De Angol a leyenda: el adiós de Johnny Herrera, el arquero más ganador de la historia de la U
El histórico arquero termina su relación con Universidad de Chile, el club del que se convirtió en emblema. En 20 años de carrera, con 13 títulos a cuestas, se transformó en el futbolista más exitoso en la historia del club.
Johnny Herrera deja Universidad de Chile. No hay vuelta atrás y el histórico arquero ya no volverá a defender el arco que custodió por primera vez hace 20 años y un par de meses.Hoy, como si se tratara de un simbolismo, cruzó el portón de salida del CDA. "Caputto tomó la decisión de no contar conmigo", explicó a la salida del recinto, mientras dejaba claro su deseo de seguir jugando al fútbol. "Me enteré por la prensa antes. Está digerido, todo en orden y la vida continúa. Quiero seguir jugando fútbol. A partir de mañana empezaré a buscar equipo. Veré la mejor opción", añadió.
Se termina, así, un ciclo histórico para los laicos. El 1 de agosto de 1999, en un partido frente a Santiago Morning, el angolino custodió por primera vez el pórtico universitario. Sergio Vargas fue expulsado en los 37'. El juvenil Herrera había sido citado de emergencia ante la ausencia del suplente habitual, Roberto Rojas, por motivos personales. "Según yo, se fue a un matrimonio. Echan a Vargas en el partido y me toca entrar al minuto 37. Aparecieron los guantes casi de magia. Ahí me di cuenta de que estaba preparado física y mentalmente para estar en el arco de la U", recordó el angolino en una entrevista que le concedió en julio a La Tercera.
Por esos días, el Samurai Azul, el apodo que adoptó en el último tiempo en sus redes sociales, aún conservaba la ilusión de seguir en el club. "Este no es el fin de la era Johnny Herrera", reforzaba, pese a que ya existían señales evidentes de distanciamiento. Con la dirigencia y con el cuerpo técnico. Alfredo Arias, quien dirigía a los laicos, ya no lo consideraba como titular, un privilegio que le había pertenecido virtualmente en exclusiva desde que relevó a Superman. La plana mayor del club llegó a referirse al golero como 'vaca sagrada'. Y Herrera, en una entrevista al programa 90 minutos de Fútbol, de Fox Sports, apuntaba, con nombre y apellido: "Parte de la dirigencia me quiere sacar. Sabino Aguad, cuando se fue del club, me reconoció que me querían echar. Han pasado tantas cosas en mi club que ya no le creo a nadie". Hoy reabrió esa herida. "Ellos están a cargo y será. Me voy tranquilo. Saben que me querían echar hace rato. Casi que estaba afuera del club y en el periodo de crisis más grande volví a jugar. Ayudó a salir del descenso y llegar a semifinales de Copa Chile", sentenció.
El golpe resultó difícil de asimilar para el futbolista más exitoso de la historia del club estudiantil, en el que acumuló 13 títulos (ocho campeonatos nacionales, tres Copa Chile, una Supercopa y una Sudamericana). "Un amigo me dijo que soy el arquero más trascendental en la historia del club. ¿Será así? El comentario igual viene de muy cerca, pero no sé. El tiempo lo dirá", decía, también, en un intento por aproximarse a la determinación de su valía. Con Hernán Caputto en la banca, aunque hubo señales de respeto mutuo, el panorama no cambió. Fernando de Paul siguió siendo el preferido.
Herrera se va de la U habiendo superado sus mejores sueños. "Jamás pensé que lograría tanto. Mi carrera fue siempre creciendo, pero nunca dejé de ser aterrizado. Cuando quise ser futbolista me puse a estudiar también, porque siempre supe cómo era esta actividad. Un día estás bien, pero al otro no te pesca nadie y te tienes que dedicar a trabajar. Por lo mismo, siempre estuve súper claro de lo que venía. Nunca me imaginé lo que iba a lograr. Para mí fue una carrera súper asombrosa", declaró en el mismo diálogo.
La definición se antepone incluso al reconocimiento de una materia pendiente: jugar en Europa. Pudo hacerlo en 2012, cuando le plantearon la idea de defender al Celta. Prefirió quedarse en la U. River Plate también lo sondeó en su mejor momento. Otra vez optó por los laicos.
El inicio del fin
Como si se tratara de un penal definitorio, Herrera ya intuía lo que venía. Sin embargo, se resistía a pensar que el fin de la relación con el club de su vida estaba más cerca de lo que pensaba. "Queda poco, no es fácil sostenerse en un equipo grande. Falta poco, pero no sé si el fin. Queda poco, quizás no por rendimiento o condición física. Hay un estrés emocional que te pasa la cuenta. A lo mejor no me va a retirar el fútbol, me va a retirar mi personalidad. Voy a mandar todo a la cresta y chao, se acabó. Queda poco, quizás, pero aún no es el fin de la era Herrera", establecía. Y se ponía fin de año como el plazo para revisar ofertas laborales. "De toda índole... hasta de bailarín me sirve", decía. La diversificación de intereses también tenía que ver con su naciente carrera como comunicador deportivo. Había desarrollado labores de comentarista en el CDF y en radio Cooperativa. Y emprendió en Barbell Box, un gimnasio.
Herrera se va de la U agradeciendo el amor incondicional de sus fanáticos. Seguramente, mira hacia atrás y recuerda el penal que le anotó a Cobreloa para darles a los azules el título de 2004, el día en que siente que se sacó la mochila de Sergio Vargas. O los que le atajó a O'Higgins en la definición del Campeonato de 2012. "Ese título frente a O'Higgins me pilló muy bien. Tapé todos los penales. River Plate me vino a buscar y no me dejaron salir. Yuraszeck se agarró hasta a gritos con Pasarella", explicó. O la final de la Copa Chile en 2015, frente a Colo Colo, en la que le marcó el penal decisivo a Justo Villar. Y, sobre todo, el día en que levantó la Copa Sudamericana de 2011. "Una alegría gigante. Por fin nos sacábamos la espina de no ganar nada internacional. Teníamos un equipazo, lleno de grandes jugadores. Yo sentía que me tenían que pegar un palo para que me hicieran un gol", recordó.
También algún mal momento, como la elección errada de atrapar un balón en el Superclásico de 2017, que permitió el empate de Octavio Riveros para Colo Colo. Se va de la U, según propia definición, sin dejar amigos, "pero sí buenos compañeros". Y sin enemigos a cuestas. Sin rencores con las hinchadas rivales, que llegaron a tratarlo de 'asesino', por el accidente que le costó la vida a Macarena Casassus, y hasta de 'gay'. Lo último hasta la causa gracia. "Cero, ni pesco. Que sigan creyendo lo que quieran. Son cosas que habla la gente por desconocimiento. Es porque uno habla bien y es educado. También es válido que hablen lo que quieran, son ellos los que dicen las cosas", responde. Herrera se va de la U dejando un recuerdo imborrable. Y como el futbolista más ganador de su historia.
Cinco capítulos inolvidables
El 1 de agosto pasado, junto a La Tercera, Johnny Herrera eligió sus cinco momentos inolvidables con la casaquilla de la U. De sus dos etapas, estos son los capítulos que quedaron grabados a fuego en la memoria del guardameta.
Penal para el título en Calama 2004
"Fue un penal muy importante para mí. Me saqué la mochila de Vargas y empecé una carrera exitosa. Fui elegido el mejor jugador de la U durante todos los playoffs. Los hinchas me empezaron a mirar con otros ojos".
Copa Sudamericana 2011
"Una alegría gigante. Por fin nos sacábamos la espina de no ganar nada internacional. Teníamos un equipazo, lleno de grandes jugadores. Yo sentía que me tenían que pegar un palo para que me hicieran un gol".
Título Apertura 2012
"Ese título frente a O'Higgins me pilló muy bien. Tapé todos los penales. River Plate me vino a buscar y no me dejaron salir. Yuraszeck se agarró hasta a gritos con Pasarella".
Final Copa Chile 2015 frente a colo colo
"Nada mejor que ganarle a Colo Colo una final y más encima cerrando la definición con un penal mío. Es un sueño cumplido, uno de tantos de los que tuve".
Título Clausura 2017
"Dar una vuelta con mi guagua (Bruno) después de que Heller me tratara de vaca sagrada fue otro sueño. Esa pelea con la dirigencia me tuvo casi fuera de la U. Me vino a buscar Morelia".
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