Caso Antonia: Las escenas del caso que estremece al país
La estudiante universitaria se suicidó en octubre pasado, tras contarles a cercanos que había sido violada. La causa se convirtió en un símbolo de la lucha contra la violencia hacia la mujer.
Alejandro Barra necesitaba encontrar una explicación. Su hija Antonia, de 20 años, destacada estudiante universitaria y quien siempre se mostró alegre y colaborativa, se había suicidado. El calendario marcaba el 13 de octubre de 2019. Algo había pasado y Alejandro necesitaba saber qué.
Esto lo motivó a revisar las cosas de su hija, incluyendo su teléfono celular. Ahí encontró mensajes que daban cuenta de una agresión sexual que habría sufrido tres semanas antes en una cabaña en Pucón. El trauma habría sido determinante en la decisión de quitarse la vida.
Así comenzó una investigación judicial que desde el viernes tiene a Martín Pradenas en la cárcel de Valdivia por violación y abuso sexual contra Antonia. El Ministerio Público, además, le imputa la agresión sexual de otras cuatro víctimas, todos hechos ocurridos entre 2010 y 2019.
El caso comenzó con un padre pidiendo justicia por su hija en las plazas de Temuco y tomó tal relevancia que generó que otras seis mujeres y un hombre denunciaran a Pradenas por delitos similares. La causa provocó, además, manifestaciones, campañas virtuales, un caceroleo a nivel nacional y se convirtió en un símbolo de la violencia contra las mujeres. De hecho, la formalización de cargos contra Pradenas, ocurrida el martes, fue la transmisión más vista en la historia del Poder Judicial, superando incluso los alegatos de cierre de juicio oral del caso de Nabila Rifo.
“Se transforma en un tema país por la necesidad que tiene la gente de ser escuchada, de que se haga justicia, no solamente en el caso de Antonia. Esta es la consecuencia de un cúmulo de cosas que han sucedido en el tiempo y que no han tenido reparo”, dijo Alejandro Barra, quien adelantó que está preparando un proyecto de ley para mejorar el trato de las víctimas de delitos sexuales mayores de edad.
María Elena Santibáñez, académica UC y penalista especializada en delitos sexuales, cree que hay varios factores que han incidido en la repercusión del caso de Antonia Barra. “Existe mayor conciencia por parte de la ciudadanía, gracias a la labor efectuada por los grupos feministas, de la gravedad de la violencia contra la mujer, siendo los delitos sexuales ejemplos paradigmáticos. Además, hay una respuesta insatisfactoria del sistema procesal penal en estos casos y probablemente el hecho que generó mayor interés de la ciudadanía tuvo que ver con el suicidio de Antonia”, dijo. Además, indicó que “la causa cobró mayor interés porque aparecieron nuevas víctimas, comenzando a verse el patrón conductual clásico que refleja la violencia machista respecto de mujeres, en que el modus operandi es el mismo, el de víctimas en situación de afectación de conciencia por ingesta de alcohol o en otra situación de vulnerabilidad”.
Esta indefensión a la que alude Santibáñez está descrita en tres de los casos que la fiscalía le imputa a Pradenas. Se trata de mujeres que en contextos de fiestas se habrían visto incapacitadas de oponer resistencia después de una alta ingesta del alcohol.
El hecho más reciente, de acuerdo a la indagatoria de la fiscalía, fue precisamente el que le ocurrió a Antonia el 18 de septiembre de 2019. El día anterior, fue con su amiga Consuelo Uribe a la discotheque ex Sala Murano en Pucón. Antes de entrar –según declaró Uribe- cada una se tomó una botella de champaña. Adentro, Pradenas se habría aprovechado de su estado para sacarla del lugar y llevarla hasta la cabaña.
Las cámaras de seguridad de un supermercado registraron a Antonia caminando con dificultad y luego a ambos entrando al estacionamiento del recinto, donde Pradenas habría abusado de ella.
La encargada de las cámaras del supermercado declaró que “el chico quería intimar con la niña, ella estaba muy bebida y se notaba que no quería tener relaciones”. Además, un informe del Servicio Médico Legal indica que Antonia tenía afectación sicomotora que alteró su capacidad de consentir en el área sexual y defenderse. Y que Pradenas tenía pleno control de la situación.
Luego, cerca de las 7.00, llegaron a la cabaña. Casi dos horas después, la joven le pidió por WhatsApp a Uribe que la fuera a buscar. “Toy violada”, le dijo. Cuando ella llegó a la cabaña junto a su pololo, señaló que su amiga se veía muy afectada. No paró de llorar ese día y les pidió que no contaran lo que le había pasado. Todo se mantuvo en secreto hasta que el 12 de octubre, cuando el expololo de Antonia, Rodrigo Canario, la llamó para recriminarla por haber estado con Pradenas. Ella le contó que este la había violado y que estaba tan mal que prefería desaparecer. Canario grabó esa conversación sin su consentimiento, la que terminó en poder de Pradenas, quien luego llamó a Antonia para cuestionar su versión y -según su familia- la amenazó. Al día siguiente, ella se suicidó.
Este relato de la fiscalía no fue suficiente para que el juez de garantía Federico Gutiérrez acreditara el abuso sexual en contra de la joven, porque según él no era posible inferir privación de sentido e incapacidad de oposición. También desestimó la denuncia por violación a una mujer en 2018 y otra por abuso a una niña de 13 años entre diciembre de 2012 y enero de 2013 . Además, sobreseyó dos de los casos (un presunto abuso sexual en 2010 a una joven de 16 años y otro supuesto abuso sexual en 2014 a una mujer de 19) tras decretar su prescripción, ya que no había sentencia en relación a esos casos. Así, el magistrado rechazó su prisión preventiva y le dio arresto domiciliario total.
Su suerte cambió rápidamente. El viernes, luego de que la fiscalía apelara a estas resoluciones, la Corte de Apelaciones de Temuco ordenó su prisión preventiva.
A la fecha, Pradenas nunca ha reconocido participación en los delitos que se le imputan. Antes de la audiencia, incluso, compartió un video a través de redes sociales en el que asegura haber tenido relaciones consentidas con Antonia Barra.
Un informe de la PDI lo describe como una persona que en la esfera de la sexualidad destaca por la pobreza en el control de impulsos; en el plano de los afectos tiene una sobrevaloración de imagen personal, y en el ámbito sentimental tiene “rasgos en la personalidad en la línea de la sicopatía, tales como egocentrismo y baja empatía”.
Momentos clave
La fiesta en la que Pradenas la aborda
Antonia Barra llegó con su amiga Consuelo Uribe a una discotheque en Pucón. Cada una se había tomado una botella de champaña.
En el lugar, Antonia se encontró con Emilio Gobich, quien declaró que en un momento de la noche llegó Pradenas y se llevó a la joven.
Camino a la cabaña y el abuso que acusó
Según la fiscalía, Pradenas se aprovechó del estado de ebriedad de Antonia, la sacó de la discotheque y se la llevó caminando hasta una cabaña que había arrendado con unos amigos.
En el trayecto pararon en un estacionamiento de un supermercado, donde este la habría abusado.
El chat a su amiga: “Toy violada”
Cuando llegaron a la cabaña en Pucón, una testigo dijo ver que Antonia estaba tan ebria que no se podía mantener en pie.
Luego Pradenas y la joven entraron a una pieza y cerca de las 9.00 esta última le dice por WhatsApp a Uribe que la habían violado y que por favor la fuera a buscar.
Llamada de la ex pareja, tres semanas después
Rodrigo Canario, expololo de la joven, la llamó el 12 de octubre para increparla por haber tenido relaciones con Pradenas.
Ella le dijo que la había violado y que quería desaparecer de la vida de todos. Lo mismo le contó por teléfono a su exsuegra.
El llamado de Pradenas a la estudiante
Canario grabó la conversación con Barra, la que llegó a Pradenas. Así, el imputado llamó a la estudiante para cuestionar lo que estaba diciendo, de que él la había violado.
De acuerdo a la familia de la víctima, en esa instancia el imputado habría amenazado a Barra.
Suicidio y primeros hallazgos del caso
El 13 de octubre, la familia de Antonia Barra llegó a su casa en Temuco y encontró el cuerpo de su hija sin vida. Su padre empezó a revisar su celular e inició la investigación de lo que pasó.
Canario y Consuelo Uribe le contaron a su familia lo ocurrido.
Los otros casos que se le imputan
Noviembre 2010: la compañera de colegio
Se trata del caso más antiguo imputado por la fiscalía. Ocurrió a fines de 2010 y en ese entonces la denunciante tenía 16 años. Según su denuncia a la PDI, ella era vecina de Martín Pradenas y ambos acudían al mismo colegio. El imputado faltó a clases y ella le llevó a su casa material, dijo en su relato, y agregó que cuando estaba en la casa del imputado este le pidió ir a una habitación, lugar donde la abordó y habría concretado el abuso.
Verano 2013: la visita a la casa del imputado
La segunda imputación de la fiscalía a Pradenas tuvo su origen en el testimonio de una joven, quien denunció que en el verano de 2013, cuando tenía 13 años, acudió junto a una amiga a la casa del joven. De acuerdo al testimonio, la presunta víctima preguntó dónde estaba el baño y el imputado ofreció guiarla. Sin embargo, de improviso la habría empujado a una habitación y la habría forzado a tener actos de connotación sexual.
Abril de 2014: Carrete de Semana Santa
Durante Semana Santa de 2014, Martín Pradenas y un grupo de amigos acudieron a una fiesta. En esta instancia se hallaba otra de las denunciantes. De acuerdo a esta declaración ante la PDI, ella se encontraba en estado de ebriedad y se fue a acostar. De improviso habría entrado Pradenas a la habitación, quien habría aprovechado la instancia para abusar de ella. Cuando alguien más entró al cuarto, el imputado se escondió bajo la cama.
Noviembre de 2018: La agresión que obligó a ir al hospital
El cuarto hecho indagado ocurrió a fines de 2018. Ahí, según la denunciante, acudió a una fiesta y perdió el conocimiento tras ingerir alcohol. Al día siguiente despertó dolorida y una amiga la llamó para contarle que fue sorprendida manteniendo relaciones sexuales con Pradenas. La joven indicó que solo recordaba el haber sentido dolor y que tenía las muñecas y espalda con lesiones. Ante esto, fue al hospital para que le suministraran la pastilla del día después
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