De guerra contra las fake news al “Ministerio de la Verdad”: la polémica iniciativa de Lula en Brasil
Una plataforma llamada “Brasil contra fake” y una “Fiscalía Nacional de Defensa de la Democracia”, inaugurada con el retorno del presidente izquierdista al poder, son el blanco de los críticos que ven en estas instituciones una posible censura por parte del gobierno.
Luego de los años de Jair Bolsonaro en el gobierno y la polarización de la política brasileña, la lucha contra las fake news entró de lleno en la agenda del actual Presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En el Palacio de Planalto desde este 1 de enero, el mandatario izquierdista lanzó ya una primera fase en esta iniciativa, con una campaña pensada para combatir las noticias falsas que tengan que ver con su administración y sus logros.
El programa, con el costo de cuatro millones de dólares, se concreta en la plataforma “Brasil contra fake”, una página en la que se pretenden desmentir las fake news que vayan apareciendo en las redes sociales. Un ejemplo reciente que desmiente la página es la idea de que Estados Unidos habría roto relaciones con Brasil: “El diálogo entre los países jamás cesó, y ambos gobiernos participan en diversas iniciativas conjuntas”, aclara la plataforma.
Promocionada con una campaña mediática diseñada por la Secom (Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia de la República), la iniciativa pretende desmentir las fake news, pero ha recibido críticas por parte de distintos sectores políticos, que la ven como una herramienta para “silenciar a la oposición”.
Uno de los principales críticos al proyecto es el mismísimo Sergio Moro, juez símbolo de la operación Lava Jato, y hoy senador por el partido Unión Brasil. “La palabra desinformación se refiere a un concepto voluble que puede ser burlado ideológicamente”, aseguró quien también fue ministro de Justicia de Bolsonaro.
Por esto mismo, Moro presentó un proyecto de ley para eliminar la Fiscalía Nacional de Defensa de la Democracia, que según él “puede servir de base para instrumentalizar la censura política contra los que se oponen al gobierno”. Tal fiscalía fue planteada oficialmente bajo la premisa de “combatir la desinformación sobre las políticas públicas”.
Ya en enero, el Movimiento Brasil Libre (MBL) acusó al gobierno de Lula de crear lo que llamaron el “Ministerio de la Verdad”, en referencia a la Fiscalía Nacional de Defensa de la Democracia. Pese a ello, en abril el Palacio de Planalto nombró a la abogada Natália Ribeiro Machado Vilar para encabezar la fiscalía.
Tanto José Mendonça Filho, del partido Unión Brasil, como Eduardo Girão, de Novo, promovieron por su parte proyectos para eliminar esta fiscalía. El argumento central de estos proyectos reside en que no existe de momento una definición jurídica de la “desinformación”, por lo cual un ministerio público no tendría cómo combatirla.
En tanto, Lula ya avanza en la dirección de regular los contenidos de las plataformas digitales que sean falsos o atenten contra el Estado de derecho, según anticipó el titular de la Secretaría de Comunicación de la presidencia brasileña, Paulo Pimenta, durante la cumbre de Celac en Buenos Aires.
“En Brasil hay una industria poderosa de fake news, gobiernos de extrema derecha como Bolsonaro y Trump tienen en la comunicación un aspecto estratégico de la disputa ideológica. La producción masiva de fake news para afectar la imagen de figuras progresistas y también fomentar la desinformación sobre las iniciativas de gobierno. Pensar una política que pueda hacer frente a eso es difícil y enorme”, comentó el jefe de las comunicaciones en Planalto.
Por su parte, João Brant, secretario de Políticas Digitales de la Secom, detalló: “El gobierno está trabajando en un proyecto que combina el proyecto 2630 que el Congreso ya está discutiendo con otras propuestas del Ministerio de Justicia, que tiene que ver con la difusión de contenido ilegal y crímenes contra el Estado de derecho y terrorismo”.
El proyecto 2630, de momento, sigue debatiéndose en el Congreso, pero pierde fuerza luego de una serie de cambios que ha sufrido, y que incluso le han valido las críticas de Google. El ministro de Justicia, Flávio Dino, acusó que los gigantes tecnológicos han estado intentando “censurar y manipular” el debate relativo a la ley, “con una violencia pocas veces vista en Brasil”.
Esto, debido a que la página de búsqueda de Google estuvo mostrando un mensaje que alertaba a sus usuarios al respecto en Brasil: “el Proyecto de Ley (PL) de las Fake News puede aumentar la confusión sobre lo que es verdad y lo que es mentira en Brasil”. Este mensaje, al cliquear sobre él, dirigía a un mensaje firmado por Marcelo Lacerda, director de Relaciones Gubernamentales de Google Brasil: “Si se aprueba en su forma actual, el PL iría en contra de su objetivo original de combatir la propagación de noticias falsas”.
Además de la intervención de Google en la discusión, agencias independientes de fact-checking también aportaron con sus dudas respecto a la plataforma “Brasil contra fake”. “Tenemos muchas reservas. No sabemos si esta plataforma adoptará los criterios de la International Fact Checking Network (IFCN)”, aseguró Alexandre Gimenez, de UOL Confere, a Folha de Sao Paulo.
Tai Nalon, de la agencia Aos Fatos, señaló que los métodos para desmentir información usados por la plataforma no son los mejores: “Para las empresas de fact checking, hay una falta de metodología, en favor de una confusión informativa que parece ir en dirección contraria a las intenciones declaradas”. Un ejemplo de esto es un texto que salió en la página, en que se hablaba de los datos de deforestación en la Amazonia: la plataforma confirmaba que los datos difundidos eran ciertos, sin indicar enlace alguno a las fuentes.
Si hace un par de semanas el relator del Proyecto de Ley de las Fake News, Orlando Silva, diputado del Partido Comunista de Brasil, y con él una parte del Congreso, habían conseguido aprobar la petición de votación de urgencia, el 2 de mayo el propio Silva pidió al presidente de la Cámara, Arthur Lira, del Partido Progresista, que se retirara la votación del orden del día al comprobar que no tendría votos suficientes para ser aprobada.
Según Infobae, si la iniciativa sobre las fake news se somete efectivamente a votación en los próximos días, su voto representará un Rubicón cruzado, tras lo cual quedará clara la dirección que quiere tomar el nuevo gobierno de Lula.
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