Cómo la senadora Provoste se ha convertido en la principal enemiga pública del ministro Cataldo (y del gobierno) en temas de educación
La parlamentaria DC ha sido una verdadera piedra en el zapato no solo para el secretario de Estado, sino que para el Ejecutivo en general, con una agenda marcada en la que permanentemente critica el accionar del Mineduc, sus titulares y La Moneda.
Quienes estuvieron presentes este miércoles en la ceremonia de egreso de la Escuela Naval Arturo Prat dicen que la interacción entre el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, y la senadora Yasna Provoste (DC) bien refleja lo que ha sido su relación durante este último tiempo: distante, fría y tensa.
Lo anterior ha quedado de manifiesto cada vez que al secretario de Estado le ha tocado interactuar con la parlamentaria, principalmente en el Congreso, en casi todas las cuales la democratacristiana ha aprovechado las instancias para ironizar y criticar, a veces duramente, la labor del titular de Educación, pero antes la de Marco Antonio Ávila (RD) y en otros momentos el desempeño del gobierno en general cuando de educación se trata. Con una agenda en esa materia bien marcada, la también exministra de Educación se ha ido transformando en la principal voz opositora en la materia. Y en una verdadera piedra en el zapato, ahora, para Cataldo.
Sin ir más lejos, este miércoles, el mismo día en que se topó con el ministro en la Escuela Naval, Provoste abordó la idea del gobierno de adelantar la entrada en funcionamiento del SLEP Chiloé del 30 de junio de 2024 al 1 de marzo de 2024 para enfrentar la crisis de los colegios municipales, especialmente los de Ancud, donde el alcalde Carlos Gómez fue inhabilitado de por vida por la Superintendencia de Educación para ejercer como sostenedor. En ese contexto, la vallenarina dijo que “acabamos de suscribir un compromiso de hacer una pausa, no se entiende (...) Pareciera que la mayor preocupación es que como estos traspasos van a permitir colocar 500 nuevos funcionarios públicos y el gobierno se va a acabar, entonces hay que colocar 500 amigos allí... y se usa como objetivo central la situación financiera de los municipios y no los aprendizajes de los estudiantes”.
Palabras como esas, en todo caso, no son nuevas. Ni mucho menos el tenor en que las ha ido dando. En octubre, por ejemplo, en medio de la crisis educativa en el SLEP Atacama, en una sesión en la Comisión de Educación de la Cámara Alta para analizar la situación, apuntó sus dardos directamente al secretario de Estado: “A mí me parece bien insólito, porque yo hubiese esperado, ya a 50 días, que el ministro (Cataldo) hubiese dado una respuesta, no le digo que dé respuesta a todos los temas que han planteado, por una parte, los dirigentes del Colegio de Profesores de Atacama, o el dirigente de la Asociación de Funcionarios del Servicio Local, o sea, hemos escuchado todo este momento... uno siente que seguimos en Marte, sigue en otro planeta”.
Y una semana después de eso, sobre el plan de retorno a clases en la región propuesto por el Mineduc, señaló que “como lo hemos visto durante este tiempo, está muy alejada de la realidad. ¿A qué escuela vamos a volver? Si en las escuelas todavía los trabajos -y ellos lo debieran saber- ni siquiera han comenzado, porque ellos han perdido mucho tiempo”.
No solo a la gestión de Cataldo ha criticado con dureza. Antes también fue a Ávila. “Han sido 17 meses perdidos en materia educativa”, dijo una vez hecho el cambio de gabinete que terminó con el profesor fuera de la cartera, a quien antes ya le había dicho que, a propósito de la desmunicipalización, “echarle la culpa al gobierno anterior cuando se llevan 13 meses de gobierno, es un poquito mucho” y que “lo peor que le puede pasar a la educación es comenzar a tratar de justificarse de manera tan mediocre”. Asimismo, también había señalado que era “una obligación (del gobierno) mejorar la gestión educativa”.
Igual de dura y protagonista fue durante las negociaciones por el presupuesto que terminaron pausando la desmunicipalización escolar, algo por lo que públicamente ha peleado y donde se tuvo que ver las caras, otra vez, con el ministro. “A veces hubo situaciones incómodas y a veces hubo situaciones que no, pero tiene que ver con el debate político. No creo que sea algo particular de esta relación. Siempre hay alguien que está particularmente involucrado y preocupado y que genera más presión y más tensión para avanzar en los temas que son de su interés. En eso no hay problema, se ejerce el rol que le corresponde como parlamentario. Es comprensible que quieran forzar y maximizar su capacidad en la toma de decisiones”, dijo al respecto Cataldo.
Pero, ¿a qué se deben estos constantes dardos al actual ministro, Ávila y el gobierno?
Por un lado, conocedores de la relación señalan que Provoste tenía la idea de ser “más considerada” por el gobierno en materia educativa. Una suerte de Pepe Grillo constante, sobre todo después de haberle dado su apoyo público a Gabriel Boric para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Pero esto, leen desde su entorno, no ha sido así, lo que la ha llevado a ponerse más dura con el Ejecutivo, donde de aliada la comenzaron a ver como contrincante por sus “varias señales” en esa línea. Ni siquiera convocarla para el Consejo para la Reactivación cambió la sensación de uno y otro lado.
Esos “desaires”, agregan las mismas fuentes, no serían nuevos desde el gobierno, trayendo a colación lo que ocurrió en los días previos al balotaje entre el Mandatario y José Antonio Kast, cuando hubo dos hitos que molestaron a la parlamentaria: que ante la dificultad de coordinar su agenda con la del entonces candidato Boric, desde el comando le ofrecieran a ella un Zoom con la jefa de campaña, Izkia Siches. “Lo más parecido a un ninguneo”, se dijo esa vez. Lo segundo fue que el abanderado se reuniera personalmente con la excandidata del Partido Socialista Paula Narváez. La señal fue leída como una “afrenta” a la senadora por Atacama, quien venció a la exministra en la consulta de Nuevo Pacto Social y luego acusó que la socialista nunca la respaldó.
Hay también otro hecho que marcó la relación con el ministro: el 13 de septiembre de 2023 el conflicto político estalló. El paro llevaba poco, eran las 3 de la mañana y Cataldo, la diputada Daniella Cicardini (PS), autoridades de la zona y los gremios y comunidades escolares afectados terminaban una discusión que dejó compromisos, pero que también desató el enojo de los que no estuvieron: la senadora Provoste y el diputado Juan Santana (PS).
Desde ahí los problemas entre el ministerio y esos parlamentarios sólo fueron creciendo y las acusaciones cruzadas por las contrataciones en el SLEP Atacama fueron evidenciando, señalan algunos entendidos, las disputas electorales. Por ejemplo, en el Mineduc muchos creían fervientemente que la responsabilidad de la crisis debía caer en el exdirector del servicio Luis Adasme (DC), contratación que se atribuye a Provoste, de quien es cercano. Que se le tratara de ligar una responsabilidad en la crisis también molestó a la senadora, quien, acorde a quienes supieron del hecho, reaccionó con enojo cuando se enteró que por esa fecha el ministro viajaría a Atacama y no la tenía considerada en la agenda en su región. No pocos en el entorno de ella señalan que esto fue visto incluso como una traición, aunque también reseñan que la relación entre ambos no era de las mejores desde antes de este periodo presidencial, de la época de Cataldo como asesor legislativo.
Como se ha dicho, hay además un factor electoral. O eso al menos creen en las entrañas de la cartera educativa y también quienes están más del lado de Cataldo en el Congreso. Dicen, de hecho, que Provoste ha seguido esta estrategia para “estar marcando” constantemente de cara a las próximas elecciones, donde la diputada Cicardini termina su tercer periodo y podría competirle en la senatorial a la representante de la DC.
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