A cinco años del Brexit: cómo la salida de la UE ha transformado a Reino Unido

Hace cinco años, en esta misma fecha, dos multitudes de personas se reunían cerca del Parlamento británico, algunas con banderas británicas y vítores, otras con banderas de la Unión Europea y lágrimas.

Después de tres años y medio de disputas políticas tras el referéndum del Brexit de 2016, el 31 de enero de 2020, a las 11 p. m., hora de Londres (la medianoche en la sede de la UE en Bruselas), Reino Unido abandonaba oficialmente el bloque después de casi cinco décadas de membresía que habían traído consigo la libre circulación y el libre comercio entre Gran Bretaña y otros 27 países europeos.

Cinco años después, sin embargo, “el sentimiento de la opinión pública está cambiando y muchos experimentan un ‘Bregret’ (juego de palabras que combina Brexit y ‘regret’, arrepentimiento) por la decisión, sobre todo a medida que se aclaran las consecuencias de abandonar la UE”, escribió el periódico de centroizquierda The Independent.

Así lo refleja, al menos, un sondeo de YouGov publicado el miércoles, que indica que el 55% de la población respalda la reincorporación a la UE, mientras que la misma proporción opina que abandonar el bloque ha sido una decisión equivocada. Solo el 30% de la gente dijo que el Brexit había sido la decisión correcta, la cifra más baja registrada por los encuestadores desde poco después del referéndum del Brexit de 2016. En tanto, apenas el 11% señaló que pensaba que abandonar la UE había sido un éxito.

“La evidencia es contundente: partes importantes de la economía se han visto afectadas por el acuerdo de Brexit que heredamos de los conservadores. Si bien la regulación transfronteriza funciona bien en algunas áreas, existen demasiados impedimentos para el comercio y el crecimiento”, afirmó el secretario de Estado británico para las Relaciones con la Unión Europea, Nick Thomas.

Un diagnóstico que ratifica el politólogo Anand Menon, que dirige el think tank U.K. in a Changing Europe, quien asegura que “el impacto ha sido realmente muy profundo”. “Ha cambiado nuestra economía”, comenta a The Associated Press sobre los efectos del Brexit.

La profesora Sarah Hall, de la Universidad de Cambridge, también calificó el impacto como negativo. “Ha sido negativo, pero no de forma catastrófica. Sabemos que el impacto ha sido peor para los bienes en comparación con los servicios, y en particular para las empresas manufactureras”, señaló a France 24.

“El desempeño del comercio de bienes británico después del Brexit ha sido bastante pobre. La razón de ello son las barreras comerciales entre nosotros y la UE. Del mismo modo, hemos visto que las cifras de inversión en Reino Unido han sido bastante bajas después del Brexit, porque una de las razones por las que las empresas solían invertir aquí era porque les dábamos acceso al mercado europeo”, subraya Menon, esta vez en declaraciones al mismo medio francés.

La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria del gobierno prevé que las exportaciones e importaciones del Reino Unido serán aproximadamente un 15% más bajas a largo plazo que si el país hubiera permanecido en la UE, y la productividad económica un 4% menor de lo que hubiera sido de otra manera.

Los partidarios del Brexit argumentan que el sufrimiento a corto plazo se verá compensado por la nueva libertad de Gran Bretaña para cerrar acuerdos comerciales en todo el mundo. Desde el Brexit, Reino Unido ha firmado acuerdos comerciales con países como Australia, Nueva Zelanda y Canadá.

El dinero que Reino Unido aportaba a la UE fue un tema controvertido en el referéndum de 2016, en particular la afirmación de la campaña a favor del Brexit de que Londres enviaba 350 millones de libras cada semana a Bruselas.

Según el Tesoro, la contribución bruta del sector público de Reino Unido al presupuesto de la UE en 2019-20, en el último ejercicio financiero antes del Brexit, fue de 18.300 millones de libras, equivalentes a unos 352 millones de libras semanales.

Reino Unido siguió haciendo aportes al presupuesto de la UE durante el período de transición, pero desde el 31 de diciembre de 2020 no ha realizado estas contribuciones, apunta la BBC.

Sin embargo, hay otras formas en las que las finanzas de Reino Unido siguieron conectadas con el bloque, aparte del Presupuesto de la UE y el Acuerdo de Retirada.

Después de que el Brexit entró en vigor, Reino Unido también dejó de pagar inicialmente al programa Horizon, que financia la investigación científica paneuropea. No obstante, Gran Bretaña se reincorporó a Horizon en 2023 y la UE proyecta que pagará alrededor de 2.400 millones de euros (2.000 millones de libras esterlinas) por año en promedio al presupuesto de la UE por su participación, aunque históricamente Londres ha sido un beneficiario financiero neto del plan debido a la gran proporción de subvenciones obtenidas por científicos con sede en Reino Unido.

En un área clave, la inmigración, el impacto del Brexit ha sido el opuesto de lo que muchos habían predicho. La inmigración fue un tema clave en la campaña del referéndum de 2016, centrada en la libertad de movimiento dentro de la UE, en virtud de la cual los ciudadanos de Reino Unido y del bloque podían desplazarse libremente para visitar, estudiar, trabajar y vivir.

Desde el referéndum se ha producido una fuerte caída de la inmigración en la UE y de la migración neta de la UE (inmigración menos emigración), que se aceleró después de 2020 debido al fin de la libertad de movimiento. Pero desde 2020 se han producido grandes aumentos de la migración neta procedente del resto del mundo, destaca la BBC.

Casi cuatro millones de ciudadanos europeos recibieron el permiso para radicarse definitivamente en Reino Unido. “Después del Brexit, todos los ciudadanos de la UE han tenido que solicitar la permanencia en el país que consideran su hogar. Esto ha llevado a que la gente viva ahora en el mismo entorno hostil que enfrentan todos los inmigrantes aquí”, afirma Andreea Dumitrache, CEO de the3million.

Mientras las cifras de europeos asentándose en el país bajaron, la llegada de migrantes de otras nacionalidades se disparó. Según cifras reveladas a finales de 2024, a la nación llegaron casi un millón de inmigrantes con autorización, destaca France 24.

“Y nuestra política también ha cambiado de manera fundamental”, comentó Anand Menon. “Hemos visto una nueva división en torno al Brexit, que se ha convertido en parte de la política electoral”.

Al respecto, el diario Financial Times hizo un balance del lustro del Brexit y, en el aspecto político, subraya: “El Brexit se vendió durante la campaña del referéndum de 2016 como el medio por el que Reino Unido ‘recuperaría el control’ de sus fronteras, frenando tanto la inmigración legal como la ilegal. Sin embargo, ambos se dispararon después de 2020, lo que alimentó las acusaciones de traición de la derecha política y contribuyó a impulsar el apoyo al partido Reform UK de Nigel Farage, que recientemente ha igualado a laboristas y conservadores en las encuestas”.

Esta es -según el medio Radio France Internationale (RFI)- otra de las consecuencias del Brexit: el populista de derecha Farage, quien impulsó desde UKIP el “Leave”, capitalizó el descontento de quienes estimaron que el error no fue haber ido demasiado lejos en el patriotismo sino, por el contrario, quedarse a medio camino. Esta fragmentación es otro de los legados del debate del Brexit, el de un país partido en tres campos: laboristas, conservadores y populistas nacionalistas.

El primer ministro laborista, Keir Starmer, elegido en julio de 2024, ha prometido “reiniciar” las relaciones con la UE, pero ha descartado volver a unirse a la unión aduanera o al mercado único. Su objetivo, señala The Associated Press, es introducir cambios relativamente modestos, como facilitar las giras de los artistas y el reconocimiento de las cualificaciones de los profesionales, así como una cooperación más estrecha en materia de aplicación de la ley y seguridad.

“El desafío que tenemos en este momento es que el gobierno tiene muy claro que quiere restablecer la relación con la UE, pero es mucho menos claro sobre lo que eso significa realmente”, afirma Hall.

Los líderes de la UE han acogido con satisfacción el cambio de tono de Gran Bretaña, pero tienen sus propios problemas en un contexto de creciente populismo en todo el continente. Reino Unido ya no es una prioridad, asegura la agencia de noticias.

“Lo comprendo perfectamente, es difícil volver a estar juntos después de un divorcio bastante duro”, dijo Lars Andersen, cuya empresa con sede en Londres, My Nametags, envía etiquetas de colores brillantes para ropa infantil y útiles escolares a más de 150 países. No obstante, Andersen espera que Gran Bretaña y la UE se acerquen con el tiempo. “Sospecho que sucederá, pero será de manera lenta y sutil, sin que los políticos hagan demasiado ruido”.