¿Por qué empujar el aborto ahora?
Que cuenta con un alto respaldo ciudadano, según encuestas internas, y para dar una señal potente de que cumplen sus compromisos de campaña, son parte de las razones de La Moneda para lanzarse con una propuesta que polarizó al Congreso y para la cual no tienen los votos.
La ministra de la Mujer, Antonia Orellana (Convergencia Social), tuvo semanas intensas en la previa de la cuenta pública que encabezó ayer el Presidente Gabriel Boric. Mientras definían los últimos detalles del discurso junto al comité político y el Mandatario, la periodista hizo gestiones en paralelo para anticipar uno de los anuncios que el gobierno destacó como uno de los más relevantes y que varios parlamentarios y personeros del Ejecutivo frenteamplistas aplaudieron de pie: que antes de fin de año ingresarán el proyecto de ley de aborto legal.
A las 12.53 Boric lo informó y el efecto fue inmediato: el clima se polarizó en el Congreso. “Durante el segundo semestre de este año, ingresaremos un proyecto de ley de aborto legal, que someteremos a la discusión correspondiente, siempre con el compromiso que anima a nuestro gobierno: avanzar y no retroceder. Las mujeres de Chile se lo merecen”, dijo el Presidente.
En ese mismo instante alrededor de 10 parlamentarios de oposición se pararon de su asiento indignados. Otros gritaban: “¡No!”.
En el Socialismo Democrático, por su parte, también reaccionaron sorprendidos. A la salida del Congreso la senadora Paulina Vodanovic, presidenta del Partido Socialista, transmitió que no era la estrategia correcta en medio de negociaciones importantes como la agenda de seguridad, la reforma previsional y también en un contexto en el que la DC forma parte del pacto progresista en la elección municipal.
Pero en el comité político sabían el impacto que el tema iba a generar en la oposición, y el peso comunicacional que iba a imponer sobre la cuenta pública. Por lo mismo, la ministra Orellana ya tenía preparado un intenso despliegue en medios de comunicación.
Además, hace semanas los equipos de Presidencia y la Secom, junto a los secretarios de Estado, habían definido que la tercera cuenta pública era una instancia propicia para interpelar a la oposición y confrontarla en temas valóricos. Eso, dicen en el Ejecutivo, los envalentonó no solo a anunciar el aborto legal, sino que también la urgencia al proyecto de ley de eutanasia, que está en el Senado.
Los números que habían recopilado los equipos de Estudios los acompañaban, ya que según plantean el aborto marca bien en sus sondeos y la eutanasia tiene un respaldo mayor aún.
Todo esto en un año que es electoral:en octubre próximo serán los comicios municipales y de gobernadores regionales.
Pero además hubo otra razón de peso en La Moneda que inclinó la balanza en la decisión:dar cuenta que son un gobierno que cumple, en un escenario en que han ido perdiendo aprobación ciudadana, según las encuestas de opinión. El Mandatario, en los días previos a la rendición de cuentas ante el Congreso Nacional, bajó de su 30%de aprobación, según la encuesta Cadem. Esos números despertaron la inquietud en el oficialismo porque daba cuenta que perdió su base de apoyo de siempre. Eso sí, de acuerdo a la última medición de la misma encuestadora, volvió al 30%de respaldo.
El diagnóstico en La Moneda es que ha sido complejo llevar las consignas más emblemáticas del sector, como la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE) y la reforma previsional. Por lo mismo, para el Presidente era importante insistir y marcar anuncios que fueran parte de la esencia de su proyecto político por el cual fue elegido.
Todo ello asumiendo que será casi imposible contar con los votos para aprobarlo y entendiendo los costos que puede tener en la agenda legislativa, como suponen los equipos de la Segpres y en Interior.
Por ejemplo, rápidamente la bancada del Partido Republicano anunció que cortará relaciones con el gobierno y que no permitirán el ingreso de subsecretarios a comisiones. Mientras que en Chile Vamos el clima era similar.
Eso sí, la reacción que más preocupó a algunos en el oficialosmo fue la de la DC, que transmitió su malestar. Su presidente, Alberto Undurraga, indicó que este anuncio solo daña los acuerdos que el gobierno está intentando sacar adelante.
En los partidos de gobierno algunos temen que esto repercuta en votaciones relevantes en el Congreso o, incluso, en el pacto electoral que tienen con la DC, ya que compiten juntos en los comicios de octubre de este año.
Con ese malestar evidente, a la salida del Congreso, el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde (PS), salió a tomar la temperatura del anuncio.
“En la DC no van a dar los votos para aborto, pero sí para eutanasia”, le dijo el diputado Vlado Mirosevic (PL), quien horas más tardes le agradeció a altas autoridades de La Moneda por poner el énfasis en demandas que son históricas en su sector.
Mientras que el presidente de Revolución Democrática, Diego Vela, instó al secretario de Estado a al menos dar la pelea. “Hay que dar la discusión democrática. Me empoderaste”, le respondió Elizalde, quien el lunes deberá intentar retomar la agenda legislativa ante una oposición indignada.
Lo cierto es que en el Socialismo Democrático algunos quedaron con un sabor amargo:creen que el discurso terminó polarizando al país y poniendo el foco en materias que no son prioritarias para la ciudadanía.
La conversación con Bachelet
En los últimos días, Orellana se comunicó con las autoras del proyecto de aborto en tres causales, entre ellas la expresidenta Michelle Bachelet (PS), y también algunas jefas de bancada oficialistas para anunciarles la jugada que tenía preparada el gobierno.
También estaban al tanto algunas organizaciones feministas que trabajan con el Ministerio, con quienes la secretaria de Estado se comunicó dos semanas antes para entregarles la primicia.
La titular de Mujer no había querido adelantar el plan. De hecho, en una entrevista con La Tercera en marzo, la ministra aseguró que el aborto legal no era parte de la agenda 2024. ¿El motivo? La planificación de la secretaria de Estado es ingresar el proyecto de ley en diciembre, es decir, es una discusión que se dará durante el último año de gobierno. En la cartera calculaban que si lo anunciaba antes, se iba a tomar toda la agenda mediática del Ministerio por sobre las otras prioridades para este año, como la ley contra la violencia de género y el Sistema Nacional de Cuidados.
De hecho, en el comité político la planificación había sido diseñada con anterioridad. Cuando comenzó el gobierno, el plan original era que Orellana ingresara el proyecto de ley -que era uno de los componentes más simbólicos en la agenda de género del Presidente- durante el cuarto semestre si es que ganaba el Apruebo en el primer plebiscito constitucional. Sin embargo, como se impuso el Rechazo, la iniciativa -hasta ayer- se había guardado en un cajón.
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