Chernobyl y el riesgo de un accidente nuclear, la otra preocupación en medio de la crisis ruso-ucraniana

A view shows the Chernobyl Nuclear Power Plant during a tour to the Chernobyl zone
Vista de la estructura de Nuevo Confinamiento Seguro sobre el antiguo sarcófago que cubre el cuarto reactor dañado en la planta de energía nuclear de Chernobyl, en Ucrania, el 3 de abril de 2021. Foto: Reuters

En caso de una eventual invasión, la ruta más corta desde Rusia a la capital de Ucrania, Kiev, es por el norte. Y pasa precisamente por la zona aislada en torno a la siniestrada planta nuclear. Hace dos meses, el gobierno ucraniano desplegó fuerzas adicionales en ese territorio, debido al aumento de las tensiones.


Mientras Estados Unidos ordenó la salida de su personal diplomático no esencial de Ucrania, el Presidente Joe Biden sopesa desplegar soldados norteamericanos en países aliados de Europa del Este y el Báltico y la OTAN pone a sus fuerzas en estado de alerta, las autoridades ucranianas fijan prioridades ante una posible invasión rusa a su territorio. Así, una de los objetivos, según The New York Times, es la defensa de la zona aislada en torno a la central de Chernobyl, donde la fusión de un reactor en 1986 provocó el peor desastre nuclear de la historia.

Si bien la mayor parte de la atención suscitada por una posible invasión rusa se centra en la acumulación de tropas y las hostilidades diarias en el Este, la ruta más corta desde Rusia a la capital de Ucrania, Kiev, es por el norte. Y pasa precisamente por la zona aislada en torno a la siniestrada planta nuclear, destaca el diario norteamericano.

A view shows the abandoned city of Pripyat
Vista de la ciudad abandonada de Pripyat cerca de la planta de energía nuclear de Chernobyl, en Ucrania, el 12 de abril de 2021. Foto: Reuters

Hace dos meses, el gobierno ucraniano desplegó fuerzas adicionales en la zona, debido al aumento de las tensiones con Rusia y Bielorrusia, un aliado del Kremlin cuya frontera está a ocho kilómetros del reactor siniestrado y donde Rusia recientemente ha desplazado tropas. Los efectivos desplegados en esa región, conocida como la Zona de Exclusión de Chernobyl, no serían suficientes para rechazar una invasión, si eso llegara a suceder; pero están allí para detectar señales de advertencia.

Se trata de una zona donde todavía existe un bosque radiactivo, lo que obliga a las fuerzas de seguridad ucranianas a llevar tanto armas como equipos para detectar la exposición a la radiación. “Recogemos información sobre la situación a lo largo de la frontera” y la transmitimos a las agencias de inteligencia de Ucrania, dijo el teniente coronel Yuri Shakhraichuk, del servicio de guardia de fronteras ucraniano. “No importa si está contaminado o si nadie vive aquí”, afirma. “Es nuestro territorio, nuestro país, y debemos defenderlo”.

El concepto de la Zona de Exclusión de Chernobyl, cuando las autoridades soviéticas la establecieron hace tres décadas, era limitar, mediante el aislamiento, la letalidad del accidente de la central nuclear, recuerda el Times. Y es que la explosión e incendio del reactor número 4 de la central nuclear de Chernobyl durante una prueba el 26 de abril de 1986 liberaron unas 400 veces más radiación que el bombardeo de Hiroshima.

An employee walks at a control centre of the damaged fourth reactor at the Chernobyl Nuclear Power Plant
Un empleado camina en un centro de control del cuarto reactor dañado en la planta de energía nuclear de Chernobyl, en Ucrania, el 25 de marzo de 2021. Foto: Reuters

Las partículas radiactivas que quedaron en el suelo o atrapadas bajo la estructura de contención del reactor destruido mientras se descomponen lentamente supondrían poco riesgo para los soldados, siempre que no permanezcan en zonas altamente irradiadas. Pero el terreno debe ser abandonado, en algunos lugares durante cientos de años.

La zona de Chernobyl abarca unos 2.600 kilómetros cuadrados a lo largo de la ruta directa más corta desde la frontera bielorrusa hasta Kiev. Aunque no es necesariamente la ruta de invasión más probable desde el norte, porque es pantanosa y densamente boscosa, Ucrania no la descarta. El riesgo de que una guerra extienda aún más la radiación parece mínimo, afirma el diario estadounidense. Pero un objeto en la zona es especialmente vulnerable: un nuevo arco de acero inoxidable de US$ 1.700 millones sobre el reactor destruido, pagado en su mayor parte por Estados Unidos y unos 30 países más. Se terminó de construir en 2016 para evitar la propagación de polvo altamente radiactivo.

“La amenaza es real”

Sin embargo, Craig Hooper, columnista de Forbes y experto en evaluación de amenazas a la seguridad nacional, cree que “la amenaza es real”. “Pocos observadores señalan que una invasión de Ucrania podría poner los reactores nucleares en la primera línea del conflicto militar”, advierte.

“Ucrania depende en gran medida de la energía nuclear, mantiene cuatro plantas de energía nuclear y administra el sitio nuclear destruido en Chernobyl. En una guerra importante, los 15 reactores de las instalaciones de energía nuclear de Ucrania estarían en peligro, pero incluso una incursión rusa inconexa en el este de Ucrania probablemente exponga al menos seis reactores activos a la incertidumbre de un entorno de combate terrestre”, escribió Hooper.

Según el experto, la planta de energía nuclear Zaporizhzhia de Ucrania es un riesgo particular. Es la segunda planta de energía nuclear más grande de Europa (esencialmente vinculada con un complejo de reactores francés cerca de Calais) y una de las 10 plantas de energía nuclear más grandes del mundo. El sitio tiene poca protección y los seis reactores de agua a presión VVER-1000 podrían verse envueltos fácilmente en cualquier invasión rusa.

“Si llega la guerra, la lucha estará cerca”, apunta Hooper. La planta de energía nuclear de Zaporizhzhia se encuentra a solo 193 km de la actual “línea del frente” en la región de Donbás y se encuentra en la orilla este del río Dniéper, una zona difícil de defender, detalla. Aparte de los peligros geográficos, la planta de energía proporciona alrededor de una cuarta parte de la energía eléctrica total de Ucrania. “Dada la importancia de la electricidad, los gerentes de la planta se mostrarán reacios a cerrarla, asegurando los reactores solo en el último segundo posible. La necesidad desesperada de energía de Ucrania solo aumenta las oportunidades de un accidente”, advierte.

Pese a ese riesgo, señala Hooper, parece poco probable que Rusia haya movilizado operadores de reactores capacitados y preparado equipos de gestión de crisis de reactores para hacerse cargo de cualquier central eléctrica “liberada”.

De hecho, el embajador de Ucrania en Reino Unido, Vadym Prystaiko, dijo en diciembre que un ataque de Rusia podría provocar desastres nucleares como el de Chernobyl. “Somos los segundos por número en centrales nucleares, después de Francia. Entonces, si algo sucede, recordaremos a Chernobyl”, comentó el diplomático a la emisora británica GB News.

Prystaiko no dio detalles de cómo una campaña militar rusa podría dañar los sitios nucleares, pero pareció sugerir que podrían quedar atrapados en los combates. Ucrania solía albergar una gran parte del arsenal nuclear soviético, pero entregó las armas en los años posteriores a su independencia en 1991 y retuvo solo sitios nucleares civiles.

“No quiero usar palabras grandilocuentes como la Tercera Guerra Mundial, pero si sucede algo grande, lucharemos hasta la muerte”, dijo Prystaiko. “Somos una nación de 40 millones, la catástrofe será enorme”, comentó.

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