Cristián Barra, el “apaga incendios” de Piñera: A qué va a La Araucanía y qué sigue demandando Evopoli
El histórico hombre de confianza RN del Presidente irá algunos días a la semana a las regiones VIII e IX y seguirá con oficina en La Moneda, a cargo de la Unidad de Gestión, Riesgo y Emergencia de la subsecretaría del Interior. En el partido “congelado” piden que se vaya a tiempo completo al sur como delegado presidencial, con plenas atribuciones y recursos. Antes que él, hubo otros que declinaron el cargo. Barra ya ha recibido antes encargos delicados de su jefe, y tiene claro que cada tanto lo critican por su pasado.
No se va a ir a vivir ni a instalar a la IX Región y tampoco va a dejar su oficina en La Moneda en la jefatura de la Unidad de Gestión, Riesgo y Emergencia de la subsecretaría del Interior. Cristián Barra Zambra (55, RN) va a ir al menos dos o tres días a la semana a esa zona y el Biobío como responsable del equipo anunciado ayer por el gobierno para encarar la crisis en la Macrozona Sur del país. Y con la intención de permanecer lejos de las cámaras y micrófonos para no ser pasto de polémicas que enreden esta misión.
Pero de momento esta solución sigue sin llenarle el gusto a Evópoli, que alega que más de 20 días después de exigir un nombramiento para la zona a cambio de levantar un “descongelamiento” con el Ejecutivo, esto parece quedarse corto para lo que demandan. Y advierten desde ya que si después de la reunión que siguen esperando -aseguran- que les confirme el ministro del Interior por este asunto el cuadro no mejora, ahora sí que tomarán medidas de fuerza más claras.
El problema que tienen en el partido de Andrés Molina -diputado y ex intendente de La Araucanía- no es personal con Barra. Tampoco, dicen, con que sea militante RN, pese a que ya han tenido entreveros con ese colectivo allá. Reconocen que el recién designado es una figura asociada a un pasado y perfil polémico, pero precisan que ese no es el lío, sino que esperan que haga todo lo contrario: que se vaya a tiempo completo a la zona, que llegue con recursos y atribuciones, y que lo nombren oficialmente delegado presidencial. Y que junto con el equipo se meta a fondo en el manejo de la inteligencia, el trabajo legislativo y la persecución penal.
Algunos lamentan, también, que se haya nominado a Barra después de que al menos otros cuatro nombres -aseguran- hayan dicho que no cuando les ofrecieron esta compleja destinación, aunque por otro lado valoran que él haya aceptado. Eso es cierto, reconocen en el gobierno: entre los nombres que declinaron la oferta estuvo el ex fiscal de La Araucanía, Francisco Ljubetic. Pero niegan que también se haya restado el ministro Alfredo Moreno (MOP).
El asunto es que en el partido “congelado” -que no ha pasado factura votándole masivamente en contra proyectos al gobierno- critican que Palacio sigue sin darles claridades exactas de en qué se va a traducir este despliegue. Están esperando que Rodrigo Delgado les conceda una audiencia que quieren para el próximo lunes o martes, porque no quieren quedarse con la imagen de que el gobierno “no se toma esto como algo importante”, y agregan que siguen ocurriendo atentados que se repiten en los mismos lugares (citan la Ruta 5 Sur a la altura de Pidima, en Ercilla, y el Camino a Curacautín, kilómetro 27).
Y hacen ver desde ya que si de esa cita con el ministro del Interior no salen claridades que los dejen satisfechos, entonces pasarán a la “segunda etapa”: retirar a su gente del aparato estatal de la IX Región, unos cuatro seremis y directores de servicios.
Los Evópoli agregan que todo eso ya se lo han advertido a La Moneda. De ocurrir, habrá que ver sus implicancias, porque justo uno de sus secretarios regionales ministeriales allá, Luis Calderón (Transportes) forma parte del equipo de Barra, a cargo de la misma región que está en llamas.
Otro encargo de Piñera a su hombre de confianza
Barra ha decidido no dar largas entrevistas ni hablar en extenso de su rol, más allá de lo que dijo en el anuncio oficial de ayer. En La Moneda explican que la idea es que él no sea la noticia, quedar lejos del juego palabras-sacan-palabras y porque entienden que la misión en la Macrozona Sur requiere menos ruido mediático y más acción.
El elegido de Piñera sabe bien de polémicas, dicen sus conocidos. No ignora que lo han criticado acusando que carece de capacidades para los cargos que ha ocupado porque no tiene estudios superiores y que con Cuarto Medio gana lo que gana ($6.191.991). Lo mismo respecto de un pasado que le recuerdan cada tanto, que incluye problemas judiciales como el que tuvo cuando manejaba un restorán en Recoleta y lo acusaron de giro doloso de cheques. Todo eso, insisten, se remonta al año 2000 y que era un caso ya resuelto el 2010, cuando ingresó a Interior al comenzar Piñera Parte I.
Allá también dicen que si es por capacidades, que le ha respondido al Presidente en las misiones que le ha encomendado. El mandatario ha sido su gran sostén político y lo sigue considerando de confianza. Se conocen desde los ’80, cuando Barra trabajaba para él en Bancard; estaba a cargo de las ventas por catálogo. Eso motivó una de las tantas disputas que el joven Piñera tuvo con Evelyn Matthei y Sergio Onofre Jarpa, cuando éste denunció en un Consejo General RN de La Serena que Barra, en esos años presidente del regional Santiago, trabajaba ahí.
El episodio lo describe Ascanio Cavallo al final del capítulo 16 de La Historia Oculta de la Transición y termina con Piñera pidiéndole infructuosamente ayuda a la hoy alcaldesa para detener el ataque del viejo caudillo, argumentando que dirigentes del partido le habían pedido contratar a Barra. “That’s your problem dear. Not mine”, le respondió Evelyn.
Ese 2010, desde Interior le tocó coordinar la evacuación del borde costero luego de una alarma de tsunami a raíz del terremoto en Japón el 2011. Salió en la tele y en la prensa cuando lo enviaron al rescate de los 33 mineros de la Mina San José. Allá coordinó tareas operativas, hasta conseguir combustible y repuestos para las maquinarias. Y ganó galones de confianza porque además era los ojos y oídos del Presidente y del entonces ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter para “marcar” al entonces promisorio Laurence Golborne.
Después estuvo a cargo de Estadio Seguro, del que pese a las críticas que ha recibido, en el gobierno rescatan que fue un programa que continuó el gobierno de Michelle Bachelet Parte II.
El 2011 lo enviaron al Biobío a coordinar y ayudar al gobierno regional después de la caída de la entonces intendenta Jacqueline van Rysselberghe y la instalación de su sucesor. Los suyos precisan que nunca fue un “interventor”, punto que entonces le costó cuestionamientos en la zona y acusaciones de operador político. Uno de los que se quejó entonces fue nada menos que el en esa fecha senador UDI Víctor Pérez, que hasta hace poco fue su efímero jefe como ministro del Interior. “En qué calidad vino, pero es político o interventor... no me parece que un funcionario político como Cristián Barra venga a ejercer este rol en la región. Por lo menos a mí me incomoda”, dijo esa vez.
En mayo de este año participó en el operativo de compra, organización y entrega de las cajas de alimentos con que el gobierno comenzó a encarar la crisis por el coronavirus. Allí hizo equipo con el también RN Rodrigo Ubilla, que antes había sido su jefe como subsecretario del Interior, y con la ex delegada presidencial en la IX Andrea Balladares.
Volviendo al presente, en Interior recalcan que Barra fue uno de los que propuso otros nombres en la búsqueda que terminó con el suyo, en un proceso donde -sostienen versiones- hubo voces que plantearon elegir un ex jefe militar, o tener un alto oficial de Carabineros con más conocimiento de la crisis. Dicen que en esto último Barra cuenta con el nexo con el general General Carlos González Gallegos, ex Jefe de la IX Zona de la Araucanía y recientemente nombrado Jefe Zona Macrozona Sur Control Orden Público e Intervención. Ambos trabajaron en Estadio Seguro.
¿Tendrá más policías? En Palacio no despejan el punto pero adelantan que el nominado dispondrá de herramientas para que haya más tecnología y equipos, y que trabajará con uniformados y con la PDI. Agregan que no se quiso optar por un delegado presidencial para La Araucanía, entre otras cosas, para evitar la lectura de que entonces se dejaba a Arauco en segundo plano. Y por otra razón: insisten en que con tanta historia con el Presidente, Barra “no necesita ese cargo para tener autoridad” en esta misión, incluso si durante ella se le cruzan en el camino autoridades locales, por ejemplo.
Todo su cometido y el del equipo coordinador Barra ha de reportárselo directamente al Presidente y al ministro Delgado.
A este nuevo encargo se sumarán, adelantan, coordinar con otros organismos desde soluciones a problemas con la temporada de cosechas, caminos mantenidos por el MOP, transporte forestal y fiscalización de armamento, entre una larga -dicen- lista.
Queda por ver si este dibujo le llenará o no el gusto a Evópoli.
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