Cómo La Moneda ha tenido que redoblar esfuerzos para llenar la prolongada ausencia de Uriarte
En el gobierno aseguran que la ministra -quien sufrió un cuadro de Covid en la primera semana de enero, según ella misma informó en su momento- estará con licencia por al menos dos semanas más, dado que sigue con síntomas como anemia y molestias respiratorias.
El miércoles 15 de marzo fue la última vez que la ministra secretaria general de la Presidencia, Ana Lya Uriarte (PS), concurrió al Congreso.
Ese día, el Senado eligió por una mayoría transversal (salvo una abstención) a Juan Antonio Coloma (UDI) como nuevo presidente de la corporación, tras el período del socialista Álvaro Elizalde.
En aquella sesión, Uriarte se veía contenta. Tras la votación de los senadores, aplaudió y felicitó al nuevo titular de la Cámara Alta, quien -a pesar de las diferencias políticas- ha desarrollado una fluida comunicación con la ministra y con la subsecretaria general de la Presidencia, Macarena Lobos (independiente).
Una vez que Coloma tomó ubicación en la testera, la secretaria general de la Presidencia (Segpres) usó la palabra para referirse al proyecto que establece una cuenta única para el cobro de peajes. Sin embargo, también aprovechó de saludar al recién asumido presidente del Senado: “Muchas gracias, señor presidente. Con mucho agrado de iniciar esta nueva relación con esta nueva mesa”, dijo Uriarte.
Al día siguiente, la ministra también estuvo en la visita protocolar que hizo Coloma y el nuevo vicepresidente de la corporación, Francisco Huenchumilla (DC), al Presidente Gabriel Boric. Luego concurrió a la Comisión Experta que está redactando el nuevo texto constitucional a exponer la visión del Ejecutivo.
No obstante, a la semana siguiente (del 20 al 26 de marzo), Uriarte debió ausentarse por razones de salud.
En el gobierno aseguran que la ministra -quien sufrió un cuadro de Covid los primeros días de enero, según ella misma informó en su momento, por el que se ausentó una semana- estará con licencia por al menos dos semanas más, dado que sigue con síntomas como anemia y molestias respiratorias. Esta semana debería tener un diagnóstico más claro, pero sigue en proceso de exámenes.
Según las mismas fuentes, la secretaria de Estado ha estado desconectada, enfocada en su recuperación, aunque en permanente contacto con el Presidente Boric.
Uriarte, a su vez, está tranquila -según quienes han conversado con ella- porque ha visto que sus equipos están desplegados, pese a su ausencia.
Lobos toma el control
En semanas que han sido intensas en el plano legislativo, Lobos tomó la jefatura del ministerio en ausencia de Uriarte y el jefe de la División de Relaciones Políticas de la Segpres, Nicolás Facuse (PS), asumió como subsecretario subrogante.
De hecho, en la semana del 20 al 26 de marzo, período en que comenzó la licencia de Uriarte, la Cámara afrontó una delicada discusión por los autopréstamos con fondos previsionales, que tenían similitudes con las anteriores reformas de retiros, pero con la diferencia de que el cotizante se comprometía a reintegrar el dinero girado.
Aunque en el Ejecutivo existía una relativa confianza de que el proyecto de autopréstamos no tendría los votos suficientes, no estaban dispuestos a correr riesgos después de la inesperada derrota por el rechazo a la idea de legislar de la reforma tributaria, el pasado 8 de marzo.
Por ello, las gestiones de Lobos para alinear al oficialismo fueron redobladas por los ministros Mario Marcel (Hacienda), Jeannette Jara (Trabajo) y Carolina Tohá (Interior).
Esa labor reforzada tuvo resultados, pues la reforma de los autopréstamos se rechazó con amplia mayoría, propinándole la mayor derrota legislativa a los legisladores partidarios de los retiros previsionales.
La agenda política, sin embargo, volvió a cambiar radicalmente con el asesinato de la sargento de Carabineros, Rita Olivares, lo que llevó al presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic (liberal) a suspender la semana distrital, que implica un receso legislativo para favorecer el trabajo en los territorios.
En vista del nuevo brío que adquiría la agenda de seguridad, Lobos sostuvo conversaciones con todos jefes de bancada en la Cámara para sondear posiciones el domingo 26 de marzo. A esas alturas, La Moneda ya tenía claro que las llamadas leyes Nain (que aumenta penas) y Retamal (que incluye un paquete de medidas para reforzar y proteger la labor policial) eran lo más complejo. De hecho, ambas iniciativas nunca contaron con patrocinio ni tuvieron urgencia de parte del Ejecutivo.
Lobos intentó convencer a los representantes políticos de que el tema más delicado de la agenda -la presunción de uso justificado de armas por parte de funcionarios en casos extremos- debía tratarse en una reforma aparte sobre Reglas de Uso de la Fuerza, que el gobierno estaba preparando para dar un estatuto nuevo no sólo a policías, también a militares desplegados en tareas de orden y seguridad interna.
La fundamentación de la ministra subrogante no dio frutos. Y al final la controvertida disposición denominada “legítima defensa privilegiada”, que era apoyada por el PS y resistida por el PC y el Frente Amplio, fue aprobada por la Cámara dentro de las fusionadas leyes Nain-Retamal.
Además de tomar la conducción de las negociaciones en el Congreso, Lobos ha participado de todos los comités políticos, incluyendo los encuentros ampliados en el que participan los representantes de partidos oficialistas.
También ha estado en reuniones con los jefes de bancada de ambas cámaras. El sábado, de hecho, participó de la sesión de la Comisión de Seguridad del Senado, donde se incorporaron enmiendas a la ley Nain-Retamal que por estos días revisa la Cámara Alta.
El rol de experto de Cordero
En medio de la ausencia de Uriarte, ha llamado la atención del oficialismo el rol activo que ha asumido el ministro de Justicia, Luis Cordero.
Él mismo se sorprendió cuando la semana pasada, tras el asesinato de la sargento Rita Olivares, la ministra Tohá le pidió que se sumara a la reunión con los presidentes de la Cámara Baja y el Senado.
En el gobierno explican que la jefa del gabinete se ha apoyado en los conocimientos técnicos de Cordero, sobre todo, en materias como el Código Penal y las Reglas del Uso de la Fuerza. De hecho, el ministro fue quien diseñó la estrategia de las indicaciones que presentó el Ejecutivo. Él desde un inicio propuso que la propuesta de legítima defensa privilegiada fuese llevado al Código de Justicia Militar, en vez del Código Penal, como proponían los diputados.
Desde el miércoles pasado, Cordero entró a reforzar las gestiones de Tohá y Lobos con parlamentarios y se espera que hoy nuevamente se despliegue en el Congreso. Esta mañana -sin ir más lejos- tuvo una reunión de coordinación con Interior y Segegob en torno a la estrategia legislativa.
En La Moneda, en todo caso, aseguran que Cordero es un activo en estos momentos, dadas sus cualidades técnicas y políticas.
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