Crisis y acción: trabajadores de la cultura proponen plan de emergencia y reactivación

Sala K
Sala K, vacía, en pandemia, asociada a la Red de Salas de Cine de Chile, entidad que es parte de la Coordinadora Intersectorial Cultura en Emergencia. Foto: Sala K.

Alertados por los recortes presupuestarios de $16 mil millones para este año, y de hasta un 30% para 2021, una veintena de gremios presentó una propuesta concreta a las autoridades. “La situación es dramática y empeorará”, confirman desde el Observatorio de Políticas Culturales, que inició un estudio panel que medirá en el tiempo el impacto de la crisis.


“Es una paradoja. La obra, el bien cultural, está jugando un rol muy importante; la gente consume más películas, más libros, incluso más artes escénicas. Los artistas y trabajadores de la cultura están haciendo un aporte significativo en la pandemia y, sin embargo, su situación actual es dramática y probablemente va a empeorar”, asegura Bárbara Negrón, directora del Observatorio de Políticas Culturales (OPC).

El diagnóstico ya lo esbozó hace 80 días un catastro que publicó el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Mincap). De los 15 mil artistas y agentes culturales que respondieron la encuesta, 10 mil calificaron su situación económica como mala o muy mala, como resultado de la pandemia. El informe constató “la amplia vulnerabilidad económica de los trabajadores del sector para poder enfrentar la situación con recursos propios”. Y lo hizo con cifras: el 85% no tiene contrato, y de ellos, el 79,4% no tiene un ingreso estable.

“Ya en abril era bastante dramático el impacto que había tenido el cese de las actividades en el sector”, comenta Negrón. Y aunque el Mincap reasignó entonces $ 15 mil millones, “con el transcurso de los meses la situación se ha ido agravando y lamentablemente lo más probable es que empeore”.

Bárbara Negrón
Bárbara Negrón, directora del Observatorio de Políticas Culturales, entidad autónoma, y profesora del Magíster en Gestión Cultural de la Universidad de Chile. Foto: OPC.

Por eso el OPC acaba de iniciar un estudio panel. “Había que hacer un seguimiento de esa primera foto que tomó el ministerio en abril. Vamos a acompañar a los trabajadores de la cultura preguntándoles cómo está su situación, viendo el impacto laboral y económico, pero también el impacto emocional y en la salud mental. También hay preguntas sobre si las medidas del Gobierno dirigidas a todos los chilenos como el ingreso familiar mínimo y las cajas de alimentos, les han llegado, así como las medidas de nivel municipal y las específicas del Ministerio de la Culturas. Vamos a tener una curva, y podremos ir comunicando si la situación empeora. La crisis es dinámica, y las medidas de apoyo tienen que ajustarse en el tiempo”, explica la investigadora.

Registrando la crisis

Sólo en las primeras 24 horas, hubo 2.000 inscritos en el Monitoreo Nacional de Trabajadores de la Cultura, que se lanzó la semana pasada. En un mes se publicará un primer informe, y la encuesta se realizará cada dos meses, hasta diciembre.

Otro indicador de la gravedad de la crisis sectorial es que los propios artistas y agentes culturales presentaron a fines de junio al Gobierno un Plan de Emergencia y Reactivación. Se organizaron en la Coordinadora Intersectorial Cultura en Emergencia, que reúne a una veintena de gremios y organizaciones, entre otros, la Unión Nacional de Artistas (UNA), Adcultura (gestores culturales), Afucap (funcionarios del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio), la Red de Salas de Teatro, Sidarte (actores), Danzasur y Sinteci (Sindicato Nacional Interempresa de Profesionales y Técnicos del Cine y Televisión).

Tehani Staiger, presidenta de Adcultura, explica lo esencial de la propuesta: “Las medidas de emergencia son súper puntuales y concretas, como detener las bajas presupuestarias y aumentar los fondos, mayor transparencia en la utilización de los recursos y la elaboración de una ficha social para nuestro sector”.

El plan incluye ejes clave para la reactivación económica del sector. Uno de ellos tiene que ver con el presupuesto del Ministerio de las Culturas. “Creemos que hay que aumentarlo para el próximo año, y no recortarlo como se está haciendo. Ya han recortado $ 16 mil millones para este año, y viene un recorte para 2021 que va a ser por lo menos del 20%”, explica Staiger, quien es profesora del Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile.

De los recortes del año en curso, ellos se informaron por memos del Ministerio de Hacienda, y preguntaron al respecto en la mesa intersectorial que ha sesionado cuatro veces desde el 17 de abril. “Fue confirmado por el subsecretario de Culturas y Artes, Juan Carlos Silva, quien dice que lograron recortar sólo aspectos operacionales y administrativos, pero sigue siendo súper grave, porque esos son los recursos que te permiten aplicar la política pública”, revela Staiger.

También en la mesa confirmaron los recortes que se barajan para el próximo año: “La gestión política de la Ley de Presupuestos 2021, se empezó a hacer en mayo, y les solicitaron a las jefaturas del ministerio que fueran pensando en tres escenarios de recortes, de 5%, 10% y 15%. Pero eso ha ido aumentando. Hay organizaciones colaboradoras del ministerio a las que ya se les solicitó pensar en un escenario de un 30% de recortes, como Balmaceda Arte Joven y GAM. Esa información también ha sido conversada en la mesa y el subsecretario Silva nos respondió que efectivamente ya se estaba haciendo el ejercicio de planificar con recortes del 10%, 20% y 30%, pero que no había certezas”, detalla la presidenta de Adcultura.

Tehani Staiger
Tehani Staiger, presidenta de Adcultura y profesora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile. Foto: Luis Leiva.

“Creemos que el Estado va a intentar salvar de la mayor manera posible el concurso, pero puede ser que no se ejecuten los programas con las cuales se implementa la política pública”, alerta Staiger. En la práctica, las mermas impactarían negativamente el acceso a la cultura.

Un sector precarizado

Tehani Staiger enfatiza que el Plan de Emergencia y Reactivación “no es un petitorio, es un plan de trabajo y esperamos que la mesa intersectorial se convierta en el espacio de trabajo que permita implementarlo”. En paralelo, harán una jornada abierta para integrar más actores culturales.

“La política pública no visualiza que este sector tiene una condición muy particular, somos personas altamente calificadas, incluso con doctorados, pero el trabajo depende del movimiento de la cadena de valor, que funciona en torno a proyectos, y esa llave se cerró de un segundo a otro. Como los trabajadores de la cultura no estamos en el radar de la política pública social no calificamos para los bonos, estamos tan invisibilizados que quedamos fuera de cada propuesta de asistencia social que ha surgido del Gobierno”, dice la gestora.

Lo confirma Bárbara Negrón, del OPC: “Hay un factor común, lamentablemente, que es la precariedad en la que se desenvuelven estos trabajadores. Todos tienen en común la informalidad del mercado; se trabaja mucho en negro, sin boleta ni contrato, y a eso se suma el pluriempleo, la necesidad de tener otras actividades para suplir económicamente”.

Además, alerta, hay un concepto mal comprendido de la concursabilidad: el beneficiario no es el artista. “Los honorarios en los fondos son muy bajos; yo diría más bien que el artista subvenciona los proyectos, el ministerio colabora y así esos proyectos llegan a la ciudadanía. El fondo concursable no subsidia el trabajo del artista, sino que asegura una oferta de obra disponible. No existe un programa que apoye a los artistas en el Ministerio de las Culturas. Quizás no es labor de ese ministerio, pero como es un sector altamente precarizado, tiene que ser labor de alguien. El Ministerio del Trabajo, por ejemplo, debería ocuparse, pero los artistas no están en el radar del Gobierno, es como si no fueran trabajadores. Hay un vacío en las políticas”.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.