De la tensión con Diego López a la nueva orden táctica de Sebastián Miranda: el paso a paso del renacer que ilusiona a la U
El estilo europeo del charrúa nunca le permitió entrar de lleno al plantel que entrena en La Cisterna, que se terminó de distanciar de manera definitiva tras el conflicto por los dichos de la pareja de Seymour. Miranda, el elegido para reemplazarlo, cambió su estilo de trabajo.
En Universidad de Chile repiten que aún no han ganado nada. No quieren caer en festejos inoportunos, más cuando el escenario en la lucha por el descenso no ha cambiado en lo más mínimo. La victoria frente a Universidad Católica no mueve la aguja en el certamen local considerando que el duelo fue válido por la Copa Chile. “Feliz, buen triunfo. Bien por el plantel, bien por el club, bien por el Seba (Miranda). Estamos muy contentos. No hemos ganado nada, pero estamos bien para el próximo partido”, dijo Michael Clark, el presidente de Azul Azul que había guardado silencio durante las últimas semanas.
Más allá de no querer caer en el exitismo, lo que sí se destaca en el club que entrena en La Cisterna es el alza futbolística que ha permitido lograr dos victorias al hilo ( Palestino, por el Torneo, y la UC, por la Copa Chile). Más cuando los cruzados, hace menos de un mes, golearon a los azules, en el Estadio Nacional.
El resultado, sin embargo, se ajusta al golpe de timón que decidió dar la concesionaria frente al mal rendimiento de Diego López. Según información recabada por El Deportivo, la salida del uruguayo fue determinante para poder descomprimir el ambiente de un equipo que iba directo a la B en el Torneo Nacional.
Es que Diego López nunca pudo compenetrar con el plantel. Se le veía lejano, muy en la línea de la escuela europea de técnicos. ¿Ejemplos? En el Centro Deportivo Azul nunca quiso ingresar al camarín a compartir con los futbolistas de su equipo. También así lo confirmó el propio estratega a El Deportivo: “¿Por qué no entro al vestuario? Porque cuando era futbolista no me gustaba que el técnico entrara al vestuario. Es algo personal. En los partidos, sí. Pero acá en el CDA no he entrado nunca. Las charlas las hago en la sala de prensa, o en la de videos”, señaló. En el día a día tampoco se involucraba mucho con sus dirigidos, salvo las instrucciones que daba durante las prácticas.
Su estilo de juego también fue cansando a los integrantes del plantel. Su esquema defensivo, en el que solo dependía de algún centro a Ronnie Fernández, agotó a sus dirigidos. La U dejó de ser protagonista con el 4-2-3-1 que utilizó durante todo su paso por el club, salvo en la igualdad sin goles ante Coquimbo Unido, en la que decidió alinear tres defensores para potenciar el mediocampo. Su golpe a la pizarra tampoco dio efecto, ya que la igualdad sin goles frente a Los Piratas, en la que su equipo registró cero tiros al arco, terminó por sentenciar su suerte en el club.
Los problemas con el correr de su estadía en la U se fueron acrecentaron. La relación con el plantel, con el pasar de las semanas, se volvió tensa, según confiesan desde el vestuario azul. Lo que hizo detonar el quiebre definitivo entre la conducción y los jugadores fueron las críticas de la pareja de Felipe Seymour al estratega charrúa. “Los jugadores ya no encuentran respuestas en López. Si ya Diego no los aleonó, entonces estas fechas agota recursos. No podemos seguir llorando porque no llegó alguien más. Para mí, Diego López se tiene que ir”, fueron las palabras de la pareja del volante.
Los dichos remecieron el CDA. Más allá de la molestia que generaron sus palabras, el plantel nunca entendió que si bien Seymour ofreció disculpas, e incluso se prestó para una conferencia de prensa en la que aseguraba no compartir los dichos de su pareja, López lo cortara para el siguiente duelo. No fue considerado ni para la banca en el duelo ante Coquimbo Unido, a la semana siguiente. “Lo que hablé con Felipe va quedar ahí, entre nosotros, pero hablamos como personas grandes y nada más. Eso puedo decir”, explicó López. Horas después, en Valparaíso, tras la igualdad frente a Coquimbo, la cúpula del club decidió en el mismo estadio que su proceso ya estaba acabado.
Su salida provocó días movidos en La Cisterna. Diferentes nombres fueron acercados a la oficina de Manuel Mayo, el gerente deportivo. Sebastián Miranda finalmente selló su segundo interinato, que se produjo luego de una votación en el directorio de Azul Azul, que tuvo a Ronald Fuentes como el otro candidato.
La mano del nuevo DT
El nuevo estratega realizó varios cambios en su arribo al Centro Deportivo Azul. El primero, y que quizás no tiene mucha relevancia, fue que los entrenamientos volviesen a ser matutinos. Durante la conducción de López, el uruguayo había diseñado un plan de trabajo que solo contemplaba prácticas vespertinas.
El ambiente en el CDA ya no es el mismo. En relación a su antecesor, al ex futbolista de Unión Española se le ve más compenetrado con el plantel. No es que sea amigo de los jugadores, pero sí anda preocupado de qué le pasa a cada uno. “Seba los levanta dentro de la cancha, en los entrenamientos y fuera de estos. Se preocupa no solo de la parte técnica, también está encima del autoestima, de hacer que crean en ellos”, dice un director del club.
En lo futbolístico, Miranda le avisó al plantel que su esquema sería totalmente diferente al que utilizaba López. El equipo debía pararse 10 metros más adelante en la cancha y la presión debía incomodar a los rivales. Este domingo, ante la UC, esa idea se vio reflejada durante largos tramos del encuentro. “Lo que a mí me da confianza es que cuando planificamos los entrenamientos y planteamos objetivos, eso se va cumpliendo, eso me da energías para seguir trabajando y los resultados ayudan. Mi mayor alegría es ver cómo se entregan los jugadores”, dijo el técnico tras la victoria frente a la UC.
Otro de los puntos en los que intervino Miranda fue en la idea de recuperar a Cristian Palacios. El uruguayo, bajo el mando de Diego López, había perdido protagonismo. Palacios entró en desgracia la tarde del 31 de julio de este año. Ese día el delantero uruguayo fue el villano de la U en el Superclásico ante Colo Colo en Talca. En esa jornada el atacante volvió a fallar un penal ante el eterno rival y si bien luego participó en el empate parcial de la U tras recuperar un balón en la salida alba, Diego López, el DT en ese momento, no le perdonó los errores y lo condenó a la suplencia. Así, el Chorri apenas jugó escasos cinco minutos contra Unión Española, tres ante Curicó Unido, ocho ante Coquimbo y no ingresó ante la UC, mientras que en la Copa Chile había jugado 84′ y 68′ respectivamente frente a Cobresal.
Miranda le aclaró al equipo que su esquema de juego consideraba dos delanteros. Bajo ese escenario, Palacios volvía a ser clave en la U. El delantero le respondió de buena forma a su técnico y anotó la única cifra en la victoria frente a la UC. No celebraba desde el 14 de mayo, en la derrota 2-1 ante Everton, en Viña del Mar. Ahí, el charrúa convirtió mediante lanzamiento penal, a los 49′.
En lo mental, en tanto, Miranda decidió involucrar aún más en sus trabajos a la sicóloga Carolina Delmónaco. La profesional ha conversado grupal e individualmente con cada uno de los deportistas y les ha hecho ver que tienen una gran oportunidad para dejar las frustraciones de los últimos años de lado y transformarse en quienes lleven a la institución al lugar del que nunca debió salir.
“No quiero hablar de un antes y un después, pero sí hay envión anímico que refuerza ciertas cosas para seguir creciendo como equipo. Cuando se trabaja y las cosas se hacen a conciencia, cuando hay intensidad, los resultados llegan”, dijo Sebastián Miranda.
La U da señales de un renacer. Los hinchas, dirigentes y futbolistas se entusiasman. Porque si bien los azules no han ganado nada, lo cierto es que el alza futbolística de los últimos duelos los deja posicionado de gran manera de cara a los desafíos en la lucha por huir definitivamente del descenso.
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