¿Están todos conectados?, pregunta Martín Mihovilovic, presidente del directorio del INAF. “Falta Johnny, pero démosle nomás. Entrará más tarde”, responde uno de los futbolistas presentes en la cita. Durante varios segundos, Esteban Paredes, Jean Beausejour, Jorge Valdivia y José Pedro Fuenzalida acomodan las cámaras de sus computadores. Johnny Herrera se suma a los minutos. La reunión vía zoom, que se efectuó hace más o menos 45 días, está por comenzar. No discrimina a nadie. No importa el color de la camiseta que defendieron, la posición en el campo de juego en la que destacaron o la vigencia de cada uno de ellos en la actividad. El único requerimiento es haber tenido un paso destacado por la Roja o, al menos, haber sido parte del exitoso proceso que se ha llevado adelante durante los últimos casi 12 años. Los conectados están en representación de Charles Aránguiz, Arturo Vidal, Claudio Bravo y Alexis Sánchez, quienes no se pudieron sumar a la conversación por las casi cinco horas de diferencia con Europa.

El motivo de la cita lleva años conversándose, pero sin mayor profundización. Se habló entre los pasillos de Juan Pinto Durán, casi que en voz baja. Hoy, con varios de los futbolistas más destacados de la Selección mirando el retiro, la idea toma fuerza. Su salida del fútbol es cosa de tiempo. Frente a tal escenario, más que nunca se unen en su deseo de poder estudiar la carrera de técnico para poder lucir el cartel y tenerlo como una alternativa al momento de colgar los botines.

La Generación Dorada prepara su vuelta a clases. Los miembros de la Roja más exitosa de la historia inician los contactos para prepararse de cara al retiro, que cada año parece estar más cerca. Algunos de ellos, ya lo enfrentan. Sus ganas de continuar en la actividad ya no se quedan solo en palabras sin que hoy se grafican en hechos. Quieren ir ganando tiempo en su afán de no llegar sin ningún tipo de preparación al día en que dejen la alta competencia.

El primer acercamiento de la base de la Generación Dorada por volver a la sala de clases se produjo en 2016, en pleno proceso de Juan Antonio Pizzi. Por aquellos años, Martín Mihovilovic, quien hoy lidera la testera del Instituto Nacional del Fútbol, programó una cita con Claudio Bravo, el capitán del bicampeón de América. El nacido en Viluco le manifestó la intención que compartía con algunos de sus compañeros de poder estudiar la carrera de director técnico. Hizo las consultas, quiso conocer cómo era el plan de estudio. En ese momento, todo pareció quedarse en una sola intención frente al éxito que los ahogaba por esos años. Además, el tiempo no los acompañaba frente a los desafíos que semana a semana debían enfrentar con sus clubes y la Roja.

Con el correr de los años, la idea de generar un plan de estudios para los seleccionados fue tomando forma. Específicamente durante los últimos meses, la conversación informal que se había producido hace casi cinco años tomó peso. Frente al deseo de los futbolistas, el INAF (Instituto Nacional de Fútbol Profesional) alista una beca que buscará aglutinar al grueso de la Generación Dorada en una malla curricular que les permitirá tener su certificado de técnicos. En un principio, el curso contempla una duración de 24 meses, con clases híbridas. Se realizarán sesiones online, que les permitirá a los que militan en el extranjero poder avanzar en sus respectivos países o lugares en el que residen, en caso de jugar en otras ciudades de Chile. Y otras citas que serán presenciales, que serán agendadas para cuando los referentes se encuentren en el país. La idea es preparar profesionales con conocimientos y competencias específicas, actitudes y valores para desempeñarse eficientemente tanto en los niveles de formación o de rendimiento en fútbol. El aprobar los exámenes les hará merecedores de la licencia de entrenador profesional, que les permitiría dirigir en cualquier equipo del torneo nacional. El beneficio radica en poder lucir su cartón en un periodo de tiempo más acotado, considerando que para poder ser DT se exigen ocho semestres de estudio.

Claudio Bravo y Arturo Vidal, en la Roja.

En el INAF, de momento, manejan el tema con cautela. Aseguran que las conversaciones, más allá del interés que lleva años, son aún prematuras. Sí está la idea de que el curso sea una oportunidad de mantener vigente a una generación exitosa. Que su legado y aprendizaje no se pierda en el tiempo y sirva para futuras generaciones. Se les busca dar un reconocimiento por su aporte al fútbol local. “Hubo una reunión y hay interés por miembros de esta generación dorada de poder estudiar. Son futbolistas con una vasta trayectoria, con dos Copa América, que pueden entregar mucho al país”, reconoce Luis Rodríguez, director de carreras y entrenador de fútbol de la INAF.

La idea para este tipo de cursos será generar como máximo 20 cupos. Se quiere dar facilidades a deportistas que hayan destacado en el proceso más exitoso de la Roja. “Están todos motivados e interesados en poder transmitir su legado. Eso es súper importante y nos motiva a generar este tipo de espacios”, agrega Rodríguez, quien, al mismo tiempo, asegura que “ellos mismos están con la tarea de conversar con el resto de sus compañeros de la Selección para ver si hay otros interesados. Nos reuniremos más adelante”.

El interés de las cabezas de la Generación Dorada por sentarse en una banca es algo que vienen transmitiendo. Claudio Bravo, en más de una oportunidad, ha dejado en claro su deseo de dirigir cuando se retire.

“La inquietud de ser entrenador me llama la atención. Se me ha abierto el apetito, la mente de visualizar más cosas. Es algo que siento que me llena. Pero también siento que la parte ligada a los niños es algo a lo que tengo que dedicarle tiempo. A mí me hubiese encantado que un futbolista profesional me diera una charla de este tipo. Hoy se puede acelerar ese proceso. Me gustaría dedicarle parte de mi tiempo a ayudar al crecimiento de las nuevas generaciones”, dijo, en una charla que tuvo con una universidad privada. Sus capacidades para tomar una banca, incluso, han sido destacadas por Pep Guardiola, quien lo tuvo en su paso por Manchester City. En ese entonces, el propio estratega español le recomendó que empezara a visualizar su futuro. “Veníamos de una gira por Estados Unidos, llegamos a Inglaterra y Guardiola me llama a la oficina y me dice ‘quiero hablar contigo’. Ahí me plantea la opción de ser entrenador. Yo le dije ‘¿me quieres retirar?, yo pretendo jugar varios años más’. Ahí me dice que ‘hay que visualizar cosas para el día de mañana, creo que tienes potencial para ser un buen entrenador’”, reconoció el portero.

Arturo Vidal, desde Italia, también ha seguido en detalle el proceso. Quiere estudiar y se lo hizo saber de manera personal a personeros del INAF. Está disponible para sumarse a los cursos al momento en que estos sean visados.

“Voy a hacer el curso de entrenador, sí. Ahora que estoy jugando lo haré. Lo voy a tener y cuando deje el fútbol veré qué hago. Me gusta el fútbol, tengo muchos entrenadores buenos que me han marcado. Me gustaría ver y probar qué puedo entregar como entrenador”, comentó el Rey hace unos meses.

Charles Aránguiz, desde su vereda, siempre de más bajo perfil, también ha estado haciendo consultas. Ha pedido algunos documentos al SIFUP, en su idea de ganar tiempo. No quiere quedarse fuera de la posibilidad que se le está abriendo. Tampoco se resta Alexis Sánchez, quien incluso ya hizo llegar la documentación que está recopilando la INAF para afinar detalles del curso que se está preparando. Johnny Herrera, en su condición de retirado, es uno de los que estuvo presente en la cita virtual. Manifestó su deseo de que el curso resulte. En sus apariciones ha dejado en claro que le gustaría ser estratega y que sus equipos tengan la personalidad que él transmitió durante sus años como futbolista. “Hay técnicos que sin nada vienen a dirigir en Primera División, entonces si pongo un poquito de empeño y trabajo podría llegar a dirigir”, comento Herrera. “Quiero ser el mejor, que mis equipos tengan personalidad y que cada vez que entran a una cancha pongan todo lo que tengan que poner. Quiero a un equipo protagonista, que salga a jugar en todos lados de la misma forma y no le tema al rival. No imagino que mis equipos no tengan personalidad”, cerró.

La base de la Generación Dorada prepara el papel y el lápiz. La vuelta a las salas de clases está cada vez más cerca. Siempre, eso sí, relacionados frente a lo que más les apasiona: el fútbol.

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