La Moneda en reflexión: el relato íntimo de las razones tras la derrota
Inquieto por los resultados de la elección, el Presidente les escribió a sus compañeros de ruta para profundizar sobre las razones del triunfo republicano. Pese a que en lo público las coaliciones del gobierno han cumplido con el mandato de unidad cuidando el tono, en las conversaciones internas de los partidos la situación es diferente. Ahora, el próximo objetivo de Boric es la cuenta pública del 1 de junio.
El martes en la noche, el Presidente Gabriel Boric -aún reposando la contundente victoria del Partido Republicano en la elección constitucional- tomó su celular, se conectó a Signal y empezó a enviar mensajes a sus ministros, autoridades y dirigentes políticos más cercanos. Sobre todo a quienes pertenecen a su entorno, es decir, de Apruebo Dignidad.
“¿Qué análisis haces de la elección?”. “¿Qué rumbo debería tomar el gobierno ahora?”, preguntaba el Presidente.
Boric buscaba respuestas para un resultado que retumbó fuerte en La Moneda. No solo porque republicanos obtuvo 23 de los 51 escaños del Consejo Constitucional, y que junto a Chile Vamos tienen el poder de controlar el proceso, sino porque los comicios ratificaron los contundentes resultados del plebiscito del 4 de septiembre, en que el Rechazo derrumbó el sueño oficialista de firmar una Constitución con sus códigos.
La lectura preliminar en el gobierno es que, si no actúan ahora, el electorado que votó Rechazo y ahora por la derecha podría terminar consolidándose, marcando un nuevo clivaje en la política nacional y zanjando el futuro de las próximas elecciones.
Ante esas inquietudes, en La Moneda han activado una serie de conversaciones para intentar interpretar los resultados del 7 de mayo, buscar las razones profundas de la derrota y, a la vez, delinear el futuro de su administración. Entre esas conversaciones estuvo Juan Pablo Luna, doctor en Ciencia Política y a quien Boric ha escuchado en diversos momentos de su carrera política. Al académico le pidieron que presentara un análisis de los resultados al equipo de asesores del Segundo Piso. Las preguntas fueron las mismas y con un foco claro: cómo explicar la derrota y cómo recuperar la conexión con la ciudadanía. En la misma línea La Moneda citó a Noam Titelman, quien pese a militar en RD y haber sido fundador del Frente Amplio, hoy tiene una mirada algo más crítica sobre el devenir del gobierno.
Quienes han hablado con el Presidente aseguran que lo ven “dispuesto a dar la pelea”, y que es autocrítico de la gestión política del gobierno -insistiendo en un mayor despliegue de sus ministros-. A sus cercanos les ha planteado que las soluciones políticas para enfrentar algunos escenarios adversos -como creer que bastaba con darle más peso al Socialismo Democrático tras el triunfo del Rechazo- no han sido suficientes para conectar con la ciudadanía. También ha hecho un llamado a no abandonar el proceso constituyente.
El miércoles, a las 22 horas, recibió a todos los presidentes de partidos en Cerro Castillo, en el cónclave oficialista que reunió a los presidentes de partidos con los ministros del comité político para analizar la votación. Ahí Boric hizo un sincero análisis del momento.
“No tenemos que moderar ni radicalizar el programa de gobierno”, dijo el Mandatario. También reiteró su llamado a la unidad de los partidos oficialistas.
En el gobierno plantean que el Presidente en las conversaciones que ha sostenido se ha convencido de que no puede renunciar a la identidad de su gobierno y que, por lo mismo, el desafío está en hacer llegar sus soluciones a la gente y a los “mundos populares”.
Hoy, a una semana de que el “tsunami republicano” pasara por encima de La Moneda y los dejara absortos con la fuerza de su irrupción, comienzan a correr nuevas preguntas entre los diferentes sectores del oficialismo –¿sirvió darle tanto peso al Socialismo Democrático? ¿Qué debe hacer el Partido Socialista? ¿Hay que tender puentes con Chile Vamos? ¿Qué camino tomar frente a un Consejo de mayoría republicana?–. Además, asoma la búsqueda tanto de culpabilidades como de autocomplacencias: a pesar de todo, sostienen en el Frente Amplio, mantuvieron su votación y sacaron ocho consejeros.
“Hasta el Presidente creía que nos iba a ir peor”, dice un dirigente que conversa frecuentemente con Boric.
Separados, pero unidos
Durante el sábado 6 de mayo, el día antes de la elección constitucional, el Presidente -desde Punta Arenas- llamó a los dirigentes de partidos oficialistas más cercanos con un solo objetivo:
“Pase lo que pase, necesitamos unidad”, les dijo.
El llamado también lo hizo la ministra Carolina Tohá durante la noche del mismo día.
Al día siguiente, luego de la contundente victoria del Partido Republicano, la orden para los ministros del comité político fue la misma: mantener a los parlamentarios y a las bases ordenadas para que las reflexiones, autocríticas y cuentas pendientes fueran conversadas en la interna. Y con el objetivo de que el llamado a la unidad fuera más contundente aún, el Mandatario decidió cambiar los planes que había definido junto a su equipo en La Moneda y tomar la palabra el mismo día de la derrota -además para no dejar espacio a posibles críticas sobre su silencio-. El discurso lo habían escrito en caso de un plan B y lo perfeccionó la misma tarde en su oficina.
Al día siguiente, el lunes temprano, Boric fijó un comité político en terreno en Huechuraba. Ahí el tono se mantuvo en cuidar al gobierno y a los partidos.
Con ese fin, las autoridades se desplegaron para escuchar a sus mundos y atender sus sensaciones a puertas cerradas. En el almuerzo del lunes, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana (Convergencia Social), recibió a los presidentes de partidos del Frente Amplio en su oficina en La Moneda para escuchar sus inquietudes.
Lo mismo hicieron las autoridades de Revolución Democrática la noche del lunes. A la casa de una subsecretaria del partido llegaron los militantes que están en la primera línea del gobierno, incluidos los ministros Giorgio Jackson (Desarrollo Social) y Marco Antonio Ávila (Educación); el jefe de asesores, Miguel Crispi; el director de la Secom, Pablo Paredes, y la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, además de la directiva del partido. En la reunión privada fue que pudieron sincerar sus verdaderas apreciaciones sobre los resultados electorales.
Todos coincidieron en que nadie imaginó un escenario en que el Partido Republicano arrasara tanto en la elección y que si no conectan con las personas es muy probable que sigan creciendo.
Jackson, por ejemplo, ha reflexionado sobre la tesis del voto “destituyente” que ha expuesto Juan Pablo Luna. La idea de que las personas están votando contra la institucionalidad y que el voto republicano es más de castigo, y una sensación de la gente a la contingencia. Es decir, que es una postura voluble.
En el distendido encuentro de RD el balance fue compartido entre las autoridades de uno de los partidos fundadores del Frente Amplio. “Hay que hacer autocrítica, pero eso no puede significar renunciar al programa, porque nosotros tuvimos una buena votación”, dijo uno de los personeros de La Moneda.
En la reunión, admiten los presentes, reconocieron que se tuvieron que morder la lengua para no salir a sacarle cuentas a la directiva del PPD y su presidenta, Natalia Piergentili, luego del fracaso electoral de la lista Todo por Chile.
Es más, entre las autoridades del gobierno de Apruebo Dignidad compartieron en sus grupos de WhatsApp una entrevista del secretario general del PPD, José Toro Kemp, en Ex-Ante, donde le preguntaron: “¿Qué pasa si ningún candidato de Todo por Chile sale electo?” (lo que finalmente ocurrió). En esa ocasión su respuesta fue tajante: “Si desde el partido no sacamos ninguno, nos obliga como directiva a renunciar”. Palabras que no se cumplieron.
En Convergencia Social, Comunes y el PC también hubo conversaciones en esa línea, en las que concluyeron que su votación “no fue mala” -que no perdieron votos-, y que hay un voto duro de la ciudadanía que está con el gobierno. El llamado fue claro: “No podemos moderar el discurso si tanta gente nos apoya”.
El martes, en el almuerzo de bancada del Frente Amplio, el tema se volvió a repetir. Ahí hubo distintas reflexiones. “Es increíble que nadie haya asumido los costos en el Socialismo Democrático”. “Tenemos que combatir contra republicanos en las materias en que ellos no conectan con la ciudadanía”. “Hay que ayudar al gobierno”. Fueron parte de las lecturas de los parlamentarios.
De todas formas, en todas las reuniones se conversó sobre la idea de que se incorpore la Democracia Cristiana al gobierno y en que para aislar al Partido Republicano es necesario negociar con la “derecha democrática”, como ocurrió en la votación del salario mínimo y del royalty minero.
“¿Dónde está la autocrítica?”
El martes, también a la hora de almuerzo, en la vicepresidencia del Senado había otra reunión en la que participaron la ministra Carolina Tohá, el ministro Álvaro Elizalde, la subsecretaria Macarena Lobos y los senadores oficialistas, incluidos la senadora independiente Fabiola Campillai y la DC.
Los parlamentarios que participaron de la reunión aseguran que se notó el “estado de shock” después de la elección.
“Falta que el gobierno haga una autocrítica grande”, planteó el senador Fidel Espinoza (PS), quien insistía en que tenían que hablar de la derrota por sobre la agenda legislativa. El parlamentario también reprochó el hecho de que exconvencionales -como el jefe de gabinete de la ministra Tohá, Ricardo Montero- trabajen en el gobierno.
“Usted, ministra, fue la primera en contratar con sueldo millonario a uno de los irresponsables directos de lo que pasó el domingo”, le dijo a Tohá.
El resto de los senadores socialistas coincidieron en que faltaba autocrítica en la lectura de la elección. Uno de los ejemplos sobre la mesa, que puso uno de los parlamentarios, fue el chascarro del Mandatario con un tobogán en la plaza en Punta Arenas. Es más, en uno de los grupos de WhatsApp que comparten los integrantes del comité de senadores habían reído con un meme donde aparece un tobogán como salida de emergencia de la oficina presidencial.
El llamado de la ministra Tohá, por su parte, fue a recuperar la iniciativa política y la fuerza. Además, las autoridades del gobierno aseguraron que la próxima elección municipal debería enfrentarse de manera unitaria y no repetir la idea de las listas separadas.
El miércoles, al desayuno, hubo otra reunión. Esta vez de la bancada de diputados del PPD más los independientes cercanos. Ahí el tono fue más duro, aunque quedaron en no difundir sus opiniones para proteger a la ministra Tohá. La conclusión fue que a las listas oficialistas les fue mal por la mala evaluación que hay en la ciudadanía del trabajo del gobierno, muy distinto a lo que opinan en Apruebo Dignidad.
Además, se plantearon ideas para hacer cambios en el partido. Se propuso como alternativa para reemplazar a Piergentili en la presidencia del PPD al diputado Raúl Soto, quien el año pasado se desempeñó como presidente de la Cámara Baja.
Otra reflexión que surgió -y que ha revivido entre algunos integrantes del Socialismo Democrático- es volver a la idea de crear una “Federación Social Demócrata”, para evitar que los afecten los posibles cambios al sistema político que se han planteado en la Comisión Experta del proceso constituyente, como exigirles a los partidos al menos un 5% de los votos para poder acceder al Congreso. De todas formas, los partidos del Socialismo Democrático están expectantes al camino que decida tomar el PS luego de competir junto a Apruebo Dignidad en la última elección.
En la reunión de la tarde en Cerro Castillo, mientras fumaban un cigarro para esperar a los senadores que estaban votando en el Parlamento, Leonardo Cubillos, presidente del Partido Radical; Juan Carlos Urzúa, presidente del Partido Liberal, y José Toro Kemp, secretario general del PPD, conversaron sobre la posibilidad de crear la federación. Ninguno, a priori, la catalogó como una mala idea. Mientras, en el salón, el presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, tocaba una canción de Fito Páez en el piano.
La presencia de Bachelet
No fue la última reunión de la semana. El viernes en La Moneda llegó el turno de los ministros en el consejo de gabinete junto al Presidente.
Luego de cantarle el cumpleaños a la ministra Carolina Tohá, comenzaron los análisis. El diagnóstico fue compartido: hay que dejar de lado el concepto de “dos almas” para concentrarse en la ejecución de los ministerios. Ese fue el llamado que hizo Boric a su gabinete, sobre todo porque su principal ocupación hoy es la cuenta pública del 1 de junio y para eso quedan menos de 20 días.
En La Moneda creen que el discurso presidencial -que ya cuenta con una primera maqueta de los anuncios que se revisarán- es la oportunidad perfecta para solucionar un problema que es materia de consenso en el oficialismo: que las acciones del gobierno no están llegando a las personas, lo que también ha abierto un debate sobre el diseño comunicacional del Ejecutivo al interior de los partidos.
Boric ha estado en constante comunicación con sus equipos para supervisar la ejecución de su discurso del año pasado.
En el gobierno también han contado con ayuda durante la última semana en sus actividades públicas. La expresidenta Michelle Bachelet, que tiene un diálogo fluido con el Presidente, ministros y funcionarios, participó en actividades con diversas autoridades del gobierno, como el ministro Giorgio Jackson, la ministra Antonia Orellana y el subsecretario Nicolás Cataldo.
En el entorno de la exmandataria aseguran que está dispuesta a jugar un rol más protagónico y colaborativo ante un escenario adverso, y en La Moneda creen que le viene bien al gobierno para ayudar a sus autoridades a hacer llegar sus avances de manera más efectiva a la ciudadanía.
En la conversación con Jackson el martes, en la fundación Horizonte Ciudadano, Bachelet le dio consejos sobre el Sistema Nacional de Cuidados y también tuvieron un momento para reflexionar acerca de la elección.
“Hay que mantener la unidad de la centroizquierda”, dijo Bachelet.
Al final de la conversación, cuando se despedían, Jackson le comentó entre risas que en su equipo usaban un sticker de WhatsApp en que sale ella diciendo: “Hay que tener, como decíamos denante chiquillas, esperanza”.
La exmandataria le respondió que a ella también le enviaron mucho un sticker suyo. No era el de las chiquillas, le contó la expresidenta, sino ese que dice: “Soa Bachelet, haga algo”.
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