Colo Colo, el club irascible: una máquina de generarse expulsiones
El sábado, en el partido frente a Palestino, los albos mostraron lo peor de su carácter. Quinteros se fue expulsado nuevamente (van tres rojas ya como albo)y hoy el Tribunal de Disciplina verá su castigo y los que podrían recibir los otros involucrados en los reclamos al juez Fernando Véjar.
Apenas Fernando Véjar termina el partido entre Colo Colo y Palestino, los jugadores albos se le van encima. La transmisión televisiva muestra en vivo los reclamos de los futbolistas, que aún no logran entender por qué el juez dejó sin sanción un penal sobre Gabriel Costa, que durante el partido también habían reclamado profusamente. Leonardo Gil es el más exaltado, aunque, al menos en la cancha, el volante nunca cae en la grosería. Exige respeto para el Cacique, en su condición de equipo grande.
Poco después de la acción entre Costa y Cristián Suárez, Gustavo Quinteros había sido expulsado. En su informe, Véjar justifica la decisión en el uso de artículos electrónicos, puntualmente una tablet, para reclamar por decisiones referiles. Añade que el entrenador incurrió en comportamientos inapropiados para exigir la intervención del VAR como justificación para la medida.
Tanto Quinteros como Gil, pueden ser objeto de sanciones por parte del Tribunal de Disciplina, que sesiona esta noche, en la medida en que la corte que preside Exequiel Segall acoja los argumentos que Véjar plasmó en su informe. En el caso del entrenador, pesan en su contra los antecedentes que ha acumulado desde que llegó a Macul. Por torneos nacionales, ha dirigido téoricamente a los albos en 32 partidos (30 del torneo nacional). Pero en realidad lo hizo en 27 (25), si se descuentan los cinco en los que ha estado sancionado. Porque en tres de ellos fue expulsado. Vale decir, en uno de cada nueve ve la roja. Por la temporada anterior, le aconteció el 14 de noviembre, también ante Palestino, y el 3 de enero, frente a Antofagasta, en una incidencia que incluyó un gesto obsceno. Recibió dos y tres partidos de suspensión, respectivamente. La del sábado, frente a los árabes, es la primera ocasión en que tiene que salir de la banca antes de tiempo en el actual torneo.
El estilo de Quinteros al borde de la cancha saca de quicio a los árbitros. Tanto el estratega como sus colaboradores suelen reclamar los cobros insistentemente y a viva voz, acciones que la soledad de los estadios producto de la pandemia ponen en evidencia. “Efectivamente, se perdió un poquito, por parte de algunos técnicos, eso de entender que ellos cumplen una función en el campo de juego y dentro de ella no está protestar cada decisión del árbitro. De hecho, la regla del juego sí establece que el director técnico, el cuerpo técnico, los oficiales de la banca deben cumplir con un comportamiento adecuado. Desde ese entendimiento, sumado a que hoy todo se escucha, así como nos tuvimos que adaptar a la tecnología y hacer entrevistas vía Zoom, también van a tener que adaptarse a que cada grito y cada situación de reclamo es escuchada y si el árbitro considera que el comportamiento no es el adecuado, va a tomar las medidas disciplinarias que correspondan”, declaró, en marzo, el presidente de la Comisión de Árbitros de la ANFP, Jorge Osorio a El Deportivo, aunque sin aludir directamente al ex seleccionador de Bolivia y Ecuador. Antes, Gustavo Poyet, técnico de la UC, mostró su sorpresa porque en Chile se reclamaba por todo.
En la cancha, la cifra de expulsiones se amplía. En los siete encuentros que van desde que comenzó el torneo, los albos suman dos tarjetas rojas: la de Matías Zaldivia, en el choque frente a O’Higgins y la de Gabriel Suazo en el Superclásico frente a la U. En el del año pasado, acumularon cuatro. Una de ellas, la de Juan Manuel Insaurralde en el partido frente a Cobresal, que se jugó en enero de este año, se produjo por reclamar estando en el banco. Otra muestra del incontrolable carácter albo.
La paradoja es que Quinteros dice que su pauta de actuar es que reserva el puesto a los jugadores que se lesionan, pero no a los que son expulsados. Y en ese sentido, a la vista está, el técnico no es un buen ejemplo.
El informe
El árbitro consignó en su informe que en el vestuario la situación subió de tono. En el caso de Gil, por ejemplo, cuenta una escena en detalle. “Sale del camarín de su equipo, en ropa interior y sin mascarilla, de una forma desafiante y prepotente comienza a gritar ‘hasta cuándo nos van a cagar, todos los árbitros nos vienen a cagar, nos tienen que respetar, somos un equipo grande’. Teniendo que ser controlado por sus compañeros y personal de seguridad”, explica respecto de la reacción que tuvo el volante.
En el sector de vestuarios, la temperatura es alta. Las pulsaciones no caen. Véjar denuncia que el utilero del Cacique, Nelson Pizarro, también incurrió en excesos. “El utilero de Colo Colo, en el sector de camarines y sin usar mascarilla, encara a la cuaterna arbitral diciendo ‘medio penal que se comieron, hueón, por qué no cobraron esa, hueón’. Además, desafía a pelear al cuarto árbitro y al árbitro asistente número uno”, relata. Y repara en que al llegar al camarín lo encontraron cerrado, con candado y debieron esperar cinco minutos para su apertura. Ese intertanto estuvo matizado por los insultos que recibían de los funcionarios albos que habían llegado al sector. “Nadie la tiene”, fue la respuesta que recibieron los jueces cuando consultaron por la llave de la dependencia. La situación expone a un castigo al estadio Monumental.
En la planilla que Véjar pone a disposición del Tribunal de Disciplina, que hoy podría determinar drásticas sanciones, también hay un capítulo para la conducta de Gustavo Quinteros. En su caso, Véjar describe de esta forma el origen de la decisión: “Es expulsado el DT de Colo Colo, Sr. Gustavo Quinteros, por utilizar equipos electrónicos para reclamar cobros referiles”. Y añade: “Además de comportarse de modo inapropiado, haciendo gestos de la señal del VAR y gritando ‘árbitro, cuarto, hay que revisar, la tienes que ir a revisar’, después de revisar una tablet”.
Con Salas era lo mismo
Hay que decir, en todo caso, que el perfil confrontacional de la banca y el plantel albo no solo se encuadra en el período de Quinteros. Ya desde la época en que el cuadro albo era dirigido por Mario Salas, los problemas con los jueces resultaban recurrentes, como también los excesos en los vestuarios o en el camino hacia ellos.
De hecho, una de las actitudes más repudiables del Comandante durante su paso por Macul se produjo en el que debió ser uno de sus momentos más felices: la victoria frente a Universidad de Chile, en el Superclásico de 2019. En esa oportunidad, mientras sus jugadores celebraban la victoria frente al archirrival, que había tenido el añadido del récord de Esteban Paredes, quien superaba a Francisco Valdés como el máximo goleador histórico del fútbol chileno, Salas se giró hacia la tribuna Océano para hacer callar a los hinchas y dedicarles un gesto obsceno, conocido como corte de mangas. Esa vez, como ahora Quinteros, tuvo que explicar su acción frente al Tribunal de Disciplina. Recibió una fecha de sanción.
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