Campamentos y tomas ilegales otra vez en el foco de los megaincendios de la Quinta Región
La falta de planificación y acceso restringido de bomberos a los sectores de la región de Valparaíso son los ingredientes que cobran un saldo de al menos 18 campamentos afectados, según el balance de TECHO-Chile. Mientras tanto, el Ministerio de Vivienda cifra en 15 mil las viviendas afectadas durante el megaincendio que remece al país.
El megaincendio que supera las más de 48 horas activo y azota a la región de Valparaíso en las comunas de Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Limache, expone una dramática cifra de 15 mil viviendas que han tenido algún tipo de afectación, según el último balance del subsecretario del Interior, Manuel Monsalve. Las imágenes que trajo la catástrofe exponen explanadas completas de casas construidas con material de baja calidad totalmente incineradas.
En el último balance preliminar realizado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo con la información del Programa de Asentamientos Precarios y el Serviu de la región de Valparaíso, se identificó que 25 campamentos fueron afectados por el megaincendio. De estos, 1721 viviendas fueron damnificadas, la mayoría de asentamientos en Viña del Mar y Quilpué.
De ellos, algunos históricos en la comuna de Viña del Mar como el Manuel Bustos con la mayor afectación de 600 viviendas, el Monte Sinaí en Miraflores Alto con 250 viviendas y Villa Independencia con 120 viviendas afectadas.
En detalle, este catastro solo alcanza aquellos campamentos que se encuentran en el Catastro Nacional de Campamentos del Minvu, que en su última actualización fue durante el 2022. Los asentamientos catastrados se definen como ocho o más hogares que habitan en posecióin irregular un terreno con carencia de al menos uno de los tres servicios básicos como electricidad, agua potable y sistema de alcantarillado.
“El 30% de las viviendas afectadas son de conjuntos antiguos y el 70% restante, una parte, son ocupaciones irregulares y otros son campamentos”, decía el ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, el sábado pasado para dimensionar el arrollador avance de las llamas en distintos sectores de la región de Valparaíso. Una cuenta que hasta el momento puede ir en aumento, ya que desde el Ministerio de Vivienda siguen las tratativas para cifrar los daños.
En el estudio realizado Catastro Nacional de Campamentos 2022-2023, los campamentos en la Quinta Región van en aumento, donde se constató que son 280 los campamentos, acumulando cerca de 247 hectáreas en toda la región costera. Asimismo, en un estudio realizado por la fundación sobre la precariedad urbana, se estimó que en promedio los campamentos de todo el país deben recorrer una distancia de 3,1 km para encontrar un cuartel de bomberos y 4 km para un centro de salud. Un 50% de los campamentos supera la distancia óptima recomendada, según el Sistema de Indicadores y Estándares para el Desarrollo Urbano.
En ese sentido, especialistas del área comparten las ideas de que una de las grandes problemáticas que ha permitido el avance del fuego ha sido el posicionamiento de campamentos y tomas irregulares, en laderas de los cerros de la Quinta Región. Junto a esto, la construcción con material ligero que serviría como un combustible para el avance de las llamas.
“Los campamentos se toman lugares que están entre cerros, entre quebradas, que están, normalmente disponibles y que muchas veces entre predios que son todavía rurales, no siempre están como metidos dentro del radio urbano y eso hace que sean muy vulnerables ante estas situaciones”, explica el arquitecto urbanista y académico Universidad Central, Uwe Rohwedder.
Asimismo, la académica de la Universidad de Chile del programa de Reducción de Riesgo y Desastres (CITRID) y del movimiento Chile Migrante, Yasna Contreras, señala que a lo anterior se suma la construcción de viviendas en pendientes abruptas. “Construir en pendiente complicará siempre el actuar de bomberos y de cualquier institucionalidad, por muy preparada que esté. Ahora tenemos que planificar y gestionar el riesgo en condiciones extremas. Por ello, la obligación que tenemos todos es pensar cómo reducir riesgo de desastres en zonas multi-amenaza”.
En esa línea, el arquitecto asegura que estas construcciones irregulares entorpecen tanto las vías de evacuación como el acceso de bomberos para mitigar los incendios. “No hay las vías de acceso o las posibles vías de evacuación, no hay lugares como una pequeña plaza que podría ser un pulmón verde que por lo menos ayude como refugio. La falta de esto entorpece el control del fuego”.
Por lo que la académica insiste en que la medida para prevenir que estos sectores sean consumidos por las llamas es la planificación de los territorios. “El riesgo de desastre discrimina según si vives dentro o fuera de un límite o si su casa está dentro o fuera de una toma. Si no planificamos el riesgo cerro arriba, aumentará el riesgo a toda la comunidad, por ende, necesitamos otros instrumentos de planificación”.
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