Cómo Coyhaique se transformó en un “laboratorio urbanístico” que busca planificar su crecimiento a 30 años plazo
Un proyecto dirigido por la Corporación Ciudades escuchó durante un año las propuestas de 100 representantes de distintos sectores de la comunidad para identificar cuatro grandes desafíos que enfrenta la capital regional de Aysén. El proyecto es un 'experimento' que para los expertos puede ayudar a repensar la planificación de grandes ciudades de Chile.
A un verdadero experimento o laboratorio urbanístico decidió someterse la ciudad de Coyhaique, capital de la región de Aysén, buscando planificar y proyectar su crecimiento en un plazo de 20 a 30 años.
Fue a mediados de 2021 cuando el municipio -que dirige el alcalde Carlos Gatica (DC)- se acercó a la Corporación Ciudades, luego de que grupos de vecinos plantearan la inquietud de imitar la planificación del crecimiento de la ciudad que había realizado Punta Arenas unos meses antes.
Y el trabajo comenzó ese mismo 2021, cuando esta corporación, junto a la Cámara Chilena de la Construcción local (CChC), la Universidad Católica y Techo-Chile, comenzaron a trabajar en el proyecto “Coyhaique: La ciudad que queremos”, iniciativa que funcionó durante un año con el fin de recabar propuestas hechas por los propios habitantes para generar una mayor calidad de vida en la zona.
A través de una mesa de trabajo en donde participaron más de 100 representantes de distintos sectores de la ciudad, en diciembre de 2022 se entregaron 40 propuestas en torno a cuatro materias específicas que servirán como hoja de ruta para futuras decisiones territoriales en la zona: movilidad y accesibilidad, medioambiente, desarrollo urbano y arte, cultura y patrimonio.
Para el alcalde de la zona, el proyecto impulsa una “ciudad joven” a través de propuestas desde la misma ciudadanía en cosas que ellos mismos quieren para no perder la identidad.
“Coyhaique es una de las ciudades más jóvenes de Chile, con menos de 100 años de historia. Cuando sucede esto, generalmente las herramientas de planificación territorial son pensadas para ciudades más grandes y no una comunidad más pequeña como la nuestra. Frente a esto es que nosotros, junto a actores del sector privado quisimos hacer algo distinto y romper el paradigma de desarrollo para crear una ciudad ordenada que pueda crecer bajo una estructura clara”, sostuvo el edil.
Ejemplo de planificación chilena
Con una experiencia de planificación previa en Punta Arenas, en 2021 la Corporación Ciudades colaboró con el Gobierno Regional con el fin de construir una visión de ciudad de largo plazo -a través de mesas de trabajo en conjunto- para visualizar cómo están conformadas las distintas urbes y los sectores donde está emplazada su población y así tener una mejor perspectiva de lo que se puede mejorar, en términos urbanísticos, sociales y económicos.
De forma rápida, la idea llegó hasta la región de Aysén en agosto de 2021 para planificar la ciudad de 57.818 habitantes con proyectos de infraestructura que pudiesen proyectar a la comuna a 30 años.
Así, las organizaciones generaron una consulta ciudadana que tuvo 2.103 participantes para establecer un norte sobre a dónde deberían ir apuntadas las mejoras. Lo que luego se complementó con una mesa ciudadana conformada por el alcalde de la comuna, el Gobernador Regional, miembros del Ministerio de Obras Públicas, la Seremi de Vivienda, organizaciones del mundo público-privado y actores de la sociedad civil quienes unificaron todos los desafíos del sector.
Fernando Pérez, director de Proyectos Corporación Ciudades, define la iniciativa como un proyecto “interesante e inédito en Chile” porque “generalmente los instrumentos de planificación en Chile no planifican la ciudad a más de 10 años y este, en cambio, es un proyecto que busca que las ciudades vayan más allá de los periodos políticos y que permitan a la ciudadanía comprometerse y ser partícipe de decisiones que en el fondo van a entregar soluciones a la ciudad para proyectos de gran envergadura”.
Las principales necesidades identificadas por la población fueron la urgencia de obras que promuevan el crecimiento y densificación de la ciudad, así como la implementación de directrices de cómo se deben desarrollar los barrios nuevos y potenciar los antiguos, entre ellas, levantar viviendas en altura media y la creación de un plan de viabilidad que reconozca al peatón y al ciclista.
Ricardo Abuauad, arquitecto de la Universidad Católica y decano del Campus Creativo UNAB, concuerda con Pérez al sostener que “este es un ejemplo de cómo debería hacerse la planificación chilena”. Esto porque, según explica el experto, las políticas nacionales de desarrollo urbano deberían contemplar una planificación integral a través de una mesa ciudadana que siente a diferentes actores a discutir frente a un conjunto de principios.
“Por eso defino este proyecto como un laboratorio que podría servir como ejemplo para otras ciudades, como Valparaíso o el centro de Santiago, que hace años que experimentan graves crisis de territorialidad. Es necesario un acuerdo ciudadano que permita construir una mejor ciudad”, recalca.
Los cuatro desafíos
Dentro de los cuatro desafíos de la ciudad se encuentra la movilidad. Según Pérez, esta es una ciudad en donde se hace imposible cruzar de extremo a extremo puesto que eso tomaría de 40 a 50 minutos caminando, lo que se hace difícil de encontrar en una capital regional, por la escala y la cantidad de gente. Sumado a esto es que surge el problema de que no hay ciclovías en la ciudad. “Es una ciudad en que sus habitantes y autoridades también reconocen la necesidad de seguir potenciando la movilidad activa, es decir, la bicicleta y la caminata”, añadió.
Otro de los desafíos que tiene la ciudad es en cuanto a sus servicios, los que se encuentran concentrados y que obligan a tener que desplazarse por largos tramos solo para conseguir un supermercado, hospital o farmacia. Frente a eso, el plan busca generar nuevos subcentros y densificación dentro de la ciudad, tratando de evitar que la ciudad siga creciendo.
En materia de patrimonio, la comuna tiene un peso cultural “muy rico”, pero que es invisible por la comunidad. Frente a eso es que a través de rutas patrimoniales y zonas de conservación se busca recuperar el sello desde la cultura para fortalecer el peso de la comuna como capital regional.
A esto también se suma el paisaje natural que es percibido por la comunidad como “lejano”, puesto que la naturaleza solo se puede mirar desde las ciudades o fuera de estas. El desafío estás en integrar la naturaleza dentro de las ciudades.
Pese a que el plazo de la realización de las propuestas es de 20 a 30 años, también se contemplan medidas a corto, mediano y largo plazo, además de instrumentos de gobernanza.
“Para este 2023 nosotros como municipio nos comprometimos a generar las ciclovías de la comuna para mejorar el sistema de movilidad de los vecinos. El proyecto ya fue aprobado y hoy también estamos a la espera de la Recomendación Satisfactoria (RS) para mejorar el sector Alto de Coyhaique a través de una inversión de $ 620 millones”, mencionó el alcalde.
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