Brasil y China: los líos internacionales que han forzado al gobierno a aplicar un complejo equilibrio diplomático

La situación del embajador chino y las críticas de Bolsonaro a Bachelet son los últimos episodios en los que La Moneda ha debido emitir pronunciamientos que fueron estudiados -admiten en Palacio- con cuidado para no afectar las relaciones con esos países, algo que se suma al contraste que acusan en la oposición entre la postura ante Venezuela y la que se utiliza para enfrentar la situación de los DD.HH. en el gigante asiático.


Disputa con embajador chino y dichos de Jair Bolsonaro contra la expresidenta Michella Bachelet. Si bien ambos episodios no son similares, en el gobierno afirman que en los dos casos hubo una respuesta del Ejecutivo evaluada con cuidado para no afectar las relaciones con esos Estados.

Se trata -reconocen- de un "complejo" equilibrio diplomático que se debe mantener y que se ha visto no sólo esta semana, sino que también en otros episodios que ha debido enfrentar la administración de Sebastián Piñera.

En el caso del embajador de China en nuestro país, Xu Bu, la disputa se inició luego que el diputado UDI Jaime Bellolio se reuniera con el activista Joshua Wong, uno de los líderes de las manifestaciones sociales que se desarrollan en Hong Kong. En su primera carta a El Mercurio, Bu criticó el encuentro y llamó a Bellolio a "trabajar más para el pueblo de su distrito". Desde ahí, los enfrentamientos han continuado, teniendo que intervenir, en más de una oportunidad, el canciller Teodoro Ribera.

En relación a Bolsonaro, el Jefe de Estado brasileño reaccionó duramente contra Bachelet, quien señaló, en el marco de sus funciones como alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, que hay una "reducción del espacio democrático en Brasil. Así, el Mandatario brasileño afirmó que Bachelet "olvida que su país no es una Cuba gracias al personal de Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre estos comunistas su padre, militar de la época".

En el Ejecutivo hacen una distinción en la forma en que se trataron ambos temas. En cuanto al primero aseguran que fue principalmente Ribera quien se involucró y señalan que es el embajador chino quien emitió declaraciones que podrían ser consideradas invasivas por las autoridades chilenas. En tanto, en la disputa con Bolsonaro intervino inmediatamente el Presidente Piñera porque se involucró a una exmandataria. Y en el gobierno sostienen que, en este caso, las declaraciones de Chile podrían ser consideradas invasivas para su soberanía. Con todo, admiten que en ambos hechos se abordó con cuidado la reacción para enfrentarlos.

Por ejemplo, con China en la Cancillería aseguran que el mensaje fue indirecto, porque por un lado reconocieron y valoraron los derechos de libertad de expresión de los parlamentarios y defendiendo sus competencias, pero a la vez se cuidó en recalcar que no se estaba afectando la integridad territorial de China -tema esencial, dicen, para ese país- y relevaron el derecho que tiene el embajador, de acuerdo a la Convención de Viena, de representar los intereses de su país.

De esta manera, comentan en el Ejecutivo, "se hizo el punto, sin una confrontación directa". Esto, de acuerdo a las mismas fuentes, debido a los intereses que tiene Chile con China -nuestro principal socio comercial- y que quieren conservar. En ese sentido, explican en el gobierno que siempre las desavenencias se comunican en forma que se puedan proteger los intereses, y con China son varios: comercio, educación, ciencia y tecnología e innovación.

Además, en La Moneda recalcan que, en el caso puntual con el embajador, Chile siempre ha adherido al principio de una sola China. Y, por lo tanto, respetan la integridad territorial e independencia política, incluyendo los territorios de Hong Kong y Taipei.

En el caso del país asiático, en todo caso, no solo en esta materia el gobierno ha sido cuidadoso, sino que también a la hora de enfrentar su régimen político y las acusaciones que recaen sobre ese país en cuanto a violaciones a los derechos humanos. Si bien en privado en el Ejecutivo aseguran que Chile siempre ha manifestado su postura, públicamente varias veces el gobierno se ha enredado al momento de enfrentar ese tema, lo que ha provocado -por ejemplo- críticas de sectores políticos que acusan una contradicción con cómo Piñera se posiciona frente a la situación de los DD.HH. en Venezuela.

En abril pasado, en el marco de una gira por Asia, el Mandatario fue consultado por el sistema político de China. "Cada uno tiene el sistema político que quiera", manifestó en esa oportunidad,

desatando críticas por el contraste de sus dichos respecto a la postura que ha tenido en contra del régimen de Nicolás Maduro, a quien ha llamado a dejar el poder y lo ha calificado como una "dictadura"; mientras que el entonces canciller Roberto Ampuero sostuvo, en mayo pasado, que "el régimen de partido único es una alternativa que tiene China, optó por ella", una intervención que no fue bien evaluada entre dirigentes del propio oficialismo.

De todas formas, el "cuidado" para abordar la relación con China no solo ha sido en este gobierno, sino que también por parte de administraciones pasadas y en otros países de la región, que también aplican un diseño diplomático.

El país más grande de la región

Mantener buenas relaciones con Brasil es esencial, afirman en el gobierno, partiendo porque recalcan que es el país más grande de la región y con más población. Las mismas fuentes indican que no tiene tanta relación con la parte comercial, sino porque son los "socios principales" en proyectos de integración: Celac, Prosur, Mercosur, corredor bioceánico, COP25 y, ahora último, lo que está ocurriendo con los incendios en la Amazonía, para lo que Chile adquirió un rol coordinador con el que Piñera busca posicionarse internacionalmente.

En ese sentido, se ha procurado mantener una buena relación con Bolsonaro -figura que, reconocen algunos en el oficialismo, es compleja y polémica-, con quien, hasta ahora, Piñera ha cultivado buenos lazos. De hecho, ambos se reunieron la semana pasada cuando el Presidente fue a Brasil por el tema de la Amazonía, poco después que ese país también concediera la extradición al exfrentista Mauricio Hernández Norambuena.

Por esta razón, justifican las declaraciones de ayer de Piñera, quien, por un lado, tomó distancia de los dichos de Bolsonaro sobre Bachelet "como persona y expresidenta". Esto, diciendo que no los comparte "en absoluto". Sin embargo, a la vez también tomó distancia de las declaraciones de la exmandataria -en su calidad de representante de un organismo internacional- y pidió que entregara antecedentes sobre sus declaraciones respecto a Brasil.

Sobre este punto, en el gobierno recalcan que "es un llamado a la responsabilidad de los organismos internacionales", haciendo alusión a que, incluso, Chile en una oportunidad ha sido "víctima" de estas acusaciones: por ejemplo, una de esas ocasiones fue -dicen en el Ejecutivo- cuando la ONU cuestionó el tema migratorio. "Se buscó la forma adecuada de manifestar un reparo a Brasil", concluyen en Palacio.

Sin embargo, la intervención de Piñera siguen generando reparos desde la oposición, y hoy el ministro Andrés Chadwick salió a defender sus declaraciones.

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