FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

¿Los consejeros de izquierda dramatizan las diferencias que se han producido dentro del Consejo?

Cada uno es responsable por las estrategias que ha tenido. Hay estrategias de mostrarse de igual a igual, a pesar de tener una proporción menor de votos en el Consejo. Accedimos en un inicio a esa discusión y, de hecho, hasta el final. La última mesa de negociación fue 5-5 y no fue proporcional a los votos que tenía cada uno. Ellos, además, han adoptado una posición comunicacional, que lo han dicho en todas partes, en virtud de la cual el único camino que tienen, como no tienen los votos, son los medios. Y, por lo tanto, reclaman a través de los medios de comunicación cualquier cuestión que a ellos les pueda parecer no acorde con sus posiciones.

El artículo 1, libertad de elección en salud y seguridad social, huelga, libertad sindical, tamaño de la Cámara, redistritaje, vida, los temas que duelen, en todos ellos lo único que está quedando es lo que querían ustedes.

Todos estos temas, incluso el artículo 1, están hoy en discusión. Si me pregunta si en realidad esto está quedando así porque no hemos querido conceder o acordar ciertas posiciones, le digo que eso no es cierto, que en realidad los espacios siempre han estado abiertos para discutir en el gris, siempre partiendo de la base de que quienes estamos en la mayoría del Consejo Constitucional sí contamos con principios y convicciones, pero esos principios y convicciones obviamente se van a ir reflejando en el texto en la medida en que existan ciertos pesos o contrapesos que hagan obviamente permisible que ambas visiones sociales estén presentes.

Usted plantea que todavía todo es cancha de discusión, incluso lo que se ha señalado como los nudos más complejos de conversación. ¿La izquierda está buscando excusas para no suscribir el borrador constitucional?

No puedo ser vocero de lo que hagan otras fuerzas políticas.

No, pero puede dar una opinión respecto del discurso público y de lo que pasa dentro del Consejo.

Dentro del Consejo ellos son testigos de todos los intentos que hemos hecho para llegar a un texto consensuado. Y eso no ocurrió, y no ocurrió no por la falta de voluntad política nuestra, donde estuvimos abiertos a discutir todos los temas, sino que por falta de apertura de la izquierda para poder discutir aquellos temas que eran sensibles para nosotros.

En el Consejo se expresó una mayoría muy nítida. Más allá de esta voluntad que usted dice de haber tenido para llegar a ciertos acuerdos, ¿dónde se ejerce la mayoría?

Creo que esto hay que mirarlo más en perspectiva. Cada una de las voces ha sido escuchada para llegar a una definición determinada. Algunas veces nos ponemos de acuerdo, otras veces no. Hablar de hacer valer o no hacer valer una mayoría creo que reduce el proceso a una cuestión procedimental. Uno no solamente gana elecciones, sino que tiene que saber ganarlas. Y para saber ganarlas significa tratar de ser lo más transversal posible y esa es la decisión que ha adoptado el Partido Republicano de manera democrática. No nos hemos escondido, no hemos dejado de asistir nunca a una mesa donde se discuta un tema importante, sea que la cite el Partido Comunista o Evópoli. Hemos estado ahí, hemos estado presentes, hemos conversado, hemos discutido y hemos llegado a ciertos textos que dejen más conformes o menos lejos a ciertos mundos que quizás son importantes dentro del Consejo Constitucional y en la transversalidad del país.

Pero, por ejemplo, el énfasis en seguridad y Fuerzas Armadas. Si no fueran mayoría en el Consejo, esos temas no tendrían expresión tan nítida en el texto. La izquierda dice que lo que tiene que ver con terrorismo es algo que va más allá inclusive que la Constitución de 1980.

Sobre esos capítulos ellos decidieron ir a la Corte Suprema, donde perdieron 5-0. Trataron de judicializar este tema y ejercer una presión contra mayoritaria a través de esa vía señalando que era un problema reglamentario, un problema que no existía. Pero luego son ellos los que se suman a los capítulos de seguridad y Fuerzas Armadas. Nosotros recogemos ciertas cuestiones y en la misma comisión se fue dando una discusión donde ellos terminan aprobando el grueso de lo que era seguridad. Y respecto de terrorismo, yo insisto en esto. Nosotros también tenemos cuestiones que no tiene la Constitución del 80. El fortalecimiento de la educación pública es algo que no estaba presente en la Constitución del 80. Es algo que no estaba presente de esa manera ni siquiera en la Convención. Es algo que no estaba presente en el texto que propusieron los expertos. Estamos reemplazando una Constitución, por lo tanto, van a haber cambios. Y lo segundo es que es lo mismo que pasa respecto de tratados internacionales. O me gustan los tratados internacionales o no me gustan. Cuando le digo que “todo ser humano es persona”, que en la Convención Americana de Derechos Humanos aparece como “persona es todo ser humano”. Si lo pongo en la Constitución, bueno, usted dígame si le gustan los tratados internacionales o no le gustan. Por eso digo que esto no puede tomarse como una reforma constitucional y tengo que tomar el texto en su integridad. Esto no se discute punto por punto, sino que yo tengo que discutirlo entre todos los temas para ver con qué quedo más conforme.

El oficialismo ha criticado lo que ellos llaman “falta de rigor técnico” en la redacción de las enmiendas. ¿Cómo responde?

Uno puede partir de la base de que ninguna de esas críticas se ha dado durante la discusión en comisiones o la mesa de negociación. Tenemos que entender qué es lo que algunos comisionados entienden por técnico, dogmático o doctrinario. Invito a leer el texto en su integralidad. Nos vamos a dar cuenta de que, obviamente, hay elementos que mejorar. Eso es parte del debate y del proceso, por lo tanto, hay espacios de mejora. En temas como indemnización por terrorismo, eso no es falta de rigor técnico, es una diferencia de apreciación respecto de la propuesta, es una diferencia en donde ellos están en contra de la inclusión de ciertos elementos que les parece inadecuado.

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14/09/2023 JORGE BARRERA FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

¿Qué responde ante el alegato del oficialismo a lo ocurrido la madrugada del sábado 9? La izquierda acusó caos y desorden.

La última mesa de negociación terminó el jueves en la madrugada. Por lo tanto, podíamos tener tres opciones. O nos basábamos en el último texto que habíamos entregado a la izquierda o íbamos con nuestras unidades de propósito que ya estaban redactadas. Una tercera opción era acercar el texto para dar una transversalidad distinta y eso significaba volver a discutir entre nosotros con Chile Vamos. Optamos por la decisión difícil que era revaluar lo que habíamos presentado a la izquierda, revaluar lo que habíamos hecho con nuestras unidades de propósito para hacer el texto lo más transversal posible. Fue una decisión política que implicó que se presentaran ciertas enmiendas de unidad de propósito. Eso no es caos. Se cumplió con el itinerario que era votar hasta la madrugada del sábado, hasta que saliera el sol.

¿Qué rol ha jugado José Antonio Kast en este proceso?

Él tiene una ascendencia muy importante, principalmente para quienes llegamos a la política gracias a él. Yo fui el primer secretario general del Partido Republicano, por lo tanto, malamente podría no escuchar cada vez que tiene una opinión, pero son los consejeros los soberanos y quienes deciden. Obviamente tiene una influencia muy importante, pero esto corre por carriles separados.

¿Consideraría un fracaso que el texto se rechace?

Nuestro equipo ha hecho todo lo posible para que, en este mandato ciudadano de medios y no de resultados, entregar un buen texto para Chile. Si cumplimos con ese mandato de entregar de manera seria y responsable un texto que sea transversal, que sea una buena Constitución y mejor que la actual, lo que diga el plebiscito va a ser decisión de la ciudadanía y no implica, en ningún caso, que no hayamos cumplido con nuestra tarea.

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