Bolsonaro Jr.: "Ojalá que este momento no sea apenas una ola conservadora en Sudamérica"

El diputado más votado de Brasil dice que apoya a Van Rysselberghe en la elección de la UDI y le gusta Kast por su discurso políticamente incorrecto. Admira a José Piñera -"es una inspiración"- y habla de los tentáculos de la corrupción en su país: "sé que hay mucha sospecha por obras de Odebrecht que  fueron hechas en Chile".


Eduardo Bolsonaro tiene 34 años y es el diputado federal más votado de la historia de Brasil. Más de un millón 800 mil votos. Como si eso no bastara, es el hijo y heredero político de Jair, quien en un par de semanas asumirá la Presidencia de su país. Si allá Eduardo es un hit, aquí también tiene sus fans: la derecha chilena. Decimos la derecha, porque Bolsonaro Jr. desata pasiones en ese mundo que se mueve entre la UDI y José Antonio Kast, y que desde ayer está convulsionado con su visita a Chile.

Ayer, Eduardo conversó largo con La Tercera PM sobre su visión de la política y de una "ola conservadora" que dice, con orgullo, que ha llegado para instalarse en Sudamérica.

Pese a que no es su primer período de diputado, ¿A qué atribuye su alta votación?

Primero, por ser hijo de mi padre. Tengo mucho orgullo de eso,  además porque mi padre es un político que está fuera de todo ese sistema de corrupción, entonces está probado que es una persona limpia. Además, para mi alta votación creo que influyó internet.

Con la comunicación directa, inauguramos una nueva era, otro nivel de comunicación con las personas. Por más que una parte de la prensa siga hablando de que nosotros somos racistas, fascistas, nazis, sexistas, xenófobos, misóginos y todo eso, la persona tiene acceso a internet y ve que no es así.

Se notan los ataques de adversarios. Por eso es que las cosas están tan polarizadas: no hay más debate, no hay más argumentos, sino que hay ataque. Si estás en contra de que se ponga un video de hombres besándose en las escuelas para que los niños de cuatro o cinco años miren eso como una política para combatir la homofobia, se dice que eres homofóbico.

¿Usted no se considera homofóbico?

Ni un poco. Con todo respeto, no sé si eres lesbiana y a mí tampoco importa, así como seguramente para ustedes importa si yo me voy a tener sexo con hombres o con mujeres.

No.

Eso es siempre, la izquierda es maestra, especialista en hacer eso: en dividir, fragmentar la sociedad para que después venga un político para proteger esta minoría. A nosotros no nos importa si vamos a tener o no el voto, por decir lo que pensamos. Y al que parecer, lo que Jair Bolsonaro está hablando le gusta a las personas; si no. tendríamos en la calle 60 millones de racistas, sexistas, misóginos, facistas y todo eso.

¿Y en el gobierno que va a encabezar su padre plantea, qué pasa con políticas públicas como el matrimonio homosexual?

No pasa nada. Si las personas en Brasil quieren y desean el matrimonio entre homosexuales, tranquilos: que un diputado o un senador proponga un proyecto de ley para que ocurra la modificación en nuestra Constitución y ahí la aceptamos. Hay muchas cosas en la Constitución que no me gustan, por ejemplo, me encantaría poner en Brasil la prisión perpetua, por toda la vida, pero hay una limitación en la Constitución. Si queremos vivir en sociedad armónicamente, tenemos que someternos a la Constitución. Los políticos de izquierda intentan poner su política a través del activismo judicial o vía organismos internacionales, para que la modificación venga desde arriba para abajo, pero sin legitimidad, entonces ese es el tiempo que vive Brasil y por eso que las cosas están ahí tan polarizadas.

Usted es joven, tiene 34 años. ¿La gente joven es más progresista que usted?

Hay una frase que dice "si tienes 20 años y no eres socialista, no tienes corazón; si tienes 30 años y sigues socialista, no tienes cabeza"... Empiezas a trabajar y a pagar tus cuentas, y a tener una percepción más próxima de la realidad. Ves que el mundo necesita de meritocracia, que la plata no viene de los árboles. Si por un lado hay un político con una propuesta asistencialista, es porque por otro lado hay personas trabajando para sustentar todo esto. ¿Qué queremos? Una cultura de meritocracia donde las personas tengan el fruto de su trabajo, no políticas asistencialistas.

¿Qué piensa de como la derecha en Chile está viendo el fenómeno Bolsonaro?

En Chile, pero también en Colombia están mirando con mucha esperanza, porque Brasil es casi mitad de Sudamérica, entonces lo que pasa tiene efecto en toda la región. Durante los últimos 13 o 14 años, que teníamos Presidente del PT, financiaba las otras dictaduras, no solo de Venezuela, también en Cuba, Nicaragua y otros países. Y seguramente con este cambio que está ocurriendo en Brasil, con la venida de mi padre que es vamos hacer otras investigaciones.

El sistema corrupto utilizó un banco público, BNDES, para financiar otros países y yo sé que hay mucha sospecha por obras de Odebrecht que  fueron hechas también aquí en Chile.  Eso lo vamos a investigar porque este banco público es como una caja negra.

¿Ustedes tienen algún antecedente o indicio de que haya platas de Odebrecht a políticos chilenos?

No puedo hablar con seguridad, pero sospechas siempre hay porque es un modus operandi. Pasó con Venezuela, con Nicaragua, con Cuba, con países africanos, con Guyana, con Bolivia, entonces imaginarse que con Chile sería totalmente distinto, es como una ingenuidad. Pero de esto quién va hablar no es Eduardo Bolsonaro, no es Jair Bolsonaro, sino las autoridades a cargo de la investigación en Brasil.

Aquí se investigaba el caso de un avión que le prestó OAS al candidato Marco Enríquez- Ominami, ¿sabe de eso?

No, de este caso específico, no. Pero sospechas siempre hay.

Volviendo a la derecha, ¿qué significa para Bolsonaro derecha chilena?

Chile es un ejemplo en la estabilidad económica. Lo que pasó aquí en los 80 con las reformas de las pensiones es un ejemplo para el mundo. Esa es la principal medida que apreciamos en Brasil, una renta per cápita de 25 mil dólares es como que Chile está en otro nivel distinto de toda Sudamérica. Pero vengo aquí también para aprovechar este momento para que no sea apenas una ola conservadora en Sudamérica, porque así como tuvimos muchos presidentes socialistas, ahora Sudamérica mira a personas como Piñera, Macri, Jair Bolsonaro, entonces es un momento para un cambio permanente. Pero para hacerlo, necesitamos tener una comunicación. Lo que plantea la izquierda en Brasil es lo mismo que pasa en Chile, en Colombia, entonces por qué nosotros no podemos estar en contacto.

¿Y en esta ola conservadora, Piñera está?

Seguramente, mucho más que Bachelet.

¿Han tenido conversaciones con el gobierno directamente?

Aún no, mañana (hoy) vamos a ir al ministerio de Hacienda, con otras personas de gobierno, pero mucho más para escuchar y para tener un canal directo que otra cosa. No vengo aquí a representar a Brasil oficialmente, vengo con mi propia perspectiva, mi propia visión como diputado.

Cuando habla de esta ola conservadora, aparte del modelo económico, ¿qué otras cosas la definen?

Es reducir también el espacio del Estado, menos intervención económica, cambiar la visión equivocada de los derechos humanos, que hoy solo sirve a los criminales. Tenemos que mirar a las víctimas, porque hoy los DD.HH miran a los criminales como víctimas de una sociedad capitalista, y no es así. En el mismo sitio pobre donde salen criminales, hay una mayoría de personas trabajadoras y honestas.

¿Y en términos de temas valóricos, cuáles son sus ideas?

Mi pensamiento es que no podemos vivir una dictadura de las minorías, las minorías tienen que ser respetadas pero no se puede poner por delante medidas para privilegiar un 2 % de la población, en detrimento del 98%. No es tratar a los homosexuales, los negros, las mujeres como personas no cualificadas; es darles igualdad de oportunidad, solamente eso. Meritocracia.

"Yo estoy con Van Rysselberghe"

Usted ha estado ya con Jacqueline Van Rysselberghe. Ella enfrenta una elección en su partido, la UDI, por seguir siendo la presidenta. ¿Está con ella?

Sí, si fuese chileno, votaría para ella. Me gusta mucho ella porque hay una conexión de ideales, además fue a ver a mi padre.

Si fuera UDI, votarías por ella, no por Javier Macaya...

Sí, si, igual, si fuese de UDI votaría por Jacqueline. No conozco muchos otros senadores aquí en Chile y ella es una persona muy carismática,  que piensa muy cerca de nosotros entonces, tiene mi apoyo.

El otro que está siempre se acerca a Bolsonaro es José Antonio Kast.

Sí, me dijeron que es el Bolsonaro de Chile. Su posición es muy fuerte, muy bien definida, por hablar fuera de lo políticamente correcto. No necesita tener una charla  más moderada para agradar al máximo de personas posibles. Las personas están enojadas con ese tipo de político que no entra en polémica, sino que quiere personas con posición; esta es una nueva, una nueva fase que vino aquí en Sudamérica.

El expuso en la cumbre conservadora reciente en Brasil, y en las láminas aparecía Pinochet, un tema que divide mucho. ¿Para ustedes, como ola conservadora, significa algo o nada?

Pinochet fue una persona que impidió que Chile se transformase también en una nueva Cuba. Pasó con Chile, pasó con Brasil, pasó con Argentina, con más o menos energía, pero en Chile hoy ustedes miran los frutos de su reforma en las pensiones, la economía, tiene mucho que ver con los que ocurrió en los 80. Entonces, lo que pasó de malo, sean torturas, muertes, se puede hablar, por qué no, pero hay muchas cosas buenas también. Pero quiero aclarar que no tengo profundo conocimiento de la situación de Chile.

Cuando habla del modelo chileno, José Piñera fue importante el autor de la reforma de pensiones. ¿A qué Piñera prefieren, José o Sebastián?

José Piñera es una inspiración, eso es innegable. Nosotros ahora también tenemos nuestro Chicago Boy que es Paulo Guede. Treinta años después Brasil se va a intentar hacer lo que Chile hizo en los 80, estamos mucho atrasados, entonces ¡gracias José Piñera!

¿Ha podido o se han juntado con él, con José?

Aun no, pero creo que sí nos vamos a encontrar.

Diputado, hermano de diputado e hijo de Presidente. ¿Quiere también ser Presidente en el futuro?

No, jajajaja es una pregunta muy difícil porque van a pasar muchas cosas. Se puede decir que sí, se puede decir que no, esto es mucho más por cuenta de lo que las personas quieren, que lo que yo quiero. Es un tema de mucha responsabilidad, seguramente si intento la presidencia sería un desafío  enorme, pero es un cambio muy brutal. Tienes que estar muy preparado para eso, pero sí hay la oportunidad, ¿por qué no? No es algo que yo tengo ambición o que estoy trabajando como que de aquí a cuatro años tengo que ser el Presidente de Brasil. Si las cosas ocurren naturalmente para eso, ¿por qué no?

*La versión completa de esta entrevista, mañana en La Tercera.

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