Análisis a su celular y protección especial: el cerco de la Fiscalía sobre el testigo clave del triple homicidio a carabineros en Cañete

Asesinato de tres carabineros en Cañete

El Ministerio Público ya ha interrogado en más de una ocasión a Carlos Antihuen Riquelme (37), quien fue la última persona en ver con vida a los policías. El sujeto fue controlado por los uniformados en su domicilio, momentos antes del ataque.


Las pesquisas en torno al triple asesinato de los carabineros Carlos Cisterna, Sergio Arévalo y Misael Vidal, registrado la madrugada del 27 de abril en Cañete, son cada vez más acotadas.

Es que a casi una semana del crimen el Ministerio Público ya tiene más claridad sobre cómo ocurrieron los hechos, despejando algunas dudas iniciales del ataque. Por lo mismo, los peritajes ahora están centrados en dos puntos: la versión entregada por testigos y la revisión de evidencia levantada en el lugar.

De la madrugada del sábado 27 de abril ya se logró determinar que los tres policías salieron con todo su equipamiento a revisar el cumplimiento del arresto domiciliario de Carlos Antihuen Riquelme (37). En una primera instancia se habló de “medidas preventivas” que hacían en la ruta, pero eso ya se descartó, pues la evidencia recogida hasta ahora apunta a que los uniformados llegaron a realizar el control de cautelar de Antihuen, en Cañete, los mataron en ese sector y luego fueron trasladados hasta la ruta P-72, donde fueron encontrados quemados abordo de la camioneta.

Ya se estableció que al menos existen dos sitios del suceso: el terreno donde hicieron el control y el kilómetro 24 de la ruta P-72, donde les prendieron fuego a la patrulla y a los cuerpos de los policías.

Otra de las interrogantes que existían era sobre el protocolo llevado a cabo por los efectivos. Los tres bajaron de la camioneta blindada, situación que no ocurre habitualmente, aunque eso ya se ha ido despejando por fiscales y policías del OS-9 de Carabineros.

Al llegar al domicilio del controlado, al menos uno se quedó en el vehículo, cuando el resto bajó a abrir el portón del sitio. Fue allí, señalan fuentes del caso, que habrían sido atacados, quedando en desventaja ante los atacantes, lo que motivó a que los que estaban en la camioneta descendieran para prestar apoyo. Eso, hasta ahora, sigue en análisis, a la espera de más peritajes.

Testigo protegido

Eran poco más de las 00.30 horas y, por ende, eran pocos los testigos del incidentes. En la investigación declararon ya algunos vecinos que dijeron haber escuchado disparos, pero el testimonio más valioso, por el momento, es el de Carlos Antihuen.

Antihuen estaba en el momento del ataque y, por ende, desde que la Fiscalía comenzó a indagar el caso ha sido objeto de distintos interrogatorios. Si bien en el Ministerio Público señalan que su condición procesal en la causa es de testigo, eso no significa que con el correr de la investigación cambie, en algún minuto, a la de imputado.

El hombre, de 37 años, cumplía una medida cautelar por una detención de la que fue objeto el 30 de agosto del 2023, en Cañete, por el delito de porte de munición ilegal, ilícito por el que posteriormente fue formalizado.

Si bien no mantiene antecedentes penales, sí registra dos detenciones previas por infracciones vinculadas a la Ley de Drogas.

En su ronda de declaraciones ante policías y fiscales, Antihuen, además, entregó su teléfono celular para ser pesquisado. Lo que buscan los peritos son su tráfico de llamadas, como también mensajería en la cual existan pistas sobre el crimen, que hasta el momento apunta a una eventual emboscada.

Quien dio algunas pistas sobre qué fue lo que recuerda fue su madre, quien dijo a TVN que “le gritó un carabinero que le dijo: ‘¡Agáchate, tírate al suelo!’. Eso fue todo lo que le dijo”.

Ante la relevancia del testimonio de Antihuen, este se mantiene con medidas de protección y cuidado para evitar amenazas o amedrentamientos que puedan coartar su relato ante la Fiscalía, y además la policía mantiene una intensa búsqueda de un vehículo asociado al testigo -una camioneta roja- que le habría sido sustraído por los delincuentes al momento de la huida.

Por ahora los equipos de Carabineros desplegados en la zona siguen en alerta para llevar a cabo diligencias que ayuden en la detención de los autores de un crimen que removió la interna policial y que se transformó en prioridad “número uno” para el Ministerio Público.

Tras el fin de las diligencias realizadas este jueves, el fiscal regional de La Araucanía -quien está a cargo de la investigación-, Roberto Garrido sostuvo que este hecho “se trata de una acción planificada, elaborada y que requirió la participación de más de una persona, y que no se trató de una situación fortuita, sino que es una situación de indicios evidentes de preparación y planificación”.

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