Roberto Navajas (español, 53 años) asumió como preparador de arqueros de la Selección bajo la conducción de Lasarte. Machete, a quien conoció en la Real Sociedad, no dudó en ficharlo. Más cuando el español fue clave en el alza de Claudio Bravo. De la mano del hoy colaborador de Lasarte, el meta pasó de San Sebastián al Barcelona.
Siempre dijo que quería trabajar en Chile. ¿Por qué tantas ganas?
Mi vínculo con Chile empezó cuando empecé a trabajar con Claudio. Claudio hablaba maravillas de su país, de su Chile. Es el mejor embajador que pueden tener. Luego me invitaron a charlas, creé una academia en Iquique. He venido cuatro veces y las cuatro veces me ha encantado, disfruto muchísimo. Es un sitio muy cómodo para mí.
¿Lo llama Lasarte o se ofrece?
Tengo relación con Martín desde la Real Sociedad. Martín me llama para ofrecerme la posibilidad de iniciar un proyecto en la Federación. Yo encantado, porque también conocía a Francis Cagigao.
Venía a una Selección con líos internos que son públicos. ¿No lo pensó dos veces?
No, ¿por qué? Uno tiene que sentirse capaz de encontrar soluciones. Para situaciones fáciles, cualquiera lo puede hacer. Ese es un reto muy bonito. Que pudiese haber en algún momento situaciones más o menos discrepantes, no significa que no se pueda solucionar. Es un reto.
¿No es un camarín ingobernable?
No. Las personas somos personas y los futbolistas son personas. Hay que llegar a las personas para poder sacar el máximo rendimiento. Al final, nosotros los entrenadores, lo que tenemos que hacer es sacar el máximo rendimiento del deportista, pero para eso tenemos que sacar lo máximo de la persona. No podemos olvidarnos nunca de la persona que hay delante del futbolista. Hay que buscar soluciones, no ver problemas.
Bravo (38), Vidal (33) y Alexis (32) van por su último Mundial. ¿Viene a disfrutar de su último baile?
No hay un principio ni un final en el fútbol. Es solo un proceso. En ese proceso hay regeneración, hay diferentes futbolistas. Hay que unir a los jóvenes con los más veteranos. No hay que pensar que porque hay futbolistas con mayor edad que otros no podremos sacar ese máximo, que cuando se acaben se va a terminar el fútbol.
¿Ganar la Copa América o ir al Mundial?
Primero tenemos dos partidos de clasificatorias. Cuando pasen esos dos partidos, nos vamos a centrar en la Copa América. Todo es importante. Queremos ser una selección muy competitiva. No podemos botar uno.
¿Llevarán menos experiencia a la Copa América?
Siempre hay que ir combinado los veteranos con los más jóvenes. Hay que llevar un equipo equilibrado.
Solo Bravo ha triunfado como portero chileno durante los últimos años en Europa. ¿Qué pasa?
Hay que pensar positivo y ver qué tiene el portero chileno para salir al extranjero. El futbolista chileno es un gran competidor. Lo que tiene que hacer el portero chileno es competir. Lo que ocurre en los porteros es que no tienen una gran demanda competitiva porque no tiene grandes acciones. Tiene 10 ó 15 por partido, y de esas tres o cuatro son intensas. Eso obliga a que la experiencia el portero lo adquiera más tarde. Por eso tenemos que acelerar eso, y eso se acelera jugando partidos muy exigentes. Hay que apostar por porteros jóvenes para que sigan creciendo. El portero chileno está capacitado para ir a cualquier liga y competir bien, pero hay que protegerlos.
¿Bravo es su regalón?
Con Claudio tengo una relación porque trabajamos mucho tiempo juntos. Pero no es cuestión de amistad, es compromiso de uno con otro. Yo tengo que sacar lo mejor de mí para que él saque lo mejor suyo. El año anterior a ir a Barcelona, Claudio Bravo jugando Liga, Copa, Champions y con su Selección todos los partidos, entrenó el 40% más que el arquero suplente. Eso no es ser regalón, eso es sentirse orgulloso de trabajar con un portero que da el máximo.
¿Votó para que Bravo volviese a ser el capitán?
El capitán es cosa de Lasarte con los futbolistas. Somos uno. Acá no hay 20 cabezas, somos uno. Martín, su liderazgo. Claudio, Arturo, Alexis… todos. No podemos marcar solo a tres. Todos tenemos que aportar nuestro liderazgo. El capitán es a veces un brazalete, pero también puede ser otro en la sombra.
¿Percibe usted ese gallito entre Vidal y Bravo?
Lo importante es hablar. Las personas nos entendemos hablando, comunicándonos. Diciendo ‘esto es lo que pienso y quiero lo mejor para la Selección’. Nosotros tenemos que provocar esa facilidad para generar encuentros donde todo el mundo se sienta partícipe de esa Selección. ¿Queremos el Mundial? ¿Crees que llevar un brazalete nos llevará al Mundial? Lo que nos lleve al Mundial es que todos estemos juntos.
¿Hay una conversación pendiente para trazar los objetivos comunes?
Creo que el fútbol es comunicación. El mérito es consensuar ideas y objetivos. A partir ahí, todo será mejor.
¿No le llamó la atención que Bravo estuviese dos años fuera de la Selección?
Son decisiones personales y del equipo que pudo haber. No puedo entrar a valorar esas decisiones. Lo que yo creo es que Claudio está para la Selección, está feliz y eso es lo importante.
¿Con usted Bravo siempre será titular?
Lo ideal sería que un portero de 22 años quisiera quitarle el puesto a Bravo. Y ojalá uno de 26, uno de 32, y otro de 18. Eso es lo que queremos conseguir. El ideal es que todos los porteros no vean a Claudio Bravo como algo inaccesible. Por supuesto que es una referencia por todo lo que ha conseguido, pero lo ideal es que todos los porteros que van a la Selección digan ‘yo quiero quitarle el puesto a Bravo’. Nadie tiene la titularidad ganada de antemano. La competitividad hace la Selección. Queremos que el arquero joven diga ‘yo quiero ser el número uno, no quiero ser el número dos’.
¿Hoy existe ese arquero?
Hablando del microciclo pasado, había porteros muy interesantes. Brayan Cortés, Zacarías López, que me han dejado grandes sensaciones. También están los porteros de la Sub 20. Han dado un nivel altísimo. La competición es domingo a domingo. El que compita mejor, va a salir. ¿Qué es lo que quisiera? Que todos los arqueros imitaran el nivel competitivo que tiene Bravo con 38 años, que hay que frenarlo. Ese nivel competitivo quiero. Que realmente asuman el puesto. ¿Por qué no? ¿Lo conseguirán? No lo sé. No tengo una bolita mágica para adivinarlo.
¿Algún arquero le ha sorprendido?
Hay varios. Por eso los vamos conociendo en el microciclo. Hay un grupo de porteros muy interesantes, pero no es cuestión de si ellos son o no. No podemos adivinarlo. No te puedo decir que acá hay uno, que es él. Acá es día a día.
¿Ve alguna cualidad especial en los arqueros chilenos?
En Chile hay muy buenos porteros. En este último microciclo hemos tenido cinco porteros jóvenes y tienen un nivel realmente bueno. ¿Qué ocurre? Tienen que seguir evolucionando, tienen que seguir creciendo, no podemos permitirnos que se queden en lo que han conseguido. Hay que ayudarlos a seguir creciendo, a que alcancen su mayor rendimiento. Pero no su máximo rendimiento en Chile sino a nivel mundial. El problema de los arqueros más jóvenes es que no están compitiendo. En casi un año y medio se han suspendido las ligas jóvenes y esa experiencia hay que recuperarla de alguna manera. Y hay otros porteros jóvenes que no están jugando en Primera. A esa falta de competitividad hay que buscarle una solución.
¿Es necesario ser bueno con los pies para ser considerado por Navajas?
No solo ser bueno con los pies. Yo le pego bastante bien al balón, pero no juego bien al fútbol. En el fútbol es clave el componente táctico, la interpretación del juego. Necesito que el portero sepa pasar una línea de presión, un cambio de orientación, que pueda salir jugando cuando el compañero está en problema.
¿Chile puede estar tranquilo en el recambio de arqueros?
Chile puede estar tranquilo con los arqueros si trabajamos bien. Si dejamos que los chicos de 20 años no puedan jugar en Primera División, o que se acomoden siendo suplentes o tercer porteros, o no jugar partidos, será un gran problema en Chile. Si permitimos eso, será difícil. Si somos capaces de trabajar al máximo nivel, que los entrenadores confíen en los porteros jóvenes, estaremos tranquilos. Porteros hay, pero debemos trabajarlos.
Me ha repetido harto lo poco que juegan los porteros jóvenes chilenos...
La media de edad creo que en Primera es de 29 años, en Primera B subió a 33. El tema no es la edad, Claudio tiene 38 años. Es cuestión de ofrecer y confiar en los porteros jóvenes. Hay que darles la oportunidad. Luego la competición te pone o te quita, pero hay que darles la oportunidad. Hay que generarles una ambición. No hay que conformarse con ser el número dos o ganar dinero, hay que querer ser el número uno, quitarle el puesto a Bravo, a cualquiera. Si conseguimos eso, en Chile habrá muy buenos porteros.
Algunos se van jóvenes como Collao y se terminan perdiendo en España...
Pero no se está perdiendo. El chico decide abandonar su estado de confort y se va a España, a un equipo que tiene un portero veterano. No es fácil estar ahí. La cuestión es ¿por qué ese chico tiene esa ambición? Ese tipo de chicos hay que cuidar, hay que seguirles. Cuando una persona sale del país no es fácil, es rebelarse a lo que está establecido. Ese chico tiene mis respetos porque ha tomado decisiones como ir jugándosela afuera, en vez de estar de suplente en un equipo de Primera. El chico seguramente ha crecido más que estando acá de suplente.
¿Usted busca jugadores con esa hambre?
Pero no es hambre de irse del país. El hambre de querer ser el número uno. Voy a ser el que más entrena, el que más se queda después de los entrenamientos, el que menos grasa tiene, el más rápido.
¿Y esos arqueros los ha visto en Chile?
Vamos a ver... Esta no es una generación espontánea, todo viene por algo. Bravo es Bravo porque ha trabajado más que nadie. Los preparadores de arqueros tenemos que ayudarles a que tengan claro dónde quieren llegar, cuáles son sus capacidades. Hay que apoyarles, aunque fallen.
¿La generación millennials de arqueros es difícil de llevar?
Lo difícil es que el entrenador no sepa darse cuenta que al frente hay una persona que piensa diferente al entrenador. Hay que comprenderlo, no dirigirlo y condicionarlo. Tenemos que ayudarlo a crecer. Hay que convencerlo para que sea autónomo. No sirve solo hacer ejercicios. Hay que realizar una conexión más allá.