NAU: El movimiento que revivió a la centroizquierda desde la UC
Con Giorgio Jackson y Miguel Crispi como referentes, la Nueva Acción Universitaria nació en 2008, con escasa ideología, para enfrentar al Movimiento Gremial. Hoy -el grupo que dio origen a Revolución Democrática- buscará plasmar su pragmatismo en La Moneda.
En 2008, el diputado Miguel Crispi (RD), entonces presidente del Centro de Alumnos de Sociología de la Universidad Católica, realizó una exposición en el Campus Lo Contador. El futuro subsecretario de Desarrollo Regional (Subdere) presentó sus argumentos contra la Federación de Estudiantes (Feuc) para intentar destituir al secretario general, Claudio Alvarado, y al consejero superior, Diego Schalper, actual diputado RN, que encabezaban la lista del Movimiento Gremial (MG).
–El tema de la destitución surgió a partir de una discusión sobre la participación de la Feuc en una manifestación sobre la ‘píldora del día después’. Perdieron ese intento, pero eso aglutinó al mundo que luego daría vida al NAU (Nueva Acción Universitaria), recuerda Alvarado.
Esas protestas derivaron en la creación de la Coordinadora de Estudiantes UC por la Educación Pública (Ceuc), que luego se materializó en la candidatura de Crispi a la Feuc y la creación del NAU, movimiento que ganó las cinco elecciones de federación posteriores y que constituye el origen de Revolución Democrática (RD), uno de los partidos clave del Frente Amplio, coalición del presidente electo, Gabriel Boric.
Los exmilitantes del NAU que trabajarán en el gobierno son: Crispi en la Subdere; Giorgio Jackson, presidente de la Feuc 2011, en la Segpres; Javiera Martínez, de la directiva Feuc 2010, en la Dirección de Presupuesto; Carlos Figueroa trabajará en el Segundo Piso, y Roberto Flores será jefe de gabinete del Ministerio de Transportes, entre otros. A esos se suman los miembros de Revolución Democrática, que no fueron parte del NAU, Marco Antonio Ávila, en el Ministerio de Educación; Pablo Paredes, en la Secom; Claudia Sanhueza, en la Subsecretaría de Hacienda; Paula Poblete, en Evaluación Social; Rocío Faúndez, en la Subsecretaría de la Niñez; Cristóbal Cuadrado, en Salud Pública; Cristóbal Pineda, en Transportes; Tatiana Rojas, en Vivienda, y Paulina Soto, en Patrimonio Cultural.
–La Nueva Acción Universitaria nació en una época de conservadurismo duro. Mientras pasaban cosas como el ‘movimiento de los pingüinos’ y la discusión sobre la Ley General de Educación (LGE), los gremialistas estaban preocupados de protestar contra la ‘píldora del día después’ e insistían con que eran apolíticos y sólo les importaban los paseos a la nieve y las fiestas. Antes existían otros movimientos de izquierda y centroizquierda, pero el NAU se distingue porque tenía sentido de realidad con la UC, entendía que eran menos politizados, pero no por ello indiferentes, dice Joaquín Walker, sobrino del exsenador DC Ignacio Walker, uno de los fundadores y el segundo presidente que representó al NAU en la Feuc.
La revista de la Feuc llamada Mosaico, en su primera impresión cuando ya estaba dirigida por dirigentes del NAU, en marzo de 2009, tituló a modo de declaración de principios: “La política no muerde”.
En esa edición también se incluía una columna del entonces presidente del Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile en 2009, Gabriel Boric, llamada “La UC desde afuera”. “Aquí siempre se han referido a la Universidad Católica como “la otra” (expresión dicha con un cierto aire de superioridad intelectual). Y en esto, en esta sincera convicción de otro Chile posible, hoy no creemos estar solos. La arrogancia dejémosla a los arrogantes. Nosotros, los jóvenes, no caeremos en burdas separaciones. Hoy, cuando la historia llama, los universitarios de Chile tenemos el deber de responder y, en eso, tengo la certeza de que nos encontraremos”, se leía en la columna.
En el equipo editorial de ese entonces, que los militantes guardan como reliquia, estaba Giorgio Jackson.
El “pragmatismo” del NAU
Jackson, de pasado en Un Techo Para Chile, ingresó al NAU por una invitación de un compañero de Ingeniería, quien le presentó a Crispi antes de la campaña en 2008.
–Giorgio se sabía todos los números, me acuerdo que nos enviaba correos, nos decía tengo un debate sobre tal tema, nos mandaba papers. Una vez le dije tú ya te estudiaste todo más que nosotros. Ese era su perfil de liderazgo, súper ingeniero, recuerda Ignacio Saffirio, secretario general de la Feuc 2010 e hijo de Eduardo Saffirio (exdiputado ex DC).
Varios entraron a militar con ese mismo perfil: estudiantes con pasado en proyectos sociales o pastorales, sin mucha experiencia en política ni referentes ideológicos claros. Lo que los movía eran discusiones como el conflicto estudiantil, temas medioambientales, el respeto a la diversidad y la lucha por condiciones laborales dignas.
–Logramos ser inclusivos. Éramos independientes de izquierda que no éramos parte de ese lenguaje politizado, que era de “viejos chicos”, explica Nicolás Valenzuela, quien fue el secretario general en la Federación en 2009.
Para la primera campaña contaron con la ayuda del sociólogo Eugenio Tironi para definir su mensaje. Una de las conclusiones de aquella reunión fue utilizar una foto de Gary Medel junto a la frase: “Así quiero la UC”.
–Las campañas del NAU siempre tenían referencias a la cultura pop, como memes y participaban creativos de varios lados, cuenta Emilia Malig, quien llegó a la directiva de la Feuc en 2012.
Desde el día en que se creó la Nueva Acción Universitaria eligió el color verde y un trébol como símbolo. Además, siempre se autodefinió como heredera de la Reforma del 67 y, en esa línea, tenían al exrector Fernando Castillo Velasco -a quien visitaron varias veces- y la idea de democratizar la UC como principales inspiraciones.
Solían también conversar con varios protagonistas de esa generación, como el futuro ministro de Vivienda Carlos Montes (PS), el ex Mapu Óscar Guillermo Garretón y el médico Miguel Ángel Solar. Además de otros exlíderes estudiantiles, como el actual gobernador Claudio Orrego (DC), Álvaro Ramis y Claudio Castro, alcalde de Renca, y conversaban con académicos como Francisco Javier Gil.
Por esas relaciones y porque algunos de los militantes tenían nexos familiares con la Concertación (Saffirio y Walker eran cercanos a la DC y Crispi era militante PS e hijo de la exministra Claudia Serrano), los movimientos de izquierda los trataban de “amarillos” y de “reformistas”.
–Siempre nos mostramos distintos a la Concertación, porque nunca funcionamos con lógicas de cuoteo que se habían utilizado en los movimientos de izquierda que habían fracasado anteriormente, como el “K3″, dice Walker, quien militó en la DC tras salir de la universidad.
Las diferencias y los prejuicios con la izquierda universitaria debieron recomponerse cuando la Feuc entró a la Confech después de seis años.
“El 2009, el presidente de la Católica era Miguel Crispi y el presidente de la Chile era Federico Huneeus, y ellos habían sido compañeros de curso en el Saint George y mejores amigos. Entonces, fue muy fácil articularse el 2009, comentó Giovanna Roa, fundadora del NAU y convencional constituyente, en un artículo llamado “La ‘Nueva Acción Universitaria’ y el origen de ‘Revolución Democrática’ (...) (2008 – 2012)”, que escribió el historiador Víctor Muñoz-Tamayo junto al sociólogo Carlos Durán, quien trabajará en el Segundo Piso del gobierno.
–Dábamos estabilidad y pragmatismo a la Confech. Éramos capaces de sentarnos con el gobierno de turno a conversar, algo que no le gustaba a la izquierda más dura. Además, la Feuc siempre ha sido un referente para la élite y eso ayudó a encontrar distintos espacios, afirma Walker.
El origen social de sus militantes -muchos hijos de ministros y autoridades de la época- les abrió un espacio potente en jóvenes de sectores altos tradicionalmente afines al gremialismo.
Así el desafío fue fortalecer las áreas de formación.
–Lo primordial era el proceso de reforma universitaria y en la discusión más ideológica había muchos insumos, desde autores de la Teología de la Liberación, hasta el Padre Hurtado, con algunos escritos, o Marx en otros, recuerda Diego Vela, quien fue presidente en la Feuc 2012.
El primer espacio de participación política del NAU fuera de la UC se los abrió Michelle Bachelet cuando invitó a sus dirigentes a ser parte de la Fundación Dialoga en 2010, donde participaron Valenzuela y Crispi.
Esa relación terminó cuando decidieron formar Revolución Democrática (RD), tras el éxito de Jackson en la Feuc 2011.
La banda de la casa “jurel”
Tras el año de Jackson en la federación, los dilemas del movimiento crecieron. Algunos no querían ampliarse fuera de la UC; otros, como Walker y Saffirio, eran de la teoría de unirse a algún partido de la Concertación, pero la mayoría optó por la creación de un nuevo referente: Revolución Democrática, el que surgió de exmilitantes del NAU y de un colectivo de principios de los 2000 que se llamaba La República, encabezado Sebastián Depolo.
Saffirio recuerda aquellas conversaciones en que le decía a Jackson que se fuera por el camino tradicional:
–Discutí con él varias veces. Mis grandes diferencias eran políticas, pero más allá de todo, creo que su intuición era correcta, se hubiera perdido en la política tradicional.
Uno de los lugares donde se empezaron a dar esas primeras discusiones fue en la casa ubicada en Joel Rodríguez, Providencia (la llamaban “jurel”), en la que primero vivieron Miguel Crispi, Nicolás Valenzuela y Francisco Pinochet. Y que luego se sumaron Camila Ponce, Giorgio Jackson y Giovanna Roa. De a poco se transformó en un reducto del NAU, cuyos integrantes mantienen una suerte de hermandad hasta hoy.
–Miguel era mucho más intelectual que todos. Era una casa muy estimulante en las discusiones y conversaciones, dice Ponce. A modo de símbolo, todos los que vivieron en ese hogar en Providencia se tatuaron un jurel.
En esos pasillos se discutió el apoyo a la candidatura de Josefa Errázuriz en Providencia y Jackson decidió postularse a diputado, luego de que la Nueva Mayoría realizara un “pacto de omisión”, bajando las candidaturas de Marcelo Díaz y Eugenio Ravinet.
Luego vino la participación en el gobierno. Tras el nombramiento de Claudia Peirano en la Subsecretaría de Educación, los dirigentes estudiantiles lideraron una campaña para que renunciara al cargo por presunto conflicto de interés, debido a que era dueña de una Asistencia Técnica Educativa (ATE). La exigencia se concretó antes de que asumiera y varios dirigentes de RD llegaron a la cartera, incluido Crispi.
–La experiencia con Josefa Errázuriz y la participación en el gobierno fueron fracasos políticos. La expresidenta Bachelet genuinamente tenía buena actitud hacia nuestra generación. Pero otra cosa son los partidos y su coalición. Simplemente quedó en evidencia que la alianza con el neoliberalismo y el conservadurismo DC ya no daba para más, analiza Valenzuela, quien fue coordinador general de la campaña de Errázuriz.
Sus críticos -sin embargo- sostienen que la falta de experiencia y soberbia les pasó la cuenta. Hasta hoy el paso de algunos de sus dirigentes en Providencia es un foco de custionamientos debido a que acusaciones de malversación de fondos públicos llegaron a la justicia.
Hoy, el movimiento ha ganado 11 federaciones en la UC, incluida la última. Además, la Nueva Acción Universitaria mantuvo ritos y tradiciones en las que figura como Jackson y Crispi colaboran hasta hoy.
–El NAU ha influido mucho en personas que están trabajando a nivel político, no sólo en la primera línea, sino también todas las personas que están atrás, dice Sofía Barahona, presidenta de la Feuc 2017.
–El camino de RD, en términos de estrategia de poder, ha sido mucho más exitoso, pero también es una cuestión que está mucho más a la izquierda, a mi juicio, de lo que hacíamos y de lo que pensábamos en esos años. Hoy día veo a mis amigos de esa época y en la universidad no decían nada de lo que dicen ahora, por una cuestión yo diría ideológica, muchos de nosotros no íbamos a tomar la bandera del Partido Comunista, no era nuestra identidad, cierra Saffirio.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.