Daniel Jadue (PC): un programa irrealizable

Alcalde de Recoleta, Daniel Jadue

Una sola de las medidas propuestas, la condonación gradual del CAE, tiene un costo de US$ 10.000 millones (cifras Ministerio de Educación), equivalente a un poco menos de un tercio del total del programa de gobierno. ¿Es realista, es sensato, plantear un programa de esa envergadura bajo los simples parámetros anteriores?



Según Fernando Carmona, encargado programático de la candidatura de Daniel Jadue (PC), el costo total del programa ascendería a US$ 34.880 millones o el equivalente a un 11,3% del PIB. Solo a modo de comparación, el programa de gobierno de Michelle Bachelet tenía un costo de US$ 15.500 millones, mientras que el de Sebastián Piñera, uno de US$ 14.000 millones.

Ahora bien, una sola de las medidas propuesta, la condonación gradual del CAE, tiene un costo de US$ 10.000 millones (cifras Ministerio de Educación), equivalente a un poco menos de un tercio del total del programa de gobierno. ¿Es realista, es sensato, plantear un programa de esa envergadura bajo los simples parámetros anteriores?

Tomemos un botón de muestra para ilustrar lo descomunal de la propuesta del candidato comunista.

El programa plantea un aumento de un 53% del monto de las pensiones para los 2,2 millones de jubilados; un 103% de aumento para las pensiones de las mujeres; una pensión básica equivalente a un 75% del salario mínimo vigente; sustituir la cotización de salud del 7% por aporte fiscal, con lo que, supuestamente, los beneficiarios de Fonasa aumentarían su remuneración líquida en un 4,4%; un salario mínimo de $ 567.000; todo lo anterior acompañado de una disminución de la jornada laboral de 45 a 36 horas semanales -es decir, mejores pensiones y remuneraciones con menos trabajo-; negociación colectiva para el 100% de los trabajadores (hoy es de alrededor de un 10%), incluyendo negociación por rama, extendiendo sus beneficios a los trabajadores sindicalizados y no sindicalizados; repartir el 30% de las utilidades de las empresas a sus trabajadores; establecer una remuneración mensual de al menos un 75% del sueldo mínimo vigente al trabajo doméstico no remunerado; fin a los contratos de honorarios en el Estado -al 2019 había 27.130 trabajadores en esa situación solo en la administración central, sin contar la municipal-, con el consiguiente encarecimiento de las contrataciones por planta y contrata; gratuidad universal para la educación superior estatal; condonación del CAE, lo que tiene, tal como lo anticipáramos, un costo de US$ 10.000 millones, solo por mencionar algunas medidas.

A lo anterior súmele una larga lista, como el aumento en las inversiones públicas desde US$ 8.000 a US$ 13.000 millones (con lo que supuestamente se crearían 500.000 puestos de trabajo), un aumento del gasto en cultura desde el 0,3% del PIB a un 2% y en investigación y desarrollo desde el 0,3% actual a entre un 1 a 1,5% -quiero decir que estas últimas dos medidas son las únicas que me abren el apetito-, solo por mencionar algunos ejemplos.

Nada de lo anterior incluye la creación y habilitación de una larguísima lista de nuevos órganos públicos -calculo, en promedio, uno por cada una de las 209 páginas del programa- con el consiguiente gasto en nueva burocracia estatal (remuneraciones, infraestructura y gastos operacionales, entre otros).

Ahora bien, ¿cómo se financia este gasto descomunal partiendo de la base que los US$ 34.880 subestiman con creces el total del gasto contemplado en el programa de gobierno? Muy sencillo, con una mayor recaudación de entre 8% y 10% del PIB producto de la reforma tributaria. Cabe tener presente que la reforma tributaria aprobada bajo el gobierno de Michelle Bachelet contemplaba una recaudación tributaria equivalente a un 3,2% del PIB al cabo de tres años (finalmente se recaudó un poco más de un 1,5% del PIB); quiero decir, no es cosa de llegar y subir tasas, eliminando exenciones, evasiones y elusiones sin ningún supuesto de crecimiento económico. En una entrevista (Ex Ante, 19 de junio) el decano de la FEN de la Universidad de Chile, José de Gregorio, señaló que el programa de gobierno de Jadue “estresará las finanzas públicas” con altos niveles de endeudamiento, afirmando que “es muy difícil argumentar que (dicho programa) no tendrá efectos sobre el crecimiento, la inversión y el empleo”.

Tiempos de campañas, primarias, promesas y programas, y tiempos también de llamar las cosas por su nombre: el programa de Daniel Jadue (PC) es completamente irrealizable, bajo cualquier supuesto mínimamente razonable.