De La Cisterna a Ramallah: la escuela de fútbol de Palestino que también quiere funcionar en Gaza
Unos 50 menores participan de la academia, cuyo afán es fortalecer el sentido de pertenencia entre ambas partes. El club que preside Jorge Uauy se ocupa de la implementación y pretende expandir la iniciativa. Gaza y Jerusalén son las localidades emblemáticas a las que aspiran llegar con el proyecto en el mediano plazo.
En Ramallah, un grupo de niños ensaya jugadas con el balón en los pies. Los pequeños sortean conos y barreras con una escenografía de fondo que revela las necesidades que vive esa zona del Medio Oriente. Están impecablemente ataviados con los colores de Palestino, el club que, a miles de kilómetros, se preocupa de mantener firme el vínculo con su país de origen. Visten exactamente iguales a los pupilos de Patricio Graff. Son unos 50 menores (niños y niñas) los que obedecen cada instrucción de Naji Daniel Abed, quien hace un año se contactó con el club de La Cisterna a través de sus redes sociales para proponerle la idea de instalar una escuela de fútbol en Palestina.
En Chile refuerzan el carácter social de la iniciativa. Y, sobre todo, el afán de consolidar el vínculo con su tierra de origen. “Para Palestino, tener esta escuela satélite implica un paso importante. Es la materialización de los valores que impulsaron a nuestros antepasados a crear el club, para que que, a partir del deporte, se pudiera fortalecer la identidad con el pueblo palestino. Es un orgullo”, reluce el timonel del club, Jorge Uauy. “Es una ‘alianza estratégica’, por así decirlo, con un preparador físico. Lo apadrinamos y lo ayudamos con indumentaria”, explica respecto de los alcances de la relación.
El vínculo está lejos de ser un negocio. Nicolás Abusada, el dirigente que desde Chile está más pendiente de la iniciativa, enfatiza que la pretensión nunca ha sido esa. “Queremos que niños vayan a martes, jueves y sábado a jugar fútbol con la camiseta de Palestino. Que a través del deporte puedan tener un respiro por la situación. Y que vistan igual que el Mago Jiménez. No con lo que sobró. Por eso, nos hemos preocupado de darles las mejores condiciones posibles”, remarca.
Gaza y Jerusalén, los sueños
Palestino ha dado varias muestras de cercanía con su origen. Desde la presencia del mapa de Palestina en su camiseta, un gesto que generó desde amplia controversia hasta la visita del plantel a ese país. Sus partidos suelen ser transmitidos en esa región árabe y en una de sus participaciones internacionales se montó una pantalla en la que se mostraba ese respaldo en una de las tribunas del estadio Monumental, a modo de hinchada virtual. El principal sponsor del club es el Bank of Palestine. Los beneficios, destacan en La Cisterna, han sido mutuos. “El Bank of Palestine tiene una oficina en Chile gracias a Palestino”, destaca Abusada.
La intención es seguir creciendo en esa dirección. De hecho, ya se están trazando líneas para replicar las escuelas en otras ciudades emblemáticas de Palestina y hasta en Israel. “Gaza nos tiene en las nubes. La próxima semana podría abrirse la posibilidad de generar una escuela ahí. Sería emblemático, por la repercusión que tendría y por lo que significa desde el plano simbólico. Sería conocido en todo el mundo. Nuestro sueño es poder llegar, también, a Jerusalén. En esa ciudad, la mitad son judíos y la mitad, palestinos. Y también queremos tener presencia en Belén y Beit Jala”, dice Abusada, naturalmente entusiasmado por los alcances que podría tener el proyecto. Cada paso, de todas formas, requiere una amplia preparación. De hecho, de aprobarse la idea de asentarse en Gaza, los primeros entrenamientos recién se realizarían durante el primer semestre del próximo año.
Una camiseta que se vende
El matiz político que involucra la relación con Palestina genera otra arista que en La Cisterna relucen: el interés por conseguir la camiseta del club. Abusada explica que la indumentaria se ha transformado en una pieza emblemática de una lucha que no tiene que ver con lo deportivo. Y que, a partir de ahí, se ha generado una insospechada ventana de negocios para el club. “No está cuantificado el número de camisetas, pero el 50 por ciento de las que se venden se comercializan en el extranjero. La gente compra camisetas de Palestino en Estados Unidos, en Inglaterra, en Túnez y en el resto de los países árabes. Se vende como un arma política. En Londres aparece en las marchas, en las manifestaciones pro Palestina. Ves la polera con el mapa”, destaca.
En ese contexto, el club ha generado una red que le permite llegar con el producto a distintos lugares del mundo. “Tenemos distintos distribuidores con los que tenemos relación directa. Eso sale de la misma idea. Nos llama un palestino que vive en Londres. Es una idea que teníamos en pañales. Hay mucha gente que quiere tener la camiseta de Palestino y procuramos llevársela”, insiste.
Al margen del retorno directo por esa vía, hay un beneficio colateral, relacionado con la escuela en Palestina. El distribuidor afincado en Londres donó US$ 2.000 para el desarrollo de la academia.
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