Cristián Monckeberg (RN): “Si no se apuesta al diálogo, la opción de un rechazo en el plebiscito de salida va a crecer como espuma”

CRISTIÁN MONCKEBERG
Crédito: Mario Tellez / La Tercera

Ante el fin del colectivo Vamos por Chile -que, hasta esta semana, reunía a los 37 convencionales de centroderecha-, el expresidente de RN pide "desdramatizar" la decisión y asegura que, más bien, responde a la realidad del sector. Además, sale al paso de las críticas que algunos de sus pares han recibido en torno a que intenta "desprestigiar" o "bloquear" la Convención y apunta a la responsabilidad de los sectores de izquierda, que ganaron la elección, para conducir el proceso a buen término.


A casi cuatro meses del inicio de la Convención Constitucional, la centroderecha puso fin a la orgánica con que habían asumido el trabajo en esa instancia. Esta semana, Vamos por Chile se dividió en cuatro colectivos distintos, tres con representantes de la UDI, independientes y el RN Harry Jürgensen, y otro que reúne a los RN, Evópoli e independientes vinculados a esos partidos.

Aunque hubo varias voces que hablaron de “quiebre” y de la materialización de las “dos almas” con que el sector había asumido el proceso, para el convencional RN Cristián Monckeberg la separación responde a otras razones. En esta entrevista, el exministro da cuenta de lo que esto significa, despeja dudas en torno a la influencia (o no) que el factor presidencial tuvo en la determinación y aborda la actitud con que enfrentará el debate de fondo en la instancia. Además, se refiere a la relación que el próximo gobierno deberá tener con el órgano constituyente y aventura el escenario de segunda vuelta entre un representante de derecha y otro de izquierda.

Esta semana, se concretó el quiebre de Vamos por Chile en la Convención. ¿Cuál es la razón para separarse de la UDI?

No ha habido ningún quiebre, yo desdramatizaría lo que ha ocurrido. A mi juicio, partimos la Convención con una falencia, una suerte de quimera: nos dimos una organización como de partido único, en un mismo colectivo los 37. Y lo que parecía muy bonito para los titulares, rápidamente fue reflejando una realidad distinta. Con esta decisión volvemos a una lógica más natural, de darle diferente oxígeno a la centroderecha, mostrar su diversidad y, obviamente, coordinarnos para las grandes decisiones más bien en una lógica de coalición y no de partido único. Esa ha sido nuestra realidad históricamente y así hemos funcionado muy bien. Esto iba a ocurrir necesariamente, porque hay estilos, énfasis distintos, pero para las grandes decisiones vamos a seguir realizando esfuerzos de coordinación para actuar.

¿Hay alguna molestia en torno a que la UDI exprese posiciones más duras?

No, son estilos distintos. Respecto de nuestro sector, no he visto a nadie que apueste por el fracaso de la Convención.

Varias veces se ha planteado eso, que hay un sector de la centroderecha, particularmente en la UDI, que quiere desprestigiar a la Convención...

Insisto, no he visto a nadie que apueste por el fracaso de la Convención. Siempre lo más fácil es cargarle la mano a los nuestros y en eso la izquierda ha sido muy hábil comunicacionalmente, porque tienen la mayoría e insisten en un bloqueo de nuestra parte. De los nuestros se podrá decir que son críticos, que han sido estrictos en sus posturas, que han sido duros, pero no he visto a nadie de la centroderecha saltarse las reglas o pretendiendo cambiar el mandato ciudadano. Y esto último sí lo he visto en parte de la izquierda y esas sí son actitudes de bloqueo que en nada contribuyen al proceso.

En esta separación, ¿cuánto ha influido la carrera presidencial? Porque se dijo que el objetivo era formar “una bancada de Kast en la Convención”.

No he visto la campaña presidencial instalada en la Convención. Obviamente, cada cual tiene su corazoncito y va a votar e intenta hacer lo que buenamente puede por su candidato o candidata presidencial. He visto a cada uno con una opción presidencial, pero no ejerciendo un rol político-electoral desde la Convención.

Desde el comienzo de la Convención se ha hablado de “dos almas” de la derecha. ¿Esta separación viene a confirmar aquello, los “dialogantes” versus los “atrincherados”?

Hay diferentes estilos y nadie está en la lógica de que este proceso fracase. Evidentemente, hay algunos más escépticos y otros que miramos con mayor optimismo este proceso. El objetivo del colectivo nuestro es, precisamente, que logremos terminar con éxito esta Convención a través del diálogo democrático y respetuoso. Eso es lo que nos inspira y lo que buscamos.

¿Y qué implicancias puede tener esta separación para la concreción de acuerdos con sectores de izquierda moderados? ¿Cree que van a poder tener “triunfos” en algunas materias”?

Primero, hay que señalar que la izquierda ganó las elecciones y, por lo tanto, aunque suene de perogrullo, es bueno recordarlo, porque ellos son los principales responsables de sacar adelante el proceso constituyente. Nosotros vamos a contribuir, pero evidentemente la ciudadanía le dio un mandato fuerte a la izquierda. En ese sentido, veo a una izquierda que da señales claras de avanzar a un diálogo: el Colectivo Socialista, el Colectivo del Apruebo, el Frente Amplio, Independientes No Neutrales. Hay ahí un lote que quiere conversar y hay otros que siguen muy mareados con la borrachera del triunfo de mayo, cometiendo el mismo error de la Constitución del 80′, que escuchó solo a unos pocos. Yo saco una conclusión clara: en el proceso constituyente, con la polarización que estamos viviendo, si no se apuesta al diálogo, la opción de un rechazo en el plebiscito de salida va a crecer como espuma. Es clave que los sectores mayoritarios, que ganaron la elección, más que imponer una Constitución, dialoguen con quienes somos sectores minoritarios y ahí nosotros estamos absolutamente disponibles y creo que también lo va a estar la UDI y Republicanos.

“Prefiero apostar por el diálogo antes que ser espectador y crítico”

Para algunos dirigentes y analistas de derecha, en RN y Evópoli se apreciaría una actitud “entreguista” y citan como ejemplo la carta que hicieron a los pueblos originarios. Así, al menos, lo planteó Gonzalo Cordero en entrevista con The Clinic. ¿No cree que han cedido en posiciones sin que esas concesiones tengan una respuesta en la misa medida hacia ustedes?

La opinología da cuenta de cosas que no ocurren al interior de la Convención. Siempre es fácil opinar desde fuera y es simple hablar de convicciones hoy día cuando fueron los promotores del cosismo años atrás. Si nosotros estamos en este proceso constituyente es porque nos interesa que esto resulte bien y lo más fácil es decir que no se ha conseguido nada, pero yo prefiero apostar por el diálogo antes que ser espectador y crítico.

¿Y qué diría que ha conseguido con esa actitud?

La ratificación en el Reglamento de la norma de los 2/3. Eso surgió del diálogo, de la conversación y de los acuerdos de las diferentes fuerzas políticas, y nosotros formamos parte activamente en eso.

El problema frente a eso es que se ha dicho que se introdujo una “trampa” a través del plebiscito dirimente...

Ese es otro asunto en el cual no participé y voté en contra.

Usted plantea que la izquierda, al ser mayoría, tiene una responsabilidad de conducir este proceso, sin embargo, también dice que se han saltado algunas reglas. ¿Qué rol le asigna a la mesa frente a esas actitudes?

La mesa ha intentado llevar de buena manera la Convención, hay un esfuerzo de institucionalizar, de darle organización y una hoja de ruta a la Convención. El saltarse las reglas, aprobar normas pasando por encima de lo que se resolvió en el plebiscito y en el acuerdo de noviembre excede a la mesa por mucho, porque ahí hay una actitud errática de convencionales de izquierda que sobrepasa a la mesa. Ahora, políticamente, la mesa podría haber hecho mucho más por haber conducido estos excesos y el saltarse las reglas por parte de la mayoría de los convencionales, pero esto también es de aciertos y de errores, todos estamos aprendiendo en este proceso.

“No creo que nadie esté pensando interferir en la Convención”

A este gobierno le correspondió iniciar el proceso y el próximo lo deberá implementar y va a tener que convivir con esta Convención. ¿Qué expectativas tiene en torno a la relación gobierno-Convención?

El buen término del proceso constituyente va a depender de la actitud que asuma el nuevo gobierno. Si creen que pueden interferir en el proceso o llevarse la Convención a La Moneda, va a ser un error histórico; por el contrario, si ayudan a sacar adelante el proceso, sin interferir, eso va a dar estabilidad al país y va a permitir terminar de buena manera. Por eso es clave, y he echado de menos en los debates, cuál va a ser la postura que van a tomar los diferentes candidatos presidenciales, si llegan a ser gobierno, frente a la etapa de definiciones de la Convención.

¿Tiene usted algún pronóstico para la primera vuelta?

Soy militante RN y voy a votar por Sebastián Sichel por dos razones: una, porque me gusta que se respeten los acuerdos. Cuando uno se compromete a primarias, eso se cumple y se apoya. Y dos, creo en un proyecto de centroderecha que encarna RN y que ha empujado con fuerza Sichel. Ahora, ante tal cantidad de encuestas, el pronóstico es reservado, y lo digo por la derecha y por la izquierda. Puede pasar cualquier cosa. Lo que sí me atrevo a aventurar es que la segunda vuelta va a ser entre un representante de las ideas de la izquierda y otro representante de las ideas de la derecha.

¿Si ese representante de derecha es José Antonio Kast, usted va a votar por él?

Vamos viendo las cosas de a poco, pasemos la primera vuelta, después veamos qué significa una segunda vuelta, porque no es solamente votar, es cómo quiero gobernar, cuál es mi programa, mis énfasis, mis propuestas, qué banderas quiero levantar.

En esta recta final, ¿qué consejo le daría a su candidato?

El único consejo que le daría, que es una sugerencia, es salir de la rosca permanente y de la pelea sin sentido y concentrarse en propuestas de futuro, en relevar el programa de gobierno e imaginar el país hacia adelante, que es lo que la gente espera. La pega de candidato presidencial es tan difícil, tan difícil, que no me atrevo a sugerir más cosas.

¿Con Sichel o con Kast en La Moneda, podría haber algún choque institucional con la Convención?

No puedo asegurar que no, puede haber conflictos con el candidato de izquierda o derecha que gane, no lo descarto, pero desde la Convención vamos a tener que hacer todos los esfuerzos para evitar eventuales choques, porque el futuro gobierno tiene por principal función darle estabilidad al país, y la Convención es una herramienta fuerte de estabilidad si es que termina bien. No creo que nadie esté pensando interferir en la Convención, pero es bueno que lo expresen.

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