Unidad oficialista anhelada por La Moneda enfrenta prueba de fuego

camila vallejo

Uno de los deseos del Presidente es que la coalición con la que está gobernando se proyecte más allá de su administración. Sin embargo, las aspiraciones electorales del Mandatario no siempre son correspondidas por las fuerzas de su gobierno y los resultados de estos comicios -más las esquirlas del caso Monsalve- pueden producir un impacto en estos intereses.


Este viernes, ante la atenta mirada de los presidentes de partido del oficialismo, el jefe del Segundo Piso de La Moneda, Miguel Crispi (FA), recalcó que para el gobierno del Presidente Gabriel Boric era fundamental mantener la cohesión de la coalición.

El mensaje del sociólogo no fue baladí ni se trató de un recordatorio típico que se entrega en La Moneda. Lo hizo en un contexto álgido. A raíz del caso Monsalve, que generó la renuncia del exsubsecretario del Interior por una denuncia de violación en su contra, entre las tiendas oficialistas se produjo una “guerra civil”. Esta se vio agravada con las diferencias públicas que se produjeron dentro del propio comité político que asesora al Mandatario.

La gestión de la crisis, cuestionada en duros términos, se encapsuló entre el Presidente y su ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD). El resto del comité político supo dos días después, cuando el escándalo estalló. Luego, la titular de la Mujer, Antonia Orellana (FA), afirmó que le habría gustado enterarse antes del caso y la militancia frenteamplista criticó el control de daños de la jefa del gabinete. En el PPD, en cambio, defendieron a Tohá y apuntaron contra Orellana por su desempeño.

El recado de Crispi fue antecedido por la intromisión del propio Presidente Boric, quien, junto a Tohá, telefoneó a dirigentes del oficialismo para intentar calmar las tensiones. Por eso, y en busca de fortalecer la unidad del sector, durante la reunión del Segundo Piso con los partidos, en la que degustaron un pollo a lo pobre, se les confirmó a los timoneles que estaban convocados este domingo a las 18.00 horas para esperar los resultados de la elección en La Moneda, junto al Jefe de Estado.

“Convocamos a todos los presidentes de los partidos oficialistas a La Moneda el día domingo, porque vamos a tener un comité político ampliado. Independientemente de los resultados. Vamos a tener un espacio de encuentro, de conversación que es muy importante para el gobierno. Va a haber, evidentemente, algunas palabras del gobierno post jornada”, dijo la vocera del Ejecutivo, Camila Vallejo, tras emitir su voto este sábado.

Se trata de una puesta en escena inédita bajo esta administración, que no se empleó en los anteriores tres procesos eleccionarios que se han enfrentado. Con ello, el Presidente Boric busca dar una señal de unidad. Al mismo tiempo, aquello es funcional a uno de los principales anhelos del Mandatario frenteamplista: proyectar la coalición más allá de su gobierno.

Escenario cuesta arriba

Sin embargo, el hito planificado por La Moneda podría quedar en anécdota. Y es que, como ocurre tras cada elección, los mismos resultados pueden producir más problemas dentro de los grupos gobernantes, que ya se vieron afectadas con el caso Monsalve.

Esto porque, posterior a los comicios, se producirá un reordenamiento de las fuerzas. Aquello también influirá en el cambio de gabinete que debe hacer el Presidente antes del 15 de noviembre, plazo fatal para las autoridades que en 2025 quieran competir por un cargo en el Congreso abandonen el Ejecutivo.

Por ello, administrar estos flancos será uno de los pasos que tendrá que seguir el gobierno si es se quiere proyectar la continuidad de la alianza. En ese sentido, también será clave el tono con el que el Mandatario le hable al país tras las elecciones, una vez que haya terminado la reunión del comité político ampliado citada en La Moneda.

Hoy al Presidente Boric le quedan 500 días de gobierno. Esta misma jornada, tras los resultados, iniciará la discusión por las presidenciales de 2025, en donde no está garantizada la unidad del sector.

El ideal de La Moneda es conseguir una primaria amplia que vaya desde el PC hasta la DC. Sin embargo, los anhelos electorales de Boric no siempre son correspondidos por los partidos de su gobierno.

De hecho, para la elección de consejeros constitucionales el oficialismo desoyó su solicitud de aunar a las fuerzas en una lista única. También, sin ir más lejos, para los comicios de gobernadores de este fin de semana tampoco se alcanzó la unidad.

Junto con las presidenciales, en 2025 el gobierno enfrentará las elecciones parlamentarias, en donde existen aspiraciones en común de los partidos dentro de zonas clave. Un ejemplo de esto es la senatorial en Valparaíso, en donde, para dos o tres cupos, han asomado diversos candidatos, como Diego Ibáñez y Jorge Brito, diputados del FA; Karol Cariola, del PC; Maya Fernández, del PS. Además, también debe surgir una carta del PPD que reemplace a Ricardo Lagos Weber, quien ya no puede reelegirse. Por otro lado, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, también de izquierda, es otra carta que pretende competir por un escaño en la Cámara Alta.

Otra duda que surge es qué ocurrirá con la Democracia Cristiana. La tienda que preside el diputado Alberto Undurraga compite en la elección de alcaldes junto a las fuerzas del oficialismo, en el pacto “Contigo Chile Mejor”. Sin embargo, su asistencia no está contemplada en la puesta en escena que preparó el gobierno de Boric en La Moneda.

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