¿Milei en primera vuelta?: La duda que asalta a los argentinos a tres semanas de la elección
Su inesperada victoria en las primarias, la falla de los sondeos al predecir su apoyo y un escenario con tres candidatos hacen de estas presidenciales una de las más inciertas de los últimos años.
La frase se dio en medio del fragor de la celebración del triunfo, cuando Javier Milei dio el batacazo y logró posicionarse como el candidato más votado en las primarias argentinas. “Decían que no íbamos a estar terceros. Somos la fuerza más votada porque somos la verdadera oposición, los únicos que queremos el verdadero cambio”, gritó, eufórico como se muestra en sus mítines. Y agregó: “Estamos en condiciones de ganarle a la casta en primera vuelta”.
Corría el domingo 13 de agosto, y el candidato de La Libertad Avanza daba la sorpresa al superar a la derecha tradicional, encarnada en la opositora coalición Juntos por el Cambio (JxC), y al oficialismo, representado por Unión por la Patria (UP). Pero a tres semanas exactas de la elección presidencial que pondrá a un nuevo mandatario en la Casa Rosada el 10 de diciembre de este año, las palabras del diputado libertario resuenan entre analistas y los propios comandos de sus rivales políticos.
No muchas encuestas previeron el resultado de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), y todas las actuales posicionan al economista en el primer lugar por sobre la exministra de Seguridad de Mauricio Macri y representante de JxC, y del actual ministro de Economía y abanderado de UP, Sergio Massa. De ahí el surgimiento de la duda sobre lo que ocurrirá el domingo 22 de octubre, fecha en que se renovará la mitad del Congreso nacional, gobernadores, cargos provinciales y municipales, pero también al Presidente de Argentina. ¿Podría Milei ganar en primera vuelta?
La Tercera habló con numerosos analistas y encuestadores transandinos sobre la verdadera chance de que este escenario ocurra. Y el consenso de una victoria libertaria en primera instancia se resume como improbable, pero no imposible.
Condiciones y escenarios
En concreto, para que un candidato que participe en la elección presidencial de Argentina venza en primera vuelta, debe obtener o el 45% de los sufragios totales, o el 40% de los votos más una diferencia de 10 puntos respecto de su rival más cercano.
En las PASO, si bien la distancia entre los tres principales contendores no fue tan grande, tuvo un impacto mediático mayor, principalmente porque las encuestas reportaron durante semanas una caída sostenida en el apoyo a Milei. En dichas primarias, el economista se impuso con el 29,86% de los votos, seguido por Juntos por el Cambio (sumando a Bullrich con Horacio Rodríguez Larreta), con un 28%, y en tercer lugar Unión por la Patria (que aglomeró a Massa y Juan Grabois), que obtuvo el 27,28% de los respaldos.
El envión por la victoria en las primarias se graficó en un incremento de los índices de intención de voto, explicó a este diario Federico Aurelio, director de la Consultora Aresco, pero esa tendencia al alza ha ido disminuyendo con el paso de las semanas.
“Llegó a estar arriba de los 40 puntos (primera barrera para una victoria en primera vuelta) las primeras dos semanas después de las primarias, con todo el fervor del triunfo electoral, pero luego fue bajando. Sigue siendo el espacio político que más creció, pero hoy está con un margen menor que las primeras dos semanas”, aseguró. Sin embargo, no cerró la puerta a un batacazo para octubre. “Un triunfo de Milei en primera vuelta es posible, pero hoy no es el escenario más probable”, aclaró.
En opinión de Aurelio, no se puede descartar que el diputado vuelva a tener una tendencia creciente, la que suele venir de la mano de momentos de crisis, como una devaluación del dólar o la aparición de índices inflacionarios. “Con menos de 5 puntos de crecimiento, puede volver a posicionarse en la probabilidad de ganar en primera vuelta y evitar el balotaje”, cerró.
Piensa de modo similar Gustavo Córdoba, director de Zuban Córdoba. En diálogo con La Tercera, el analista político aseguró que “todas las encuestas a las que he podido acceder, y alguna encuesta propia que estamos haciendo, muestran que Milei es el dirigente más votado de todos, pero el porcentaje que obtendría, sumado al que lograrían sus contendores, determinan que no le alcanza para triunfar en primera vuelta”.
Y agregó: “Casi con seguridad, hoy estaríamos en un escenario en el cual vamos a terminar de definir quién va a ser el próximo presidente argentino en noviembre, en la segunda vuelta”.
Jorge Giacobbe, analista político, también sigue la línea de sus colegas. “Es un escenario posible el que Milei gane en primera vuelta, pero es uno que parece ser cada vez más lejano, porque después de las PASO, Milei registró 36% y ahora está marcando 34%, aún lejos del 40% requerido”. Pero, además, asegura que no ha visto “ninguna encuesta que dé ese escenario (Milei ganando en primera vuelta) como configurado hoy”.
El planteamiento es compartido por Julio Burdman, también politólogo transandino que dijo a este periódico que “no hay encuestas que digan que Milei gana en primera vuelta. Todas las que se han publicado dicen que hay segunda vuelta y casi todas ellas hablan de que sería Milei y Massa, en ese orden”.
Pero hace una aclaración. “La posibilidad de Milei de llegar en primera vuelta está, pero me baso en mi intuición, no tengo forma de respaldarlo con números. Por un lado, Milei tiene el efecto ganador y puede capturar votantes de otros espacios que cambien su voto hacia él”. Por otro lado, le parece que hace mucho tiempo que las encuestas muestran a “una gran porción de la sociedad enojada con todas las fuerzas políticas, y Milei pesca en esa laguna, por lo tanto, creo que él tiene donde seguir creciendo”.
Ante el error en la medición del diputado y candidato en las primarias pasadas de parte de las encuestas, la legítima duda sobre si podrían, una vez más, equivocarse, también está en el mapa. Razón por la que todos los consultados dejan la puerta entreabierta a un resultado distinto al que los sondeos muestran.
Así lo confirmó Orlando D’Adamo, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano. “Las encuestas siguen siendo importantes en campaña. Históricamente, estas cumplen el rol de lo que serían los análisis clínicos que uno se hace cuando va al médico”, comparó. Pero también planteó que “hay que ser justos. En las PASO, el 90% estuvo mal, por lo menos en la intención de voto de Milei”, donde “la que quedó más cerca, estuvo a 6 puntos de lo que sacó finalmente”.
Un giro en la estrategia
Consultado por si el libertario ha modificado su estrategia de cara a la primera vuelta, D’Adamo cree que sí, ya que, si bien mantiene su “línea disruptiva”, también ha observado que “bajó los decibeles. Grita menos, se pelea menos, insulta menos”. Aunque todo quedará más claro hoy domingo, cuando se lleve a cabo el primer debate presidencial y se transparente “si va a temperar su estilo o no”.
Coincide en el análisis Mario Riorda, politólogo e investigador, quien sostiene que, por un lado, Milei ha adoptado un discurso “menos espectacular en lo que tiene que ver con propuestas económicas, abandonando la dinámica del shock, de lo inminente”, en desmedro de uno “mucho más cercano al mediano y largo plazo, más racional, más creíble”.
Pero, por otro lado, también cree que esa gradualidad en lo económico ha sido directamente inversa a su discurso en lo social, donde se ha tornado “mucho más brutal y radical en lo que tiene que ver con la generación de derechos y con la partición de la sociedad en términos de valores. Ejemplo de esto es el romper el consenso democrático en torno a si hubo o no hubo terrorismo de Estado en Argentina, o instalar la idea de un plebiscito urgente en términos de la ley de interrupción voluntaria del embarazo”.
Desde el primer minuto en que el candidato de La Libertad Avanza triunfó en las PASO, en el comando de Bullrich se asomaron las dudas. En JxC creían que elegir entre la exministra y Rodríguez Larreta era la única prueba antes de regresar a la Casa Rosada tras el gobierno de Mauricio Macri, consignó Clarín. Pero la victoria de Milei fue un balde de agua fría. “Hay que hacer algo y debe ser urgente”, se escuchó ese mismo domingo entre los pasillos opositores.
En opinión de Orlando D’Adamo, los sondeos sirven a los comandos porque entregan “mucha información interesante para el diseño de la campaña, información, yo diría, más que interesante. Decisiva muchas veces”. A esto hay que añadir que muchas de las encuestas realizadas por las campañas políticas no ven la luz del día, explicó Gustavo Córdoba.
“Por lo general, ese tipo de encuestas no ven la luz pública, porque contienen quizás la información real de cómo va a votar una sociedad. En el caso de nuestra empresa, Zuban Córdoba, solamente ve la luz pública entre el 5% y el 10% de nuestra investigación. Hay un 90% que es utilizada como un insumo estratégico y no tiene ningún tipo de difusión”.
El problema es qué ocurriría si nuevamente subestiman el desempeño de Javier Milei, ya sea los sondeos para medios o los de campaña.
“La imagen y todas las variables de Milei mejoraron desde la primaria por el efecto o del triunfo de las PASO, o el triunfo que interpretó la sociedad, por más que el resultado fue bastante parejo entre las tres principales coaliciones. Pero quedó la sensación de que fue el gran ganador en la sociedad, y por eso mejoró”, detalló a La Tercera Federico Aurelio.
El analista político Jorge Giacobbe fue más allá, y planteó que “esta es una elección de las más nebulosas a las cuales hemos asistido. Hace 20 años que no hay un juego de tres en la Argentina, el último fue en el 2003″, cuando se enfrentaron Carlos Menem, Néstor Kirchner (electo presidente en segunda vuelta luego de que el primero se retirase, en un extraño suceso político), Ricardo López Murphy, Adolfo Rodríguez Saá y Elisa Carrió.
“Las elecciones donde hay dos contrincantes grandes son más fáciles, porque cuando uno acciona, el otro reacciona, y entonces A es el antídoto para B, y B es el antídoto para A, pero cuando hay una configuración de tres, todo se despelota mucho”, cerró Giacobbe.
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