“Casi nos quemamos vivos”: la dura crítica de la alcaldesa de Santa Juana a Interior tras la contención del incendio
Ana Albornoz, quien pertenece al movimiento Izquierda Libertaria (IL), integró el Frente Amplio y también Convergencia Social, tiene gran afinidad con el Presidente Boric e incluso fue vocera en el Biobío en la campaña hacia La Moneda, pero eso no la ha frenado para lanzar duras críticas a un sector del gobierno, en medio de días convulsos y que a ratos, tal como al resto de la comuna, la han quebrado.
A sus 40 años, Ana Albornoz, alcaldesa de Santa Juana, uno de los municipios más afectados por los incendios forestales de las últimas semanas, vive quizás su máximo desafío no solo profesional, sino también personal: sobrellevar la crisis de la comuna que dirige y de la cual ha sido parte durante toda su vida. Para la edil no solo se quemó el territorio de su municipio, sino que su hogar.
Del otro lado del teléfono, la autoridad a ratos se quiebra, pero inmediatamente toma energías para alzar la voz con críticas contundentes y claras hacia parte del gobierno. Aun cuando el fuego hoy está contenido -mas no apagado-, estas palabras la han transformado en un dolor de cabeza para el Ejecutivo -o al menos para aquellos a quienes apunta sus dardos-, a pesar de que durante la campaña presidencial de Gabriel Boric jugó un rol clave en el Biobío como su vocera regional. Independiente y miembro del movimiento Izquierda Libertaria (IL) creado en 2015, Albornoz fue parte del Frente Amplio e incluso del partido Convergencia Social, tienda del propio Mandatario.
“No nos podemos quedar callados cuando pudimos quemarnos vivos”, asegura en medio de la vorágine que la tiene durmiendo pocas horas diarias, preocupada por un lado de los vecinos, pero también de su campo siniestrado y el familiar materno que falleció.
Y es que hoy Santa Juana es eso: casi nadie se salva de haber sido alcanzado directa o indirectamente por las llamas. “Estamos solicitando apoyo siquiátrico, porque a los funcionarios municipales, a los bomberos, a carabineros, a la gente del hospital, a todos quienes están colaborando se les ha siniestrado su casa o la de algún familiar, no hay nadie que no haya sido afectado”, advierte. Y agrega: “Vimos personas calcinadas, animales quemándose, conocidos arrancando del fuego. Eso sicológicamente no es fácil de sostener”.
Por eso no tiene tapujos en insistir en los reproches que ya ha esgrimido durante estos días. Las críticas apuntan directamente al Ministerio del Interior y la ministra Carolina Tohá. “No me pueden pedir que no diga que se tuvo que zanjar el estado de catástrofe antes. Ahora nos enfocamos en la reconstrucción, porque tenemos que seguir viviendo, pero tenemos que empoderarnos”, dice.
Sus reprimendas son bastante focalizadas. “Hay que hacer la diferencia, porque el Presidente nos dio prioridad nacional, él ha tratado de que la gente sea empática y tenemos una comunicación directa, nos ha ayudado harto. Pero, por otro lado, no puedo dejar de insistir y decir que Interior no decretó estado de catástrofe cuando tenía que hacerlo. Los habitantes merecen una explicación”.
Albornoz asegura que hace mucho rato, incluso antes de este gobierno, se pudieron haber tomado medidas, pero también reprocha las que se definieron -tardíamente, según su apreciación- una vez desatada la crisis. “En 2020 se pidió a Conaf un informe que llegó a manos de todas autoridades del gobierno anterior y no se tomó ninguna determinación. Ahí se decía que existía el peligro latente de que cualquier foco de incendio se transformara en un megaincendio. Y ya cuando ocurrió el primer incendio -en diciembre- hicimos las advertencias, pedimos el estado de catástrofe. Vino el subsecretario del Interior, pero él decía que tenía que preguntarle a la ministra. Ahora lo único que queremos es que nos escuchen, porque podemos estar un día reconstruyendo y a la semana siguiente pueden quemarse de nuevo las casas”, ahonda.
Y añade: “La crítica es a Interior, porque el resto del gobierno lo ha hecho bien. ¿No nos quieren ayudar porque los criticamos? La ministra del Interior fue ayer a Nacimiento y no vino a Santa Juana, ¿y por qué no vino? La gente nos dice ‘no vino porque sabe que estamos molestos con ella’. Lo mismo que las forestales, que los vecinos dicen que amenazan con dejar de ayudar. No podemos dejar de decirlo, pero lo que queremos es que haya un acuerdo país, porque nos tienen que ayudar como sea. Esto es sentido común, es sana crítica”.
Justamente, además de Interior, la crítica apunta a las forestales y la regulación sobre ellas. “Hay cambio climático, hay escasez hídrica y con presupuestos municipales ínfimos hay que resistir grandes catástrofes”, señala, antes de graficar un episodio: “El Presidente hizo una declaración bien cauta al decir que hay que abrir la discusión sobre estas regulaciones a la industria forestal cuando esto esté controlado -aunque esto hay que hacerlo ahora- y sale el señor Von Appen, de la Sofofa, diciendo que no, que eso no aporta para la unidad y nadie le contesta. Hay que decirlo o seguiremos sin poder dormir tranquilos. No tenemos miedo de decir la verdad,, porque estuvimos a punto de morir, es una situación límite para nosotros”.
Y es que el panorama en Santa Juana, detalla la alcaldesa, es desolador. “Es un desastre mayor”, asegura.
En efecto: hay emergencias, posteriores a las del fuego mismo, que deben ser enfrentadas ahora. El municipio de Santa Juana reparte casi 170 mil litros de agua diaria y no logran llegar a toda la población. “Las personas no abandonan sus territorios por cosmovisión, pero no les llega agua y no hay alcantarillados. Santa Juana está agotada, vive hacinada desde antes y no tiene fuente laboral, imagínate ahora”, detalla la alcaldesa, quien advierte que cuando se avecine el invierno, el desastre actual traerá problemas asociados a remoción de masas y caída de árboles.
Otra emergencia, agrega, es la reactivación económica. “Estamos pidiendo estado de catástrofe permanente al Senado y al Ministerio del Interior. Ya lo pedimos antes y más ahora. La comuna va a morir si es que no nos escuchan. Tenemos que instalar que la reconstrucción debe ser con pertinencia territorial, no queremos quedar fuera del diseño de la reconstrucción, porque las políticas del Estado nunca han considerado a las comunas pequeñas como Santa Juana”, se extiende, antes de señalar: “Que no nos digan ‘les vamos a dar un bono’ y luego no tengamos qué hacer en el invierno. Hay que cambiar la matriz productiva a algo que ahora sea viable”.
“Estamos quebrados”. El sentir de Albornoz bien refleja el estado anímico de una comuna de casi 15 mil habitantes, de los cuales casi 4.500, según el catastro más actualizado del propio municipio (el que va más adelantado que el de Sernapred), han sido afectados, así como 459 viviendas destruidas, 1.406 personas damnificadas y 51.688 hectáreas, equivalente al 70,7% de la superficie comunal, quemadas. A esto se suma el dolor de tener 13 vecinos fallecidos, más de la mitad del total de víctimas (25) de todo el país. “Este es un pueblo chico, antes de ayer enterramos a nuestros vecinos calcinados, con quienes tomábamos mate y quienes nunca tuvieron ninguna oportunidad”, reflexiona la edil.
Lo que los incendios dejaron al descubierto, cree la alcaldesa, es la “injusticia”, como lo resume. “La sociedad invisibilizó al campesino. Incluso la izquierda, que habla de la clase obrera, de los pobladores..., pero nadie ve la realidad de los campesinos. Somos postergados e invisibilizados. Eso es una irresponsabilidad de este país con esa gente”.
¿Y el futuro? “A Santa Juana no vamos a poder reconstruirla entera. Parece como que hubiera caído una bomba atómica. Por eso creemos que se tiene que pedir el 2% constitucional, porque Santa Juana no se puede levantar sin una gran cantidad de recursos”.
Todo esto, en medio de una semana en que para el viernes se esperan altas temperaturas en Santa Juana. “No bajamos la alerta, hacemos como que el incendio se reactivará en cualquier momento”, cierra la alcaldesa Albornoz.
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