Auge y caída de Guillermo Pickering: El factor político que gatilló la salida del controvertido ejecutivo DC

Eran las 14 horas de ayer martes, cuando el directorio en pleno de la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos (Essal) se reunió en forma extraordinaria en dependencias del edificio corporativo de Aguas Andinas, ubicado en calle Balmaceda, comuna de Santiago. A la cita acudió el presidente de ambas compañías, Guillermo Pickering. La reunión marcó el fin de una era al interior de la mayor empresa sanitaria del país.

En breves minutos, el abogado comunicó de manera oficial su renuncia a la presidencia del directorio de Essal a sólo tres semanas del restablecimiento del agua potable en la ciudad de Osorno que se extendió por 10 días y afectó a 200 mil personas.

Altos miembros de la sanitaria aseguraron a La Tercera PM que Pickering sintió que debía asumir la responsabilidad por la crisis ocurrida, como en toda cadena de mando. Relataron, además, que el expresidente no leyó una carta de despedida y que todos los presentes se sorprendieron con el anuncio. Pocos minutos después de la reunión, a través de un correo electrónico, los directores de Aguas Andinas fueron informados de la renuncia.

Una vez oficializada la salida de Pickering, el directorio de Essal continuó sesionando y se dedicó a estudiar soluciones en cada uno de los flancos de conflicto de la compañía, siendo el más relevante el expediente de caducidad que abrió la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) y con el cual la sanitaria arriesga perder la concesión de agua potable para la ciudad de Osorno.

Hoy, fuentes de la industria puntualizaron que la salida de Pickering se extendió a todas las filiales de Aguas Andinas. Con ello se termina una relación histórica con la industria sanitaria forjada hace más de dos décadas, cuando asumió como fiscal de la Empresa Metropolitana de Obras Sanitarias (EMOS), que posteriormente fue privatizada en 1999 a finales del gobierno del ex Presidente Eduardo Frei.

Según estas mismas fuentes, la renuncia se debe -entre otros motivos- a una deficiente evaluación a su gestión que habría realizado el Grupo Agbar (Suez), controladora final de la sanitaria por la crisis de Osorno, y cuyo vicepresidente para España, Norteamérica y Latinoamérica, Ángel Simón, estuvo en Chile la semana pasada. En esa línea, estas mismas voces conocedoras del proceso señalan que el ex directivo -que congeló su militancia en la Democracia Cristiana hace 10 años para dedicarse al mundo empresarial-, ya no contaba con la red de influencias que motivaron su ascenso al interior de la compañía.

De hecho, en medio del descontento por el corte de agua en la región de Los Lagos, el presidente de la DC Fuad Chahin y la senadora Ximena Rincón asistieron a La Moneda y solicitaron que se procediera a dictar en el más breve plazo el decreto respectivo de caducidad de la concesión otorgada a Essal en la comuna de Osorno.

Incluso en La Moneda hubo voces que pedían señales más claras de parte de Aguas Andinas tras la crisis, que en algo fueron satisfechas luego de que renunciara Gustavo Gómez, ejecutivo español que no alcanzó a completar ni tres meses como gerente general de la firma. En la industria sanitaria, en tanto, explicaron que era previsible la salida de Pickering.

Mañana 8 de agosto, tal como se anunció ayer, se realizará la reunión extraordinaria del directorio de Aguas Andinas, donde se nombrará al nuevo presidente. Según se afirmaba hoy al interior de la empresa, Aguas Andinas no replicará el modelo de gobierno corporativo que liderara Pickering. Vale decir, el próximo presidente de la sanitaria no ocupará el mismo cargo en Essal. Mientras que el día 9 de septiembre se renovará la totalidad del directorio de Essal.

El arribo de Pickering a la presidencia de Aguas Andinas se concretó en 2016, a pocos meses de que Felipe Larraín Aspillaga -hoy presidente de Inversiones Aguas Metropolitanas, holding controlador de Aguas Andinas- renunciara a dicho cargo. Ello, a raíz del revuelo que provocó la rectificación ante el Servicio de Impuestos Internos de gastos sin respaldo contable que realizó la compañía en el caso de platas políticas que reveló Ciper en 2016.

Ocho años antes, Pickering asumió su primer desafío de relevancia al interior del grupo que estaba en manos de la española Iberdrola. Ese año, paradójicamente, asumió como director de Essal al igual que la ejecutiva española Marta Colet Gonzalo, actual gerente general de Aguas Andinas, quien figura entre las cartas que asoman para su reemplazo. Claudio Muñoz, histórico ex presidente de Telefónica y actual presidente de Icare, Loreto Silva, ex ministra de Obras Públicas y actual presidenta de Enap; y Narciso Berberana, español y director desde abril de 2019 de Aguas Andinas, son los otros probables candidatos, aunque desde la empresa no descartan que el próximo presidente sea incluso un tercero ajeno a la compañía.

Cercanos al abogado aseguran que Pickering se encuentra "muy dolido" y ha decidido guardar absoluto hermetismo por lo ocurrido. Si bien esperaba que la SISS no abriera el expediente de caducidad por la emergencia de Essal, la resolución del regulador habría sido el gatillante final su renuncia.

El tema no es menor si se considera la relevancia de Essal en la zona sur del país, pues abastece a 13.000 hectáreas en las regiones de Los Lagos y Los Ríos. La compañía provee el servicio de agua potable a 229.038 personas, representando un 10% del total de clientes de Aguas Andinas.

Por último, Essal ayer solicitó a la Corte de Apelaciones de Valvidia oficiar al laboratorio Análisis Ambientales (AMAN) por los muestreos relacionados con la calidad del agua potable suministrada a la población y realizados en la ciudad de Osorno, durante la contingencia.