Carrera por presidencia de la Cámara: plan de Elizalde para salvar postulación del PC toca techo
En el mejor escenario, una candidatura de los comunistas estaría logrando 74 votos de apoyo, cifra que difícilmente podrá seguir creciendo.
Una nueva ronda de conversaciones realizó ayer el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), en su intento por tratar de retener el control de la presidencia de la Cámara, que elegirá a sus nuevas autoridades el próximo 15 de abril.
En las oficinas de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), ubicadas a un costado de la sala de la Cámara, Elizalde se reunió a solas con algunos legisladores independientes y de grupos no alineados que aún no definen su voto.
El mismo martes, además, sostuvo un almuerzo con los jefes de bancada del oficialismo, con quienes compartió el diagnóstico crítico que enfrenta la aspiración del Partido Comunista para presidir la corporación. Esa eventual postulación hoy cuenta con el apoyo mayoritario de las fuerzas gubernamentales y de la DC, a pesar de que las dudas comienzan a crecer en las mismas filas oficialistas.
Según algunas versiones de parlamentarios, el ministro habría pedido al PC hacer algunas concesiones. Si bien algunos entendieron que el ministro se refería a cupos en comisiones (no un llamado velado a ceder en la carrera a la presidencia), el comentario no cayó bien en la bancada comunista, que anoche se reunió y acordó hacer hoy una defensa de la postulación a la testera de la institución.
“Hacemos un llamado, en función del prestigio de la convivencia democrática a que los acuerdos se cumplan. Cuando la palabra en política se desconoce, se provoca una degradación de la sociedad democrática”, dijo la diputada Carmen Hertz (PC) actual vicepresidenta de la Cámara, en un emplazamiento directo a los diputados de Demócratas que firmaron un acuerdo el año pasado con el PC y otras fuerzas oficialistas para apoyar la postulación de los comunista.
Hertz recalcó que su colectividad ya postergó en dos ocasiones sus aspiraciones y desestimó los llamados a que el PC tenga “generosidad”. “Este acto de generosidad, no sé dónde puede ser viable... Lo que debe exigirse es el cumplimiento del acuerdo... Pretender que un partido centenario, profundamente democrático, que ha encabezado las luchas por la libertad y la democracia, tengamos que hacer actos de fe, no se sabe qué. Es inaceptable. Es establecer vetos profundamente dañinos”, dijo.
Si bien en la derecha también están enfrentado sus propias dificultades para levantar la candidatura de la diputada Joanna Pérez (Demócratas), el problema de Elizalde es que hasta ayer el oficialismo seguía abajo en el marcador con un alta probabilidad de que ya no sea posible sumar más votos, en vista de la seguidilla de negativas que ha recibido el ministro en su ronda de conversaciones.
En el mejor escenario, una candidatura del PC estaría logrando 74 votos de apoyo, mientras que la oposición tendría una base hipotética de 75 votos para postular a la presidencia.
Aunque la mayoría absoluta de la Cámara son 78 de 155 diputados, en caso de que ninguna candidatura logre ese umbral, los nombres más votados se miden inmediatamente en una segunda vuelta, donde gana simplemente quien saque más apoyos. En caso de empate (escenario no descartable dada la estrecha competencia), todo se resuelve con un sorteo.
La diferencia con la candidatura de Pérez, que aún tiene margen para crecer con votos del PDG, del independiente Francisco Pulgar (que aún no fija su postura) y de eventuales descolgados del oficialismo, la postulación de los comunistas ya tocó techo.
Negativas y dudas
Al menos dos de los tres diputados del PDG (Karen Medina y Rubén Oyarzo) no apoyarían a la carta comunista. Si bien Gaspar Rivas ha mostrado cierta apertura, Oyarzo y Medina han sido categóricos en que solo mantendrán un acuerdo con el oficialismo en la medida en que la postulación a la presidencia se le entregue al PDG. Si la alianza gubernamental insiste con llevar a un diputado PC, ellos votarían por Pérez. A cambio, la oposición le está ofreciendo al PDG dos vicepresidencias de la Cámara para ejercerlas en este y el siguiente año legislativo.
Incluso este martes, Oyarzo fue más allá y dijo que rompía relaciones con La Moneda.
Por su parte, Francisco Pulgar (indep.), quien aún no se compromete con la oposición, tiene más cercanía ideológica con Pérez y mira con distancia la eventual carta PC.
El independiente Carlos Bianchi, hoy asociado a la bancada del PPD, ya notificó al gobierno, en las conversaciones que ha tenido con Elizalde y con el jefe de su comité, Jaime Araya (indep.-PPD), que en la definición por la mesa de la Cámara no votará por ninguna alternativa como gesto disgusto por lo que está sucediendo. “Siento que hay un desprestigio en nuestras propias decisiones. No me puedo seguir faltando el respeto en lo personal y faltar el respeto a quienes ven que en la Cámara hay unos que se pelean, casi en un canibalismo político, se comen unos con otros, con tal de tener un poder político, momentáneo, circunstancial, que no tiene nada que ver con lo que yo busco: hacer políticas públicas que debiera liderar la Cámara y el Senado”, dijo.
Por su parte la diputada Pamela Jiles (independiente), quien es crítica del gobierno, por lo general en estas instancias, no ha estado en la votación. No obstante, hoy ella está apoyando la tesis de que se respete el acuerdo original que le daba la presidencia al PDG, a partir de marzo de 2024.
El problema adicional para la candidatura del PC es que dentro de los 74 votos hipotéticos, hay tres que no están plenamente asegurados.
Uno de esos votos es la diputada Mónica Arce (militante del recién reconstituido Partido Humanista), quien ha estado en comunicación constante con Elizalde. Ella se mantiene en reflexión, porque siente que ha sido maltratada por el oficialismo, a raíz de ella no llegó a votar a favor por la fallida reforma tributaria en marzo de 2023. “En este momento no tengo una decisión. Pero veo que esta es una pelea de la política de siempre, de la élite, que no representa las urgencias de las personas. Me preocupa lo que pasó después de la reforma tributaria, las reacciones que tuvieron muchos de los compañeros, salieron con cuñas en la prensa mintiendo. Se dijo que habíamos sido parte de un complot contra el gobierno. No es real. Yo pedí disculpas (por no haber estado en la votación), pero desde ahí en adelante, la relación se volvió con muchas faltas de respeto (hacia su persona). Aquí prima la ley de la funa”, comentó.
Otro voto no asegurado es el independiente René Alinco (ex-PPD), quien a pesar de tener cercanía ideológica con el oficialismo, aún no revela lo que hará el próximo 15 de abril.
A ellos se sumó sorpresivamente el radical Alexis Sepúlveda, quien en un punto de prensa con Oyarzo, Medina y Rivas, le dio su respaldo a las aspiraciones del PDG para presidir la Cámara.
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