Archipiélago Humboldt: un área marina protegida a la medida de Dominga y Cruz Grande
Es entonces una contradicción que el gobierno haya avanzado en concretar un área protegida donde aún no sabemos si estos dos megapuertos tienen la posibilidad de levantarse y sacrificar el lugar.
*Liesbeth van der Meer es directora ejecutiva de Oceana Chile; Matías Asun es director de Greenpeace Chile. Ambos autores son miembros de la Alianza Humboldt.
Por años hemos trabajado en expediciones científicas, recabando la información necesaria para buscar figuras de protección que permitan la conservación de espacios marinos vitales para el planeta. Hace más de una década comenzamos trabajando con las comunidades locales de La Higuera y los pescadores artesanales que habitan en esta zona, férreos defensores de un ecosistema marino único en nuestro país, donde es posible encontrar un sinfín de especies que ya en otras partes casi no se encuentran.
Un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos en el Archipiélago Humboldt, era efectivamente lo que por más de una década anhelábamos desde las organizaciones ambientales y la comunidad, y que esperábamos llevar adelante basados en la extensa información científica disponible. Por ello, para quienes por años hemos trabajado en este proyecto, fue una sorpresa la propuesta entregada por el Ministerio del Medio Ambiente, anunciando un área marina protegida que no fue sociabilizada con los habitantes de la zona y que no tomó en cuenta el fin mismo de crear esta área: que no se industrialice.
Si bien a simple vista el anuncio podría haberse visto como una buena noticia, en la práctica no lo es, debido a que los megaproyectos portuarios de Andes Iron, Dominga, y de CAP Minería, puerto Cruz Grande, siguen presentes. Es entonces una contradicción que el gobierno haya avanzado en concretar un área protegida donde aún no sabemos si estos dos megapuertos tienen la posibilidad de levantarse y sacrificar el lugar, amenazando especies en peligro y el trabajo de cientos de familias que han sabido desarrollarse en armonía con el medio ambiente que les rodea.
Al presentar nuestros argumentos ante las distintas instancias ambientales y judiciales, con el objetivo de impedir la construcción de Dominga y Cruz Grande, hemos sido enfáticos en que estos amenazan los Objetos de Conservación catalogados en la propuesta de área marina protegida levantada desde las organizaciones de la sociedad civil y el mundo científico. Fueron precisamente estas las razones por las que el proyecto Dominga se rechazó en 2017, y que llevó a la empresa responsable, Andes Iron, a iniciar un largo camino judicial que aún no termina. El último capítulo fue una nueva votación que este gobierno decidió llevar a cabo, cuando el 11 de agosto pasado la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo, compuesta por los seremis de la región, votaron por aprobar el proyecto de Andes Iron, pese a que el futuro de Dominga se encuentra hoy en manos de la Corte Suprema.
A todas luces, lo anterior contradice la propuesta de área marina anunciada por el Ministerio del Medio Ambiente, que asegura protegería Objetos de Conservación como cetáceos, pingüinos de Humboldt y ecosistemas marinos entre otros, cuando lo cierto es que mientras se mantenga la amenaza de una industrialización en el archipiélago, promovida desde las autoridades de la actual administración, nada de esto se hará efectivo y Chile podría sumar otro ecosistema marino sacrificado a sus costas.
Matías Asun
Alianza Humboldt.
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