Gángsters digitales: la "locura" de rejuvenecer a De Niro y Al Pacino para la nueva película de Martin Scorsese
El director de Buenos Muchachos detalló lo difícil que ha sido el proceso de efectos especiales de The Irishman, su nuevo filme sobre la mafia.

Todos los críticos de cine, periodistas acreditados y cinéfilos que esperaban asistir al estreno de la nueva película de Martin Scorsese en algún importante festival de cine del segundo semestre tendrán que esperar. Tal vez deban contentarse con una entrada al cine común y corriente en noviembre o, si la compañía distribuidora Netflix lo estima conveniente, sólo verla en aquella misma plataforma a fin del 2019.
A diferencia de lo que se había presumido hace unos meses, la esperada The irishman no estará lista para los festivales de Venecia, Toronto o Telluride, todos entre agosto y septiembre. El trabajo de los efectos digitales ha resultado demasiado arduo y ha atrasado todo. Así se desprende de las recientes declaraciones de su propio realizador Martin Scorsese y también de su productor Irwin Winkler.
En una entrevista en el podcast Amazing colossal del comediante Gilbert Gottfried, el productor detrás de Buenos muchachos (1990), El lobo de Wall Street (2013) y Rocky (1976) afirmó que el filme podría encontrar una ventana de exhibición a fines de noviembre, concretamente en los días cercanos al feriado estadounidense de Acción de Gracias, que este año cae el 28 de noviembre.
Casi al mismo tiempo, el director Martin Scorsese mantuvo una larga conversación con la cineasta Joanna Hogg (que este año ganó el Festival de Sundance con su cinta The souvenir) en el podcast A bigger splash del estudio A24 donde afirmó que el proceso de rejuvenecimiento de los principales actores ha sido particularmente difícil y largo.
Con cámara de tres lentes
La película es un proyecto que el realizador planea desde hace al menos una década y describe la vida de Frank "El irlandés" Sheeran (Robert de Niro), veterano de la Segunda Guerra Mundial que trabajó como matón a sueldo para el crimen organizado (concretamente la familia Bufalino) y fue hombre de confianza de Jimmy Hoffa, el poderoso líder sindical de los camioneros estadounidenses y canadienses.
Pocos años antes de morir en el 2003, Frank Sheeran confesó haber sido el supuesto asesino del poderoso líder sindical Jimmy Hoffa en 1975. De aquellas declaraciones nació el libro I heard you paint houses de Charles Brandt, la base narrativa de The irishman.
En la trama, Sheeran recuerda los altos y los bajos momentos de su vida: como aprendió a matar en el frente occidental de la Segunda Guerra Mundial, cómo empezó a trabajar para la familia Bufalino de Filadelfia y, particularmente, cómo se hizo amigo y hombre de confianza de Jimmy Hoffa (Al Pacino), el corrupto líder de la Hermandad Internacional de Camioneros. La relación de Frank con Hoffa y con Russell Bufalino (Joe Pesci) terminó llevándolo a un callejón peligroso y sin salida. O, más bien, con una salida: el asesinato de Hoffa.
The irishman, que la compañía Netflix adquirió por 140 millones de dólares, es una más que segura candidata a la carrera por los Oscar 2020 y además marca el regreso de los actores Robert de Niro y Joe Pesci a las órdenes de Martin Scorsese desde Casino (1995), otro filme de gángsters. Antes, ya los había dirigido juntos en Buenos muchachos (1990) y Toro salvaje (1980).
Otro de los que vuelve al set con el realizador es Harvey Keitel (Taxi driver, La última tentación de Cristo), quien acá es el jefe mafioso Angelo Bruno. Por el contrario, Al Pacino (El padrino, 1972) nunca había trabajado con Scorsese.
En la citada conversación con Joanna Hogg, el director afirmó: "Hay mucha utilización de efectos visuales generados por computador (CGI) en The irishman, pues se trata de rejuvenecer a Robert de Niro, Joe Pesci y Al Pacino. No había otra forma de hacerlo. Debía ser por CGI. Con una cámara de tres lentes. Ha sido una locura".
Luego, se explayó en las dificultades: "Me preocupa. Todos estamos preocupados, porque estamos acostumbrados ahora a verlos mayores. Hay que ponerlos a todos juntos en algunas escenas y lo que estoy viendo es que varias tomas necesitan trabajo. ¿Por qué? Porque la cantidad de arrugas y detalles han cambiado los ojos, por ejemplo. ¿Son los ojos que me interesan? ¿Qué era lo que me gustaba de esa mirada? ¿Su intensidad? ¿Su seriedad?".
Al parecer la combinación explosiva entre el complejo trabajo digital de rejuvenecimiento y el conocido perfeccionismo de Martin Scorsese puede dilatar cualquier cosa. Aunque los premios Oscar estén a la vuelta del camino.
https://www.youtube.com/watch?v=gfr44G1KJmc
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.
5.
6.