Consuelo Valdés, ministra de Cultura: “Quizás mi voluntad de servir ha sido insuficiente para la crisis del sector”
Instalada en su nueva oficina en el Palacio Pereira, la ministra anuncia la realización de un catastro nacional de artistas y agentes culturales que permitirá definir futuras políticas públicas. De paso, responde a las críticas, comenta la protesta fuera de su departamento y hace una autocrítica de su gestión. Además, descarta renunciar: “Yo no dejo el barco en la mitad del temporal”.
El Palacio Pereira, el magnífico edificio neoclásico recuperado, es la nueva sede institucional del Ministerio de las Culturas. Allí trasladó sus oficinas la ministra Consuelo Valdés y a futuro se instalará la Subsecretaría del Patrimonio. Por ahora compartirá espacios con la Convención Constitucional durante su período de sesiones. “Ahora con las y los constituyentes el palacio está lleno de vida. Es un privilegio estar cerca de este proceso que es tan histórico”, dice la ministra.
Hace unos días, en las salas del primer piso, Consuelo Valdés inauguró la muestra Carta Magna, un recorrido por los procesos constituyentes curado por el Museo Histórico Nacional. Integrada por 120 objetos, ofrece una ventana a los contextos y las etapas de los textos constitucionales que ha tenido el país.
¿Qué piensa de las dificultades en el inicio del trabajo de la convención?
Ojalá hubieran empezado desde un comienzo a cumplir con su tarea. Hay que superar rápido estas dificultades, siempre con el diálogo. Que se comience luego el trabajo y poner la mirada en el horizonte, a largo plazo.
Debió estar todo preparado para que funcionara, ¿no?
La responsabilidad es de la Secretaría General de la Presidencia. Aquí, en el Palacio Pereira, se ha estado trabajando en la habilitación de las oficinas, las salas, y estos días he tenido momentos muy gratos, me he encontrado con los constituyentes, todos con muy buen ánimo. Hay que levantar la mirada, salir de la niebla y ver la luz de lo que se está esperando.
¿Usted qué espera de la convención?
Es un proceso histórico muy relevante, que marca la vida democrática y va a procurar un país más justo, más equitativo y donde el ejercicio democrático sea el eje central de nuestra convivencia. Chile ha cambiado tantísimo desde la última Constitución, eso es lo que hay que incorporar, esos cambios, esas miradas de futuro. Y en eso, las y los constituyentes tienen todos bastante clara la película y han asumido con mucha responsabilidad este encargo.
¿Qué piensa de la idea de indultar a los presos de la revuelta?
Ese es un tema que le corresponde estudiar al Poder Judicial y después al Poder Legislativo, y no corresponde en estos momentos pronunciarse.
En su opinión, ¿se trata de presos políticos?
Hay una discusión, distintas opiniones sobre eso.
¿No tiene una opinión formada?
No... es opinable, es un tema muy delicado, hay distintas opiniones, hay que escuchar a personas e instituciones vinculadas al Poder Judicial y Legislativo.
Desde que salió la estatua de Baquedano la tensión bajó en Plaza Italia, ¿hay alguna decisión en torno a ella?
Lo primero es que se ha hecho un diagnóstico para ver la forma más idónea de intervenir la escultura, se trasladó a Cerrillos (al Centro Nacional de Arte) y se buscaron los especialistas restauradores. El proceso está a cargo de la intendencia, que es la encargada de velar por la mantención del monumento. Desde luego, hay procesos en el mundo de resignificación del patrimonio y este tema tiene que estar presente en nuestras conversaciones. A futuro la participación ciudadana en la elección de monumentos va a ser fundamental. Nuestra ley es obsoleta, es un lastre para la gestión patrimonial, permite muy poca participación de la ciudadanía y de los territorios, y eso tiene que incorporarse.
¿Usted es partidaria de que se mantenga el monumento?
Sí, pero hay un proyecto ambicioso del exintendente y hoy gobernador Claudio Orrego para esa zona que es muy interesante, y seguramente va a querer retomarlo y vamos a sentarnos a conversar.
“Sé que la ayuda es insuficiente”
Después de lanzar la Red de Cultura Digital, que conectará a 16 centros culturales del país y brindará oportunidades de formación, el ministerio abre una nueva convocatoria: el primer Registro Nacional de Agentes Artísticos, Culturales y Patrimoniales. La consulta busca dar forma a un directorio actualizado de actores culturales: quiénes, cuántos y cómo son. Abarca desde artistas a educadores, mediadores y gestores.
“Es la forma en que podemos pensar en políticas públicas del sector cultura, y si hubiéramos contado con esa información antes de la pandemia, quizás podríamos haber activado más formas de apoyo. Esto nos va a poder servir para pedir más recursos”, dice la ministra.
¿La pandemia los encontró mal preparados?
¿Quién estaba bien preparado? Faltaba información actualizada. Nosotros hicimos rápidamente un Fondo de Emergencia con los programas que sabíamos que no podían ejecutarse por la pandemia y definimos las líneas de apoyo. Hicimos una encuesta muy rápida para conocer las necesidades. Aquí hay algo que he conversado con legisladores, nuestro ministerio, a diferencia de otras carteras que tienen mecanismos para llegar con ayuda rápida, subsidios, bonos en caso de tragedia, no tiene herramientas de apoyo directo al bolsillo. Esta pandemia ha golpeado de manera muy dura al sector cultural. Hay personas que han vendido sus instrumentos, que han debido convertirse en pequeños negocios, delivery, eso no puede ser. A futuro, hay que pensar en una modificación para que nuestra cartera tenga herramientas para llegar rápido en caso de emergencia. Hemos entregado 64 mil millones de pesos, que han beneficiado a 11 mil trabajadores, pero es insuficiente.
Se ha criticado que los fondos se entregaron por concurso, ¿no había otra manera?
Ese es nuestro marco legal, hicimos la consulta a Contraloría buscando alternativas y no es posible legalmente. Dentro de ese marco, hicimos todas las modificaciones de las exigencias para agilizar procesos de concursabilidad, para que las postulaciones se hicieran rápido. En estos momentos las personas pueden acceder al IFE y al Bono Pro Pyme. Y creamos una unidad de intermediación legal para orientar hacia las ayudas otorgadas por el Estado, y recibimos seis mil consultas.
¿No se pudo innovar, buscar alguna modificación a través del Congreso que permitiera entregar recursos más directamente?
Hicimos y seguimos haciendo muchas gestiones en el Poder Legislativo en procura de ese objetivo, y no hemos estado solos, lo hemos hecho juntos con los gremios. Y hemos hecho gestiones en el Ministerio del Trabajo, para ver áreas de apoyo, a través de temas previsionales, de salud, de formalización del trabajo del sector. Hemos trabajado muy juntos, escuchando y dialogando.
¿Y se ha sentido respaldada por el sector?
Ha habido de todo. Para muchos, yo lo entiendo, la ayuda puede ser insuficiente, porque las demandas son enormes. Dentro de todo, a pesar de que ha sido un momento duro, hemos escuchado y hemos hecho muchas gestiones, por ejemplo declarar el libro bien esencial es un paso muy importante. El ministerio lo integran 16 seremías que han hecho distintos esfuerzos.
En mayo, un grupo de actores hizo una protesta frente a su departamento, ¿cómo lo tomó?
Fue el Día del Teatro, yo estaba trabajando. Afectó la privacidad de muchas personas que viven en mi edificio y que no tienen ninguna relación con estas demandas. Cualquier acto de intimidación es impropia de una sociedad inspirada en valores del respeto, la tolerancia y el diálogo democrático. Después pedí una reunión con el presidente de la junta de la comunidad para darle explicaciones. Me sentí muy incómoda frente a mi comunidad, siempre he sido sumamente respetuosa. Hay tantos otros caminos para conversar y han estado siempre abiertos, siempre.
¿Se sintió invadida?
Se le faltó el respeto a una convivencia, a un espacio privado, yo vivo en una comunidad y ellos no tienen por qué tener esta experiencia. Fue inapropiado, injusto y no se inspira en los valores del respeto y el diálogo. Siempre he valorado el diálogo, así me formaron.
Más allá de los esfuerzos del ministerio, ¿qué autocrítica podría hacerse?
¿Qué autocrítica? Por de pronto, uno no es perfecta, uno hace lo que puede con los recursos de que dispone, intelectuales, valóricos, de pasión por el servicio público, y quizás todo eso es insuficiente para la crisis tan tremenda del sector cultural. Mi duda es si acaso esa voluntad de servir, de compromiso con la cultura, han sido suficientes. Me va ha quedar siempre la duda. Nuestro ministerio son tres mil funcionarios, yo estoy parada en los hombros de ellos, y me consta que han hecho todos los esfuerzos para enfrentar esta crisis. Esto está en desarrollo. Tenemos que ir por más. La cultura es fundamental. No quisiera que ningún talento se pierda, que ningún artista pierda la confianza en sus talentos. Ser artista es muy complejo, es una carrera difícil, toma decisiones complejas en lo personal y familiar, eso se enfrenta con mucho sacrificios, y el Estado debe estar consciente y apoyarlo. Siempre ha sido mi consigna colocarse en el lugar del prójimo, hacerse prójimo, y eso es lo que hemos intentado hacer: ponerse en los zapatos del otro y saber cómo estamos, si estamos en el camino correcto. Yo quiero servirle a la cultura, no me voy a servir de la cultura y no lo he hecho nunca.
Se ha dicho que es una ministra ausente, ¿le parece una crítica atendible?
No. Dentro de las posibilidades, he intentado estar lo más presente posible. He estado en regiones, dentro de lo que permite el realismo sanitario. Estuve en Copiapó, el año pasado estuve en Magallanes, en La Serena, donde reinauguramos el Museo Arqueológico. He estado presente cuando se ha podido.
¿Qué pueden esperar los artistas para el resto del año?
Está el IFE, están los fondos abiertos, el Fondart y se vienen otros fondos, pero vamos paso a paso. Insisto mucho en la agenda digital, que abarca la capacitación digital.
¿Ayuda más directa, no?
Estamos en eso, en permanentes conversaciones, con el Ministerio de Desarrollo Social, con el Ministerio de Economía, para buscar canales para que esa ayuda pueda llegar a los bolsillos, para que ellos y las familias se sustenten. Yo también tengo artistas cerca y sé que la ayuda es insuficiente. No he bajado los brazos y el silencio no es sinónimo de inactividad.
¿En este ambiente complejo, ha pensado en renunciar?
No, yo no dejo el barco en la mitad del temporal. Llevo 50 años trabajando en el área de cultura y patrimonio, en el sector público y privado, y en momentos de dificultades es donde se prueban las convicciones. Es momentos de sacar toda la energía, la experiencia. Tengo un equipo muy comprometido en el ministerio y están todos alineados en salir lo mejor posible de este momento.
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