Con la meta del primer millón lista, Piñera se vacuna pasado mañana: ahora el gobierno espera “tiempos mejores” para su último año

Piñera Vacunas

El Presidente recibirá su primera dosis de Sinovac en el sur, donde pasa sus vacaciones. Será una actividad oficial porque se prepara un punto de prensa. Si el celebrado proceso de inmunización sigue avanzando rápido y el combate al virus también, y si eso repercute en mejores índices de empleo, su gente cree que tiene una chance de que el último cuarto de su gobierno cierre con otra cara... y que la carrera presidencial no le dé la espalda. Las y los ministros esperan definiciones para saber cuándo les toca.


Después del triunfo de haber alcanzado un día antes de lo previsto la meta volante del primer millón de personas que han recibido su primera dosis -aunque la fase final la ejecutan la atención primaria y municipios-, ahora La Moneda prepara el próximo hito político. El Presidente Sebastián Piñera (71) será vacunado este viernes, el día que le toca por edad, y eso será una actividad oficial porque se prepara un punto de prensa. Con estos dos hechos y lo que venga en adelante se abre para el gobierno, explican distintas autoridades, un tragaluz de esperanza pensando en los trece meses y un día que le quedan.

Hasta ahora está planificado que Piñera se vacune -siempre y cuando no haya cambios sobre la marcha- en el Cesfam de alguna localidad cercana al Lago Ranco, donde pasa sus últimos días de vacaciones; podría ser Futrono u otra. El dato es más o menos vox populi en la Casa de Gobierno, más allá de que a algunos les preocupe por seguridad. Desde su descanso grabó ayer un video que se difundió anoche en noticieros de TV celebrando la meta del millón, tal como lo expresó en Twitter. La cifra esperaban alcanzarla hoy pero el rápido ritmo de la campaña apuró tiempos; Enrique Paris pensaba en que daría la noticia hoy y no ayer, cuando tuvo que volver de improviso a Palacio.

Con eso se despejaron las dudas que se tenían hasta ayer o anteayer -si el Presidente regresaría mañana o el viernes temprano a Santiago para ser vacunado acá- y se prepara la actividad de rigor, que en el gobierno anticipan que será “muy sobria” y “sin aspavientos”, centrada, según algunas versiones, en insistir en transmitir confianza en la vacuna (hay hasta un candidato a constituyente que se declara antivacuna y antipandemia). Piñera recibirá una dosis fabricada por la firma china Sinovac, no Pfizer, aclara una autoridad.

Antes de esto, él tuvo tres opciones que llegó a conversar y analizar con algunos ministros, cuentan en el Ejecutivo. Una, ser el primero-primero para dar una señal de confianza; se desechó por razones obvias. Dos, no ser el primero y dejar que se comenzara con los mayores y grupos de riesgo, pero no esperar a su turno por rango etáreo bajo el argumento político de asegurar la conducción del país sin contratiempos, idea que no convenció. Tres, hacerlo como lo va a hacer: cuando le toca y no dar ningún margen a que lo cuestionen por “saltarse la fila”.

Aunque algunos de sus colaboradores dicen estar conscientes de que lo criticarán por hacer un acto público de su vacunación, insisten en que eso no les desvela. Desde que comenzó la campaña (24 de diciembre con los grupos de riesgo) que sus asesores han explicado a La Tercera PM que además de la batalla sanitaria acá, se persigue el objetivo político de que Piñera revierta su magro respaldo. Con la meta del millón de vacunados eso se hace más patente ahora que entra a su último año en el poder.

Además, en Palacio han dado a entender varias veces que el mandatario se ha ganado el derecho a encabezar la lucha por la pandemia después de liderar la saga de conseguir ventiladores en el extranjero, que logística, diplomática y comercialmente es casi un calco de lo que se ha hecho para asegurar millones de dosis de vacunas.

En Presidencia han explicado que en la medida de que todo el proceso siga siendo exitoso, eso debería mejorar sus números en atributos como liderazgo, capacidad de resolver problemas y anticiparse a estos. La vacunación -con un ritmo que ha sido destacado en distintas gráficas comparativas con otros países- deja a Piñera, observa otra autoridad, de vuelta en la cancha que más le acomoda, la de gestión y resultados. Los inoculados ahora van a alimentar una nueva columna de cifras y reportes periódicos en colores y ya no solo las lúgubres de casos y fallecidos.

Y lo de ser protagonista -el Presidente ha estado en casi todas, desde recibiendo aviones con vacunas- es exactamente lo que buscan porque la regla de oro que tienen en su equipo es la de “repetir, repetir y repetir” y que saben que su fuerte no es la simpatía sino demostar que es capaz de resolver problemas. Claro que todo esto depende de que la campaña siga igual o mejor que hasta ahora.

La meta del gobierno es tener a 5 millones de personas con su primera dosis al 31 de marzo. A esta velocidad, calcula un secretario de Estado, ese objetivo debiese batirse fácilmente: creen que se podría llegar a los 4 millones ya a fines de febrero. Así que la próxima meta es poder mostrar cuántas chilenas y chilenos ya tendrán para fines de marzo su segunda dosis.

Si no hay sorpresas en el camino, en el Ejecutivo observan que Piñera se juega que su año final en el gobierno cierre con el siguiente saldo a favor: que al menos en la memoria a corto plazo la pandemia se escriba con la vacunación y no con la problemática y criticada fase que se cerró en junio del año pasado, cuando Jaime Mañalich dejó el Minsal.

En el gabinete hay voces que reconocen que este arranque con el pie derecho, que Chile luzca encumbrado en los ránkings por esto y no por malas noticias tiene un impacto en el ánimo político. Y sacan las cuentas evidentes: que con eso se abre la ventana de volver a echar a andar la máquina de recuperación del empleo, actividad económica y calidad de vida, siempre y cuando no se sufran más derrotas en el resto de los frentes en que se combate al virus.

En este escenario optimista que dibujan algunas voces en el gobierno figura que Piñera no quede relegado a un segundo plano en un año ya copado por tantas elecciones, pero además la esperanza de que, si sus números mejoran, las y los candidatos presidenciales no corran el resto de la carrera lejos de su bajo apoyo popular.

El turno de los ministros

De momento, el gobierno sigue tomando contacto con más farmacéuticas para adquirir vacunas pues hay dos puntos en los que, a pesar de tener suministro asegurado, hay mayor incertidumbre: retrasos en los envíos por parte de alguno de los laboratorios, como ya sucedió con Pfizer; o que la vacunación deba ser año a año, como lo es con la influenza.

Mientras, queda por resolver bien cuándo y cómo se vacunarán los ministros. Ellas y ellos fueron incluidos en la Etapa 1C de los grupos objetivos prioritarios que definió el Minsal: “Personal que desarrolla funciones criticas (2) en la Administración del Estado: de los 24 ministerios, del Poder Judicial, del Poder Legislativo, de Gobiernos Regionales y Municipalidades”. Eso quiere decir que se podrían vacunar ya. En el Congreso ya se informó que los parlamentarios lo pueden hacer desde anteayer lunes 8.

Pero en el gabinete comentan que hasta ahora nadie ha querido hacer uso del turno -entre otras razones- porque nadie quiere ser el primero y abrir el flanco de la crítica contra el saltarse la fila. No se ha definido un patrón común oficial para todos ni hay una decisión final adoptada, apuntan algunos, pero hasta ahora circula la idea de no hacerlo de los primeros, pero tampoco esperar hasta que les toque por edad.

En el comité político, por ejemplo, la mayoría son sub 45 o al filo de ese umbral: Rodrigo Delgado (46), Juan José Ossa (41) y Jaime Bellolio (40). Si esperaran su turno por edad, les tocaría recién a contar de marzo. En todo caso, si lo hacen antes de fines de febrero al final solo será una diferencia de unas semanas, explican en el gobierno.

En lugar de eso, se cree que el gabinete estará con su primera dosis a fines de este mes. Acá el argumento es que, si no tienen comorbilidades que los pongan primero en la fila, sí hay razones, como el riesgo de contagiar y ser contagiados durante reuniones de trabajo o en terreno, y que el gobierno tiene que seguir funcionando.

Eso en cuanto a los más jóvenes, porque casos como el de Hernán Larraín (73), ya les toca.

Paris la recibirá en Ñuñoa o en Providencia

No ha definido aún dónde, asegura, pero será en un Cesfam. Quizás en su comuna de residencia, Providencia, o en Ñuñoa: allí se desempeñó por algún tiempo en la salud primaria como pediatra. El ministro Enrique Paris (72) se inoculará el mismo día que el mandatario, fecha que se ha asegurado de recordársela en las distintas vocerías donde se anuncian las actualizaciones del calendario o el balance de la vacunación.

A la interna, quienes conocen de la estrategia comunicacional tras las vacunas, la inmunización de Paris con las dosis Sinovac, atiende a lo que se ha definido por La Moneda para todo el gabinete. Es la vacuna que llegará en grandes cantidades y con más celeridad, es decir, es la que dará mayor cobertura a la población chilena. “Tienen que llamar a confiar en la ‘vacuna china’”, indica una fuente.

En ese sentido, es la vacunación de Paris un punto que el Gobierno y la misma cartera sanitaria quieren destacar: en la última encuesta Cadem de enero que sondeó al gabinete, Paris se mantiene como el ministro mejor evaluado del gabinete, con un 59% de aprobación, y quien lo sigue es Paula Daza, la subsecretaria de Salud Pública, con un 58%.

Sobre la confianza de la ciudadanía en la CoronaVac, otro punto resuelto para las autoridades sanitarias es que luego tras una entrevista que se publicó el mismo día de la vacunación masiva, donde una químico-farmaceútico aseguraba que habían riesgos de inmunizar a la población de más de 60 años con Sinovac, las universidades más importantes del país (U. Católica y de Chile) salieron a defender la efectividad y seguridad de las dosis.

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