Cabritas y bebidas, las que frenan la reapertura de los cines chilenos
Las multisalas negocian con el Ejecutivo un cambio en los protocolos de la Fase 4, que por ahora permiten un aforo del 50% pero prohíben la venta de alimentos, reservada únicamente para la Fase 5 del plan Paso a Paso. Por mientras, complejos independientes, que basan su negocio sólo en los tickets, ya volvieron o alistan su regreso, como el Normandie y El Biógrafo.
El análisis puede ser lógico pero responde a la realidad local: conforme crece el período en que las salas de cine chilenas permanecen cerradas –ya van ocho meses–, una eventual reapertura luce más cercana. Al menos esa es la sensación que se extiende al interior de la industria. Con varias comunas del país llegando a la Fase 4, la primera del plan Paso a Paso que permite que abran cines, teatros y otros recintos similares, el retorno de los complejos parecía a la vuelta de la esquina.
Más después que las reuniones entre la CAEM (Cámara de Exhibidores Multisalas de Chile) y el Ejecutivo dieran como fruto un cambio en el aforo permitido en la Fase 4, del 25% al 50% de la capacidad. Sin embargo, un punto sigue entrampando el retorno de las salas de cine y, con ello, el estreno de títulos como Tenet, de Christopher Nolan, o Mujer Maravilla 1984, ahora fijada para diciembre en el mundo.
La comida se ha transformado en la principal –y para muchos, única– razón para que las multisalas aún no puedan programar su retorno, esperado desde que en marzo cerraran casi en simultáneo ante la crisis sanitaria. La venta de cabritas, bebidas y otros alimentos que ofrecen los complejos está prohibida en la Fase 4 y sólo se permite en la Fase 5, que eleva el aforo al 75%.
Conocedores de las conversaciones que mantienen integrantes de la industria con los ministerios implicados, aseguran que esta semana hubo nuevas reuniones, pero que todavía no hay cambios en los protocolos. Un punto que se considera crucial en el sector, que venía en sostenida alza en cantidad de entradas vendidas por año (fueron más de 29 millones en 2019).
“Es como que el Gobierno le pida a los restoranes que pueden abrir y vender comida, pero no bebestibles y alcohol, cuando saben que el margen de los restoranes está en el alcohol y no en la comida”, plantea Carlos Hansen, presidente de BF Distribution. “El negocio del cine principalmente es la confitería”, agrega.
Hansen, que tiene presencia con su distribuidora en países como Argentina y Perú, señala: “En Brasil también fue un tema la confitería, demoraron unas semanas en llegar a acuerdo. Pero también ocurrió que a los cines les permitieron una reapertura sin alimentos. Para todos los exhibidores la confitería es lo más importante, salvo para los complejos fuera de las multisalas”.
En el caso chileno el Normandie tuvo su primera función hace una semana y ahora El Biógrafo alista su retorno bajo protocolos sanitarios. Son complejos históricamente ligados al cine independiente y de autor que basan su modelo de negocios en la venta de entradas y no en añadidos como las cabritas, bebidas y otros, hoy expuesto más que nunca como un verdadero puntal de las cadenas extranjeras que lideran el mercado en Chile.
“Los cines en el mundo entero no están pagando arriendos, o llegaron a un acuerdo especial, porque los malls están cerrados”, apunta Hansen. “Los cines están perdiendo plata, pero poca, porque no pagan luz, arriendos, sueldos. Al abrir automáticamente el mall les vuelve a cobrar arriendo, tienen que pagar luz, contratar personal. Por eso los números no dan. El cine prefiere perder menos, con lo de ahora, que abrir sin confitería para perder más”.
A la espera de un posible entendimiento, el presidente de BF Distribution mira el vaso medio lleno: “Dentro de todo lo negativo, una de las cosas positivas de que Chile abra tan tarde las salas de cine es que no va a ocurrir lo que ha pasado en todo el mundo, que no hay estrenos. México y España abrieron hace meses y no tiene nada que estrenar o sólo películas chicas”.
El nada despreciable calendario chileno incluiría Tenet, Mujer Maravilla 1984 y la segunda parte de Estación zombie, que aún debe definir si llega a salas o a Cining, la plataforma que BF Distribution fundó bajo la idea de mantener los estrenos por semana, pero adecuados a lo digital, con venta de entradas a través de las webs de Cinemark y Cinépolis.
También, probablemente, en su condición de la candidata chilena a los Oscar, arribe El agente topo, que desde la semana pasada está disponible en Cining, definida como una sala virtual y en estas condiciones como la “primera ventana” para títulos que, en otra época, sólo se habrían visto en la pantalla grande.
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