De Vidal a Vidal: la controvertida relación entre los autos, el alcohol y los futbolistas chilenos
El choque protagonizado por Benjamín Vidal, jugador de la UC, tiene varios antecedentes en colegas suyos. El caso más emblemático es el de Arturo Vidal estrellando su Ferrari en plena Copa América.
El más bullado de los casos involucró a Arturo Vidal. En plena Copa América de 2015, después de una jornada libre que concedió el técnico Jorge Sampaoli tras el empate frente a México, el 16 de junio, el ahora mediocampista del Barcelona concurrió con familiares y amigos al casino Monticello. De retorno, manejando en estado de ebriedad, el volante estrelló su Ferrari. De milagro, ni él ni sus acompañantes sufrieron lesiones. Vidal fue perdonado por Sampaoli y siguió siendo fundamental de la Roja que terminó consiguiendo su primer título continental tras vencer a Argentina, por penales, en la final disputada en el Estadio Nacional.
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Foto: AP.[/caption]
La historias comienzan eso sí mucho antes. Gary Medel también ha estado envuelto en incidentes de este tipo. En enero de 2009, el Pitbull sufrió un grave accidente en plena ruta 68, por la que se trasladaba desde Viña del Mar hacia Santiago. El entonces promisorio, pero conflictivo futbolista de Universidad Católica volcó en una Toyota Rav 4 que terminó destruida después de dar dos giros en el aire. Medel salió expulsado a través del parabrisas por 15 metros y debió ser trasladado hacia la posta de Curacaví y luego al Hospital Clínico de la Universidad Católica en Santiago. Había sufrido un politraumatismo y un TEC simple, consecuencias bastante menores para la magnitud del impacto. Eso sí, esa vez, no se detectó consumo de bebidas alcohólicas.
El 1 de junio del mismo año, cuando la Roja era dirigida por Marcelo Bielsa, el volante Marco Estrada protagonizó el primer acto de indisciplina grave del ciclo: fue detenido en Lo Barnechea por conducir bajo la influencia del alcohol. La selección chilena no estaba bajo régimen de concentración por lo que el entrenador no lo sancionó y terminó respaldándolo.
Ese mismo año, Johnny Herrera protagonizó la situación más dura de su vida. El meta de Universidad de Chile atropelló a Macarena Casassus, quien perdió la vida en el accidente. Herrera fue formalizado por cuasidelito de homicidio. Conducía a exceso de velocidad y también con alcohol. Su licencia de conducir fue suspendida y debió pagarle $ 25 millones como indemnización a la familia de la joven. Tres años después, el golero fue detenido en Maitencillo, otra vez manejando bajo el efecto de bebidas alcohólicas.
En junio de 2017, quien incurrió en infracciones fue Eugenio Mena. Antes de que la Roja viajara a disputar la Copa Confederaciones, el porteño fue detenido por manejar bajo la influencia del alcohol y a exceso de velocidad en Curacaví. "A las 23:30 horas de ayer en el kilómetro 31 de la Ruta 68 fue detenido el jugador de fútbol profesional Eugenio Mena Reveco, quien conducía a 166 kilómetros en zona de 120 e iba con 1.16 grs litro. Quedó citado previa comprobación domicilio", informó entonces Carabineros. El lateral izquierdo, quien ahora actúa en Racing, optó por la suspensión condicional del procedimiento y debió pagar tres millones de pesos por los costos del proceso, donar un millón y medio más a los bomberos de la comuna y la misma cantidad a la Unidad de Discapacitados de la localidad.
En el mismo mes y año, el volante de Colo Colo Esteban Pavez también llegó hasta una unidad policial. El mediocampista, parte de la última convocatoria de Reinaldo Rueda, se fugó después de protagonizar un accidente. Carabineros lo persiguió durante largo rato por la comuna de Ñuñoa. Para detener la marcha del vehículo, los efectivos de la policía uniformada debieron dispararle a los neumáticos. Pavez fue detenido.
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