Diane Bolet, académica de la Universidad de Essex: “El regreso de Farage a la política es una mala noticia para el Partido Conservador”

Nigel Farage, líder del partido Reforma UK, hace gestos después de sus entrevistas con reporteros en la parte superior de un bus, después de una manifestación en Birmingham, el 30 de junio de 2024. Foto: Reuters

Con miras a las elecciones generales de este jueves en Reino Unido, donde se renuevan los 650 escaños del Parlamento, se espera una victoria aplastante del Partido Laborista, favorecida por una división entre derecha y extrema derecha.


Son los últimos días de 14 años de espera: si todo sale como se vaticina, este jueves el Partido Laborista británico volverá al poder con una victoria que le daría casi dos tercios de la Cámara de los Comunes, y Keir Starmer, el líder de la formación, se está preparando ya para reemplazar a Rishi Sunak como primer ministro de Reino Unido.

Para el actual jefe de Gobierno, aun cuando el primer enemigo era el laborismo, otra amenaza le apareció por la derecha: Nigel Farage, el impulsor del Brexit, anunció su vuelta a la política lanzándose para un escaño en el Parlamento, de la mano de su partido Reforma UK. En entrevista con La Tercera, la cientista política de la Universidad de Essex y experta en políticas de extrema derecha en Europa, Diane Bolet, comenta el “comeback” de Farage al ruedo británico, y las consecuencias que podría tener en la opinión pública de la isla.

¿Qué explica el éxito de Nigel Farage en las encuestas, en su vuelta a la política? ¿Por qué lo apoyan los británicos?

El reciente surgimiento de Farage en las encuestas se puede atribuir a dos factores: la crisis de competencia del Partido Conservador, y su giro más pronunciado a la derecha en temas de migración, y “la guerra cultural”. La postura más dura de los conservadores con campañas como Stop the Boats y la política de mandar migrantes a Ruanda ha mantenido la inmigración en el primer plano del debate político. Cuando Farage, el partidario de la línea dura original en materia de inmigración, volvió a entrar en la política, naturalmente atrajo apoyo de los conservadores. La investigación en ciencias políticas muestra que la integración de ideas de extrema derecha generalmente beneficia a los proponentes originales, en este caso, Reforma UK.

La crisis de los conservadores, exacerbada por los escándalos durante el mandato de Boris Johnson y la deslucida campaña de Sunak, ha empujado a los votantes socialmente conservadores hacia Farage. Con los conservadores a la zaga en las encuestas, la votación táctica ahora favorece a Reforma UK para quienes dan prioridad a los asuntos de derecha. La persistente presencia mediática de Farage en GB News y su importante número de seguidores en las redes sociales (632.000 en TikTok) también lo han mantenido en el ojo público, aislándolo de las consecuencias del Brexit (dejó la política inmediatamente después del resultado de esa consulta) y permitiéndole posicionarse como el inmaculado defensor de la causa del Brexit.

Nigel Farage habla durante una conferencia de prensa en Londres, el 3 de junio de 2024. Foto: Reuters

¿Cómo amenaza Farage la posición de los conservadores en el Parlamento?

El regreso de Farage a la política es una mala noticia para el Partido Conservador. Su anuncio de que iba a competir en Clacton impactó directamente el apoyo conservador. De acuerdo a la última encuesta de intención de voto de YouGov, el 21% de los votantes conservadores de 2019 ahora planea votar por Reforma UK, en comparación con solo el 3% de los votantes laboristas. Este cambio podría afectar a varios antiguos bastiones conservadores.

En respuesta, el Partido Conservador ha cambiado su enfoque para apuntar a Reforma UK enfatizando la inmigración, el crimen y las guerras culturales para retener escaños y evitar el desastre. Sin embargo, Reforma UK ha tenido dificultades para asegurarse escaños en elecciones anteriores, lo que podría significar que Farage no sea sino un “espectáculo secundario” en estos comicios.

¿Cuáles son las posibilidades del Partido Laborista en estas elecciones? Parece casi inevitable que tomen control del Parlamento este jueves…

Las encuestas confiables predicen consistentemente una aplastante victoria laborista, con proyecciones de más de 406 escaños el 19 de junio, con 204 escaños adicionales, lo que hace muy probable un gobierno laborista y una derrota histórica de los conservadores (el Parlamento británico se conforma por 650 diputados). Si bien terceros partidos como los Liberal Demócratas en el sudeste y los Verdes en Brighton pueden obtener algunos escaños, no afectarán significativamente el resultado general.

Este tipo de victoria no se había visto en décadas, lo que llevaría a un Parlamento laborista fuerte con una pequeña oposición. Toda la responsabilidad recaerá en el gobierno laborista, y el período de luna de miel podría terminar rápidamente dada la elevada deuda, los problemas de vivienda y la crisis inflacionaria en el país.

Keir Starmer y Rachel Reeves, del Partido Laborista, durante un evento de campaña en Oxfordshire. Foto: Reuters

¿Cómo afecta el fenómeno Farage al Partido Laborista?

El partido de Farage perjudica principalmente el resultado de los conservadores, ya que compiten en temas similares. Esto no afectará directamente la asignación de escaños del Partido Laborista en las elecciones generales. Sin embargo, la presencia de Farage en la oposición podría cambiar el discurso en torno a la inmigración. Farage buscará un realineamiento parlamentario que lo coloque a la cabeza de una alianza reformista-conservadora, para estar en una posición privilegiada para desafiar a Starmer en 2029.

Si es elegido en Clacton, Farage podría convertirse en una voz fuerte, llevando las cuestiones de inmigración al primer plano de los debates parlamentarios y normalizando indirectamente las ideas de extrema derecha. Las investigaciones muestran que mientras más representantes de extrema derecha hay en el Parlamento, más pueden normalizar estos puntos de vista tanto entre la élite como entre el público. Esta influencia ya es evidente en la campaña electoral, ya que Starmer ha mencionado ocasionalmente el control de la inmigración, en respuesta a cuestiones destacadas por las campañas conservadoras y de Reforma UK.

Teniendo en cuenta el ascenso de la extrema derecha en Francia, ¿existe un posible paralelo entre Le Pen y Farage? ¿Son síntomas de una situación similar en ambas sociedades?

Si bien Le Pen y Farage ascendieron casi al mismo tiempo, reflejando una tendencia más amplia de éxito sostenido de los partidos de derecha radical en las sociedades occidentales, sus caminos hacia la prominencia difieren ligeramente. Farage alcanzó su punto máximo con el UKIP en 2014, después de la victoria del Brexit. Luego desapareció de la escena política, aunque no de los medios de comunicación. La constante postura antiinmigración del Partido Conservador allanó el camino para su regreso. Farage se benefició así del declive del Partido Conservador.

Por su parte, el éxito de Marine Le Pen ha sido constante desde 2007. Siguió una estrategia de desdemonización para parecer más moderada, manteniendo al mismo tiempo opiniones duras sobre la inmigración y el Islam. Su apoyo ha aumentado con cada elección, particularmente en las zonas rurales posindustriales que sufren despoblación, falta de servicios públicos y lugares socioculturales. El partido de Le Pen, el más estable de Francia hoy en día, aprovechó la fragmentación de las fuerzas políticas tradicionales por parte de Macron en 2017. Su reciente éxito en las elecciones europeas mejora sus perspectivas en las elecciones legislativas, ya que los partidos de derecha radical a menudo cobran impulso después de las victorias electorales.

Rishi Sunak pasando a un McDonald's durante un evento de campaña en Buckinghamshire. Foto: Reuters

Tanto Farage como Le Pen han ascendido en parte debido a la incorporación de puntos de vista de extrema derecha por parte de partidos de derecha como los conservadores en Reino Unido y Macron/Los Republicanos en Francia (como se vio con la ley de inmigración, dirigida a las comunidades musulmanas, que se implementó por el gobierno de Macron y aprobado por Marine Le Pen).

Además, su ascenso es parte de una tendencia más amplia de aumento del apoyo de la derecha radical en las democracias occidentales, impulsada por las crecientes desigualdades económicas, la alta inflación y la crisis energética. Estos factores crean resentimiento y los partidos de derecha radical prosperan en tiempos de dificultades económicas. Las victorias actuales de la extrema derecha son manifestaciones de estos problemas económicos estructurales.

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