“Alguien nos confesó todo lo que pasó”: la enigmática llamada que la Fiscalía investiga en la desaparición de María Ercira en Limache

María Elcira Contreras Mella
María Elcira Contreras.

El Ministerio Público "pinchó" los teléfonos de varios familiares y cercanos a la mujer de 86 años, cuyo rastro se perdió en mayo de 2024 en Limache, en medio de un festejo del "Día de la Madre". En una de esas conversaciones, el esposo de una de las nietas afirmó "saber qué pasó" con la adulta mayor.


A las 12.56 del 12 de mayo de 2024 María Ercira Contreras atendió el último llamado telefónico. Lo hizo para hablar con una hermana, horas antes de que la familia sostuviera un almuerzo en el restaurante del fundo Las Tórtolas, en Limache. Era la celebración del Día de la Madre y en el lugar se reunieron 14 personas minutos antes de las 14.00.

La mujer, de 86 años, alcanzó a degustar un ceviche y un jugo de frambuesa antes de ir al baño a eso de las 15.09. De ahí no volvió y se perdió su rastro hasta el día de hoy, transformándose en uno de los misterios policiales que más han impactado al país en los últimos años.

El último llamado de María Ercira es una de las ciento de comunicaciones que el fiscal jefe de Limache, Guillermo Sánchez Psijas, ha estado revisando para dar con el paradero de la mujer, cuyo rastro se desconoce desde hace ya nueve meses.

“Este dato resulta útil para la investigación, ya que establece el último contacto registrado de la víctima antes de su desaparición y que hasta horas antes de su desaparición lo utilizaba normalmente”, se lee en el informe de la Fiscalía, al cual tuvo acceso La Tercera, respecto al último llamado de la adulta mayor.

La principal hipótesis del persecutor gira en torno a un posible accidente que la mujer pudo tener una vez que salió del restaurante con rumbo desconocido. Idea que la familia rechaza. No obstante, el fiscal Sánchez ha estado despejando otras tesis con diferentes diligencias, como la posible participación de terceros e, incluso, de sus propios parientes.

Marías

Las conversaciones

Una de las medidas intrusivas que el fiscal solicitó a tribunales incluyó “pinchar” los teléfonos de una serie de cercanos de la mujer. Uno de ellos, su hijo Maximiliano Hernández.

Una de las conversaciones de interés policial es del 23 de septiembre a las 17.51. Allí Hernández se comunicó con su esposa, Myriam Ramírez, para dialogar sobre la causa, que por esos días estaba caratulada como “secreta”.

Maximiliano Hernández: ¿Te contó la Carla de que la cuestión de mi mamá ahora es secreta?

Myriam Ramírez: Eso no sé, parece que lo mandó al WhatsApp la Carlita de la abuela, o sea de la Ercira.

MH: “Sí po, me llamó denante, primero me llamó el José para contarme de la cuestión que le había contado la Carla. Ya, cortó el José Luis y me llamó la Carla. La Carla no sabe por qué po”.

MR: “Ya, y no se han podido comunicar con nadie para preguntar?

MH: Nadie de la PDI y el abogado había tratado de averiguarlo por fiscalía a ver qué podía.

MR: ¿Se habrán enojado porque la Carla quería cambiar a la gente?

MH: Yo creo que va por ahí también la wea en parte. A webiado tanto con el fiscal, pero... no si a las cabras de repente se les pasa el tejo con sus comentarios po Myriam ¿o no?

MR: Claro.

MR: Es que según ellas, si no están vigentes, la cuestión se va a parar y no...

MH: Una cosa es estar vigente y otra es echarles la culpa a personas sin tener pruebas po. Yo creo que están metidos estos weones, pero no tengo cómo comprobarlo po, ¿o no?

MR: Tiene que ser, tiene que estar el gallo, el Andrea, y ese de los perros como dice él.

MR: Es tan raro, tan raro, que se hay perdido en dos minutos.

Marías
María Ercira Contreras desapareció el pasado 12 de mayo.

Diálogo entre el cuidador y un administrador

Otra de las conversaciones analizadas se dio el 24 de septiembre a las 11.38 entre Jacinto Ayala, cuidador del fundo, y Andreas Kleinert, uno de los administradores del local. El diálogo telefónico fue así:

Andreas Kelinert: Alo

Jacinto Ayala: Alo, buen día

JA: Estamos con problema

AK: Ah, bueno. ¿Se lo puedo solucionar yo?

JA: No, por eso lo llamo, po, eñor.

JA: ¿Sabe que la PDI anda webiando allá en Tiltil, donde mi familia, eño?

AK: ¿Y qué andan haciendo?

JA: Averiguando si yo había ido el 12. 14 de mayo pa’ Tiltil

AK: Están averiguando po, eñor. ¿Y qué problema hay? ¿Tiene algo que esconder?

JA: No, pero oiga, ¿y qué me involucran en weas a mí?

AK: Usted está involucrado po, si usted era el portero.

JA: ¿Cómo involucrado? Na que ver yo en la wea po.

AK: ¿Cómo que no?

JA: Ellos, los cul... están involucrados, esa familia que vino a webiar aquí. Ellos son los únicos involucrados acá.

AK: Oiga, oiga, oiga, si yo no estoy para escuchar wea. Bájeme el tonito.

JA: Yo no le estoy levantando el tono a usted.

AK: Entonces, po.

María Elcira Contreras Mella

“Narcopololos”

También por esos días, el 25 de septiembre, a las 12.20, la Fiscalía pesquisó una conversación entre una de las nietas de la mujer, Carla Hernández, y su esposo, Alfonso Cossio.

Carla Hernández: Sí, todo bien, es que estaba leyendo los informes de la abuela.

Alfonso Cossio: ¿Estabai leyendo la carpeta?

CH: Sí.

AC: ¿Y tiene información sobre la wea que se puso privada?

CH: No, porque estoy leyendo lo que no está privado, po. O sea, como lo que hicieron, el rastreo que hicieron con los perros.

AC: Ya, y el abogado no te dice... ¿no sabe por qué?

CH: No, po. He webiado harto al abogado. Me dice que no, que nadie sabe nada.

AC: No vaya a ser una redada al pobre narco pololo.

CH: Puede ser po.

AC: Carla, yo creo que es eso. Yo creo que es eso. No, no. Es que estoy viendo mucha tele pero es así.

CG: O sea, yo creo que nosotros podemos hacer de investigadores privados po. Ir a ponernos por ahí cerca, ir a ver los movimientos.

El informe, en ese punto, concluye así: con respecto a lo anterior, destaca la conversación entre Carla Hernández y su cónyuge, Alfonso Cossio, sobre reserva decretada en la carpeta investigativa, realizando comentarios sobre eventuales indagaciones a una pareja que denominaron “narcopololos”.

“Nos acaban de decir lo que pasó”

Otros dos diálogos de Alfonso Cossio son foco de la investigación. Uno de ellos fue con su padre, donde dijo “saber qué pasó con la abuela”. La conversación fue así:

Alfonso Cossio: Ya, ¿confiai en mí o no confiai en mí al mil por ciento?

Papá: ¿Qué?

AC: Necesito pedirte un favor gigante. Acaba de pasar algo súper grave.

Papá: ¿Qué pasó?

AC: Es que nos contaron la verdad de lo que pasó con la abuela.

Papá: ¿Qué pasó? ¿Qué?

AC: Un gallo. Ya bueno, necesitamos un contacto de Carabineros.

Papá: Qué pasó con un gallo de Carabineros?

AC: No, necesitamos un contacto de Carabineros que nos puedas dar ahora. O alguien de confianza, porque alguien nos confesó todo lo que pasó.

Papá: ¿Alguien confesó todo lo que pasó y está metido Carabineros?

AC: Está metido PDI. La PDI está metida, lo que pasó realmente. Nos acaban de decir realmente lo que pasó es que está metida la gente del restorant. La gente del restorant nos acaban de decir que está metido el dueño y la abuela... ellos estuvieron, ellos la encubrieron, la mataron.

Papá: ¿La mataron? ¿Y por qué?

AC: No sabemos, po, papá, si estamos recién. Esto es noticia totalmente fresca, no sabe nadie y necesitamos protección.

Papá: ¿Necesitan protección?

AC: Sí, la Carla. (inaudible, comienza a llorar)

AC: La PDI está metida y la Carla está amenazada de muerte (llora).

Papá: A ver, quién está en Viña que me pueda ayudar. ¿Ella está amenazada?

AC: Sí, con sicarios, con sicarios.

Papá: ¿Ya y por qué mataron a la abuela?

AC: No sabemos, no nos han dicho porque el hueón los amenazó, que no podía... que borraran las cámaras, que borraran esto, que la abuela se la llevaron para el sur, todo el tema.

Papá: ¿Muerta o viva?

AC: No sabemos, no sabemos, ni muerta ni viva. El hueón lo único que dijo, a la abuela se la llevaron a Puerto Montt y a nosotros nos tienen amenazados con sicarios. El trabajador dijo que no quiere correr riesgo y yo no puedo aguantar esta huea, ya es demasiado y necesitamos ayuda o protección. Y ustedes también están en riesgo.

Con esta conversación, el fiscal instruyó recabar más antecedentes, aunque ningún familiar de María Ercira hizo una denuncia.

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