A un año de la guerra: los 10 hitos de la invasión rusa a Ucrania

Una bandera ucraniana, con mensajes de apoyo a las ciudades del este de Ucrania, cuelga de un tanque ruso destruido en el centro de Kiev, el 7 de noviembre de 2022. Foto: AP

Desde que el Presidente Vladimir Putin anunció su "operación militar especial" contra el país vecino, el conflicto ha estado marcado por la tragedia, las tensiones entre Occidente y el Kremlin y el fantasma de las armas nucleares.


“He tomado la decisión de una operación militar especial”. Con esas palabras, Vladimir Putin lanzó el 24 de febrero de 2022 la invasión de la vecina Ucrania, desencadenando el peor conflicto en el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial.

En un contexto de crecientes tensiones con Occidente, el presidente ruso abrió las hostilidades a las 05.30 de esa jornada, hora de Moscú, en una sorpresiva declaración transmitida por los canales de televisión estatales de ese país. El objetivo era una “desmilitarización y desnazificación de Ucrania”, machacó, con tono duro, el líder del Kremlin, quien reiteró sus acusaciones infundadas de un “genocidio” orquestado por Ucrania en el este de habla rusa del país, al tiempo que denunció una política “agresiva” de la OTAN.

Al final del discurso, Putin advirtió a terceros países que no interfirieran en el conflicto y dijo que “la respuesta de Rusia será inmediata y los llevará a consecuencias que nunca han experimentado en su historia”. Muchos medios y expertos occidentales consideraron estas palabras como una amenaza para el uso de armas nucleares.

Pero ya ha pasado un año y la guerra se mantiene estancada, a la espera de los cambios que se produzcan después de las temperaturas invernales que complican la logística. De cara a ello, Ucrania recibe el apoyo militar de Occidente, a cuyos líderes ha solicitado ahora el envío de aviones de combate, tras lograr que Alemania y otros países le entregaran los codiciados tanques de guerra. En tanto, Rusia acusa a Estados Unidos y la OTAN de participar directamente en la guerra por suministrar armamento, entrenamiento militar y ayuda económica a Kiev.

Pese a la creciente tensión, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, ha asegurado que los aliados de Ucrania le proporcionarán “con unidad y urgencia” el apoyo militar que le han prometido para que pueda defenderse ante la ofensiva rusa que esperan para esta primavera boreal.

A continuación. algunos de los principales hitos que han marcado el primer año del conflicto.

El “sorpresivo” anuncio de Putin

El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunciando una "operación militar especial" en la región ucraniana de Donbás, durante un discurso transmitido el 24 de febrero de 2022. Foto: Reuters

El fatídico 24 de febrero, Putin anunció el inicio de una “operación militar especial” en la región de Donbás, en Ucrania, hecho que gatilló definitivamente el conflicto hoy en curso. Esto ocurrió tres días después de que el mandatario ruso firmara un decreto que reconocía la “independencia” de las regiones separatistas de Donetsk y de Luhansk, en el Donbás ucraniano. Minutos después de la transmisión, las fuerzas militares rusas comenzaron la invasión al país vecino.

“Fue una sorpresa para mí y para la mayoría de los expertos. No predijimos un conflicto, ya que podíamos imaginar las repercusiones”, relató el director general del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, Andrey Kortunov, en declaraciones a La Tercera.

Ofensiva sobre Kiev

Residentes ucranianos observan la destrucción de un centro comercial en Kiev, el 21 de marzo de 2022. Foto: AP

Apenas anunciada la “operación militar especial”, las tropas rusas realizaron el primer ataque a Kiev, capital de Ucrania, ya que Rusia tenía a la zona como objetivo principal para derrocar al gobierno de Volodymyr Zelensky, en una estrategia relámpago. Para fines de marzo, el vocero del Ministerio de Defensa de Ucrania, el coronel Oleksandr Motuzyanyk, informaba de una “retirada parcial de unidades del enemigo” en los alrededores de Kiev.

En cuanto al asedio a Ucrania, el analista internacional y columnista John Mario González declaró a La Tercera desde Kiev: “Los impactos han sido devastadores con el desplazamiento forzado en el interior y a países de Europa, a Estados Unidos y del mundo de más ocho millones de ucranianos de una población inicial de 44 millones. Pero, además, ha provocado la muerte de no menos de 9.000 civiles ucranianos, de cerca de 100 mil militares y milicianos y ha tenido, entre muchos otros, un efecto inflacionario mundial, en particular del petróleo y las materias primas, provocando mayor pobreza y escasez de productos como el trigo”.

El fantasma de la guerra nuclear

Un sistema de radar de la era soviética junto a una señal de radiactividad, en Chernobyl, Ucrania, el 22 de noviembre de 2018. Foto: AP

Apenas iniciada la invasión, las tropas rusas capturaron la planta de Chernobyl, donde ocurrió el mayor accidente nuclear de la historia en 1986. El territorio se mantuvo bajo control ruso hasta el 1 de abril, cuando la mayoría de soldados abandonaron el lugar.

Casi en paralelo, a principios de marzo, las tropas rusas invadieron la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, donde hubo varios enfrentamientos, sumado a un incendio que alertó a las autoridades sobre el riesgo de un desastre radioactivo, el cual finalmente fue controlado. El 5 de octubre, Putin firmó un decreto por el cual se apropió ilegalmente de la planta nuclear.

A todo esto se sumaron las amenazas de Putin y el Kremlin, sobre una escalada a nivel “nuclear” del conflicto en caso que la OTAN interfiriera, junto a la orden de poner a las “fuerzas de disuasión” y las armas atómicas del país en alerta máxima, lo que trajo de vuelta el fantasma de la guerra nuclear que marcó la época de la Guerra Fría.

“La probabilidad de usar un arma nuclear táctica para ‘romper’ la columna vertebral de los ucranianos no es cero”, comentó en marzo a La Tercera Francesca Giovannini, directora ejecutiva del Proyecto sobre el Manejo del Átomo del Centro Belfer para la Ciencia y los Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard. Por su parte, Vyacheslav S. Kharchenko, ingeniero militar en sistemas de control para misiles nucleares estratégicos y complejos espaciales, quien participó en las negociaciones de desarme de Ucrania, dijo a este medio: “Mientras existan las armas nucleares, hay un peligro de su uso deliberado o accidental”.

Kherson, la primera ciudad tomada

Un niño ondeando la bandera ucraniana mientras celebra la retirada de las tropas rusas en el centro de Kherson, el 13 de noviembre de 2022. Foto: Reuters

En conjunto con los ataques a la capital de Kiev, las tropas rusas asaltaron la ciudad de Kherson, ubicada al sur de Ucrania, y cercana a Crimea, provincia anexionada a Rusia en 2014. La batalla por el territorio duró unos días, pero el 3 de marzo cayó en manos del invasor, convirtiéndose en la primera ciudad ucraniana tomada por Rusia.

El Ejército ucraniano afirmó haber retomado el control de la ciudad de Kherson el 11 de noviembre pasado, dos días después de que el Ministerio de Defensa ruso ordenara a sus tropas el traslado a la margen izquierda del río Dniéper, ubicando la frontera natural como el nuevo frente de batalla en el conflicto ruso-ucraniano.

“Kherson ha sido la única ciudad importante que Rusia logró ocupar en el curso de la guerra, más exactamente desde el 3 de marzo hasta el 11 de noviembre de 2022, cuando los rusos se retiraron de Kherson, en dirección a la orilla este del río Dnipro, en lo que constituyó una de las más humillantes derrotas de su ejército, aunque también debe entenderse como un repliegue estratégico” afirmó John Mario González a La Tercera.

Masacre de Bucha

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, el primer ministro de Eslovaquia, Eduard Heger, y su par de Ucrania, Denys Shmyhal, junto a una fosa común en la ciudad de Bucha, el 8 de abril de 2022. Foto: Reuters

Tras el fallido intento de asedio a Kiev, las tropas rusas ocuparon las ciudades adyacentes, entre las que se encuentra Bucha, lugar donde se registró una de las peores masacres de la guerra en Ucrania, donde más de 400 civiles fueron asesinados.

El 3 de abril, tres días después del repliegue de las tropas del Kremlin de Bucha, los vecinos de esta localidad periférica seguían encontrando cadáveres en patios y carreteras, muchos de ellos víctimas de lo que parecen ser ejecuciones y matanzas indiscriminadas.

Rachel Denber, subdirectora de la División de Europa y Asia Central de Human Rights Watch, comentó a La Tercera: “Durante la ocupación de Bucha, las fuerzas rusas ejecutaron sumariamente a decenas de personas y cometieron otros homicidios ilegítimos de civiles. Repitieron este patrón de atrocidades en otras áreas de Ucrania que ocuparon. También han torturado, sometido a desaparición forzada y detenido arbitrariamente a personas, además de cometer violencia sexual. Dichos actos son crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad”.

Asedio de Mariupol

Vista frontal del Teatro Regional de Mariupol, destruido en el transcurso del conflicto en la sureña ciudad portuaria, el 3 de abril de 2022. Foto: Reuters

La ciudad de Mariupol fue víctima de constantes ataques y bombardeos, en el intento de captura de la zona por ser un puerto estratégico en la región de Donbás, donde incluso se destruyó un hospital materno-infantil. Después de todos los combates y de mantenerse sitiada por más de 80 días por el Ejército ruso, quedó en ruinas. Su caída se selló tras la rendición de los soldados que defendían la acería de Azovstal, el último bastión de defensa de la ciudad.

Se estima la muerte de más de 2.500 civiles durante los ataques rusos a la ciudad ucraniana. “Durante su asedio de tres meses a Mariupol, las fuerzas rusas utilizaron armas explosivas que arrasaron con el paisaje urbano, con repetidos ataques a bloques de departamentos, escuelas, hospitales, un teatro y otras infraestructuras civiles”, señaló Denber.

Según la funcionaria de HRW, “se cree que miles de civiles murieron en los ataques o mientras se refugiaban en sótanos con poco o ningún acceso a medicamentos, alimentos, agua, electricidad o comunicaciones. Los civiles que conocimos, que lograron huir de Mariupol, lo describieron como ‘el infierno en la Tierra’”.

El hundimiento del Moskva

Vista del crucero ruso y buque insignia de la Flota del Mar Negro de ese país, Moskva, en el puerto de La Habana, Cuba, el 3 de agosto de 2013. Foto: AFP

El 14 de abril, dos supuestos misiles ucranianos alcanzaron al crucero lanzamisiles Moskva, el buque insignia de la flota rusa en el mar Negro, hundiéndolo en el mar Negro. Rusia negó que la destrucción del barco fuera obra de Kiev, y afirmó que la razón verdadera de su hundimiento fue un incendio que hizo explotar la munición que cargaba el buque, argumento que fue cuestionado por otras naciones como EE.UU.

Para Kortunov, la destrucción del buque significó algo más que una baja material para Moscú. “La pérdida del Moskva fue principalmente una revés político y psicológico para el Kremlin, porque el conflicto es principalmente una lucha terrestre, no una batalla naval”.

Destrucción del puente de Crimea

Fuego y humo se elevan desde el puente de Crimea, tras una explosión en la vía que conecta la parte continental de Rusia y la península de Crimea, sobre el estrecho de Kerch, el 8 de octubre de 2022. Foto: AP

El 8 de octubre, una explosión destruyó parcialmente el puente que conecta a la provincia de Crimea con el territorio ruso, sobre el estrecho de Kerch, incidente en el que, al menos, tres personas perdieron la vida. El Kremlin realizó una investigación en la que se teoriza que el ataque fue producto de un camión bomba, donde aún no se encuentran los responsables.

La destrucción del puente -el más largo de todo el continente europeo, con 19 kilómetros- supuso un duro golpe para Rusia, ya que la estructura era vital en el transporte de equipamiento militar y bienes hacia la zona de Crimea. “La explosión en el puente de Crimea se tradujo en ataques de Rusia contra la infraestructura ucraniana”, expresó Kortunov, respecto a las consecuencias del incidente, basado en las acusaciones de Moscú sobre la supuesta responsabilidad de Kiev en el ataque.

Batallas de Soledar y Bakhmut

La ciudad de Soledar, en una imagen satelital captada por la compañía Maxar Technologies, el 10 de enero de 2023. Foto: AP

Desde mayo, el Ejército ruso asedió a las ciudades de Soledar y Bakhmut, sitios supuestamente estratégicos para la invasión hacia Donetsk. Después de meses de disputa por el territorio, en enero pasado el Kremlin anunció el control total de Soledar.

Los análisis de los especialistas apuntaron a que la localidad no tenía mayor valor militar, sino que su verdadero valor era simbólico. Así, al menos, lo expresó el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), un think tank con base en Washington, en un estudio publicado en su página web: “Las operaciones informativas rusas han exagerado la importancia de Soledar, que es, en el mejor de los casos, una victoria táctica pírrica para el Kremlin. Las fuerzas rusas probablemente capturaron Soledar después de comprometer recursos significativos para una victoria táctica altamente desgastante, que acelerará la probable degradación de las fuerzas rusas cerca de Bakhmut”.

El foco hoy está en la batalla de Bakhmut, que se libra desde ya hace siete meses, si bien el ritmo y la magnitud del enfrentamiento han aumentado desde noviembre, hasta el punto de que ahora se considera la lucha más sangrienta del siglo XXI. De hecho, en Zelensky reconoció en diciembre que “no queda un solo lugar de Bakhmut que no esté cubierto por sangre”, dando cuenta de la crítica situación en un lugar donde los muertos a ambos lados de se cuentan por miles.

Ataque a Dnipro

Vista de departamentos gravemente dañados tras ser bombardeados por misiles rusos en Dnipro, el 16 de enero de 2023. Foto: Reuters

El 14 de enero, un misil ruso Kh-22 destruyó un edificio residencial de nueve pisos en Dnipro, la cuarta ciudad más poblada de Ucrania, ubicada al sureste de Kiev. El ataque, que dejó al menos 46 muertos, entre ellos seis niños, se convirtió en el ataque ruso más destructivo contra un edificio residencial en Ucrania en los últimos seis meses.

Ivan Quentin, coordinador de Médicos Sin Fronteras en Dnipro, relató a La Tercera sobre cómo se vivió la tragedia. “La situación es muy difícil. Cuando llegamos, había mucha gente en el lugar y había muchos daños. Se notaba un cierto grado de pánico en los rostros de todas las personas presentes. Hemos realizado hasta el momento más de 100 consultas médicas. Nuestras actividades de salud mental continúan. Nos quedaremos en el lugar mientras se nos necesite”.

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