Desde el Donbás hasta Moldavia: Putin reacomoda los objetivos de su invasión
Si en un primer momento la “operación militar especial” pretendía solo "desnazificar" la zona de las repúblicas separatistas del este de Ucrania, ahora Moscú apunta a tomar el control del sur del país, incluyendo la región prorrusa de Transnistria, en la vecina Moldavia.
En Chișinău, la capital de Moldavia, ya empiezan a ver con preocupación el desarrollo de la guerra en Ucrania, luego que un general ruso adelantara que parte de los objetivos de la “operación militar especial” del Presidente Vladimir Putin incluía no solo las repúblicas separatistas de Luhansk y Donetsk en la región del Donbás, en el este ucraniano, sino también el sur entero del país “hasta Transnistria”, la región separatista prorrusa de Moldavia.
Al iniciar la invasión, el 24 de febrero pasado, Putin ordenó “desnazificar” y desmilitarizar Ucrania, asegurando que no ocuparía el país. Luego del fracasado intento de tomar Kiev y derrocar al gobierno del Presidente Volodymyr Zelensky, el discurso oficial ruso comenzó a hablar de “la gran batalla del Donbás”, y de una segunda fase que se concentraría en las repúblicas separatistas al este de Ucrania.
Ahora, luego de las declaraciones del general Rustam Minnekayev, subcomandante del distrito militar central de Rusia, se especula sobre un asalto al puerto de Odesa, que hasta ahora había resultado casi intacto debido a su locación al oeste de Ucrania. De conseguirse esto, Kiev quedaría en una situación de virtual “mediterraneidad”, perdiendo el acceso tanto al mar Negro como al mar de Azov.
Hasta el momento se trataba de un conflicto pausado: Transnistria, en el límite entre Ucrania y Moldavia, se había declarado independiente en 1992, luego de una guerra con Chisinau. Desde entonces, un contingente fijo de unos 1.500 soldados rusos había mantenido la influencia de Moscú en la zona, a pesar de que la comunidad internacional reconoce a la república como parte de Moldavia.
Con el inicio de la invasión a Ucrania, el conflicto dejó dejar en “stand-by”, y Moldavia llegó a pedir formalmente su adhesión a la Unión Europea. Este viernes, Rustam Minnekayev señaló que el territorio moldavo estaba, si no dentro de los objetivos de la invasión, al menos como guía para el resto del ataque: “El control sobre el sur de Ucrania es otra vía a Transnistria, donde tenemos pruebas de que la población de habla rusa está siendo oprimida”, declaró el general ruso, sin por eso dar pruebas de la supuesta opresión.
Según Minnekayev, cuyas palabras recogen las agencias rusas, este movimiento permitirá a Rusia “establecer un corredor terrestre a Crimea y ganar influencia sobre instalaciones vitales de la economía ucraniana y los puertos del mar Negro que sirven para las entregas de los productos agrícolas y metalúrgicos a otros países”.
Esta semana, el canciller ruso Serguei Lavrov ya había señalado públicamente que se entraba a una “nueva fase” de la ofensiva militar, aunque solo limitándose al Donbás. En tanto, Putin declaró que su objetivo principal era “ayudar a la gente de las repúblicas populares del Donbás que hemos reconocido”.
Un avance hacia Transnistria implicaría, forzosamente, la toma de Odesa. Hasta el momento, el puerto más grande de Ucrania no ha sufrido tanto por la guerra, si se le compara con las ciudades del este del país, pero de todos modos los habitantes de la ciudad ya se han preparado para lo peor: para proteger el patrimonio histórico de la ciudad, se han cubierto con sacos de arena distintas estatuas y monumentos.
En su cuenta de Twitter, el ministerio de Defensa ucraniano reaccionó a las declaraciones del general Minnekayev. “Dejaron de esconderlo: hoy, el comando de los saqueadores, violadores y asesinos rusos reconoció que el objetivo de su ‘segunda fase’ de la guerra no es la victoria sobre unos nazis ficticios, sino que sencillamente la ocupación del este y sur de Ucrania. Imperialismo como tal”, publicó la cuenta.
“No van a detenerse. El comando del distrito militar central de Rusia ya anunció la siguiente víctima de su agresión. Luego de tomar el control del sur de Ucrania, Rusia planea invadir Moldavia, donde dicen que los rusoparlantes están siendo ‘oprimidos’”, indicaron desde el mismo ministerio.
En tanto, el Presidente Zelensky advirtió que Rusia estaría planeando una serie de referendos de independencia falsos en las regiones ocupadas por su Ejército, en miras a crear Estados títeres en los lugares que ocupen. “Si les piden que llenen algún cuestionario, si les piden la información del pasaporte para llenar algo, deben saber que eso no será en la ayuda de ustedes”, señaló el mandatario ucraniano.
Frente a este nuevo escenario, el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, declaró que es posible que la guerra se prolongue más de lo pensando en un inicio. Según él, el conflicto podría continuar hasta finales de 2023. “Es una posibilidad realista, sí, por supuesto, Putin tiene un Ejército enorme (…) cometió un error catastrófico y la única opción que tiene ahora es seguir intentando aplastar a los ucranianos”, respondió en una conferencia de prensa en India.
En el mismo contexto, Johnson aseguró que está estudiando enviar tanques a Polonia para ayudar a Ucrania. El pasado 9 de abril, en una visita a la capital ucraniana en la que se reunió con Zelensky, el primer ministro se comprometió a enviar 120 vehículos blindados y sistemas de misiles antibuque como parte de un paquete de ayuda militar británica que también incluye más de 10.000 misiles antitanque.
Asimismo, Johnson anunció que la embajada británica en Kiev reabrirá “la próxima semana” tras un traslado “temporal” a Lviv a raíz del conflicto. Según el diario El País, las representaciones de 16 países, más la UE, operan ya en la capital ucraniana. España se sumará en breve, según confirmó este jueves el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, durante una visita a Ucrania.
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