Nicolás Márquez: “Trump mismo está tomando medidas que son muy propias del histórico discurso que Milei siempre ha mantenido”

Donald Trump saluda a Javier Milei en la reunión anual de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en National Harbor, Maryland, el 24 de febrero de 2024. Foto: Reuters

Férreo defensor del gobierno de Javier Milei, el biógrafo del Presidente argentino asegura que el giro hacia una agenda más cultural no se debe a la asunción de Donald Trump. Si bien reconoce que “no existe la administración perfecta”, cree que “cuando vos ganás un partido 5 a 0, es difícil que hagas una autocrítica” al trabajo que estás haciendo.


Nicolás Márquez es lo que se podría definir como la punta de lanza de la llamada “batalla cultural” que Javier Milei, Presidente de Argentina, quiere dar. Abogado, pero principalmente escritor, ha publicado una decena de libros con ese objetivo. A Perón: el fetiche de las masas (2015), se suman El libro negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural (2016) -escrito junto a otro mileísta duro, Agustín Laje-, La dictadura comunista de Salvador Allende (2022) y, su más reciente texto junto al periodista Marcelo Duclos, la biografía Milei: la revolución que no vieron venir (2024).

El autoproclamado “gladiador” es de lenguaje duro y suele utilizar referencias bélicas cuando habla de política. Es su sello, y esa batalla cultural la grafica como tal: una pelea. No por nada la palabra “destruir” y “eliminar” se repiten un par de veces en la conversación con La Tercera, donde aseguró que el giro hacia políticas culturales y de corte más ideológico dado por Milei en las últimas semanas no debería afectar los resultados electorales de este año. Al contrario, cree que potenciarán la base de seguidores del libertario.

Eso también le ha generado problemas por declaraciones polémicas defendiendo lo que él califica como agenda “antiwoke”, pero no parece tener intención de cambiar su manera de expresarse. De alguna manera, ese sello no evitó -o, quizá, incluso propició- la victoria de Milei en el país transandino.

Márquez
Nicolás Márquez es coautor de la biografía "Milei: la revolución que no vieron venir" (2024).

En términos generales, ¿cómo calificaría lo que va de gobierno de Javier Milei?

Milei tomó un país devastado, exhausto y con probablemente la peor crisis de la historia argentina. Un país degradado en todos sus índices, y está revirtiendo esa situación. Obviamente, falta por hacer un montón, porque venimos del subsuelo, venimos del infierno, pero si uno mira algunos datos, son realmente contundentes. Es difícil no sentirse admirado. Cuando Milei asumió, Argentina era el país con más inflación del mundo. El índice de inflación mayorista anual de diciembre de 2023, que fue cuando asumió, era de 17.000%. Hoy, Argentina ha controlado la inflación. No es que esté libre, tiene algunos resabios, pero es un país con estabilidad monetaria, donde la gente ya no tiene que salir a comprar dólares desesperadamente. Los precios se mantienen, son siempre los mismos. El riesgo país era 3.000 puntos, hoy es 500. La pobreza era 55%, ahora es 35%. El interés que hay en el mundo por Argentina es enorme. A donde va Milei, las conferencias de prensa, los grandes empresarios del mundo se interesan, quieren reunirse con él, quieren invertir en Argentina. Hay una realidad completamente distinta, y si uno toma nota de que Milei tiene 30 y tantos diputados sobre 256, tiene seis senadores sobre 72, no maneja ninguna provincia ni ninguna intendencia, hay casi 2.000 de estas últimas en Argentina, y de todas las provincias, no tiene ninguna, con tan poco poder político, lo que ha hecho ha sido enorme. Ha desregulado la economía, ya empieza a haber inversiones en muchas áreas. Por supuesto que es un gobierno que tiene defectos, porque no existe la administración perfecta, pero es por lejos el mejor gobierno, por lo menos de la democracia moderna de la Argentina que se da desde 1983. Es un gobierno con un rumbo muy claro, es muy previsible hacia dónde va Milei, no es que está sobre la marcha improvisando.

Milei
Portada de la biografía "Milei: la revolución que no vieron venir", coescrita por Marcelo Duclos y Nicolás Márquez.

¿Y qué cosas cree que se podrían mejorar?

Faltan muchas cosas. Primero, se necesita una desregulación económica muy superior a la que se aprobó. Tenemos la que se pudo, porque hubo que negociar con la oposición muchas reformas. Los partidos políticos son muy direccionales en su mentalidad, por lo que les costaba aceptar las reformas que Milei proponía. Las reformas económicas que se hicieron fueron parciales. Se necesita una desregulación laboral más profunda, además de una desregulación sindical. Todo eso para poder atraer inversiones, para que el inversor se sienta seducido. Hay provincias enteras no administradas por Milei que tienen 80% de población que trabaja en el Estado, y todo eso no lo hizo Milei, sino que lo heredó. Dentro del gran achique del gasto público, también hay provincias que mantienen su estructura burocrática. ¿Qué es lo que le falta a Milei? Bueno, dos cosas. Una, salir del cepo cambiario para que haya plena libertad para la compra y venta de dólares en los bancos, etc. Ya dijo que se va a salir de esa situación el 1 de enero del 2026, porque para hacer tal cosa se necesita una acumulación fuerte de reservas. Eso se está logrando, pero lleva su tiempo. El otro aspecto es achicar el gasto público para poder bajar los impuestos. Argentina es un país carísimo. Por ejemplo, compras un auto y la mitad de lo que vale es carga impositiva, y así con todos los productos, desde tomar un café hasta comer, la ropa, lo que se te ocurra, es un país tremendamente caro, porque claro, vos tenés tres formas de financiar el gasto público: o te endeudas o emites moneda y generas inflación, o subir los impuestos. Milei bajó 12 impuestos, no se endeudó un centavo y dejó de emitir moneda, por eso logró la estabilidad monetaria. Ahora, lo que hay que seguir haciendo es seguir bajando los impuestos, porque el único mecanismo recaudatorio que tiene el Estado es el impositivo, entonces cuanto menos gasto público haya, más margen va a tener para bajar el impuesto, y si bajan los impuestos, bajan los precios.

El presidente de Argentina, Javier Milei, pronuncia un discurso especial durante la 55ª reunión anual del Foro Económico Mundial (WEF) en Davos, Suiza, el 23 de enero de 2025. Foto: Reuters

Pero aparte de los logros económicos, ¿hay defectos que reconozca el oficialismo?

No le escuché a Milei hacer algún tipo de autocrítica, pero a veces pone un ministro y después lo termina sacando porque no le funciona como él quería, o sea, hay situaciones en las cuales habrá que hacer reformas más profundas. Pero, a ver, yo creo que el gobierno de Milei vive un clima de euforia porque los logros están a la vista. El FMI ya vaticinó para Argentina este año un crecimiento de un 5% a un 6% de la economía. Las inversiones van a ser creo que contundentes este año. Después, en las elecciones van a arrasar. Por ejemplo, Milei destruyó, con su irrupción en la política, al radicalismo, que es un partido que le ha hecho mucho daño al país, al PRO, que fue una oposición totalmente endeble, sin ninguna sustancia ideológica superadora, quedó reducido a la insignificancia. Y el peronismo, que es un partido que siempre fue muy masivo, que por supuesto que no está en vías de extinción, pero está muy golpeado. Y en las elecciones venideras, el gobierno tiene todo para arrasar. Es difícil que sienta que se equivoca en esto, que se equivoca en lo otro, no porque no cometa errores, sino que... a ver, te lo pongo en términos futbolísticos: cuando vos ganás un partido 5 a 0, es difícil que hagas una autocrítica. Seguro que a lo mejor pateaste mal un córner, posiblemente tiraste mal un tiro libre, diste un mal pase, pero es evidente que el saldo es sumamente positivo. La autocrítica, en general, se hace cuando las cosas tienen matices. En cambio, acá los logros son realmente apabullantes.

En las últimas semanas, la agenda del mandatario pareció girar hacia elementos más culturales. Daba la impresión de que, hasta hace poco, el foco estaba mucho más centrado en lo económico. ¿Por qué se da ese giro ahora? ¿Tiene que ver la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos?

No, no, no, no, porque Javier ya venía hablando desde mucho antes sobre todo esto. En los debates presidenciales que se dieron durante el año 2023, ya había dicho que Argentina no iba a adherir a la agenda 2030, que Argentina no iba a adherir al calentamiento global, que Argentina no iba a adherir a la ideología de género, que en Argentina se iba a reconfigurar la reescritura del pasado, en donde hacían pasar a los militares como genocidas y a los guerrilleros como jóvenes idealistas, que es un poco ese espíritu maniqueo que prevaleció sobre todo en la época del kirchnerismo, contándoles el pasado como si hubiese sido una historieta. Milei siempre militó contra el aborto, por ejemplo. Dijo que iba a destruir el Ministerio de la Mujer, y lo primero que hizo fue sacarlo. Dijo que iba a eliminar el Inadi, que era el Instituto Nacional contra la Discriminación, que era un apéndice para perseguir a todos los que nos oponemos a la ideología de género a través de una persecución estatal y judicial. Entonces, no, ya hacía bastante tiempo que Milei venía anticipando esta línea discursiva, y la ha cumplido. Milei no se arrodilló a nada relacionado con lo que se conoce como la agenda woke, que incluso la criticó fuertemente en Davos. Además, él no tenía la menor idea si iba a ganar o no iba a ganar Donald Trump, y, sin embargo, apostó por él, aún siendo Biden presidente. Fue a la CPAC (Conferencia Política de Acción Conservadora) norteamericana cuando Biden era mandatario, o sea, él también se jugó por lo que piensa y por los políticos afines a él, y ha demostrado en eso una gran lealtad. Puede ganar o puede perder, pero él se jugó. No especuló a ver quién gana y después se hacía el amigo. Realmente es un tipo que apuesta fuerte, y además le ha ido bien. El hecho de que Trump sea presidente le hace bien a Argentina, porque le permite tener como socio nada más y nada menos que a la primera potencia mundial.

Elon Musk y Javier Milei. Foto: Europa Press

Ese giro en la retórica, ¿cree usted que podría afectar a La Libertad Avanza de cara a las elecciones parlamentarias?

Todo esto que estamos escuchando ahora de Milei en Davos, de Milei en la ONU, o en algunos discursos a título internacional, si vos repasás la entrevista que Milei le dio a Tucker Carlson (periodista conservador cercano al trumpismo), por ejemplo, las diferentes alocuciones que hizo en la CPAC, o los debates televisivos de campaña, él siempre se opuso a todo esto. La gente votó un combo: votó un proyecto económico y un proyecto cultural. Desde ese punto de vista, él está cumpliendo aquello que votó la gente, por lo que creo que, al contrario, lo fortalece, porque la gente dice “ah, este tipo no me mintió. Yo puedo estar de acuerdo o no, pero hizo lo que prometió”. Entonces no es que se diera un giro discursivo en él, sino que hay una permanencia discursiva en él

¿Cree que haya políticas adoptadas por Trump que Milei debería replicar? Y, a la inversa, ¿hay elementos de la política de Milei que crea que Trump debería impulsar en EE.UU.?

Trump se ha rodeado de libertarios, entre ellos funcionarios como Elon Musk. Creo que tiene un Ministerio de Desregulación y prometió bajar los impuestos fuertemente. O sea, te diría que hasta Trump mismo está tomando medidas que son muy propias del histórico discurso que Milei siempre ha mantenido. Es cierto, es más heterodoxo. Por ejemplo, mantiene barreras arancelarias con China o con otros países por cuestiones estratégicas. En ese sentido, Milei es un liberal, en economía estoy hablando, mucho más puro. Y en cuanto a la batalla cultural, creo que están alineados. Pueden tener diferencias en alguna materia económica, pero son claramente dos presidentes que trabajan y operan de manera conjunta.

Javier Milei asiste a la investidura de Donald Trump en la rotonda del Capitolio de Estados Unidos en Washington, el 20 de enero de 2025. Foto: Reuters

Ligado a eso, Argentina salió ya de la OMS, al igual que Trump. ¿Qué opina de este tipo de medidas?

Me parece fantástico, porque la OMS, entre otros disparates, fue el organismo propulsor del encierro masivo durante la pandemia. Así que todo lo que nos aleje de la ONU me parece que es un acto de inteligencia del gobierno, como lo es el alejarse de la parodia del cambio climático y de la OMS. A mí, en lo personal, me agradan esas medidas.

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